Bactromancia

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La bactromancia era una forma de adivinación supersticiosa por medio de varitas o ramillas de olivo, laurel, etc que estuvo muy en boga en algunos pueblos de la antigüedad.

Los persas, tártaros y especialmente los romanos la practicaron; según Heródoto, los escitas se servían para ello de varitas de sauce muy rectas y los magos, al decir de Estrabón, usaban ramas de laurel o de mirto.

Se las descortezaba por un lado en toda su longitud y después se las arrojaba al aire: si cuando caían al suelo presentaban primero la parte descortezada y después la parte que conservaba la corteza, era señal de buen agüero y si caían dos veces del mismo lado, era señal de malo.

En la bacromancia tuvo origen la varita mágica.[1]

Referencias[editar]