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Carta Séptima

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La Carta Séptima (Ἐπιστολὴ Ζ΄) de Platón puede ser encontrada en las páginas 324 a 351 de la opera omnia. La tesis que tiene más aceptación entre los estudiosos es que esta fuese escrita por Platón mismo, aunque su autenticidad no está comprobada y existen opiniones fundamentadas tanto a favor como en contra.[n. 1]​ Lo mismo sucede con las cartas conservadas, aunque hay casi unanimidad en aceptar el carácter genuino de la importante carta VII.[n. 2]​ La carta está datada después del tercer viaje de Platón a Sicilia, y es anterior a Leyes y a Epinomis (otra obra que va teniendo más aceptación como auténticamente platónica).

La carta es la respuesta que él da a los amigos y familiares de Dion, amigo y discípulo de Platón que compartía sus ideales políticos, en donde los alienta a seguir la lucha de Dion pero de manera pacífica. Es en esta carta donde Platón habla de las enseñanzas para el público y las enseñanzas para los iniciados en la filosofía. Aquí va a desarrollar parte de su doctrina política y ética y a su vez va contando la historia de sus estadías en Sicilia, su relación con Dionisio el Viejo y Dionisio el Joven, ambos tiranos de la isla.

La importancia histórica y filosófica de la Carta Séptima de Platón se funda en la referencia que hace Platón en la misma (341 b-d) a que no le parece oportuno publicar los escritos estrictamente esotéricos, referidos a lo que enseñaba en sus clases a sus discípulos. La razón que ahí aparece es la dificultad de interpretación de temas que requerirían discutir y estudiarlos durante largo tiempo. El problema que representa para la interpretación de todas sus obras, así como para el estudio de la filosofía de Platón en general esta referencia a la existencia de escritos esotéricos no publicados que, además, representarían la verdadera filosofía de Platón, es gigantesca ante el peligro de que puedan perder todos los diálogos válidez por no representar su verdadera filosofía que estaría en las obras esotéricas que, por otra parte, en el caso hipotético de que hubieran existido, no se han mantenido hasta nuestros días.

Sin embargo la no existencia de otras referencias históricas relevantes que nos permitan apoyar esta interpretación es quizás la principal razón por la que se pone en duda la autenticidad de la Carta Séptima, aunque nada garantiza la no existencia de esos textos. De hecho, en el caso de Aristóteles lo único que se mantuvo hasta nuestros días fueron justamente los textos de apuntes de clase y obras no publicadas, y son justamente sus diálogos los que solo tenemos por fracciones gracias a las citas de filósofos de la Antigüedad. [n. 3]

Véase también

Notas

  1. Los especialistas no se ponen de acuerdo con respecto a la autenticidad de los siguientes escritos: Epinomis (un anexo a las leyes), Alcibíades I, Alcibíades II, Hiparco, Minos, Los rivales, Téages y Clitofonte. Hay, también, un grupo de diálogos claramente apócrifos. Cf. Platón (2003g)
  2. Hay 18 cartas atribuidas a Platón, de las cuales cinco son tan evidentemente apócrifas que muchas veces ni siquiera se editan. Las trece restantes son objeto de discusión, aunque algunas, como la Carta VII (Έβδομη επιστολή), son consideradas como genuinas casi unánimemente. Cf. Platón (2003g)
    • Cartas.
      • Texto español, en PDF, de la traducción de 1872 de Patricio de Azcárate; las cartas, a partir de la pág. 3 de la reproducción electrónica (la Carta VII, a partir de la 22).
  3. Ahora bien, existe una controversia acerca de la interpretación de los pasajes de Aristóteles en cuestión: principalmente, si se refiere o no a un cuerpo platónico de doctrinas esotéricas y a quién corresponden las menciones que en cada caso hace de teorías de cuño platónico que no aparecen en los diálogos platónicos sin mencionar al autor, de modo que constituye un gran problema discernir entre lo que pueda pertenecer a Platón y lo que pertenezca a sus discípulos (el hecho de que Aristóteles mencionara teorías de otros filósofos sin decir específicamente a quién pertenecían, era una práctica usual en él y se la puede observar continuamente en sus escritos). Para todo esto consúltese la célebre obra de W. D. Ross (1993) "Teoría de las Ideas de Platón". Madrid: Cátedra.

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