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Parte de Adán: Desde 1949 hasta 1953, Oppenheimer se encontró en el medio de una controversia durante el desarrollo de "Super". En 1949, la Unión Soviética detonó una bomba atómica. Esta fue una noticia impactante para muchos americanos, por lo que cayó en las manos de Oppenheimer para comprobar que realmente está detonación había tenido lugar. A modo de respuesta, Strauss recomendó a los Estados Unidos que retuviesen su superioridad nuclear desarrollando el "Super". Esta recomendación se consideró durante 7 años en Los Álamos. El General James McCormack dijo a los comisionados del AEC que mientras las armas termonucleares pudiesen ser potencialmente cientos de veces tan poderosas como las armas de fisión, como en 1949 ningún diseño funcionó, realmente no había podido construirse una bomba práctica, si es que ya había una. El advirtió que "Super" podría, probablemente, requerir una gran cantidad de tritium, el cual sólo podía ser adquirido desviando los reactores nucleares de la AEC de la producción del plutonium.

Strauss encontró aliados, los cuales eran Lawrence y Edward Teller, que habían encabezado el grupo de el "Super" en Los Álamos durante la guerra. Cuando el asunto se dirigía al CAG, fue votado por unanimidad contra un programa de choque para desarrollar el "Super". Sin un diseño practicable, pareció estúpido desviar recursos de bombas atómicas, ni había una necesidad militar. A pesar de esto, Truman autorizó el programa de choque el 31 de enero de 1950. Teller, Fermi, John von Neumann, y Stan Ulam se esforzaron para conseguir un diseño que funcionase, y en febrero de 1951, la actitud de Oppenheimer cambió completamente, y se convenció de que el "New Super" era viable. Teller dejó Los Álamos para buscar ayuda con Lawrence, un segundo laboratorio para armas, el Lawrence Livermore National Laboratory, en 1952.

"Armas estratégicas" termonucleares (objetivos militares y destructores de ciudades) fueron distribuidas por bombarderos de largo alcance, tendrían que estar necesariamente bajo el control de la relativamente nueva United States Air Force. Por el otro lado, Oppenheimer presionó para que hubiese unas pequeñas arma nucleares "tácticas" las cuales podrían ser más útiles en escenarios limitados contra tropas enemigas, y las cuales podrían estar bajo control de la Armada. Estas dos ramas de servicio lucharon por el control de las armas nucleares, a menudo aliados con partidos políticos. La Fuerza Aérea, con Teller encabezando el programa, ganó importancia en la República controlada por el gobierno, después de que Dwight D. Eisenhower fuese nombrado presidente en las elecciones seguridadde 1952.

      • Reclamaciones hechas en la carta Borden***

En noviembre de 1953, J. Edgar Hoover recibió una carta sobre Oppenheimer de William Liscum Borden, ex director ejecutivo del Congress' Joint Atomic Energy Committee. En la carta, Borden declaró su opinión "basada en años de estudio, de las pruebas clasificadas disponibles, que probablemente J. Robert Oppenheimer era un agente de la Unión Soviética." La carta se basó en el amplio expediente de investigación del gobierno sobre Oppenheimer, el cual tenía incluidos "once años" vigilados minuto a minuto del científico. Se pusieron micrófonos ocultos en su oficina y en su casa, se pinchó su teléfono y se abrieron sus cartas. Las declaraciones en la carta Borden están como se dice a continuación:

