Usuario:Chlewey/Controversia sobre Álvaro Uribe Vélez

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Esta página hace referencia a la controversia que genera el actual presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez.

Listado de puntos a favor y puntos en contra.

Los puntos a favor van en verde.
Los puntos en contra van en rojo.
Aclaraciones neutrales van en gris.

Uribe ha mantenido un margen de popularidad por encima del 70%, con iguales márgenes de aprobación de su gestión, según encuestas, dada su política de seguridad democrática en aras de restituir el orden y la convivencia en un país donde varios grupos armados han librado una guerra cuyos antecedentes se remontarían hasta hace más de 50 años, luego del magnicidio del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, ocurrido el 9 de abril de 1948, que fue seguido por un hecho conocido como el Bogotazo.

Ante los argumentos que hablan de mayores índices de seguridad y de resultados militares, algunos criticos del mandatario creen y argumentan que no ha sido así. Varias de las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales más respestadas y críticas reconocen que se han dado ciertas mejorías, si bien se discute en qué porcentaje, para quienes y por qué causas. Por ejemplo, algunos atribuyen parte de la reducción de la violencia al cese parcial e incompleto de hostilidades por parte de las AUC y no del todo a la acción gubernamental.

Se argumenta que la política de segudidad democrática 1ha mejorado las condiciones de seguridad y que ha reducido de manera notable los índices de ataques, masacres y secuestros de los grupos guerrilleros, aumentando las capturas de sus miembros y la deserción entre sus filas. En general, que las fuerzas militares han tomado la inciativa del conflicto.

Durante su gestión, a pesar de los resultados, un número en aumento de acciones de las fuerzas militares ha terminado en la muerte de civiles y miembros de los organismos de seguridad. Algunos sectores de la sociedad y del gobierno han alegado que son casos aislados, pero con el incremento de los casos ahora sus críticos consideran que muestran una cierta irresponsabilidad, falta de prudencia y potencial para el abuso de poder por parte de los militares, que puede conducir a un aumento en la desconfianza a las instituciones.

Algunos de sus simpatizantes opinan que desde el comienzo de su presidencia ha buscado la reapertura de carreteras para que de nuevo los colombianos pudieran transitar por las principales vías e incentivar el comercio interno, asegurándolas a través del uso de la fuerza pública.

Ha pretendido dinamizar públicamente acciones a nivel micro y macro en el territorio nacional para gestionar recursos en las regiones, a través de la transparencia y el ejemplo continúo con la presencia constante en varias localidades del país, presencia que se ha transmitido nacionalmente en buena parte a través de la televisón. Es usual verlo en sábados, domingos y festivos en distintas partes del país, en dichas transmisiones televisivas, lo que hace que algunos piensen que así se facilita el avance social en todas las regiones al tener contacto con parte de la dirigencia y ciudadania local.

De Uribe Vélez se refirió por parte de sus opositores durante su campaña presidencial que en el pasado había tenido vínculos con el narcotráfico y con la fundación de grupos denominados como de "autodefensa civil" y conocidos como CONVIVIR, varios de los cuales terminaron escapando al control y cometiendo numerosos abusos, inclusive uniéndose a las filas de los paramilitares. Varios de los integrantes de dichos grupos hoy se encuentran acusados legalmente de delitos como porte ilegal de armas, homicidio y paramilitarismo.

También se sostuvo que está documentada la relación personal de Uribe con Pablo Escobar en proyectos "comunitarios" durante su período como alcalde de Medellín: uno era la construcción de un barrio para gente pobre, conocido como 'Medellín sin Tugurios' y el otro un programa cívico que condujo a la plantación de miles de árboles en la ciudad. Pablo Escobar financió ambos proyectos en un intento por mejorar su imagen pública y Uribe apoyó públicamente ambos esfuerzos.

