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[1]​Memorización en China[editar]

Introducción[editar]

Los caracteres chinos son los mecanismos o elementos más antiguos de escritura, aún en uso, como expresión lingüística de un pueblo y continúan siendo la base literaria común a raíz de ello, de chinos, japoneses y coreanos. Frente a otra serie de escrituras, China todavía se encuentra constituida por pictogramas y no es fonética. Es más, se puede decir que ésta no se ha adaptado a toda la serie de cambios que se han desarrollado y producido en la pronunciación y por ello, permanecen las claves que se establecieron hace 3.000 años.

El énfasis en la excelente memoria de la población china, no debía ser sorprendente dado el hecho de que el reconocimiento de caracteres escritos y el futuro de la comprensión de palabras escritas empezarían a partir del sonido de los textos memorizados. Un buen recuerdo no sólo era necesario, sino indispensable para el proceso de aprender a leer.

Nombres que introdujeron la memorización[editar]

Pero para poder transmitir de manera clara la memoria y el fenómeno de memorización de la sociedad de la antigua China, tenemos que recurrir a nombres propios:

  • Hong: Un lector erudito de clásicos literarios y que posiblemente se sorprendía ante los problemas de memorización del resto de sus convecinos y patriotas, debido a que él poseía una memoria extraordinaria que podía abarcar y soportar tanto biografías completas como notas anecdóticas o figuras que aparecían en las diferentes obras que “devoraba”.
  • Cheng Hao: Un destacado académico que continuaba con la filosofía de Confucio aplicando su propia esencia, y el cual era capaz de recitar ya no solo obras completas sino libros de documentos propios de aquella época. No son muchos los nombres de destacados y magníficos seres que son provistos de memorias privilegiadas que les hacen incluso memorizar varios de miles de volúmenes de libre cuando tan sólo son adolescentes, por ello todos ellos son dignos de ser ensalzados.
  • Hu Yin: El asesor confidencial de Gaozong de los Song del Sur, que logró una de las mayores hazañas contadas de la China antigua, ya que logró ni más ni menos que memorizar y recitar los seis clásicos de la literatura china, cuando éste tan solo tenía 15 años.
  • Gui Youguang: Fue su madre la que forzó el desarrollo potencial de su memoria obligándole a recitar el Clásico de la piedad filial todas las medias noches hasta que pudiese recitar sin errores, de memoria, y todo ello cuando tan solo tenía unos siete años. También, los emperadores fueron alabados e incluso cuando mostraron signos de precocidad en sus primeras experiencias de memorización.

La lectura se basó en reconocer sonidos de personajes, de los cuales el alumno ya se había estado familiarizando a través de métodos de escucha y de recitación repetidas. Mientras que el alfabeto era por lo general el primero que hay que estudiar para aprender a leer en Occidente, niños chinos aprendieron primero en cometer el sonido de las palabras escritas a su memoria.

Debido a que mucho tiempo atrás de que los estudiosos occidentales y misioneros en el siglo XVI comenzasen a fantasear y hacer circular el mito de los caracteres chinos como "ideogramas", o símbolos que representan las ideas, a los niños chinos se les enseñaba, tanto de forma inconsciente e indirecta para ellos, a percibir caracteres como representaciones de sonido, y con ello agudizaban ya no solo el oído sino también ejercitaban la memoria.

Embarcándose de esta manera en un camino denominado o relacionado con la alfabetización, cuya percepción era aún más evidente dado el hecho de que en muchos casos los niños memorizarían los textos sin siquiera saber el sentido de las palabras que habían memorizado, haciendo aún más evidentemente el método, aunque a la par también mostrando su eficiencia.

La práctica de la memorización[editar]

La práctica de la memorización mecánica sin acceso al significado se ha denominado como Siji yingbei (memoria mecánica) en la China contemporánea y es a menudo citado como una pieza importante de evidencia por los educadores modernos para criticar el fracaso de la educación tradicional. Sin embargo, la longevidad de este método parece ser en parte debido a su idoneidad en la educación tradicional, y muestra de esta forma la eficiencia, eficacia y fácilmente comprobables resultados positivos que este fenómeno ha llevado a cabo, sin suma problemática que se haya de señalar.

La mayoría de los sectores y facciones de los sistemas de escritura acabaron por desarrollar un alfabeto fonético con un fin claro de memorizar de manera más sencilla, y de representar los sonidos de la lengua hablada, que, en otras palabras, sustituye a las imágenes visuales procedentes de la percepción del mundo físico.

El chino es el único de los sistemas de escritura, o lenguas, de marcada relevancia e importancia que consiguió mantener como unidad básica el pictograma y que sigue siendo de uso generalizado. Sus caracteres terminan englobando sonido, significado e imagen visual en un conjunto coherente y lógico.

