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Pías Discípulas del Divino Maestro

Fundadas por el Bienaventurado Santiago Alberione, en Alba (Italia) el 10 de febrero 1924, memoria litúrgica de S. Escolástica. Son el tercer instituto de la Familia Paulina y, en ella, constituyen la rama contemplativa. El primer núcleo de hermanas está constituido por 8 jóvenes,; un grupo del que es designada, por el mismo fundador, como responsable Ursula María Rivata. la cual, con la toma del hábito religioso, recibe el nombre de Sr. Escolástica. Éstas primeras hermanas, son identificadas por el fundador con el nombre de Pías Discípulas del Divino Maestro, nombre que resume el programa y el estilo de vida. En la Iglesia fueron reconocidas canónicamente a lo largo de las siguientes etapas: - 1947:3 de abril, aprobación Diocesana firmada por el Obispo de Alba, S. E. Mons. Luigi M. Grassi; - 1948: 12 de enero, «decretum laudis», aprobación pontificia por parte de Su Santidad el Papa Pío XII; - 1960: 30 de agosto, aprobación definitiva por parte de Su Santidad el Papa Juan XXIII.

Espiritualidad

Son templo del Espíritu por el sacramento del bautismo y por la consagración religiosa, se empeñan en un constante camino de discipulado, para alcanzar la configuración con Cristo, siguiendo el ejemplo de San Pablo «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí» (cf. Gal 2,20). " (Cfr. Gal 2,20).

Convocadas por el Amor de Dios, alimentan su unión con él, en la mesa de la Palabra y de la Eucaristía. De la intimidad con el Divino Maestro, reciben la luz, la alegría, el ejemplo y la gracia para comunicarlo a los hombres y mujeres de hoy, por medio del ministerio eucarístico, sacerdotal, litúrgico.

Misión

La experiencia eucarística se convierte en urgencia de anuncio concreto de vida, en la belleza y en la austeridad digna del servicio. Con una continua y adecuada atención a las exigencias de las diversas culturas, comunican a Jesús Maestro Camino, Verdad y Vida, llevando en el corazón la universalidad paulina atreves del ministerio eucarístico, sacerdotal, litúrgico. Rezan por las necesidades de todos y en modo particular por aquellos cooperadores en el mundo de la comunicación.

Con creatividad, presentan en el servicio litúrgico como formación, catequesis, encuentros bíblico-litúrgicos, siempre queriendo ser para la Iglesia y para el mundo una presencia humilde, profética y fecunda. Ponen al servicio de la liturgia las riquezas de la música, de la artesanía, la arquitectura y otras expresiones artísticas, para que el decoro y la belleza sean un signo que acompañe a la oración.

El anhelo de responder constante y progresivamente a las exigencias del tiempo y del lugar, llevan a contribuir al desarrollo de la pastoral en la Iglesia: a orar por las vocaciones, ayudarlas en su crecimiento y desarrollo, asistir y acompañar a los presbíteros durante el ejercicio del ministerio, en los momentos particulares de sufrimiento, en la ancianidad, soledad y otras situaciones difíciles.

Formación

Por "formación" se entiende el camino gradual de conocimiento y profundización de la persona humana, la persona de Cristo, la Iglesia, el carisma propio y la espiritualidad paulina. Este itinerario es un proceso global y unitario que lleva a alcanzar el "para mí la vida es Cristo" en fidelidad dinámica y creativa, para construir la "comunidad en misión". Se desarrolla en etapas, que abarcan todas las dimensiones de la persona: física, psicológica, espiritual, teniendo vivo el sentido de pertenencia, madurando en la identidad de mujer consagrada-Pía Discípula.

Discernimiento vocacional: período en el que la joven toma conciencia de la llamada a la vida consagrada.

Postulantado: período de profundización de la llamada de Dios y de un mayor conocimiento de la Congregación.

Noviciado: permite a la novicia una profunda toma de conciencia de la llamada de Dios, experimentando la vida consagrada y comunitaria del Instituto, para formarse en el espíritu y misión propio de la Congregación.