Usuario:Spirit-Black-Wikipedista/Taller Secreto II

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Biografía[editar]

Primeros años[editar]

Infancia[editar]

Santiago Felipe Ramón y Cajal nació «a las nueve de la noche del día primero de mayo de 1852 en la pequeña aldea de Petilla de Aragón».[1]​ Su padre, Justo Ramón Casasús era un cirujano, hijo de un labrador de Larrés, que trabajó como mancebo en Barcelona y obtuvo su título en la Facultad de Medicina, mientras que su madre era Antonia Cajal Puente, hija de un tejedor de Larrés, y mujer a quien el propio Justo conoció desde su infancia.[2]​ Ramón y Cajal fue el primer hijo del matrimonio.[2]​ Durante unas décadas a mediados del siglo XIX, el número de profesionales en medicina se redució drásticamente en España y esto trajo consigo problemas económicos para las nupcias de Justo Ramón y Antonia Cajal; pero gracias a los esfuerzos de su oficio pudo reunir el dinero con el que se realizó una «modesta» boda.[3]

Tal y como lo afirma el propio Cajal en su obra, Recuerdos de mi vida, se tienen pocos datos de su infancia en Larrés y Luna.[4]​ De hecho, incluso Cajal no guardó recuerdo alguno sobre su pueblo natal.[5]​ Se sabe que cuando contaba con aproximadamente cuatro años de edad, luego de «apalear a un caballo», recibió una patada de este que lo dejó inconsciente y le provocó una hemorragia.[4]​ Veía Petilla como aquel pueblo cuya «ignorancia era fruto de la pobreza».[6]​ Él mismo calificó que en su niñez fue «una criatura díscola, excesivamente misteriosa, retraída y antipática»;[7]​ recalcando que también durante esta etapa logró experimentar una fascinación por la naturaleza y el mundo animal, así como la crianza y recolección de especies y otras aficiones relacionadas con la vida natural:[8]

La admiración de la Naturaleza constituía también, según lleva dicho, una de las tendencias irrefrenables de mi espíritu. No me saciaba de contemplar los esplendores del sol, la magia de los crepúsculos, las alternativas de la vida vegetal con sus fastuosas fiestas primaverales, el misterio de la resurrección de los insectos y la decoración variada y pintoresca de las montañas [...] Mi pasión por los pájaros y por los nidos se extremó tanto que hubo primavera que llegué a saber de más de 20 de estos, pertenecientes a diversas especies de aves. Esta institinva inclinación ornitológica aumentó todavía ulteriormente.[9]

La formación de Cajal comenzó en Valpalmas, tal y como lo manejan los literatos.[10]​ Aún cuando asistió a la escuela pública, a quien califica como su «primer y verdadero maestro» es a su padre; este le enseñó tanto a leer como escribir, así como le impartió lecciones de aritmética y geografía e incluso le proporcionó una increíble ayuda para su familiarización con el francés.[10][n 1]​ En esta etapa, se describen acontecimientos que marcaron su vida, destacando que cuando se encontraba en la escuela un rayo cayó y «privó del sentido al párroco y a su maestra» así como el interés creciente que despertó en él, el eclipse de sol de 1860, expresando que este acontecimiento le produjo un «efecto moral permanente».[12]​ Asimismo, en estos años, Cajal se encargó de escribir las cartas familiares a su padre cuando este se trasladó a Madrid para completar su titulación, sin embargo, demostró no poseer un carácter dóctil y no tardó en rebelarse de una forma obstinada contra las decadentes condiciones en las que, creía, se desarrollaba su vida.[10][n 2]​ De hecho, la familia de Cajal padecía de una pobreza del medio social en el que vivía aún sin sentirse integrada a la plebe campesina ni compartiendo sus costumbres o tradiciones.

