Usuario:ElTlacuache24/Taller

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Astronomía de Mesoamérica[editar]

Para los antiguos aztecas y mayas que habitaron México y Centroamérica la observación del cielo y los fenómenos astronómicos era de suma importancia. Las principales funciones de la astronomía en sus sociedades eran: el cómputo del tiempo, la predicción meteorológica y la adivinación ritual. Los fenómenos astronómicos tenían también un fuerte sentido religioso y mítico.

Los adelantos astronómicos llevados a cabo en dicha región permitió a sus pueblos el desarrollo de la cuenta larga, así como la colocación de sus edificaciones para que lograsen efectos como el descenso de Kukulcán en la pirámide conocida como el Castillo durante los equinoccios.

La astronomía en su vida cotidiana[editar]

Además de la medición del tiempo y la predicción meteorológica, la astronomía permeaba la vida de los antiguos habitantes de Mesoamérica, ya que estos le daban a los movimientos celestes un sentido astrológico.

La posición de los astros también determinaba la orientación de sus construcciones.

Principales fenómenos observados[editar]

Entre los fenómenos en que los mesoamericanos centraban su atención están: el paso del sol por el Cenit, el movimiento de las Pléyades (astronomía) y su paso por el cenit, el movimiento de Venus (planeta), y los eclipses de sol y luna.

Paso del sol por el cenit[editar]

En el sur de Mesoamérica indica el inicio de las lluvias a finales de abril, por lo que tenía un sentido práctico. Este suceso marcaba el inicio de las celebraciones religiosas.

Movimiento de las Pléyades[editar]

Llamadas por los aztecas como Tianquiztli o Tzab por los mayas. Su paso por el cenit indicaba que el ciclo mesoamericano de 52 años se reiniciaba; si las Pléyades no pasaban del cenit significaba el fin del mundo, mientras que si continuaban en movimiento el mundo tendría 52 años más de existencia. Los aztecas celebraban la ceremonia de la Atadura de los Años cuando dicha constelación pasaba del cenit.

Movimiento de Venus[editar]

Llamado Ueycitlali por los aztecas, era la representación celeste de Quetzalcóatl. Según los aztecas dicho Dios se había convertido en Venus tras partir. De ahí que estuviesen pendientes al movimiento de dicha estrella y celebrasen su aparición. Los mayas registraban "años de venus", intervalo en el lucero volvía a aparecer como lucero del alba. La reaparición de Venus tras una larga ausencia era interpretada como augurio de enfermedades, quizás de ahí el interés en observar y predecir la aparición de dicho planeta en el firmamento.

Eclipses[editar]

Debido a que el sol era el dios principal en muchas culturas mesoamericanas, la reacción que tenían ante estos fenómenos era de temor. Los eclipses solares eran interpretados como un desfallecimiento de su dios, por lo que realizaban ofrendas y sacrificios hasta que pasara el eclipse. Por otro lado, los eclipses lunares eran mal augurio para las embarazadas, pues tenían la creencia de que dicho fenómeno transformaría en monstruos o en ratones a sus hijos; para evitar esto último se colocaban un trozo de obsidiana sobre sus vientres.