Ante el fracaso del referendo de octubre de 2003, un grupo de senadores oficialistas presentaron el proyecto de ley que instaura la reelección presidencial. Diferentes sectores han criticado que el gobierno, al apersonarse del proyecto, ha comprado a los legisladores, por medio de la promesa de cargos gubernamentales o diplomáticos en un fenómeno conocido como clientelismo. Los defensores del presidente han dicho que no se incurrió en tal fenómeno sino que se buscó una cierta concertación para conseguir los apoyos que los proyectos necesitaban, incluyendo el de la reelección, sin los cuales el Congreso no los aprobaría. Otros partidarios del presidente, aunque compartan el resto de sus programas de gobierno, son abiertamente críticos sobre éste hecho que consideran reprochable y perjudicial para la imagen del presidente.

A Uribe se le atribuye el hecho de demostrar que el conflicto armado es entre los grupos armados ilegales y el pueblo Colombiano, aclarando la imagen errónea del pasado que mostraba un conflicto entre los grupos armados ilegales y las fuerzas militares dejando al pueblo Colombiano como un simple espectador.

Logros[editar]

Fracasos y Críticas[editar]

Elección y popularidad[editar]

Álvaro Uribe Vélez obtuvo el apoyo del 53% de los votantes en las elecciones presidenciales de 2002.

Álvaro Uribe Vélez conserva una imagen positiva cercana o superior al 70% en las encuestas.

Los grupos armados han ejercido intimidación electoral en las áreas de su influencia y dominio, no es algo nuevo o específico de esa elección, también lo hacen las FARC y ELN.

El diario "El Tiempo" desde la campaña ha criticado varias propuestas políticas del presidente Uribe y luego de su gobierno. El vicepresidente ha cuestionado duramente la labor de ese periódico y otros medios.

La baja participación en el referendo no está relacionada con la popularidad del presidente. Esa participación baja fue el resultado de múltiples elementos, entre ellos la gran campaña opositoria de "abstención activa" (en vez de por la opción del "No"). Además -inclusive entre muchos de los propios votantes favorables a Uribe- se tuvo la percepción de que el texto (determinado por la Corte Constitucional) era largo, confuso no animaba a salir a votar. Además, históricamente las iniciativas extra-electorales (fuera de las elecciones para gobernantes o congresistas) no han tenido altos porcentajes de participación (las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente de 1990-1991, encargada de redactar una nueva constitución, la que fijó desde entonces los parámetros para consultas futuras, obtuvieron un porcentaje de participación del 22%; es decir, menor que la que obtuvo la consulta de Uribe).

Los críticos del presidente consideran que su elección se produjo con un alto apoyo de los medios de comunicación y de las maquinarias políticas.

En las áreas de dominio paramilitar, se coaccionó a la gente a votar por Uribe.

La alta popularidad se debe a que el vicepresidente de Uribe, Franciso Santos, pertenece a la familia dueña del diario más leído del país.

Las encuestas solo entrevistan a un número reducido de personas con teléfono en las principales ciudades del país.

Una consulta popular elevada en octubre del 2003 sobre propuestas políticas y económicas, conocida como referendo, constituyó un revés para su plan de gobierno al no conseguir el número de votos requerido para aprobar la iniciativa: un 25% del umbral electoral en cada pregunta, y el referendo en su conjunto obtuvo un porcentaje aproximado de 24,8%. Únicamente se consiguió el umbral en la primera pregunta.

Para varios críticos, tal hecho introduce una seria contradicción que podría tenerse en cuenta a la hora de juzgar la validez de la popularidad mencionada, pues una consulta programática constituye uno de los indicadores del apoyo real al gobernante.

Seguridad democrática y derechos humanos[editar]

La política de seguridad democrática ha mejorado las condiciones de seguridad y ha reducido de manera notable los índices de ataques, masacres y secuestros de los grupos guerrilleros, aumentando las capturas de sus miembros y la deserción entre sus filas. En general, que las fuerzas militares han tomado la inciativa del conflicto.

Desde el comienzo de su presidencia, Uribe ha buscado la reapertura de carreteras para que de nuevo los colombianos puedan transitar por las principales vías e incentivar el comercio interno, asegurándolas a través del uso de la fuerza pública.

