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Freddy Sánchez Caballero

Freddy Sánchez Caballero nació en Lorica, Córdoba, Colombia. Se graduó como Maestro en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia. Durante sus 30 años de trabajo artístico y de exposiciones individuales ha mostrado su obra en diferentes ciudades de Colombia, y en otros países (Alemania, Austria, España, Polonia y Canadá)

El trabajo como una euritmia de la forma y del color, aparece en los rostros y rastros de una cultura que alterna entre el dolor y la fiesta. F. Sánchez Caballero, experimenta con su historia, con su poética y sus fantasmas. Existe en esta obra una poderosa fuerza telúrica que nos hace evocar un mundo mítico entre la fiebre y la selva, entre el oro y el olvido Allí,.con toda su carga social y con todas las enmarañadas relaciones- hombre y medio ambiente- se vive intensamente. De esa intensidad, de esa extensión de cultura y de lucha, nos habla Freddy en su visión pictórica.

El acrílico puro, aplicado con espátula, es el medio a través del cual el maestro Sánchez Caballero le pone rostro y color a los temas sociales, étnicos y de género que le inquietan. Su propuesta es una especie de tribuna, en la cual alzan su voz los seres y los grupos humanos que reclaman condiciones dignas y oportunidades para realizarse en la sociedad. Sus cuadros son expresión del denuedo y la valentía con la que tantos compatriotas nuestros zanjan la desigualdad histórica que los aqueja.

Referente a su propuesta, el maestro Sánchez Caballero afirma: “Como concepto político, la Independencia llegó a nosotros como una respuesta al colonialismo europeo y se relacionó luego con el principio de no intervención y con el “derecho de autodeterminación de los pueblos”. Esto implica un cierto triunfo del libre albedrío de cada hombre americano para decidir su propia forma de gobierno, para buscar su desarrollo económico, social y cultural que garantice el principio de igualdad y el pleno ejercicio de los derechos humanos individuales.

El concepto de “pueblo”, clave en el proceso de independización de nuestro territorio, parece no incluir las minorías étnicas de nuestra nación, tales como comunidades indígenas y afrocolombianos quienes persiguen aún sus reivindicaciones y plantean un conflicto aún no resuelto.

La utopía sigue siendo, por tanto, (desde Platón) una alternativa al mundo real; un espacio abierto a la imaginación, íntimamente ligado con el deseo de dar sentido a la vida y de alcanzar el derecho a la felicidad. Pero ese sentido crítico que acarrea consigo la utopía plantea la necesidad y búsqueda, a través de todas las manifestaciones culturales posibles, de un mundo mejor… más solidario y justo.”

Enlaces externos

http://www.colarte.com/colarte/ConsPintores.asp?idartista=21465&pest=recuento