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Usuario:Arte Pedrin/Taller

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Pedro Rodriguez "Pedrin".
Foto artista
Pedrin en 2013
Información personal
Nacimiento 29 de junio de 1958
Bandera de España El Perchel, Málaga, España
Nacionalidad Español
Familia
Pareja Maria del Carmen Alonso Novoa
Hijos Miriam Rodríguez Alonso, Lucia Clara Rodríguez Alonso
Información profesional
Área Pintura, dibujo y escultura


SOBRE EL AUTOR[editar]

Ante las obras que son concebidas y alumbradas en el taller de Pedrín uno no sabe muy bien que decir pues no son palabras lo que su contemplación provocan sino placeres extáticos silenciados ante el ensimismamiento que produce lo bello. Emocionantes fantasías estéticas se desencadenan en nuestro yo al percibir sus formas, colores y texturas llegando a estimularnos como muy pocas expresiones artísticas lo logran. Pedrín puede alardear, aunque no lo haga, de con sus certeros dedos alcanzar que el ancestral barro adquiera formas volátiles e inciten a la elevación. Sus obras vaciadas en resina, bronce, o directamente salidas de sus manos en gres o terracota poseen una proporción en los volúmenes que a mi antojadizo parecer guardan las proporciones idóneas para el deleite de quién las contempla. Voluminosos cuerpos de animales encontramos en su colección. Son boteros ingrávidos. La pesadez está lejos de estas piezas. Los figuras se presentan mediante curvas y rectas que cuasi reflejan la cuadratura del círculo que ansiaban los clásicos y en la maestría de Pedrín se consigue, al menos, la curvatura del cuadrado resaltando la etereidad, la ingravidez. Este resultado lo encontramos tanto en la homogeneidad no cerrada de cada obra como en la heterogeneidad del conjunto de su obra. Sus toros son fuertes aunque mansos y reflejan fielmente estas características. Son y nos hacen curiosos estos toros, sin tener ojos te miran aunque tengas que agacharte, alzarte o incluso doblarte para ello. Aunque libres, no corren, ni trotan, bastante bien nutridos aunque dispuestos a la lucha. Su quietud se muestra como antesala del deseo placentero a pesar de que este pueda concluir con la muerte del héroe. Estos toros semejan un híbrido entre el minotauro que se sabe vencedor y el que presiente que acabará en la suerte de matar de un aguerrido lidiador. No le temen a la muerte, viven un instante aéreo. Se nos presentan como esas imágenes que fantaseamos en las siluetas de las nubes. El toro Orgulloso podría ser el fantasma que evoca un Cumulonimbus Calvus. En ello podríamos haber tenido la aquiescencia de Goethe, elogiador de cuanto ocurre en la celestial bóveda. El contrapunto necesario que estimula el deseo de la voluptuosa bestia lo encontramos en la estilizada delgadez giacomettiana de sus toreros, hermes asombrados. Resulta difícil para el que no esté familiarizado con la obra de Pedrín identificar a un mismo artista tras los toros y los toreros. Pedrín no se enclaustra en una única línea estética. Su obra constituye un crisol de materiales, técnicas y conceptos. Las Yeguas trípedas, en la caída del hocico, arqueamiento de la cerviz y crines, rememoran los equidos etruscos y, retrayendonos más en el tiempo, al arte micénico. !Ya hubiera querido Agamenón montar tal yegua frente a los troyanos!. Y de buenas ganas Bucéfalo hubiera abandonado las conquistas helenas por retozar con ellas. Los cuartos traseros de las yeguas de Pedrín son piernas humanas, sus voluptuosas nalgas son de féminas con embaucadora sensualidad. Estas yeguas son quimeras libres bajo el luminoso y celeste cielo de este valle. ( Aunque alguna vez haya sido anaranjado-grisáceo como cuando en el 2012 se incendiaron parte de sus sierras y Pedrín, como bombero de profesión que es, ayudó muchísimo a extinguirlo). No son aéreas, como los toros. Si bien son terrestres, se deslizan o saltan juguetonas, cual obesas ninfas, sobre el suelo que no consigue imantarlas para atraerlas inexorablemente. Desde las oquedades marinas, donde las ilusiones oníricas adquieren realidad ocultas a la luz, emergen los octópodos de Pedrín. Los tentáculos de estos pulpos nos retrotraen a los de la mítica Medusa y en sus movimientos lentos adquieren la gracia del desperezamiento tras un largo sueño innovador. Se trata de una danza acuática con una lentitud que la diferenciamos de la agilidad en el reposo de los demás animales. Pedrín consigue estos matices aunque trabaje sobre las mismas materias primas.

Es en el año 2009 Pedrín adquiere una popularidad aún mayor a nivel internacional, la Twenty Century fox contacta con el artista para reproducir y animar una de sus obras mas emblemáticas creada hacía ya 20 años: El Toro Orgulloso, el film "Una noche en el museo II", interpretada por Ben stiller.


