Usuaria:Mar del Sur/Sección anatomía (vulva)

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Alimentación nerviosa de la vulva y del vestíbulo de la vagina[editar]

La inervación a través del sistema nervioso somático posibilita un accionamiento en gran medida voluntario a través de esos nervios. Aquí el nervio más importante es el nervio pudendo, el cual nace del plexo sacro (Plexus lumbosacralis) de los segmentos medulares sacros 1 a 4 y alimenta con fibras somatosensibles y somatomotoras la mayor parte de los órganos sexuales femeninos. El nervio transcurre caudoventral por la cavidad pélvica, es decir, hacia abajo, en dirección a la base de la cavidad pélvica (salida de la pelvis), junto con la arteria y vena pudenda interna a través del foramen infrapiriforme en el Canalis pudendalis («canal de Alcock»). El nervio pudendo tiene varias ramificaciones:

  • Nervios rectales inferiores (caudales), inervan el entorno del ano y del esfínter externo del ano (Musculus sphincter ani externus).
  • Nervios perineales, también llamados nervios del suelo pélvico, alimentan la sensibilidad del periné) y la motricidad de los músculos isquiouretral, isqueocavernoso y bulboesponjoso. El músculo bulboesponjoso es un esfínter que circunda la vulva y el vestíbulo vaginal (Introitus vaginae). Por ello, también se subdivide en Musculus constricor vulvae y Musculus constricor vestibuli. A través de su trabajo de compresión o contracción, el músculo isqueocavernoso inhibe el vaciado venoso desde el Corpus cavernosum clitoridis a través de la Vena profunda clitoridis mejorando con ello la congestión del órgano del clítoris en su conjunto. Además, alimentan el músculo estriado en tormo a la uretra, el músculo esfínter externo de la uretra. Finalmente, los nervios perineales alimentan también, a través de los nervios labiales, a los labios menores, Labia minora pudendi.[1][2]
Los músculos isqueocavernoso y las subdiviciones del músculo bulboesponjoso: Musculus constricor vulvae y Musculus constricor vestibuli, el último circunda directamente la entrada de la vagina.

Otro nervio importante es el nervio ilioinguinal (Nervus ilioinguinalis), que surge de la zona lumbar, del Plexo lumbar del (Plexo lumbosacral a la altura de los segmentos T12 a L1, también este lleva tanto fibras somatosensibles generales como somatomotoras. Inerva partes de la musculatura esquelética abdominal, como así mismo la piel de los labios mayores, (Labia majora pudendi). Sus dos ramas son:

En resumen se puede describir la sensibilidad somática general de la siguiente forma: El monte de Venus, Mons pubis y aquella parte de los labios mayores Labia majora pudendi que está más arriba, en dirección al prepucio del clítoris se alimentan a través del Nervio ilioinguinal. Este tiene su origen a la altura del segmento L1 de la médula espinal. En cambio, la parte inferior, en dirección al periné y la parte posterior de los labios mayores, el clítoris y los labios menores (Labia minora pudendi) se inervan por los nervios labiales posteriores (Nervi labiales posteriores) del [[nervio pudendo. Esos tienen origen en los segmentos sacrales de la médula espinal, a la altura de S2-S3

La inervación neurovegetativa a través del sistema nervioso autónomo se produce sobre todo a través del Plexus uterovaginalis, el cual constituye una red de fibras nerviosas (plexo) para la inervación del útero y la vagina, entre otros.[3]​ Con este término se describe un plexo neurovegetativo en la pelvismenor de la mujer. Aquí se encuentran también los llamados ganglios de Frankenhauser. En cuanto a su ubicación espacial en la anatomía, tiene su límite muy cerca del plexo hipogástrico inferior. Este último , sin embargo, no contiene solamente fibras simpáticas sino que también parasimpáticas y está conectado con el plexo aórtico abdominal y el plexo hipogástrico superior. Desde este último llegan al plexo hipogástrico inferior las fibras simpáticas de ambos lados, a través del nervio hipogástrico. La conmutación a la segunda neurona de las fibras simpáticas no ocurre únicamente en el plexo hipogástrico inferior, sino que en parte también en el ganglio mesentérico inferior. Las fibras parasimpáticas tienen origen los nervios sacrales, desde el 2º al 4º, y llegan al plexo hipogástrico inferior a través de los nervios esplácnicos pélvicos.