              Esta opinión considera los siguientes factores, junto a otros.
              1. La evidencia que indica que en abril de 1942: (a) Oppenheimer contribuía con importantes sumas mensuales  al partido comunista; (b) sus enlaces con el comunismo sobrevivieron la pacto nazi-soviético y al ataque soviético sobre Finlandia; (c) su esposa y su hermano pequeño eran comunistas; (d) no tenía amigos íntimos, excepto coministas; (e) tenía, por lo menos, una amante comunista; (f) solo se dirigía a organizaciones comunistas, a parte de temas de trabajo; (g) la gente que reclutó para el acceso anticipado al proyecto atómico de Berkeley era exclusivamente comunistas; (h) fue fundamental en la reclutación del partido comunistas y (i) estaba frecuentemente en contacto con espías soviéticos. 
              2. La evidencia que indica que: (a) en mayo de 1942, él paró de contribuir fondos al partido comunista, o bien lo seguía haciendo de una forma aún no descubierta; (b) en abril de 1943, su nombre fue formalmente presentado a la habitación de seguridad; (c) él mismo era consciente de esto y (d) trató repetidamente de dar falsa información al general Groves, Manhattan y al FBI durante el periodo de 1939 a 1942.
             3. La evidencia que indica que: (a) él fue responsable de reclutar a comunistas, en el tiempo de guerra de Los Álamos; (b) seleccionó un individuo concreto para que escribiese la historia oficial de Los Álamos; (c) era un fuerte seguidor del programa Bomba-H desde el 6 de agosto de 1945, (Hiroshima) día en el que personalmente urgió a cada director individual trabajando en este campo a desistir; (d) él era un entusiasta patrocinador de la programa de la Bomba-A hasta que la guerra terminó, cuando él inmediata y directamente avocó el laboratorio de Los Álamos a ser disuelto.
            4. La evidencia que indica que: (a) él tuvo una importancia instrumental e influencia en las autoridades militares y en la comisión atómica de energía para suspender el desarrollo de la Bomba-H desde mitad de 1946 hasta el 31 de enero de 1950 [fecha en la que el presidente Truman hizo público el anuncio de que Eatados Unidos en respuesta a la nueva bomba atómica soviética buscaría construir una Bomba-H] (b) él trabajó incansablemente desde el 31 de enero de 1950 en adelante para retrasar el programa de la Bomba-H de Estados Unidos; (c) él usó su fuerte influencia en contra de los esfuerzos de posguerra para expandir la capacidad de producir el material de la Bomba-A; (d)  él usó su potente influencia en contra de los esfuerzos de posguerra dirigidos a obtener grandes cantidades de suministros de material que uranio crudo; (e) él usó su potente influencia en contra de cada principal esfuerzo de posguerra hacia el desarrollo de la energía atómica, incluyendo la energía la energía nuclear submarina y programas de aeronaves así como a proyectos de energía industrial.

La carta también señala que Oppenheimer había trabajado en contra del desarrollo de la bomba de hidrógeno y había trabajado en contra del desarrollo de la energía atómica de posguerra, incluyendo plantas de energía nuclear y energía submarina nuclear. La carta concluye:

         1. Entre 1939 y mitad de 1942 probablemente, J. Robert Oppenheimer fue un comunista suficientemente duro y él incluso voluntariamente espió información para los soviéticos y llevó a cabo una búsqueda para esta información. (Esto incluye la posibilidad de que él señalase aspectos de las armas del desarrollo atómico como su propia especialidad, ya que él estaba trabajando bajo instrucciones soviéticas.) 2. Es probable que hiciese funciones como agente espía ; y 3. Es probable que mientras actuaba bajo la directiva soviética tuviese influencia de militares americanos, energía atómica, inteligencia y diplomacia política.

El contenido de esta carta no era nuevo, y alguna información ya se sabía cuando Oppenheimer había sido llamado por primera vez para el trabajo de guerra atomico. Esta información todavía no había provocado a nadie para buscar información sobre su destitución del servicio al gobierno. A pesar de la escasez de nuevas pruebas, Eisenhower ordenó que un "muro en blanco" fuese situado entre Oppenheimer y los secretos atómicos de la nación.

Hearing

      • Composición y procesos del consejo***

El 21 de diciembre de 1953, Oppenheimer fue informado por Lewis Strauss que su archivo de seguridad ha sido objeto de dos evaluaciones recientes debido a nuevos criterios de selección, y debido q que un trabajador del gobierno había prestado atención a su récord. Strauss dijo que su autorización se había suspendido, pendiente a una resolución de una serie de cargos esbozados en una carta, y discutió su renuncio. Teniendo solo un día para decidir, y consultando con sus abogados, Oppenheimer eligió no renunciar, y pedir una audición en vez de esto. Los cargos fueron esbozados en una carta de Kenneth. D. Nichols, manager general de AEC. Pendiente a una resolución de los cargos, el archivo de seguridad de Oppenheimer fue suspendido. Oppenheimer le dijo a Strauss algunas cosas que estaban en la carta de Nichols eran correctas, y otra incorrectas.

