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Diferencia entre revisiones de «Discusión:Vicente Aleixandre»

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SOBRE CARMEN CONDE Y AMANDA JUNQUERA. LA REFERENCIA QUE DAN NO ME PARECE JUSTA NI AJUSTADA A LA VERDAD..
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SOBRE CARMEN CONDE Y AMANDA JUNQUERA. LA REFERENCIA QUE DAN NO ME PARECE JUSTA:
Muy Sres. Míos: Tras haber leído la referencia que dan de Carmen Conde, he decidido redactar esta carta para adscribirla a su página (en el epígrafe que se intitula discusión). Voy a narrarles cuanto viví y se aconteció en los cuatro años que estuve muy cercano a Carmen Conde; ayudándola como amigo, trabajando para ella y componiendo música para sus poemas. De veras no es mi intención replicar cuanto sobre su sexualidad anotan, y ni siquiera quiero discutir lo que José Luis Ferris afirma. Sino que mi intención es expresar lo que viví junto a esta poetisa; que siempre me narró como a Amanda Junquera de Alcázar le debía la vida (todo lo que les había unido en una amistad inquebrantable). Por todo ello, comenzaré desde el principio y les narraré cuanto sé y cuanto esta académica me contaba:
Me llamo Angel Gómez-Morán Santafé y nací en Madrid en 1961. Conocí a Carmen Conde unas navidades de 1983; hace ya veinticinco años. Yo regresaba de Sevilla, tras llevar un año y medio en la “Mili”, y donde había estrenado en privado mi ballet Tartessos (escrito para guitarra). Me presentaron a Carmen en una fiesta de Jose Luis Morales y Marín; donde ella quiso escucharme interpretar parte de Tartessos. Quedó encantada con mi música y me pidió el teléfono para encargarme obra con su poesía. Así entablamos una larga relación.
Pronto me encargó que compusiera música principalmente para sus poemas publicados en Brocal, Del Obligado Dolor y Júbilos. Así lo hice y así los estrenamos, llevándolos hasta París; con el nombre de TROVAS DE CARMEN CONDE. De igual manera, me pidió que le compusiera un Ballet similar al que ella conocía mío -“Tartessos”, para dos guitarras- ; obra que ella quería dedicar a Safo. Ballet que terminé en 1986 y que fue presentado en Madrid -bajo la lectura de Carmen Bernardos y del poeta Porpetta- e interpretada por mí junto a Fernando Hípola.
Este “poema musical” dedicado a Safo, dio “pie” para mantener numerosas conversaciones con Carmen Conde acerca de la homosexualidad -femenina y masculina-; por cuanto puedo asegurarles que en nada noté que ella tuviera más inclinaciones y admiración a las mujeres que cualquier señora heterosexual. Pues como todos sabemos, todas las mujeres admiran el cuerpo femenino, habida cuenta que es muy bello; pero tan solo por buen gusto (con sensualidad no por sexualidad).
Siendo así; me dijo Carmen que le movía defender a Safo el hecho de que ella también había vivido en una Sociedad donde cualquier mujer que hubiera realizado trabajos intelectuales, era catalogada como un ser masculino. Pues toda labor artística o creativa se dejaba en manos del hombre; ya que “ellas” debían limitarse a cuidar de los hijos y a las labores del hogar. Pareciéndole increíble a Carmen Conde que mientras casi todos hombres en Grecia podían tener sus “pupilos” (chicos a los que “iniciaban” en el sexo); tan solo Safo era señalada como una pecadora por la Historia, habida cuenta de su supuesto “lesbianismo”. Este era el motivo de defender a Safo; pues creía que la homosexualidad femenina estaba históricamente doblemente penada (aún más que la masculina).
En esos años que trabajé y que ayudé a Carmen Conde -llevándola en mi coche hasta donde ella no podía llegar sola, o bien acompañándola en duros momentos-; tuve que ir a numerosos funerales de amigos suyos. Entre ellos al de Vicente Aleixandre y al de Eduardo Junquera, el hermano de Amanda; del que recuerdo era un alto ejecutivo de una aseguradora española, que vivía en la calle Juan de la Cierva (en Madrid, aunque lo enterraron en Torrelodones). Por ello acompañaba yo a Carmen, en este caso llevándola con cariño en mi cochecito desde la casa de los Junquera, hasta la tumba de ellos -sita a más de cuarenta kilómetros de la capital-. Y durante aquellos paseos me contaba todas sus historias; entre ellas las de Amanda (a la