Usuario:Marcos Okseniuk/Taller8

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Historia del mito[editar]

Plinio el Viejo describió al basilisco por primera vez en su octavo libro de Historia Natural. Según el erudito griego, esta criatura es originaria de la provincia de Cirenaica, su largo no pasa de doce dedos y tiene una mancha blanca en la cabeza, parecida a una diadema. Emite un silbido que espanta a todas las serpientes y, a diferencia de ellas, se desplaza erguida («manteniéndose alta y derecha sobre la mitad de su cuerpo»), destruyendo a su paso cualquier arbolillo, hierba o piedra con su veneno. Si era matada de un lanzanzo dado de lo alto de un caballo, según se creía en otro tiempo, la ponzoña remontaba a lo largo del asta y mataba caballo y jinete a la vez. Sin embargo, el basilisco sucumbía ante las comadrejas:

Y sin embargo este monstruo —se ha hecho a menudo la prueba para los reyes que le deseaban ver muerto— no resiste el veneno de las comadrejas: que la naturaleza no ha creado nada sin contrapartida. Se guarnecen estas en las cuevas de los basiliscos, que encuentran fácilmente por la infección del terreno. Matan al basilisco por el olor que exhalan, y mueren: así termina el combate de la naturaleza consigo misma»
Plinio el Viejo, Historia Natural.

En otra parte de su obra, Plinio describe la sangre del basilisco como muy similar a la del pez, tanto en color como forma de coagulación. Los magos la estimaban mucho por dar suerte en las «demandas hechas a los grandes y los rezos dirigidos a los dioses», curar enfermedades y servir de amuleto contra maleficios, y algunos la llamaban «sangre de Saturno».


Solino (1,27) cuenta que los de Pérgamo compraron un basilisco muerto y que, habiéndole envuelto en una redecilla de oro, le colgaron en un Templo de Apolo para impedir a los pájaros que anidasen y que las arañas fabricasen sus telas, porque las paredes de este Templo estaban adornadas con muchas pinturas del famoso Apeles. En Aehano encontramos una importante novedad que sin duda ha de tener alguna significación para la ulterior metamorfosis del basilisco: El tema del gallo, que veremos a partir de aquí introducido en el mito. El basihsco, según Aeliano, teme al gallo, razón por la cual los naturales de la Cirenáica, al viajar, llevan un gallo por delante que espanta la fiera. El gallo va a desempeñar poco más adelante un papel mucho más iinportante en la filogenia del basilisco: llegará a ser considerado generador del basilisco, que nacerá del huevo que pone el gallo en su última edad