La audición se celebró en un edificio temporal de lado de las oficinas de vivienda del Washington Monument de la AEC. La audición comenzó el 12 de abril de 1954, y duró cuatro semanas. La AEC fue representada por Roger Bobb, un perseguidor experimentado en Washington, y Arthur Rolander, mientras que el equipo legal de Oppenheimer era encabezado por Lloyd. K. Garrison, un prominente abogado de Nueva York. El director de la Personal Security Board era Gordon Gray, presidente de la universidad de Carolina del Norte. Los otros miembros del panel de la audición eran Thomas Alfred Morgan, un industrialista retirado, y Ward V. Evans, director del departamento químico de la universidad del noroeste.

La audiencia no estaba abierta al público e inicialmente no fue publicada. Al comienzo de la audiencia, Gray redactó que la audiencia era "estrictamente confidencial" y pidió que no fuese publicada información sobre esta. Un par de semanas más tarde, un transcripción verbal de la audiencia fue publicada por la AEC. Oppenheimer y Garrison tampoco hicieron caso a esta petición y, tras reunirse con James Reston, de New York Times, escribió un artículo de la audiencia que se publicó en el segundo día de esta.

Garrison solicitó una autorización de seguridad de emergencia antes de la audiencia, como se le había concedido a Robb, pero no se concedió ninguna autorización durante la audiencia, lo que significó que los abogados de Oppenheimer no tenían acceso a los secretos que Robb podía ver. En al menos tres ocasiones, Garrison y su consejero fueron expulsados de la habitación de la audición por motivos de seguridad, dejando a Oppenheimer sin representación, en contra de las normas de la AEC. Durante el curso de la audiencia, Robb examinó repetidas veces a los testigos de Oppenheimer usando documentos de alto secreto que no estaban al alcance de los abogados de Oppenheimer. Él también los leyó en alto, a pesar de ser secretos.

El general consejero de la AEC Joseph Volpe pidió a Oppenheimer que retuviese a un litigator difícil como su abogados; el defensor de Garrison era amable y cordial, pero Rob era todo lo contrario. Garrison voluntariamente dio a Rob una serie de testigos, pero este se negó a ofrecer la misma cortesía. Esto dio a Robb una leve ventaja en la examination de los testigos de Oppenheimer. Un observador dijo que Robb "no trató a Oppenheimer como un testigo en su propio caso, pero como una persona cargada con una alta traición".

Alcance del testimonio

Al ser esbozado en la frat de 3500 palabras de Nichols, la audición se centró en 24 alegaciones de las cuales 23 negociaron con las afiliaciones comunistas y de izquierdas de Oppenheimer entre 1938 y 1946. Incluyendo su falso reportaje del incidente de Chevalier a las autocracias. El vigésimo cuarto cargo relacionado a la oposición de la bomba de hidrógeno. Por incluir la bomba de hidrógeno, la AEC cambió el carácter de la audición con la apertura de una pregunta en sus actividades como aviso gubernamental de posguerra.

Oppenheimer testificó por un total de 27 horas. Su comportamiento fue muy diferente de como había sido en sus previos interrogatorios, como su apariencia antes de sus actividades inamericanas. Bajo el interrogatorio de Robb el cual tenía acceso a información secreta al igual que las grabaciones de vigilancia. Oppenheimer fue a menudo angustiado, a veces sorprendentemente inarticulado, con frecuencia apologético sobre su pasado y aún autocastigado.

Uno de los elementos clave en su auditorio fue el testimonio más temprano de Oppenheimer sobre el enfoque de Eltenton hacía varios científicos de Los Álamos, una historia que Oppenheimer confesada que había sido fabricada para proteger a su amigo Chevalier. Siendo desconocido para Oppenheimer, ambas versiones fueron grabadas durante sus interrogatorios de una década antes. Y el fue sorprendido en el letrado con transcripciones las cuales él no puedo revisar. Siendo preguntado por Robb, admitió que mintió a Borish Pash, un oficial de contrainteligencia del ejército. Concerniendoel enfoque de Chevalier. Preguntado sobre por qué se inventó una historia de 3 personas que fueron investigadas por espionaje. Oppenheimer respondió: "porque era un idiota."

