Batalla ocurrida a la altura de la ría de Vigo el 11 de octubre de 1832; a 40 millas al Oeste de las islas de Bayona[1][2][3]; dentro de la guerra civil portuguesa, también conocida como guerras liberales (portugués: Guerras Liberais), guerra de los Dos Hermanos (Guerra dos Dois Irmãos) y guerra miguelina (Guerra Miguelista).
Después de haber dejado a Dom Pedro y su pequeño ejército en playa de Pampelido de Mindelo 8 de julio de 1832, la flota de Dona María dirigida por el almirante George Rose Sartorius se dirigió a Lisboa para bloquearla.
El almirante miguelista João Félix Pereira de Campos tomo ventaja del viento norte y abandono el Tajo con su flota el 3 de agosto. A la escuadra migelista le acompañaba el vapor "Restaurador Portugues" con 30 piezas de artillería gruesa y 120 artilleros que debían desembarcar en Aveiro pero el 11 de septiembre el barco se irá a pique sin ningún superviviente. En su camino hacia Vigo se apoderan de la galera Ferreira que venía de Brasil. Esto pone en una situación delicada a la flota Miguelista al entrar en un país neutral con un buque capturado, dando la posible excusa para una intervención británica que estos no deseaban. Algunas fuentes citan a la escuadra de Felix el 29 de septiembre en la ría de Vigo.
El día 8 de noviembre el escuadrón de D. Miguel se encontraba en la Ría de Vigo descargando municiones para abastecer a sus tropas que operaban en el norte del país en la región de Viana do Castelo.
Desde el principio parte del parlamento inglés se puso del lado de los Pedristas al considerar esta opción constitucional más deseable para los intereses británicos. Con la salida del Duque de Wellington en noviembre de 1830, las opciones más conservadoras de no intervención directa se difuminarán.
"Ha sido práctica y privilegio concedido a Inglaterra preocuparse, de manera peculiar, por los asuntos y el destino de Portugal". Discurso de Lord Palmerston, 1 de junio de 1829.[4]
Almirante Sartorius con condecoraciones Portuguesas
El gobierno de Donna María dirigido por su padre Pedro IV contrata en diferentes puntos una flota para poder dirigir las tropas acantonadas en Francia y Terceira para desembarcar en la península. En septiembre de 1831 dos de las fragatas comienzan a prepararse en secreto en el "South West India Dock" encontrándose ambos barcos en muy mal estado[5]
El 9 de febrero de 1832 en la casa de los comunes el parlamentario Mr. Digby Cayley Wrangham se preguntaba como un oficial británico aún en la lista de oficiales de la armada británica, podía comandar una expedición de un pretendiente extranjero contra un país aliado, violando las reglas de la neutralidad.[6]En esa fecha la flota de Sartorius ya se encontraba en Nantes donde es recibido Dom Pedro. La flota en ese momento se compone de dos escuadra una en Belle Ile ( 2 fragatas, 1 corbeta, 5 bergantines, 1 galeotas y 2 bombardas), y otra en Terceira ( 2 corbetas, 3 bergantines, 3 galeotas) ambas comandadas por el Almirante Sartorius, con dos barcos de vapor en ese momento en Nantes.
