Usuaria:Mjblanco/prueba Alfarería canaria:oficio de Loceras

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Alfarerías femeninas en la Península Ibérica y Canarias Redirigido alfareras, loceras, cacharreras


Alfarerías femeninas[editar]

La expresión Alfarerías femeninas se emplea para hacer referencia específica a las mujeres, en las tradiciones alfareras y en los procesos artesanales, considerados con todas sus connotaciones sociales, económicas y culturales.[cita requerida]

Mujer: Tradición alfarera en el proceso de producción.Pereruela.Zamora

Es, por otro lado, una categoría analítica que se emplea en el estudio, investigación y conocimiento de las alfarerías, visibilizando esta realidad.[cita requerida]


Visibilización[editar]

En la Península Ibérica y en la Islas Canarias han existido alfarerías femeninas hasta principios y hasta finales del siglo XX en municipios de tierras portuguesas, zamoranas, gallegas, asturianas, madrileñas , manchegas y Canarias.[1]​ Esta realidad ha estado solapada dificultando el conocimiento de la misma. Así, en 1981 José Manuel Feito refiere que:

un dato hasta ahora desconocido es que fueron alfareras principalmente, las artesanas. Hasta ahora sólo se citaba al de Ceceda (Nava). Alfareros: Casa Máxima, su marido Laureano no trabajaba el barro; Casa Milio el Vaqueiro, trabajaba solamente María, su mujer[2]

Se da el caso, también, de haber descubierto, mientras se revisan fuentes de recientes publicaciones, que quienes modelaban eran mujeres. Concretamente, fué repasando documentación sobre enfermedades profesionales como se supo que hubo alfareras en Alcorcón, iniciándose las investigaciones. [3]​ En tierras zamoranas, algunos etnólogos se sorprendieron al ver a las mujeres en la rueda,tanto en la de Pereruela [4]​ como en la de Moveros. [5]​ En 1975 la revista Triunfo publicaba el artículo Populart de Huertas 22.Alfarería de la mujer.Madrid"[6]

Puntos de vista[editar]

El uso de la expresión alfarería femenina es objeto de varias polémicas que se plantean desde diversos puntos de vista. Una de las polémicas se plantea desde el punto de vista lingüístico en torno a la necesidad de poner nombre femenino a las profesiones,oficios y cargos, así como nombrar a las mujeres y, en su caso, cómo nombrarlas. Otra polémica es la que se plantea desde el punto de vista del significado de la expresión, pues el género gramatical femenino es excluyente del género gramatical masculino y ,en este sentido, se cuestiona el carácter sesgado de la expresión en sí misma considerada. La perspectiva de género, la Teoría crítica feminista, son otros puntos de vista que no hay que confundir con la perspectiva femenina. Otro sector admite la categoría pero cuestiona la tendencia a disociar la evolución de tornos, hornos y otros elementos separadamente de lo socio económico, porque, según afirman,impide una visión global.[3]​ Otras perspectivas son las emic y etic de los vecinos del pueblo y la de los estudiosos.

Alfarería femenina en Zamora[editar]

Alfarería oficio de alfareras[editar]

La alfarería fue en sus orígenes, una práctica asociada a la mujer en las estrategias de subsistencia centradas en el hogar y producción de alimentos. El trabajo se distribuyó por sexos. Este es el origen del trabajo alfarero femenino. [7]

División sexual del trabajo[editar]

La alfarería es una actividad en la que se evidencia lo que se llama Distribución sexual del trabajo.[cita requerida] Si bien se ha negado la posibilidad de saber si esta división también ocurrió en la Prehistoria. No obstante, nuevas técnicas de investigación y teorías como la de la cadena operativa, aplicadas desde la perspectiva de género, arrojan luz sobre el trabajo de las mujeres. Un ejemplo de ello es la tesis doctoral de Colomer sobre El Argal.[8]​A grandes rasgos, se distinguen cuatro grados en la división sexual del trabajo que se distribuye entre alfareras y alfareros

  1. Producciones domésticas: manuales,para el mantenimiento de objetos domésticos, trabajo femenino.
  1. Industria doméstica: sirve de complemento a la obtención de recursos pero nunca es recurso principal. Trabajo de mujeres y de hombres
  1. Talleres individuales: actividad familiar profesionalizada. Trabajo femenino supeditado a decisiones del pater familia
  1. Talleres nucleares: agrupación de varios talleres, organización, aprendices. Escasa participación de mujeres.

Según los estudios arqueológicos, la participación de la mujer se limita a producciones manuales en centros de producción domésticos.[cita requerida] A medida que interviene el hombre se comercializa y se produce la profesionalización, introduciéndose técnicas como el torno.[cita requerida]

Reconocimiento del oficio[editar]

El DRAE no tiene reconocido el oficio de alfarera. Solo admite el nombre masculino alfarero. A las mujeres se las conoce, también, con nombres como locera, cacharrera.

En el recorrido histórico de los oficios, el siglo XVIII marca una ruptura en lo que había sido para las mujeres el acceso a un oficio y a los gremios. Hasta esa fecha no estuvo vedado acceder a un oficio, aunque

Ciertamente, conviene decir, que su acceso a la formación, primero, y a la práctica de los oficios, después, estaba unido a su relación con los hombres: padres, esposos, hermanos, por una parte, y, por otra, las condiciones de trabajo -sus ocupaciones estaban en oficios de menor cualificación y prestigio- y los salarios eran inferiores que los de los hombres (Anderson y Zinsser, 1992)

[9]

A partir del siglo XVIII se va produciendo el cambio hasta prohibir a las mujeres, dedicarse a lo que no se consideraba propio de su sexo. En general es un oficio de pobres, incluso de marginación social en el contexto de la economía familiar de subsistencia. Las mujeres compaginaban las tareas del hogar con las de la producción alfarera. Además se dedicaban a tareas agrícolas y ganaderas.