Muchas de las cuestiones de Oppenheimer concernían sobre su papel en la audiencia para Los Álamos de sus alumnos Ross Lomanitz y Joseph Weinberg. Ambos miembros del partido comunista. Las preguntas, se trasladaron a su vida privada, incluyendo su aventura con Jean Tatlock, una comunista. On l que estuvo una noche mientras estaba casado. Landsdade concluyó a tiempo que supuestamente interés en Tatlocke era más romántico que político. Sin embargo este asunto inofensivo pudo haber jugado más pesadamente en las mentes del jurado de revisión.

Miembros del panel de la audiencia trataron la prioridad de Robb en la audiencia para revisar los contenidos de la ficha de Oppenheimer del FBI. La Administración de procedimientos de 1946 incluyó un principio legal conocido como "la exclusividad el récord". Esto significó que la audiencia podía ser solo considerada como información que había sido formalmente presentada bajo las establecidas leyes de la evidencia. Sin embargo, mientras que el acto se aplicaba a los tribunales ya las audiencias administrativas celebradas por organismos como la Comisión Federal de Comercio y la Comisión Federal de Comunicaciones, no se aplicaba a la AEC. Garrison pidió la oportunidad de revisar el archivo con el panel, pero esto fue rechazado.

Groves, que declaró contra Oppenheimer como testigo de la AEC, se reafirmó en su decisión de contratar a Oppenheimer. Según Groves, la negativa de Oppenheimer a denunciar a Chevalier reflejaba "la típica actitud de colegial americano según la cual está mal denunciar a un amigo". Interrogado por Robb, Groves respondió que, según los criterios de seguridad en vigor en 1954, hoy "no habilitaría al Dr. Oppenheimer."

La posición oficial de la Fuerza Aérea fue apoyar la revocación de la habilitación de seguridad, que ocurrió durante el testimonio de su director científico, David T. Griggs. Aunque su testimonio no fue esencial en esa decisión, para muchos científicos Griggs fue el "Judas que traicionó a su Dios", el físico teórico que lideró el preoceso de fabricación de la bomba atómica durante la guerra.

Muchos científicos de renombre, militares, y personalidades del gobierno declararon a petición de Oppenheimer, entre los cuales estuvieron Fermi, Isidor Isaac Rabi, Hans Bethe, John J. McCloy, James B. Conant y Bush, dos ex-presidentes de la AEC y tres antiguos comisionados. También declaró a petición de Oppenheimer Lansdale, el cual había participado en la vigilancia e investigación sobre Oppenheimer durante la guerra. Lansdale, que era abogado, no se dejó intimidar por Robb. Declaró que Oppenheimer no era comunista, que era "leal y prudente". Ernest Lawrence dijo que no pudo declarar en la vista por motivos de salud. El 26 de abril tuvo la crisis de colitis más grave hasta entonces, y al día siguiente llamó a Lewis Strauss para decirle que su hermano, que era médico, le había ordenado regresar a casa, y que no declararía. De hecho, padeció de colitis hasta su muerte durante una cirugía de colostomía el 27 de agosto de 1958.

Edward Teller se oponía a la vista, pues creía que era incorrecto someter a Oppenheimer a un juicio de seguridad, pero estaba indeciso debido a anteriores agravios contra él. Robb le llamó para declarar contra Oppenheimer, y poco antes de comparecer, le mostró un dossier de documentos desfavorables para Oppenheimer. Teller declaró que tenía a Oppenheimer por leal, pero que "en numerosas ocasiones, vi al Dr. Oppenheimer actuar – entiendo que el Dr. Oppenheimer actuaba – de un modo que para mí era extremadamente difícil de entender. Estaba en completo desacuerdo en muchas cuestiones y sus acciones sinceramente me perecieron confusas y enrevesadas. Por lo que creo que me gustaría ver los intereses vitales de este país en manos que yo entienda mejor, y en las que por lo tanto confíe más." Cuando le preguntaron si se le debería conceder la habilitación de seguridad a Oppenheimer, Teller contestó que "si se trata de una cuestión de sabiduría o de juicio, como quedó demostratdo por sus acciones desde 1945, yo diría que sería más sensato no conceder la habilitación." Esto provocó indignación entre gran parte de la comunidad científica, su condena al ostracismo, y su expulsón virtual de la ciencia académica.