COMIENZOS[editar]

Pedro Rodríguez García nacio el 29 de junio de 1958 en el barrio del Perchel, en Málaga. Hijo de Antonia García Castro y José Rodríguez Campos, y su hermano mayor Rafael Rodríguez García, también artista. A pesar de haber realizado estudios en la escuela de Artes y Oficios de Málaga, o acudir a las clases de modelado en la Universidad Popular de Coín se considera igualmente autodidacta. Larga es la lista de exposiciones y ambiciosa la relación de instituciones y particulares que dentro y fuera de España coleccionan su obra. Ha participado en experimentos artísticos como exponer y realizar arte en vivo, tipo performance o manifestaciones plásticas contemporáneas junto con otros artistas, así como actividades conectadas con el mundo del video y los audiovisuales. En 1996 imparte clases de modelado a través del Proyecto Líder Sierra de las Nieves por la Junta de Andalucía en Yunquera (Málaga). Destacar el contrato con 20th Century Fox para el uso del diseño original del Toro Orgulloso, que da vida a uno de los personajes de la película Noche en el Museo II. Actualmente continúa desarrollando su actividad, creando en 1995 su propia Galería de Arte en Coín (Málaga) donde se exponen sus obras permanentemente. En mayo del 2013 inaugura una segunda Galería de Autor en Ciutadella Menorca,con obras del artista dispuestas para el disfrute del público en general,con opción a ventas y encargos. En Diciembre 2014 inaugura su tercera Galería en Estepona, Marbella en el lujoso Hotel Kempinski. Pedro Rodríguez, conocido artísticamente como Pedrín, sintió desde su niñez, en su querido barrio del Perchel, que el arte iba a ser pasión constante en su vida. Pasión a la que ha sumado ilusión y entusiasmo, y al tiempo esfuerzo, voluntad y sacrificio, en un quehacer diario dedicado al arte. Años de afán, superación e inquietud le han conducido a una búsqueda constante de nuevas formas de expresión de su pasión artística. Al tiempo le han aportado sabiduría técnica, conocimiento de la materia, resolución, maestría en el trato y calidad en su obra acabada. Desde 1995 Pedro Rodríguez Pedrín, posee su propia Galería de Arte en un pueblo de Málaga,.

ESTILO[editar]

Pedrín, artista malagueño, crisol de fuerzas elementales que continuamente se generan en su Mediterráneo existencial: fuego, agua, tierra, metal, madera, aire.Todas ellas combinadas una y otra vez,hirviendo,fundiéndose y volviendo a sublimarse en su interior,para dar al final a luz una multitud de seres que habitan un mundo de colores hecho de bronce y barro,tela y papel,y cualquier otro material. No sólo por haber nacido en Málaga, sino por sus genes, Pedro Rodríguez es un artista mediterráneo que se siente impulsado a manifestar la alegría de vivir, la exaltación de la exuberancia de la Naturaleza porque ello es parte de la mentalidad colectiva de los nacidos en este azul. Por ello, también tiene complacencia en la compañía de las gentes, a las que dispensa un trato atento y cordial, manteniendo una naturalidad y sinceridad en su verbo y gesto. Pero además ha sabido enamorar a una compañera de valía, Carmen, que lo comprende, admira, apoya, ordena y le presta colaboración como “cosmetae” y, por añadidura, le ha venido en suerte tener dos hijas que han sabido comprender su arte y se han dedicado a difundirlo, …. En fin, Pedrín es un hombre con “baraka” , como dicen los árabes. Manifiesta su sentir mediterráneo hasta en los temas que elige para sus esculturas: los toros, los caballos, las sirenas,… seres que desde la antigüedad han sido valorados por la generalidad de las personas de estas tierras y representados por sus artistas: los toros fueron venerados y esculpidos por los egipcios (el buey Apis), empleados en su fiestas y pintados en sus murales en Creta, llevados a la mitología (robo de los toros andaluces por Hércules) y esculpidos en las metopas del Partenón,… Los caballos han sido compañeros inseparables de trabajos, guerras y manifestaciones artísticas desde que el hombre mediterráneo quiso representar sus pensamientos en las cuevas prehistóricas; la veneración por los caballos ha llevado a que en estas tierras se haya conseguido la excelencia de algunas razas como la árabe y la andaluza. Las mitológicas sirenas del Mediterráneo atraían con sus enervantes cantos a los avezados marinos, como nos narra Homero, …

En las figuras que crea, Pedrín logra captar el valor totémico y veneración que sentimos por estos animales a los que hemos elevado al rango de símbolos de determinadas categorías; y como toda manifestación artística que alcanza el grado de creación, consigue generalizar con volúmenes alegóricos conceptos y valores que en ellas son universalmente comprendidos. Otorga a sus esculturas una configuración de vigorosas formas potenciando sus volúmenes, para que el espíritu que les desea transmitir, quede evidente desde el primer golpe de vista. En tan alto grado el espectador queda impactado ante sus esculturas que difícilmente podrá ya desentenderse de ellas y, a partir de entonces, en toda ocasión sabrá reconocerlas e identificarlas como obras de Pedrín, que es el máximo logro al que puede aspirar un artista. Al contemplar sus creaciones reconocemos en ellas que, con calidad artística, se manifiesta la esencia de los seres representados, aquello que los hace ante nuestros ojos portadores de caracteres sustanciales detentados a través de los tiempos y, al final…, estas formas nos cautivan. Para alcanzar sus metas, el artista moldea los materiales plásticos como el barro, el gres, el bronce, el hierro y más recientemente el eterno mármol, hasta lograr unas formas claras y rotundas,en las que los volúmenes se expresan mediante turgencias opulentas que otorgan a sus figuras una gran expresividad,lograda mediante la plenitud de las curvas.Este modelado confiere tanto a los movimientos de las figuras,como a las actitudes estáticas,una poderosa carnalidad sensual.Los perfiles y volúmenes de sus esculturas están pletóricos de estricto realismo y de un alto grado de expresión simbólica,ambas cualidades modeladas con gran virtuosismo estético. Por todo ello, me complazco en tener una nueva ocasión de poder glosar la satisfacción de recrearme en la contemplación y análisis de la obra del maestro Pedrín.