Cuando cumplió ocho años, su padre solicitó y obtuvo el puesto de médico en Ayerbe,[10][13]​ lugar donde fue recibido por los chicos del pueblo con una «rechifla en general», «sorda inquina» e «imbécil aversión», que terminaría en insultos, golpes y pedradas.[10]​ Cajal se hizo un pésimo escolar y un hijo rebelde. Esto, aunado al poco tiempo que su padre le dedicaba y que por tal no podía atender su formación, castigándole con «formidables palizas» uando se enteraba de sus travesuras. Sin embargo, esto no fue un impedimento para que Santiago quisiese adoptar la profesión de médico.[14]​ En su autobiografía discierne en dos cuestiones; la primera, recordando dicha situación y la segunda, cuando tiempo después se relaciona con gente del lugar:

Vestido humildemente de cara trigueña y aspecto amojamado, que a la legua denunciaba larga parmanencia al sol y al aire, nadie me hubiera tomado como hijo de burgués acomodado. Pero yo no gastaba calzones ni alpargatas, ni ceñía con pañuelo mi cabeza, y esto bastó para que entre aquellos zafios pasara por señorito.[15]

Pronto tuve camaradas entusiastas, compañeros de glorias y fatigas que emulaban mis flores y habilidades; recuerdo entre ellos a Tolosona, Pena, Fenollo, Sanclemente, Caputillo y otros, a los que vino a juntarse más adelante mi hermano Pedro [...][16]

Años en Jaca[editar]

Fuentes[editar]

Notas[editar]

  1. Durante toda su vida, Cajal asoció el aprendizaje del francés a una renegrida cueva de pastores donde su padre le daba lecciones, con tal de concentrarlos en la labor y evitar así tanto visitas como interrupciones.[11]
  2. Se rebeló, según, López Piñero:
    En la esfera familiar, la concepción utilitaria y un tanto pesimista produjo dos consecuencias: el sobretrabajo y la economía más austera. Mi pobre madre, ya muy económica y hacendosa de suyo, hacía increíbles sacrificios para descartar todo gasto superfluo y allanarse a aquel régimen de exagerada previsión. Era preciso a todo trance hacer economías. Lejos de mí la idea de censurar una conducta que permitió a mis padres adquirir el peculio necesario para trasladarse a Zaragoza, dar carrera a sus hijos y crearse una posición, si no brillante y fastuosa, desahogada y libre de inquietudes; pero es precioso reconocer que el espíritu de economía tiene límites prudenciales que es harto arriesgado traspasar. Ramón y Cajal (1923), 30.

Referencias[editar]

  1. Dato tomado de la representación facsímil en Expedientes administrativos de grandes españoles, II. Santiago Ramón y Cajal, Madrid. Ministerio de Educación y Ciencia, 1978, (a partir de ahora, citado como Expedientes), vol. I, pp. 97-100.
  2. a b (López Piñero, 1985, p. 23-24)
  3. (López Piñero, 1985, p. 24)
  4. a b (Ramón y Cajal, 2006, p. 102)
  5. (López Piñero, 1985, p. 25)
  6. (Ramón y Cajal, 2006, p. 107)
  7. (Ramón y Cajal, 2006, p. 112)
  8. (Ramón y Cajal, 2006, p. 112-115)
  9. (Ramón y Cajal, 2006, p. 112-13)
  10. a b c d e (López Piñero, 1985, p. 27)
  11. (Ramón y Cajal, 1923, p. 16)
  12. (Ramón y Cajal, 2006, p. 116-121)
  13. (Ramón y Cajal, 2006, p. 123)
  14. (López Piñero, 1985, p. 28)
  15. (Ramón y Cajal, 1923, p. 48)
  16. (Ramón y Cajal, 2006, p. 128)

Bibliografía[editar]

  • López Piñero, José M. (1985). Salvat Editores, ed. Cajal. Barcelona: Biblioteca Salvat de Grandes Biografías. p. 221. ISBN 84-345-8145-0. 
  • Ramón y Cajal, Santiago (1923). J. Pueyo, ed. Recuerdos de mi vida. Madrid. p. 917. ISBN 84-8432-694-2. 
  • Ramón y Cajal, Santiago (2006). Juan Fernández Santarén, ed. Recuerdos de mi vida. Madrid. p. 917. ISBN 84-8432-694-2.