La decisión del consejo[editar]

El presidente de la AEC, Lewis Strauss, durante mucho tiempo adversario de Oppenheimer, pronunció el veredicto final, negándole la habilitación de seguridad. La habilitación de Oppenheimer fue revocada por 2 votos a 1 del consejo. Gray y Morgan votaron a favor, Evans en contra. El jurado dictó sentencia el 27 de mayo de 1954, en una carta a Nichols de 15.000 palabras. Halló que 20 de los 24 cargos eran ciertos o sustancialmente ciertos. Halló que su oposición a la bomba y su falta de entusiasmo había afectado a la actitud de otros científicos, pero que no los había desalentado de forma activa para trabajar en la bomba H, como se había afirmado en la carta de Nichols. Halló que "no hay evidencia de que haya sido miembro del Partido [Comunista] en sentido estricto," y concluyó que es un "ciudadano leal". Que al tiempo que "tuvo un elevado nivel de discreción que refleja una capacidad extraordinaria para guardarse para sí mismo secretos vitales," también manifestó "una tendencia a ser coaccionado, o por lo menos influido en su conducta, durante una serie de años."

El jurado halló que la relación de Oppenheimer con Chevalier "no es el tipo de cosas que nuestro sistema de seguridad permite por parte de alguien que tiene acceso regular a la información de la más alta clasificación", y concluyó que "la conducta continuada de Oppenheimer refleja una seria desconsideración por las necesidades del sistema de seguridad," que pudo "influir en cuestiones con graves implicaciones para los intereses de seguridad del país," que su actitud hacia el programa de la bomba H planteaba dudas sobre si su participación futura "sería consistente con los mejores intereses de securidad," y que Oppenheimer había sido "poco sincero en varios ejemplos" en su testimonio. En consecuencia, la mayoría no recomendó el restablecimiento de su habilitación de seguridad.

Discrepando brevemente, Evans defendió que se debería restablecer la habilitación de seguridad de Oppenheimer. Señaló que la mayoría de los cargos presentados por la AEC estaban en posesión de la propia AEC cuando habilitó a Oppenheimer en 1947, y que "negarle la habilitación ahora por lo mismo que se la concedió en 1947, cuando deberíamos saber que él supone menor riesgo para la seguridad ahora que entonces, difícilmente parece el procedimiento que se deba adoptar en un país libre." Evans dijo que la relación de Oppenheimer con Chevalier no supuso deslealtad, y que no entorpeció el desarrollo de la bomba H. Además, dijo que él personalmente pensaba que "nuestro fracaso para habilitar al Dr. Oppenheimer será una mancha negra en el escudo de nuestro país," y expresó su preocupación sobre las consecuencias que una decisión equivocada podría tener sobre el desarrollo científico del país.

En una comunicación duramente redactada, dirigida a la AEC el 12 de junio de 1954, Nichols recomendó que que no se restableciera la habilitación de seguridad de Oppenheimer. En cinco "conclusiones de seguridad", Nichols dijo que Oppenheimer era "un comunista en todos los sentidos excepto que no tenía carné del partido," y que el caso Chevalier indicaba que Oppenheimer "no es fiable", y que su falso testimonio podría representar conducta criminal. Dijo que la "obstrucción y el menosprecio de Oppenheimer por la seguridad suponen una desconsideración constante de un sistema de seguridad razonable." El memorando de Nichols no se hizo público ni fue facilitado a los abogados de Oppenheimer, a los que no se les permitió cpmparecer ante la AEC.