Saliendo de Belle Ile se anuncia lo siguiente a la marinería
"El Comandante en Jefe de la Expedición se apresura a dar a conocer a los marineros y soldados de la división, que su Majestad imperial ha tenido el placer de confirmar la donación de los equipos que se había encargado de prometer, Además su Majestad no sólo ha ratificado la asignación de 55 chelines de pago mensual, para atestiguar la alta opinión de los marineros y soldados ingleses... y ha aumentado esta paga en 5 chelines al mes, durante todo el tiempo que la bandera de la Reina permanezca permanecen izada en sus buques. Belle Ile 4 de Febrero"[7]
Los problemas de pago de salarios serán uno de los temas principales en las desavenencias entre Sartorius y Pedro IV. La marinería reclamará estos pagos de forma continuada tras volver a Inglaterra[8]
El contrato de la escuadra de Sartorius con el gobierno de Donna María, expiraba el 31 de diciembre de 1833. Aun así en 1840 continuaban los problemas con los pagos a los soldados y oficiales, estableciéndose una comisión el parlamento de Inglaterra. El gobierno de Donna María afirmaba entonces que se habían pagado todo lo debido, incluyendo compensaciones a las viudas de los oficiales, excepto como correspondía a aquellos marineros u oficiales que se amotinaron. Varios parlamentarios no estuvieron de acuerdo con este proceder reclamándoselo al embajador y al cónsul de Portugal en Londres.[9]
En España aún no se ha producido la muerte de Fernando VII, y aunque absolutista ambos, el pretendiente portugués apoyaría al pretendiendo D. Carlos frente a la hija de Fernando VII, Isabel II. Algunas fuentes informan de que debido a la neutralidad se informa a la escuadra miguelista que debe abandonar el puerto o ser desmantelada.
La postura oficial de expresada en la Gaceta de Madrid en mayo de 1832 era la siguiente:
Estando próxima á empeñarse la lucha entre los dos hermanos Príncipes de Portugal, la escuadra inglesa, que se hallaba surta en' el Tajo, ha salido deallí para tomar posición en el paraje llamado la Roca de Lisboa, y ha sido reforzada con el doble objeto de proteger los intereses y súbditos británicos, yde oponerse á la intervención de cualquiera Potencia extranjera; declarando la Inglaterra que solo en este caso se desviará de la estricta neutralidad qué sepropone observar.
Guiado por los mismos principios, ha adoptado también el Rey nuestro Señor igual sistema de política; pero si bien S. M. dejará que la cuestión sé decida entré los portugueses, no puede en su previsión y solicitud abandonar a merced de contingencias futuras incalculables la quietud de sus vasallos. Para ponerla pues a cubierto de todo ataque, ha dispuesto que las tropas acantonadas hasta ahora en varios puntos cercanos a la frontera de Portugal se constituyan en ejército de observación, á cuyo efecto se ha procedido ya al nombramiento del general en jefe y de los demás que le han de dirigir. Así, además de seguir los consejos dé la razón, obra S. M, en perfecta conformidad con las prudentes miras de precaución y cautela adoptadas con menos motivo de recelo por su augusto aliado el Rey de la Gran Bretaña.
Este ejército permanecerá imperturbablemente pasivo, y se abstendrá de toda intervención, según lo ha determinado y prometido S. M.; pero si una imperiosa necesidad lo exige, o se mezcla cualquiera Potencia en esta contienda puramente personal, repelerá la agresión con la noble energía y constancia que muestran los españoles cuando combaten por la justicia. Nuestro Soberano respeta los derechos ajenos; mas no consentirá jamás que sean desconocidos los suyos, ni que de este modo se turbe el sosiego de sus pueblos.
El comandante del puerto de Vigo era en ese momento el teniente de navío José Melgares, y de la plaza de artillería el teniente coronel D. Joaquín Ponte.
El número de barcos, de cañones y personal varía entre las diferentes fuentes pero se puede aproximar al siguiente.
Miguelisatas:
Navío "Don João VI" 74 cañones 880 hombres
Fragata "Princeza Real" 54 cañones 560 hombres
Corbeta "Cybelle" 28 cañones 250 hombres
Corbeta "Isabel María" 26 cañones 250 hombres
Bergantín "Audaz" 20 cañones 160 hombres
Bergantín "Tejo" 20 cañones
Pedristas:
Fragata "Rainha de Portugal" Previamente una fragata sueca de roble llamada "Af Chapman"[10] 46 cañones, que había pertencido anteriormente a la armada de la Gran Colombia como "Congreso"
Fragata "Donna María II" Previamente fragata de teca "Sir Francis Drake" 42 cañones también renombrada como Asia
El día 10 de octubre de 1832 el Almirante George Rose Sartorius arriba a las islas Cies y anclando para bloquear a la escuadra Miguelista y prevenirla de bloquear Oporto.