que conocí en el sepelio y funeral de su hermano). De quien me relató la siguiente historia: Al parecer era la mujer de un amigo suyo de Murcia -Cayetano Alcázar- que había sido republicano como ellos (Carmen y su marido). Pero quien gracias a su cuñado y a la familia de Amanda (los Junquera) quedó libre de toda culpa y no sufrió represalias tras 1939. Pues teniendo bastante fuerza esta familia en el Régimen de Franco, se dedicaron a ayudar a personas que podían ser perseguidas, como su cuñado -Cayetano Alcázar-. Así fue como se trajeron de Murcia a Madrid a Carmen Conde, al terminar la Guerra Civil; quien estuvo viviendo semi-escondida dos años en la casa de veraneo que Amanda Junquera y Cayetano Alcázar tenían en el Escorial.
Tras ello, pasó a vivir con Vicente Aleixandre en la colonia Welingtonia (en la planta baja de su chalet); cuando los Junquera lograron que Antonio Oliver -su marido- pudiera trabajar como profesor en la Complutense, pudiendo rehacer así su vida Carmen y su marido (hacia 1942).
Todo cuanto narro era lo que debía Carmen Conde a los Junquera y en especial a su amiga Amanda, a la que también pude conocer y que murió pocos años después que su hermano. Aunque tristemente para aquel entonces yo ya había dejado de tratar con la pobre Carmen Conde; porque tras presentarle a mi novia entonces (hoy mi mujer) había comenzado a distanciarse mucho de mí. Evidentemente, yo nunca sospechaba que esa poetisa -con cincuenta y cinco años más que yo- podía sentir algo diferente al cariño de una madre por mí. Pero no debió ser así; pues en el momento en que conoció a mi novia, ella comenzó a tratarme de otro modo y a manifestar unos terribles celos; por lo que tuve que dejar de tratar con la poetisa -habida cuenta los desplantes y las broncas absurdas que me echaba-. Fue así como hacia 1988, decido no tratarla más; después de cinco años de gran amistad y tras muchas colaboraciones. Asustado por esas reacciones que ella tenía cada vez que me veía junto a mi novia.
Por lo demás, y en cuanto a la sexualidad de Carmen Conde, desearía añadir que ella estuvo enormemente enamorada de Antonio Oliver, del que nunca dejaba de hablar y de narrar maravillas. Con él tuvo una hija que nació muerta (tras venir al mundo con el cordón umbilical anudado al cuello); todo lo que supuso una tremenda tragedia para la poetisa. Tanto que un día me pidió que yo pusiera música a este triste hecho; para lo que yo le compuse una pieza sobre la que ella recitó su poema “Cómo se va a llamar la niña: María del Mar y de la Muerte”. Finalmente añadiré acerca del extraño tema de la sexualidad de Carmen Conde (sobre el que tanto se habla); que sobre Antonio Oliver lo único que ella narraba era que su marido tuvo una enfermedad cardiaca grave. Dolencia que le impedía tener relaciones con él tantas veces como hubiera querido; todo lo que ella contaba con una gran pena, pues le hubiese gustado disfrutar más de su marido.
Por lo demás, a Amanda Junquera y a su marido (Cayetano Alcázar) les debía la vida; tras haberla traído de Murcia, para esconderla en El Escorial -desde 1939 a 1940-. Además ellos fueron los que después consiguieron que Antonio Oliver tuviera un puesto en la Complutense como profesor (gracias a lo que Carmen y Antonio pudieron vivir dignamente; primero junto a los Aleixandre y luego en su casa de Ferraz 67).
Por todo ello, creo que sería de justicia narrar la historia de los Junquera y Alcázar tal como sucedió. Y aunque no niego que pueda ser muy divertido pensar si unos se acostaban con otros o si “eran de allí” o “de allá”. A mi juicio, en este caso es muy cruel quedarse en esas suposiciones y no narrar la verdad; como lo fue que Amanda y Cayetano salvaron de un destino penoso a Carmen Conde y a Antonio Oliver.
Sin más: Angel Gómez-Morán Santafé

Revisión del 03:42 26 dic 2017

1º Vicente Aleixandre fue inscrito en el Registro Civil de Sevilla, su ciudad natal, con el nombre de su abuelo paterno, Vicente, seguido -según era costumbre- de varios nombres más, y estos son: Pablo (y no Pío, como se ha difundido y reproduce Wikipedia), Marcelino y Cirilo. (Remito para esta rectificación al libro del profesor José María Barrera López, "La luz en la distancia", Ayuntamiento de Sevilla, 1998, pág. 33.)