El 29 de junio de 1954, la AEC ratificó los hallazgos del Consejo de Seguridad de Personal, con cinco comisionados votando a favor y uno en contra. La resolución fue dictada 32 horas antes del contrato como asesor de Oppenheimer, por lo que al ser necesaria la habilitación, caducaría. En la opinión mayoritaria, Strauss dijo que Oppenheimer había exhibido "defectos de carácter fundamentales". Dijo que Oppenheimer, "en sus contactos había exhibido reiteradamente un menosprecio deliberado de sus obligaciones de seguridad of the normal and proper," y que "incumplió no una sino muchas veces las obligaciones que los servidores del estado deberían asumir de buen grado."

A pesar de la promesa de confidencialidad, la AEC divulgó una transcripción editada de la vista en junio de 1954, después de publicidad en la prensa. Las transcripciones no editadas fueron divulgadas en 2012.

Repercusiones y legado[editar]

La pérdida de su habilitación de seguridad puso fin al papel de Oppenheimer en el gobierno y en la política. Aunque no fue despedido de su puesto en el Instituto de Estudios Avanzados, como había temido, se convirtió en un exiliado académico, apartado de su anterior carrera y del mundo que había ayudado a crear. Dio conferencias públicas, y pasó varios meses al año en la pequeña isla carlibeña de Saint John. Kai Bird y Martin J. Sherwin consideraron el caso Oppenheimer "una derrota del liberalismo americano". Resumiendo las consecuencias del caso, escribieron que:

En los años que siguieron a la segunda guerra mundial, los científicos pasaron a ser considerados como una nueva clase de intelectuales, miembros de un sacerdocio de la política pública que podía ofrecer pericia de manera legítima, no solo científicos, sino también como filósofos públicos. Con la expulsión de Oppenheimer del sacerdocio, los científicos supieron que en el futuro servirían al estado solo como expertos, solo sobre cuestiones científicas concretas. Como el sociólogo Daniel Bell observó más tarde, el juicio a Oppenheimer significó que el "papel mesiánico que los científicos" tuvieron después de la guerra había llegado a su fin. La labor de los científicos dentro del sistema no podía discrepar de la política del gobierno, como había hecho Oppenheimer cuando escribió su ensayo sobre relaciones exteriores en 1953, y todavía esperar trabajar en consejos de asesoría del gobierno. El juicio supuso de esta manera un momento decisivo en las relaciones de los científicos con el gobierno. Había triunfado la versión más restrictiva de cómo los científicos americanos debían servir a su país.

Oppenheimer fue considerado por muchos en la comunidad científica un mártir del McCarthyismo, un Galileo moderno o un Sócrates, un intelectual y un progresista atacado injustamente por enemigos belicistas, simbólico del desplazamiento de la creatividad científica de la academia al ejército. Patrick McGrath destacó que "los científicos y administradores como Edward Teller, Lewis Strauss y Ernest Lawrence, con su anticomunismo y militarismo proclamados a pleno pulmón, empujaron a los científicos americanos y sus instituciones hacia una devocion completamente subordinada a los intereses militares americanos." Los científicos siguieron trabajando para la CEA, pero no volvieron a confiar en ella.

Las pruebas de lealtad y de seguridad se extendieron por el gobierno federal. En estas investigaciones, a los empleados federales se les hacían preguntas tales como:

Es correcto mezclar plama de blancos y de negros?Hay sospechas en tu ficha de que tienes sinmpatía por los desfavorecidos. Es cierto? Que piensas acerca de la igualdad de razas?Has hecho declaraciones sobre las "masas oprimidas" y las "personas desfavorecidas"? Strauss, Teller, Borden, y Robb nunca evitarían ser identificados públicamente con el caso. En una entrevista televisiva en 1962, Eric F. Goldman preguntó a Teller si estaría a favor de restaurar la habilitación de seguridad a Oppenheimer. Teller se quedó mudo, incapaz de encontrar una respuesta. La preguna se eliminó en la versión que se emitió, pero la noticia salió e hizo titulares. El presidente John F. Kennedy decidió que había llegado el momento de rehabilitar a Oppenheimer. Teller nominó a Oppenheimer para el premio Enrico Fermi de 1963. La nominación fue aprobada de forma unánime por el GAC y la AEC, y anunciada el 5 de abril de 1963. El 22 de noviembre la Casa Blanca confirmó que Kennedy presentaría personalmente el premio, pero fue asesinado ese mismo día. En su lugar, el premio lo presentó el presidente Lyndon B. Johnson. Oppenheimer murió de cáncer el 18 de febrero de 1967.

