Usuario:Vivero/esbozos2

De Wikipedia, la enciclopedia libre

LUIS GONZAGA URBINA fue un escritor mexicano nacido el 8 de febrero de 1864 (y no de 1868, como se dice a menudo) [1]​ en la Ciudad de México y fallecido en Madrid, España, el 18 de noviembre de 1934. Su nombre suele escribirse como LUIS G. URBINA, y en las listas se alfabetiza siempre por el apellido Urbina.

Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria. Se relacionó con el poeta modernista Manuel Gutiérrez Nájera y con Justo Sierra, con quien trabajó en la Secretaría de Instrucción Pública. Se dedicó a la docencia y a la crítica teatral y musical para diversos periódicos. Durante la Revolución Mexicana se trasladó a La Habana y a Madrid, donde murió, viajando también a Buenos Aires y a Italia. Figura entre los grandes poetas mexicanos por su alta calidad estética, plena de madurez, en la transición entre el romanticismo y el modernismo.

Biografía[editar]

Las contradicciones sobre su año de nacimiento y el tardío descubrimiento del año real son un anuncio de lo poco que se sabe de su infancia. Seguramente fue menesterosa, dada su orfandad, la urgencia con la que empezó a trabajar siendo muy joven, y las condiciones de vida durante el porfiriato [2]​.

Tras cursar estudios en la Escuela Nacional Preparatoria de México, e iniciarse con cierta precocidad como periodista como redactor de "El Siglo XIX, Justo Sierra, Ministro de Instrucción Pública durante el porfiriato, se fijó en él y lo apadrinó tanto en la vida cultural como en la función pública, nombrándolo su secretario personal. De esa época data también su relación con Manuel Gutiérrez Nájera, la otra persona de mayor influencia en su obra.

Fue maestro, llegando a ejercer la cátedra de literatura española en la Escuela Nacional Preparatoria; periodista autor de crónicas de la vida mexicana, y también crítico de música y teatro en diarios y revistas como El Mundo Ilustrado, la Revista de Revistas o El Imparcial, del que llegó a editorialista hacia 1911. También escribió en colaboración antologías y ensayos sobre la literatura mexicana, destacando la Antología del centenario, de 1910 (centenario del grito de Dolores, de 1810, que inició la Independencia), escrita en colaboración con Pedro Henríquez Ureña y el historiador Nicolás Rangel, bajo la dirección de Sierra. Colaboraba también en la mítica revista Azul, divulgadora del modernismo americano, fundada por Manuel Gutierrez Nájera. Pero si se lo sigue recordando es sin duda por su obra poética original, elegante y emotiva [3]

En 1913 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de México, cargo que funge hasta 1915. Se recuerda el atinado informe que entregó al gobierno a los cuatro meses de dirigir la biblioteca, reportando la desastrosa situación en la que se le entregó el centro. También fue notorio su éxito en la conservación de las Biblias, muy amenazadas a su llegada.

Cuando en agosto de 1915 las fuerzas revolucionarias tomaron la Ciudad de México, y Obregón asumió la presidencia, Urbina abandonó el país, no conforme con la revolución constitucionalista, exiliándose en La Habana. Urbina había cometido un error político en la turbulencia revolucionaria, apoyando en 1913, desde su tribuna de El Imparcial, a Victoriano Huerta. [4]

En Cuba, como antes en su país, ejerció la docencia y el periodismo.

En 1916, su periódico, El Heraldo de la Habana, lo envía como corresponsal a Madrid. En esos años, un buen número de mexicanos ilustres vivieron en Madrid, ya fuera por estudios o exiliados por la Revolución: Alfonso Reyes, Martín Luis Guzmán, Diego Rivera o Ángel Zárraga eran compatriotas vecinos de Urbina [5]​ . Seguirá en Madrid hasta su muerte, salvo intervalos de viajes, de los que los más importantes lo llevan a Buenos Aires, entre abril y agosto de 1917, a Italia, a comienzos de 1920, y a un frustrado regreso a México en ese mismo año.

Muy fructiferó resulta el viaje a Argentina. En la Universidad de Buenos Aires dicta un ciclo de conferencias sobre literatura mexicana, que luego se publica como La vida literaria de México y La literatura mexicana durante la Independencia

En 1918, de vuelta en Madrid, es nombrado primer secretario de la embajada de México en España, cargo que ocupará hasta 1920, año en el que viaja a Italia y regresa después a México.