2º "Ámbito" no es un libro exclusivamente de influencia juanramoniana, como se afirma en Wikipedia: hay casi más presencia estilística de Jorge Guillén, también ecos de la poesía clásica española de la Edad de Oro; en especial, de Fray Luis de León y de Góngora. (Véase Prólogo a mi edición de "Ámbito", Madrid, Castalia, 1990.) También hay un "sustrato ultraísta", como se dice en ese referido Prólogo, muy evidente.

3º Rectifico y aclaro un error muy extendido. "La destrucción o el amor" obtuvo el Premio Nacional de Literatura de 1933, exactamente en los días finales de ese año, diciembre de 1933; no se pudo hacer público en la prensa, por tanto, hasta los primeros días de enero de 1934, lo que ha dado pie a la confusión (el Premio Nacional, repito, fue el del año 1933)y hasta 1935 no salió publicado, con banquete de celebración por cierto, en el que Federico García Lorca tuvo palabras de admiración hacia el recién publicado libro.

y 4º La llamada tercera y última etapa de la poesía de Aleixandre está formada por dos títulos nada más: "Poemas de la consumación", de 1968 (Premio de la Crítica de 1969) y "Diálogos del conocimiento" (1974); la página de Wikipedia cita también, erróneamente, "Sonido de la Guerra", que no deja de ser un poema más de "Diálogos del conocimiento" que, al igual que otros del libro, fue anticipado por el poeta en revista o en edición exenta ("plaquette"). A estos dos títulos de su obra canónica podría añadirse el póstumo "En gran noche", editado por Carlos Bousoño y por mí en Seix Barral, en 1991. Con el mejor ánimo de colaborar con Wikipedia,

Alejandro Duque Amusco

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Discusi%C3%B3n:Vicente_Aleixandre"== Año fallecimiento ==

soy de 1984 y vengo directamente de esa página, apartado de fallecimientos y no se refleja el de Vicente Aleixandre. Sustitúyanlo en la página de su año de fallecimiento, gracias.

¿Premio Francisco Franco?

He buscado referencias a este supuesto premio recibido por Aleixandre y no he encontrado ninguna (no aparece, por ejemplo, en esta página oficial. Lo que sí ocurrió en 1949 con seguridad fue su ingreso en la Real Academia Española. rupert de hentzau (discusión ) 13:32 16 sep 2007 (CEST)

¿Puede documentarse lo del premio Francisco Franco? Si no se aporta documentación, no debiera permanecer esta mención en la página de Wikipedia.

Bueno, tras mucho mucho rebuscar he llegado a estas conclusiones. 1ª. el premio Francisco Franco era la denominación en aquella época del actual Premio Nacional de Literatura. 2ª, en 1949 y según las referencias encontradas en la hemeroteca del ABC el premio Francisco Franco se dividió a partes iguales entre Rafael Calvo Serer y Jesús Pabón (ver aquí). 3ª, ciertamente no hay documentación que atestigue el premio Francisco Franco otorgado Vicente Aleixandre ni antes ni después de ese año, procederé a eliminar esa información. Chuck Norris Cuéntamelo todo 09:32 14 sep 2011 (UTC)[responder]
También he referenciado el premio nacional de literatura en 1933, pero como se publicó en 1935 la referencia aportada data de ese año, del ABC.Chuck Norris Cuéntamelo todo 10:00 14 sep 2011 (UTC)[responder]

Enlaces rotos

Elvisor (discusión) 08:21 24 nov 2015 (UTC)[responder]

Enlaces externos modificados

Hola,

Acabo de modificar 1 enlaces externos en Vicente Aleixandre. Por favor tomaos un momento para revisar mi edición. Si tenéis alguna pregunta o necesitáis que el bot ignore los enlaces o toda la página en su conjunto, por favor visitad esta simple guía para ver información adicional. He realizado los siguientes cambios:

Por favor acudid a la guía anteriormente enlazada para más información sobre cómo corregir los errores que el bot pueda cometer.