Wernher von Braun resumió su opinión sobre el caso con una broma a un comisión del Congreso: "En Inglaterra, Oppenheimer habría sido nombrado caballero."

Acusaciones recientes[editar]

En 2005, el crítico literario de la revista Time Richard Lacayo, en una revisión de 2 nuevos libros sobre Oppenheimer, dijo acerca de la vista: "En su esfuerzo de probar que había sido miembro del partido, mucho menos involucrado en espionaje, la investigación fue un fracaso. Sin embargo, el objetivo intención real era más amplio: castigar la crítica americana más prominente del cambio de los EEUU de las armas atópicas a la mucho más letal bomba de hidrógeno." Después de la vista, según Lacayo, "Oppenheimer nunca se volvería a sentir cómodo en la defensa pública de una política nuclear sensata."

El historiador de la Universidad de Cornell Richard Polenberg, observó que Oppenheimer declaró sobre el comportamiento izquierdista de sus colegas, y especuló que si no le hubieran retirado su habilitación, hubiera sido recordado como alguien que ha delatado para salvar su propia reputación. En el libro "Brotherhood of the Bomb: The Tangled Lives and Loyalties of Robert Oppenheimer, Ernest Lawrence, and Edward Teller (2002)", Gregg Herken, historiador reconocido de la Smithsonian Institution, sostenían, basados en documentación recientemente descubierta, que Oppenheimer era miembro del Partido Comunista.

En un seminario en el Instituto Woodrow Wilson el 20 de Mayo de 2009, y basados en un extenso análisis de los cuadernos de Vassiliev tomados de los archivos de la KGB, John Earl Haynes, Harvey Klehr, y Alexander Vassiliev concluyeron que Oppenheimer nunca estuvo involucrado en espionaje para los soviéticos. La KGB intentó recrutarlo repetidamente, pero nunca tuvo éxito. Las acusaciones de que había espiado para los soviéticos no tienen base, y en algunos casos, fueron desmentidas por la voluminosa documentación de la KGB y del proyecto publicada tras la caída de la Unión Soviética. Además, había apartado a varias personas del proyecto Manhattan que tenían simpatías hacia la Unión Soviética.

Teatralizaciones[editar]

Las representaciones más populares de Oppenheimer enfocan sus luchas por la seguridad como una confrontación entre militaristas de derechas (simbolizados por Edward Teller) e intelectuales de izquierdas (simbolizadas por Oppenheimer) sobre la cuestión moral de las armas de destrucción masiva. Muchos historiadoras han impugnado esto como una simplificación excesiva.

La vista fue dramatizada en 1964 por el alemán Heinar Kipphardt, "In der Sache J. Robert Oppenheimer". Oppenheimer objetó a la obra, amenazando con demandar y denunciando "improvisaciones contrarias a la historia y a la naturaleza de las personas involucradas", incluído su propia caracterización que considera la bomba "una obra del diablo". Su carta a Kipphardt decía, "Puede que usted se haya olvidado de Guernica, Dachau, Coventry, Belsen, Warsaw, Dresden y Tokyo. Yo no." Sobre su juicio de seguridad, dijo que "Todo fue una farsa, y esta gente está intentando hacer una tragedia de ello."

En su respuesta, Kipphardt ofreció hacer correcciones pero defendió la obra, que se estrenó en Broadway en junio de 1968, con Joseph Wiseman en el papel de Oppenheimer. El crítico de teatro del New York Times Clive Barnes la llamó "una obra colérica y partidista" que toma partido por Oppenheimer pero lo caracteriza como "un genio loco e infeliz".

La vista también apareció de modo destacado en la película Oppenheimer de la BBC para televisión (1980), con Sam Waterston como Oppenheimer y David Suchet como Edward Teller.