Arqueología en Chile

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Los inicios de la Arqueología en Chile se remontan al Siglo XIX. En este primer período se puede postular que a fines de la década de 1870 se inició un intento semi institucional de comenzar estudios de arqueología con la formación de la Sociedad Arqueológica de Santiago.

En 1882 se publica la gran obra sobre los Aborígenes de Chile de José Toribio Medina.

Pero es en los primeros años de la centuria vigésima que los especialistas a la Historia de Chile y de otras ciencias, empiezan a demostrar un interés por esta nueva disciplina. Destacan en este segundo período don Max Uhle, Ricardo Latcham, Aureliano Oyarzún, Martín Gusinde, Augusto Capdeville y Tomás Guevara. En Santiago se inauguró el 25 de diciembre de 1908 el Cuarto Congreso Científico.

El tercer período de la arqueología en Chile se sitúa a partir de la década de 1940. En esta década mueren Latcham y Oyarzún. Contemporáneo a la muerte de estos grandes humanistas, empiezan a surgir como nuevos investigadores de la arqueología Junius Bird, Francisco Cornely, Jorge Irribaren y sobre todo la Dra. Grete Mostny.

En la década de 1950 se organiza un Centro de Estudios Antropológicos dependiente de la Universidad de Chile en el cual participan investigadores extranjeros y nacionales como R. Schaedel, Osvaldo Menghín, Juan Munizaga, Ximena Bunster, Bernardo Berdichewsky y Gonzalo Figueroa.

En este período también emerge la figura del padre jesuita Gustavo Le Paige, quien desde 1955 centró su evangelización e investigación en la zona de San Pedro de Atacama.

Es en 1960 que surge el cuarto período caracterizado sobre todo por la formación de nuevos museos arqueológicos en Arica y Calama; formación de carreras universitarias en la Universidad de Concepción y en la Universidad de Chile; Organización de la Sociedad Chilena de Arqueología en 1963; investigaciones de campos y publicaciones especializadas; incorporación de nuevos métodos y técnicas de investigación y la iniciación continuada de los Congresos de Arqueología desde 1961.

Empiezan a destacar en este período los arqueólogos Hans Niemeyer, Mario Orellana, Carlos Munizaga y Lautaro Núñez Atencio.


Referencias

Bibliografía