Previamente según algunas fuentes habían conseguido acercarse en su viaje de Lisboa a Vigo, donde las dos Fragatas constitucionalistas, se acercan a la popa de la fragata realista. La "Don Joao" dispara sus cañones de sotavento, pero un dispara desde la fragata de Sartorius desarbola la mayor haciendo caer el juanete sobre la cubierta, cayendo sobre los cañones previniéndoles de disparar para evitar que prendieran fuego y entrando en Vigo para reparar los daños.
La escuadra Miguelista saldrá de la ría por el canal Sur para tomar rumbo a Lisboa acechada por los Pedristas.
El día 11 alrededor de la 1 AM comienza la batalla con muy poco viento. El fuego de los Miguelistas se concentro inicialmente en las dos fragatas Pedristas y en el bergantín "23 de Julio" con abundante fuego de racimos de metralla y botes de metralla después los dirigieron a la Corbeta "Portuense" que sostuvo y rechazo el fuego enemigo. El combate duró unas 4 horas tras la cual en palabras de Sartorius:
Visconde Sartorius Gram Crus de Aviz, Commendador da Ordem de Torre e Espada
"viendo que mi aparejo de babor había sufrido mucho, y que algunas de mis armas en el mismo lado estaban dañadas temporalmente, traté de virar a estribor, acompañando este movimiento con un fuego bien dirigido contra la fragata enemiga, que apenas habiéndolo efectuado, el enemigo huía hacia el sur, cuando reparé mis daños.Me resulta imposible encontrar términos suficientemente adecuados para alabar la frialdad, la valentía y la intrepidez del los oficiales, marineros e infantes de marina. tengo que lamentar la muerte de 16 de mis hombres, uno de ellos era un oficial activo y valiente; 38 están heridos, de cuyos servicios seré privado por algún tiempo"
Descripción de la batalla por Mr. Alfred B. Williams
En la mañana del 10 de octubre, el enemigo estaba listo para izar velas y zarpar.
Prepararse para la batalla, arriar velas y esperar el acercamiento. El enemigo cayó hacia el sur del canal, y nos destacamos a la altura de ellos, manteniéndonos amurado a estribor. A medianoche nos acercamos, y comenzamos la acción.
Antes de partir de Vigo se envió un despacho secreto a Sartorius de algunos oficiales miguelistas en el sentido de “que si se les concediese el mismo rango bajo la Reina, desertarían y se unirían a nuestros barcos, y si se estaban de acuerdo, la señal sería una bandera blanca izada en la mayor, con las letras L.X.A." Esto se hizo, y a medianoche la acción comenzó muy cerca del Dom João de 74c., de la fragata de 50c. y de la corveta de 26c, continuando ferozmente durante cuatro horas y media, cuando el Dom João finalizó, silenció sus armas y se fue a Lisboa con el resto de su flota. Tuvimos luz de luna para la acción.
Nuestros mástiles, aparejos y velas estaban tan hechos pedazos que no podíamos seguir por miedo a que los mástiles se cayeran por la borda; por lo tanto, después de arreglarnos un poco, volvimos a Vigo para reparar; el enemigo va a Lisboa con el mismo propósito, que les llevó hasta junio de 1833 antes de que pudieran volver a hacerse a la mar. El enemigo tenía 228 cañones, 2100 hombres; nosotros 166 cañones y 1098 hombres.
...
El día 12 los muertos fueron cosidos a sus hamacas y enviados al fondo del mar.
Nos mantuvimos en Vigo, pasamos una escuadra española, que venía a hacer aguada. El almirante español envió una orden urgente a Sartorius para abandonara el puerto o le atacaría. Nuestro almirante respondió que preferiría luchar contra la escuadra española que luchar contra los elementos en su destrozada condición. La 'Donna María" había recibido ochenta balas, algunas bajo su línea de flotación.
Esta valiente acción no le dio la satisfacción que se esperaba en el cuartel general de Dom Pedro. Fue considerada por personas no avezadas en marina que Sartorius debía haber tomado la flota miguelista.