Álvaro Uribe no pretendería ser un dictador porque hasta el momento no ha violentado el orden constitucional, sino que ha acatado las decisiones de la Corte Constitucional, del Congreso y de las urnas aún cuando le han sido desfavorables (fallos judiciales contra elementos de sus políticas de seguridad, negación o alteración de reformas, derrota en el referendo y en las elecciones regionales del 2003). Un dictador concentraría el suficiente poder para hacer que su voluntad prevaleciera por encima de tales obstáculos.

Ante los argumentos que hablan de mayores índices de seguridad y de resultados militares, algunos criticos del mandatario creen y argumentan que no ha sido así. Varias de las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales más respestadas y críticas reconocen que se han dado ciertas mejorías, si bien se discute en qué porcentaje, para quienes y por qué causas. Por ejemplo, algunos atribuyen parte de la reducción de la violencia al cese parcial e incompleto de hostilidades por parte de las AUC y no del todo a la acción gubernamental.

Una vez asumida la presidencia de la república en 2002, las críticas de varios organismos internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional se han concentrado en las faltas, arbitrariedades y accidentes que, se argumenta, han dado contra los derechos humanos y que serían responsabilidad de las fuerzas militares y de la policía al ser iniciada la implementación de sus políticas de seguridad. Además de esto, los grupos políticos de oposición rechazan lo que perciben como una inclinación al autoritarismo en su gobierno y su propuesta de modificar la constitución para permitir la reelección presidencial. Esto ha conducido a que en ocasiones se expresen opiniones que le acusen de ser o de pretender ser un "dictador", inclusive, de forma aislada, dentro del Congreso Legislativo.

Economía[editar]

Reelección[editar]

Hay dos formas de ver la reelección inmediata del presidente de la república: con o sin Álvaro Uribe Vélez.

La primera visión trata sobre la conveniencia o no de reelegir a los presidentes. Se comparan casos exitosos como los EE.UU. y casos negativos como Perú.

El otro debate es sobre la reelección de Álvaro Uribe Velez.

  • La reelección es un mecanismo por el cual el pueblo puede premiar a los buenos dirigentes.
  • Así como es posible reelegir senadores y representantes, es sano poder reelegir al presidente.
  • No es democrático prohibir que alguien, a quien el pueblo apoya, no pueda ser elegido presidente.
  • Colombia es ya una democracia madura.
  • El gobierno está impulsando en el Congreso un proyecto de garantías para equilibrar dentro de lo posible las condiciones de acceso a los medios y la financiación de campañas para todos los candidatos.
  • La experiencia en América Latina y en Colombia al aprobarse la reelección no han sido exitosos: Menem, Fujimori, Chávez, de Mello, recientemente. Los intentos de Reyes y Rojas Pinilla en Colombia. Casos todos en los que se modificaron las leyes para permitir la elección del presidente en ejercicio.
  • El presidente en ejercicio tendría todos los medios políticos y económicos para hacer campaña desde el estado. Una ventaja de la que carecerían los candidatos opositores.
  • En una democracia se debe respetar la opinión del pueblo. El 70% de los colombianos apoya a Uribe y esperaría tenerlo cuatro años más.
  • Las políticas de seguridad democrática no se pueden implementar en sólo cuatro años. Necesitan que el presidente esté cuatro años más.
  • Uribe es el mejor presidente que hemos tenido. Ante falta de garantías sobre un sucesor debemos mantener a Uribe por lo menos cuatro años más.
  • Las encuestas sólo reflejan una parte del país: la población urbana que posee teléfono. Las cifras de 70% de popularidad son dudosas.
  • Álvaro Uribe Vélez y su política de seguridad democrática han sidos nocivos para Colombia y han descuidado áreas clave. Su gobierno no debe ser prolongado.
  • El proceso para aprobar la reelección en el congreso ha mostrado un presidente que comete todos los vicios políticos que prometió atacar desde su campaña, principalmente el llamado clientelismo.
  • La posible vinculación de Álvaro Uribe con fuerzas paramilitares que en el pasado han simpatizado con su gobierno impediría que la campaña electoral reeleccionista se realizara con las suficientes garantías de seguridad para los oponentes y le restaría mucha legitimidad democrática al resultado.


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