Saludos.—InternetArchiveBot (Reportar un error) 12:59 23 dic 2017 (UTC)[responder]


SOBRE CARMEN CONDE Y AMANDA JUNQUERA. LA REFERENCIA QUE DAN NO ME PARECE JUSTA: Muy Sres. Míos: Tras haber leído la referencia que dan de Carmen Conde, he decidido redactar esta carta para adscribirla a su página (en el epígrafe que se intitula discusión). Voy a narrarles cuanto viví y se aconteció en los cuatro años que estuve muy cercano a Carmen Conde; ayudándola como amigo, trabajando para ella y componiendo música para sus poemas. De veras no es mi intención replicar cuanto sobre su sexualidad anotan, y ni siquiera quiero discutir lo que José Luis Ferris afirma. Sino que mi intención es expresar lo que viví junto a esta poetisa; que siempre me narró como a Amanda Junquera de Alcázar le debía la vida (todo lo que les había unido en una amistad inquebrantable). Por todo ello, comenzaré desde el principio y les narraré cuanto sé y cuanto esta académica me contaba: Me llamo Angel Gómez-Morán Santafé y nací en Madrid en 1961. Conocí a Carmen Conde unas navidades de 1983; hace ya veinticinco años. Yo regresaba de Sevilla, tras llevar un año y medio en la “Mili”, y donde había estrenado en privado mi ballet Tartessos (escrito para guitarra). Me presentaron a Carmen en una fiesta de Jose Luis Morales y Marín; donde ella quiso escucharme interpretar parte de Tartessos. Quedó encantada con mi música y me pidió el teléfono para encargarme obra con su poesía. Así entablamos una larga relación. Pronto me encargó que compusiera música principalmente para sus poemas publicados en Brocal, Del Obligado Dolor y Júbilos. Así lo hice y así los estrenamos, llevándolos hasta París; con el nombre de TROVAS DE CARMEN CONDE. De igual manera, me pidió que le compusiera un Ballet similar al que ella conocía mío -“Tartessos”, para dos guitarras- ; obra que ella quería dedicar a Safo. Ballet que terminé en 1986 y que fue presentado en Madrid -bajo la lectura de Carmen Bernardos y del poeta Porpetta- e interpretada por mí junto a Fernando Hípola. Este “poema musical” dedicado a Safo, dio “pie” para mantener numerosas conversaciones con Carmen Conde acerca de la homosexualidad -femenina y masculina-; por cuanto puedo asegurarles que en nada noté que ella tuviera más inclinaciones y admiración a las mujeres que cualquier señora heterosexual. Pues como todos sabemos, todas las mujeres admiran el cuerpo femenino, habida cuenta que es muy bello; pero tan solo por buen gusto (con sensualidad no por sexualidad). Siendo así; me dijo Carmen que le movía defender a Safo el hecho de que ella también había vivido en una Sociedad donde cualquier mujer que hubiera realizado trabajos intelectuales, era catalogada como un ser masculino. Pues toda labor artística o creativa se dejaba en manos del hombre; ya que “ellas” debían limitarse a cuidar de los hijos y a las labores del hogar. Pareciéndole increíble a Carmen Conde que mientras casi todos hombres en Grecia podían tener sus “pupilos” (chicos a los que “iniciaban” en el sexo); tan solo Safo era señalada como una pecadora por la Historia, habida cuenta de su supuesto “lesbianismo”. Este era el motivo de defender a Safo; pues creía que la homosexualidad femenina estaba históricamente doblemente penada (aún más que la masculina). En esos años que trabajé y que ayudé a Carmen Conde -llevándola en mi coche hasta donde ella no podía llegar sola, o bien acompañándola en duros momentos-; tuve que ir a numerosos funerales de amigos suyos. Entre ellos al de Vicente Aleixandre y al de Eduardo Junquera, el hermano de Amanda; del que recuerdo era un alto ejecutivo de una aseguradora española, que vivía en la calle Juan de la Cierva (en Madrid, aunque lo enterraron en Torrelodones). Por ello acompañaba yo a Carmen, en este caso llevándola con cariño en mi cochecito desde la casa de los Junquera, hasta la tumba de ellos -sita a más de cuarenta kilómetros