Los realistas se retirarán a Lisboa llegando el día 14 de octubre.
Sartorious desembarcará en Oporto para ser recibido fríamente por Dom Pedro, volviendo a Vigo para invernar.
En noviembre se empiezan a producir síntomas de insubordinación en las tripulaciones del "Rainha" y Donna María" ya que a la tripulación se le debían 8 o 9 pagas. El almirante Sartorios urge a Dom Pedro a pagar a sus hombres pero sin resultado, sus cartas no son contestadas. La tripulación suplica al almirante los desembarque en Vigo, y este les indica que los que deseen desembarcar se sitúen del costado del puerto, y los otros del opuesto; desembarcando 160 y permaneciendo 90. Algunos oficiales también renunciaron.
Porto 1832-1833 Bollarte, William
La flota de Sartorius permanecerá en Vigo hasta mediados de enero de 1833, cuando se dirigen hacia Oporto atacando el fuerte do Qeijo. Los partidarios de Dom Pedro recelan del llamándole charlatán, cobarde e ignorante.
Previamente un brote de cólera se extiende en el buque insignia "Rainha" obligando a desembarcar a la tripulación en las islas Cíes fumigando el barco, aunque la epidemia continuó y afectó también al H.S.M. "St. Vincent" pero no al "Donna María".
Según las notas de Williams " Muchas tumbas de hombres valientes ahora se puede rastrear descansando en la cima de esa isla salvaje, aunque bonita y deshabitada"
El brote de Cólera Morbo llegará en barcos procedentes de la india en 1833 entrando en Galicia a través de Portugal donde desde abril de 1832 se establecen controles en la frontera.[11]
Almirante Sir George Rose Sartorius, primer Conde de Penha Firme, primer Vizconde de Piedade, primer Vizconde de Mindelho
En marzo de 1833 Sartorius urge a Dom Pedro a pagar a sus hombres o se verá obligado a abandonar el servicio a la escuadra de su Majestad. Indicando que si el sistema de "amanhaa" o vuelva usted mañana continua se enfrentan a un motín. Su única fuerza era mantener los buques para en caso e impago, poder venderlos en Inglaterra y pagar a sus hombres.
A la recepción de esta carta Dom Pedro decide relevar a Sartorius nombrando al Capitan Crosbie, y despachando a Sir J. M. Doyle con una "Carta Regia" e instrucciones para traer como prisionero a Oporto a Sartorius. Finalmente será Sartorius cuando estos se presentan en un pequeño velero en Vigo quien los arreste.
Debido a todos estos malos entendidos Sartorius será relevado por Charles John Napier que se incorporará finalmente tras la renuncia de Sartorius en junio de 1833.
La batalla no fue definitiva, ya que la flota Miguelista consigue huir, dejando a la Pedrista también dañada y refugiada en Vigo. A esto hay que añadir los problemas de pago a la flota mercenaria, que mantienen a las dos flotas apartadas durante meses reparando sus daños, y el descontento de los Pedrista por las reticencias de Sartorius a apoyar desde el mar las operaciones en la zona de Porto totalmente asediada por los Migelistas en ese año.
Por ello el objetivo principal de la flota Pedrista no se consigue en esta batalla, al no capturar a la Miguelista encerrada en una estrecha ría; consiguiendo esta huir de nuevo a Lisboa, y dejando a las tropas de Pedro IV sin apoyo naval durante meses (tanto por el mal estado de la flota, como por los problemas de enfermedades, avituallamientos y pagos)
La guerra se alargaría hasta 1934 cuando el 24 de mayo se declara un alto al fuego y dos días después se firmaba la Convención de Évora-Monte.
Da Revolução de 1820 à Convenção de Évora-Monte e morte de D. Pedro IV; João Pereira Bastos. Academia da Marinha, 2006.
Viagens e operaçoes navais (1824-1974) Academia de Marinha Coordenador Antonio Costa Canas. CAPÍTULO I OPERAÇÕES NAVAIS ATÉ À REGENERAÇÃO (1824-1851) Jorge Moreira Silva
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Datos: Q124850316