En México es nombrado Secretario del Museo Nacional de Arqueología, Etnografía e Historia. Pero el 21 de mayo de 1920 el asesinato de Venustiano Carranza en Tlaxcaltenango, Puebla, vuelve a sacudir la sociedad mexicana de forma no grata para Urbina, que regresa a Madrid. Nuevamente se le conceden cargos oficiales, esta vez en la comisión "Del Paso y Troncoso", primero como secretario (sucediendo a Alfonso Reyes) y después, desde 1926, como encargado.

Murió el 18 de noviembre de 1934. Su cadáver fue inmediatamente reclamado por las autoridades mexicanas, y en diciembre del mismo año entraba en Veracruz. Está enterrado en la Rotonda de los Hombres Ilustres de Ciudad de México.

Su obra puede bifurcarse en tres ramas: la primera está formada por las críticas musicales y teatrales dispersas en los periódicos de la época, si bien se han hecho recopilaciones, y por las crónicas de la vida cotidiana que él mismo dio a veces a la imprenta; el segundo son los trabajos académicos de historia de la literatura, que se plasmaron en libros y textos de conferencias. Pero se sigue recordando y leyendo sobre todo al Luis G. Urbina poeta.

Obra como cronista[editar]

En 1929, la Enciclopedia Espasa alababa las crónicas del por entonces madrileño Urbina, calificándolo de sobresaliente en ese género, por saber conjugar un estilo elegante con recursos humorísticos y frívolos, y ser capaz además de hacerlo en una amplia variedad de temas. El mismo Urbina definía la crónica como la capacidad de basarse en hechos reales para hacer con ellos "pirotecnias", "fuentes luminosas", "mágicas y giratorias geometrías" [6]​.

  • Cuentos vividos y crónicas soñadas (México, 1915)
  • Bajo el sol y frente al mar, impresiones de Cuba (Madrid, 1916)
  • Estampas de viaje: España en los días de la guerra (1920)
  • Luces de España (1924)
  • ... y toda su obra periodística, dispersa en muchos medios, entre otros El siglo XIX, Revista Azul, El Imparcial, Revista de Revistas, El Mundo Ilustrado, El Heraldo de la Habana, Juventud Literaria, El Partido Liberal, Lira Mexicana...

Obra académica sobre literatura[editar]

En cuanto a los trabajos académicos, en 1910 redactó la Introducción a la Antología del centenario, reputada como demostración de su competencia como crítico y estudioso de la literatura. Posteriormente, en todas las etapas de su vida, publicó textos de sus clases y conferencias y libros de literatura mexicana, seguramente concebidos desde la docencia en la Escuela Preparatoria, en la de Altos Estudios, y luego en La Habana. Obras del Urbina académico son:

  • Antología del centenario (México, 1910, en colaboración con Henríquez Ureña y Nicolás Rangel)
  • La literatura mexicana (conferencia, México 1913)
  • El teatro nacional (1914)
  • La literatura mexicana durante la guerra de la Independencia (Madrid, 1917)
  • La vida literaria de México (Madrid, 1917)
  • Antología romántica 1887-1917 (Madrid, 1917)

Obra poética[editar]

La incertidumbre de su adscripción, entre el romanticismo y el modernismo, define un estilo propio que puede calificarse de romanticismo "contenido" o "pudoroso" si se quiere poner de relieve la distancia que lo separa de los excesos de sensibilidad de los románticos, a veces en las lindes de lo pueril. Pero también se lo puede llamar modernista "sobrio", por cuanto no participa de la exuberante riqueza de vocabulario ni de las extravagancias de sonidos e imágenes de las que se quejaba su contemporáneo y compatriota Enrique González Martínez, al reclamar que se le torciera el cuello al cisne, de engañoso plumaje. Urbina mismo interpretó su falta de adaptación a ambas corrientes como causa de soledad, o rechazo: "Los modernistas no me reputan como suyo" --dijo-- "porque me consideran romántico; los románticos no me tienen como suyo, porque me encuentran modernista"[7]