A través del sistema nervioso neurovegetativo se regulan no solamente el mantenimiento del equilibrio interno (homesotasis) de funciones vitales importantes como el latido cardíaco, la respiración, la digestión y el metabolismo, sino también de órganos y sistemas orgánicos tales como los órganos sexuales, las glándulas endocrinas (hormonas), glándulas exocrinas (como por ejemplo las glándulas sudoríparas, el sistema vascular (irrigación o congestión, presión sanguínea) y similares.[4][5]

La estimulación sexual se conduce a través del nervio pudendo, más precisamente, del nervio dorsal del clítoris y los nervios labiales hasta las áreas nucleares parasimpáticas en la médula sacra y, desde allí, de manera refleja a través de las fibras nerviosas, los impulsos de los nervios nervios esplácnicos pélvicos hacia el tejido eréctil del clítoris y la entrada de la vagina Introitus vaginae, que se yerguen o agrandan a través del incremento de irrigación sanguínea.[6]​ Al mismo tiempo, las fibras nerviosas parasimpáticas activan la secreción mucosa de las glándulasdel vestíbulo de la vagina. También el aumento de tamaño en la cavidad posterior de la vagina, en el Fornix vaginae y la erección del útero constituyen respuestas reflejas de la estimulación sexual.

Los puntos de origen de esta excitación sexual son los receptores corpusculares ubicados en la entrada de la vagina (Introitus vaginae), en las superficies mediales que se encuentran hacia adentro de los labios menores, en la Carina urethralis vaginae y en el clítoris[7]​, tales como los corpúsculos de Ruffini, los de Merkel y los de Vater-Pacini así como nociceptores o terminaciones nerviosas libres (mecanoreceptores de la piel), estructuras que faltan al interior de la vagina o que existen muy escasamente.[8]

  1. Ginger, Van A.; Cold, Christopher J.; Yang, Claire C. (2011). «Structure and Innervation of the Labia Minora: More Than Minor Skin Folds.» (pdf]). Female Pelvic Medicine & Reconstructive Surgery.. 17 (4): 180-183. .
  2. Imagen: La inervación nerviosa Georgine Lamvu et al.: Vulvodynia: An Under-recognized Pain Disorder Affecting 1 in 4 Women and Adolescent Girls – Integrating Current Knowledge Into Clinical Practice. En: CME/CE, fecha de publicacón: 4 de enero de 2013.
  3. Schiffter, Roland (2013). Neurologie des vegetativen Systems. Heidelberg/Berlin/New York: Springer. pp. 112-118. ISBN 3-6429-3269-X. 
  4. Lundberg, Per Olov (2002). «Die periphere Innervation der weiblichen Genitalorgane». Sexuologie (en alemán) 9 (3): 98-106. Consultado el 13 de mayo de 2016. 
  5. Anh, Van; Ginger, T.; Yang, Claire C. «Functional Anatomy of the Female Sex Organs.En:J.P. Mulhall et al. (editores): Cancer and Sexual Health.. Springer Science, Current Clinical Urology (en inglés) 13: 13-23. doi:10.1007/978-1-60761-916-1_2. Consultado el 13 de mayo de 2016. 
  6. Schiffter, Roland (2013). Neurologie des vegetativen Systems [Neurología del sistema vegetativo]. Berlín: Springer. p. 104. ISBN 3-6429-3269-X. 
  7. Müller, D. (1965). «Zur Problematik korpuskulärer Rezeptoren im Bereich des inneren weiblichen Genitale» [Acerca de la problemática de los receptores corpusculares en el área de los genitales femeninos internos]. Gynaecologia 159 (3): 143-152. doi:10.1159/000303507. 
  8. Ahrendt, Hans-Joachim; Friedrich, Cornelia, eds. (2015). Sexualmedizin in der Gynäkologie título-trad=Medicina sexual en la ginecología. Berlín - Heidelberg- Nueva York: Springer. p. 19. ISBN 3-6424-2060-5.