Según Mair, a raíz de estos dos sistemas lingüísticos, llegaban a influir en diferentes aspectos para los niños de hoy y de principios de la China moderna por igual, generando un aprendizaje que derivaba y se relacionaba en la lectura del clásico chino escrito que consistía en entrar en un "imperio de texto" que era totalmente independiente del Mundo hablado conocido. En decir, se producía un fenómeno similar o que se podría equiparar, al hecho de aprender una lengua extranjera, donde sus convenciones de uso ortográfico, léxico y gramatical necesitasen ser memorizadas.

Proceso llevado a cabo[editar]

Cuando los primeros educadores modernos chinos reiteraron la importancia de la memorización durante la lectura, se desarrolló una situación de explicación que mostraba y pretendía dejar claro que los diferentes mecanismos de esta nueva, pero con claros vestigios pasados, escritura no estaba equipada con cualquier teoría lingüística o modelo cognitivo de aprendizaje, sino que debía seguir ensalzando como fenómeno legislador, la memoria. Defendían, lo que tenían, que consistía en su intuición bajo su experiencia y sus creencias filosóficas sobre cómo debía hacerse la lectura.

Zhan gay(1020- 1077) explicó bajó una postura no demasiado descabellado, que se memorizaban todos los clásicos literarios, debido a que "siempre y cuando se memorizan, éstos podrían describirse, y siempre que éstos pudiesen ser descritos, todos los actos y actitudes que en ellos aparecían podrían ser practicadas y llevarse a cabo (xing de). Por ello, y en definitiva, la memorización, para él, era un puente vital entre las palabras escritas y prácticas de comportamiento. Aunque para muchos otros que mantenían y defendían lo que Confucio había propugnado y propulsado, velaban por el hecho de que enfatizar la memorización fue restaurar la autoridad de los clásicos y la forma en que fueron leídos en los tiempos previos a la impresión. De esta manera, dejaban claro que ellos estaban reaccionando y porque no decirlo, con ansiedad y con cierta incomodidad, a una cultura de la imprenta emergente que estaba empezando a ver la velocidad y la inmediatez, en la que la lectura se vería envuelta, y la irreverencia hacia los libros se haría cada vez mayor.

Para Zhu Xi, la memorización no era simplemente un método para que los niños aprendieran a leer, sino una técnica para toda clase de lectores serios que quisieran estudiar los clásicos. Sin embargo, la memorización para los adultos no vendría tan fácilmente como para los niños, debido a que en estos surgían diferentes situaciones y relaciones de mayor complejidad que terminaban impidiéndoselo. Aun así la gente que era capaz de memorizar los textos después de una sola lectura se ganaba el respeto y el ser prácticamente nombrado, casi como un dios.

Sin embargo, la capacidad y la faceta de memorización no estaban condicionadas por la naturaleza humana predestinada y determinada, sino más bien lo estaba por un problema puramente metodológico que podía resolverse leyendo en el modo más correcto y apropiado. En sus "métodos de lectura" (Dushu FA), Zhu recomienda que para que los adultos consigan de manera efectiva alcanzar la memorización de textos con una cierta facilidad, deben aprender de la experiencia y del sentimiento voraz, intrépido e ilusionante de los niños, que muestran por la lectura, un sentimiento que, aunque lento, debido a que sus mentes todavía se encuentran en desarrollo, a pesar de que están centradas en cada palabra. Zhu Xi se establece de esta manera como uno de los grandes pioneros que velan por conseguir que no sólo sean los niños los que desarrollen este fenómeno, sino que los adultos sean partícipes de éste, y todos de esta manera logren la memorización.

Conclusión[editar]

Los procedimientos o procesos para combinar los elementos gráficos, ideológicos y fonéticos, la lengua china ha desarrollado un vocabulario que muestra una cantidad de caracteres que se han ido utilizando en China variando mucho en función de la época, y desarrollando el Gran diccionario de chino moderno (1990) el cual recoge un total de 56.000 caracteres chinos. Pero eso no significa que todos los caracteres sean de uso habitual, haciendo en este punto evidente y de señalada relevancia la memoria y memorización, ya que tan solo es un 10% de toda esta cantidad de caracteres los que son utilizados con cierta cotidianidad y asiduidad en la actualidad.

Por ello, de manera general, un ciudadano de origen chino con una educación media conoce entre 3000 y 3500 caracteres, incluyendo varios cientos que se usan como nombres propios de personas o lugares. En definitiva, la estética y la buena memorización de los caracteres que se escriben y utilizan dependerá a toda costa de la actitud, el tesón y el tiempo que sea dedicado a repetir una y otra vez toda esta serie de mecanismos y elementos que conforman la escritura china.

  1. "Learning to read in Late Imperial China. 2004. 

[1]

[2]

  1. "Cultural custody, cultural literacy". 2006. 
  2. "The Library of Public Information". 2006.