Como ocurre con otros poetas de la época, como el mismo Nervo, la obra de Urbina gozó de gran éxito popular en su tiempo, y tal vez medio siglo más, para luego perder algo de vigor y verse sometida a críticas más severas. La historia del cautivo beso enamorado de una mano de nieve de su poema Metamorfosis sigue estando entre los textos más memorizados y declamados en México, y ninguna antología de la literatura hispanoamericana debería carecer de una selección de poemas de Urbina. Alfonso Reyes lo tenía por persona "de rara penetración"; quizá fue esa penetración la que le permitió trasladar a sus versos lo esencial de romanticismo y modernismo, liberándolos con extraño filtro de los excesos de ambas corrientes. La crítica no olvida, sin embargo, sus reiteraciones un poco cansinas de los temas tratados, su estrecho repertorio léxico y su tono en general "menor", aunque emotivo y sentimental [7]​ . Los libros de poemas que suelen citarse son:

  • Versos (México, 1890)
  • Ingenuas (París, 1910)
  • Puestas de sol (1910)
  • Lámparas en agonía (México, 1914)
  • El poema de Mariel (1915)
  • Glosario de la vida vulgar (Madrid, 1916)
  • El corazón juglar (1920)
  • Cancionero de la noche serena (1941)


Notas[editar]

  1. Hasta 1958 no se conoció con seguridad esta fecha de nacimiento. Muchas fuentes en general muy fiables, incluyendo prestigiosas enciclopedias, citan 1868 como año de nacimiento, y unas pocas 1867 o 1869
  2. Oviedo cita las palabras orfandad y pobreza, y otras fuentes parecen confirmar la información
  3. Esos adjetivos son habituales en sus críticos. Véase Howland, Oviedo, Gullón...
  4. el dato del apoyo a Huerta es de José Miguel Oviedo, pag. 362. Otras fuentes informan únicamente de su discrepancia con los constitucionalistas
  5. la nómina de desplazados está tomada del artículo de Perea
  6. citado por Enciclopedia Universal Hispano Americana, 1929, tomo 65, aunque también puede encontrarse en la web
  7. a b Notas basadas en los análisis críticos de Howland Bustamante y de José Miguel Oviedo


Bibliografía consultada[editar]

  • Howland Bustamante, Sergio (1969). Historia de la literatura mexicana (con algunas notas sobre literatura hispanoamericana). México: Editorial F. Trillas. 
  • Ricardo Gullón (coordinador) (1993,2002). Diccionario de literatura española e hispanoamericana. Madrid, Alianza Editorial. ISBN 84-206-5292-X (obra completa); ISBN 84-206-5248-2(tomo II). 
  • ESPASA CALPE (1929). Enciclopedia Universal Ilustrada Hispanoamericana. Madrid, Espasa Calpe. ISBN 84-239-4500-6 (obra completa); ISBN 84-239-4565-0(tomo 65). 
  • Planeta (1998). Gran Enciclopedia Larousse. Madrid, Editorial Planeta. ISBN 84-08-46020-X (obra completa); ISBN 84-08-46043-9(tomo 23). 
  • Agustín del Saz (1972). Antología General de la Poesía Mexicana (siglos XVI al XX). Barcelona, Editorial Bruguera. 
  • "Luis Gonzaga Urbina", Enciclopedia Microsoft® Encarta® Online 2007 http://es.encarta.msn.com © 1997-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. [mayo 2007]
  • Fernández de Cano, J.R. (2007). «Luis Gonzaga Urbina». Enciclonet www.enciclonet.com . © 2005 Todos los derechos reservados. Consultado el mayo 2007. 
  • Carballo, Emmanuel (2005). «La crónica y la historia novelada». EL UNIVERSAL [. Consultado el mayo 2007.  Parámetro desconocido |Edición= ignorado (se sugiere |edición=) (ayuda)
  • Mejóa Sánchez, Ernesto (2007). «Nuevas poesías viejas del "viejecito"». Universidad Complutense de Madrid. Consultado el mayo 2007.  Parámetro desconocido |Edición= ignorado (se sugiere |edición=) (ayuda)
  • José Miguel Oviedo (1997, cuarta reimpresión, 2005). Historia de la literatura hispanoamericana (2. Del Romanticismo al Modernismo). Madrid, Alianza Editorial S.A. Colección Alianza Universidad Textos. ISBN 84-206-8163-6 (T. II). 
  • Perea, Héctor. «Alfonso Reyes: El sendero entre la vida y la ficción». Centro Virtual Cervantes http://www.cvc.cervantes.es. Consultado el mayo 2007.  Dedicado a Alfonso Reyes, pero las notas sobre los mexicanos becados o exiliados en Madrid entre 1913 y 1925 son interesantes.


Enlaces externos[editar]