de la capital-. Y durante aquellos paseos me contaba todas sus historias; entre ellas las de Amanda (a la que conocí en el sepelio y funeral de su hermano). De quien me relató la siguiente historia: Al parecer era la mujer de un amigo suyo de Murcia -Cayetano Alcázar- que había sido republicano como ellos (Carmen y su marido). Pero quien gracias a su cuñado y a la familia de Amanda (los Junquera) quedó libre de toda culpa y no sufrió represalias tras 1939. Pues teniendo bastante fuerza esta familia en el Régimen de Franco, se dedicaron a ayudar a personas que podían ser perseguidas, como su cuñado -Cayetano Alcázar-. Así fue como se trajeron de Murcia a Madrid a Carmen Conde, al terminar la Guerra Civil; quien estuvo viviendo semi-escondida dos años en la casa de veraneo que Amanda Junquera y Cayetano Alcázar tenían en el Escorial. Tras ello, pasó a vivir con Vicente Aleixandre en la colonia Welingtonia (en la planta baja de su chalet); cuando los Junquera lograron que Antonio Oliver -su marido- pudiera trabajar como profesor en la Complutense, pudiendo rehacer así su vida Carmen y su marido (hacia 1942). Todo cuanto narro era lo que debía Carmen Conde a los Junquera y en especial a su amiga Amanda, a la que también pude conocer y que murió pocos años después que su hermano. Aunque tristemente para aquel entonces yo ya había dejado de tratar con la pobre Carmen Conde; porque tras presentarle a mi novia entonces (hoy mi mujer) había comenzado a distanciarse mucho de mí. Evidentemente, yo nunca sospechaba que esa poetisa -con cincuenta y cinco años más que yo- podía sentir algo diferente al cariño de una madre por mí. Pero no debió ser así; pues en el momento en que conoció a mi novia, ella comenzó a tratarme de otro modo y a manifestar unos terribles celos; por lo que tuve que dejar de tratar con la poetisa -habida cuenta los desplantes y las broncas absurdas que me echaba-. Fue así como hacia 1988, decido no tratarla más; después de cinco años de gran amistad y tras muchas colaboraciones. Asustado por esas reacciones que ella tenía cada vez que me veía junto a mi novia. Por lo demás, y en cuanto a la sexualidad de Carmen Conde, desearía añadir que ella estuvo enormemente enamorada de Antonio Oliver, del que nunca dejaba de hablar y de narrar maravillas. Con él tuvo una hija que nació muerta (tras venir al mundo con el cordón umbilical anudado al cuello); todo lo que supuso una tremenda tragedia para la poetisa. Tanto que un día me pidió que yo pusiera música a este triste hecho; para lo que yo le compuse una pieza sobre la que ella recitó su poema “Cómo se va a llamar la niña: María del Mar y de la Muerte”. Finalmente añadiré acerca del extraño tema de la sexualidad de Carmen Conde (sobre el que tanto se habla); que sobre Antonio Oliver lo único que ella narraba era que su marido tuvo una enfermedad cardiaca grave. Dolencia que le impedía tener relaciones con él tantas veces como hubiera querido; todo lo que ella contaba con una gran pena, pues le hubiese gustado disfrutar más de su marido. Por lo demás, a Amanda Junquera y a su marido (Cayetano Alcázar) les debía la vida; tras haberla traído de Murcia, para esconderla en El Escorial -desde 1939 a 1940-. Además ellos fueron los que después consiguieron que Antonio Oliver tuviera un puesto en la Complutense como profesor (gracias a lo que Carmen y Antonio pudieron vivir dignamente; primero junto a los Aleixandre y luego en su casa de Ferraz 67). Por todo ello, creo que sería de justicia narrar la historia de los Junquera y Alcázar tal como sucedió. Y aunque no niego que pueda ser muy divertido pensar si unos se acostaban con otros o si “eran de allí” o “de allá”. A mi juicio, en este caso es muy cruel quedarse en esas suposiciones y no narrar la verdad; como lo fue que Amanda y Cayetano salvaron de un destino penoso a Carmen Conde y a Antonio Oliver. Sin más: Angel Gómez-Morán Santafé