”no parábamos nunca […]un domingo pa una y otro pa otras.¡Ni las dos íbamos a misa juntas!

[1]

En algunas localidades, como en el Norte de Africa, en Portugal y en Pereruela, las alfareras eran requeridas en matrimonio antes que el resto de las mujeres porque podían aportar un complemento a los ingresos del hogar, pero sin llegar a ser nunca una fuente principal de subsistencia.Así, por ejemplo, la actividad alfarera cesaba si el marido accedía a un empleo remunerado. Tal ocurrió en Muelas del Pan cuando se construyó la Presa de Ricobayo En Portomourisco y Mota del Cuervo, las mujeres que se dedicaron a esta tradición, fueron marginadas y criticadas. Las que han subsistido, tienen el reconocimiento que les proporciona la demanda como producto turístico el mercado, y disfrutan del «prestigio de ser alfarera »[3]

Alfarerías femeninas en la Península Ibérica y Canarias[editar]

La alfarería femenina se caracteriza por ser una tradición que se transmite de madres a hijas vinculadas a través del apellido paterno-filial, de modo que, en determinadas épocas, si la mujer enviudaba, no podía seguir con el oficio.[cita requerida] La ausencia de alfares, el uso de la rueda, la técnica de urdido y otros arcaísmos que han pervivido, identifican las tradiciones artesanales en estos grupos familiares, propios de una precaria economía de subsistencia.

Hay alfarerías femeninas mixtas en las que trabajan indistintamente mujeres y hombres. Entre otras, la de Gundivós. Otras alfarerías femeninas son aquellas en las que los hombres colaboran con tareas auxiliares, como sucede en La Solana. Hay lugares donde las mujeres realizan todo el proceso de fabricación. Así ocurre en Canarias. Otro tipo de alfarería femenina es la que distribuye el trabajo, como sucedía en Pereruela, donde las mujeres también realizaban tareas como la de extraer el barro .[10]​, pero no fabricaban determinadas piezas como son los crisoles[1]​ La genealogía de mujeres en las tradiciones alfareras que habían subsistido hasta finales del s.XX, se está recogiendo por parte de nuevas generaciones de mujeres. [11]

«Las decisiones técnicas tomadas por un artesano o artesana nunca son aleatorias , siempre son argumentables desde algún punto de vista, como es el técnico, cultural, ideológico y económico. La selección y el rechazo de todas y cada una de las opciones técnicas es lo que define la tradición artesanal propia de cada grupo social.[8]​»



Alfarería femenina en la Península[editar]

Las tenajeras o barreras[editar]

Existe constancia documental de la tradición alfarera en La Solana, desde el siglo XVI hasta la década de 1940. Aunque en los memoriales son los varones quienes aparecen como barreros , fueron mujeres, conocidas como tenajeras o barreras, las que modelaron piezas y las que transmitieron la técnica de unas a otras. Tan es así, que Sebastián Díaz-Cano aprendió el oficio de su madre, porque sus hermanas habían fallecido. Los varones colaboraban con tareas auxiliares, pero en cualquier caso, la actividad de las mujeres era un complemento a la economía familiar de subsistencia.

Fabricaron sin torno, jarros para hordeñas, tinteros, brocales para pozos y otras piezas. En el siglo XVIII según consta en las Descripciones del cardenal Lorenzana, elaboraban tinajas para vino y aceite, coladeras para hacer salitre, que eran de las mejores que usaban en las fábricas porque el barro no se comía el salitre.

Como algunas alfareras firmaban sus piezas, fue posible reconstruir la genealogía de mujeres : Teresa Naranjo y sus hijas Gabriela y Francisca Diaz-Cano Naranjo, María Juana Lozano, Ana Josefa Horcajada Lozano, las hijas de Celestino Naranjo Martín-Albo, Romana, Isabel, Celestina, Antonia y Juana, las hijas de Juan Alonso Naranjo, Consuelo, Basilia y Juana,o las señoras Romero de Ávila y Mateos.

Buño[editar]

La extracción del barro, a principios del siglo XX, se tiene constancia de que en ello trabajaron doscientos hombres y un ciento de mujeres sigue siendo una fuente de materia prima para la cerámica de Buño en la actualidad.

Las cantarrilleras de Villarobledo[editar]

Si bien la confección de las tinajas era tarea de los tinajeros, las mujeres urdían cántaros, cántaras, bebedores para animales de corral.

Ceceda y Faro[editar]

Mota del Cuervo[editar]

Alfarería femenina canaria[editar]

Las alfareras, en canarias, se conocen con el nombre de loceras. Sin ningún tipo de torno o medio mecánico , transforman artesanalmente el barro y lo venden o intercambian, según las costumbres y tradiciones que han transmitido de madres a hijas.

Las Loceras de Arterana

Galería[editar]

Véase también[editar]

Enlaces externos[editar]

Referencias[editar]

  1. a b c Museo Etnográfico de Castilla y León.Zamora. Las alfarerías femeninas. 
  2. Feito, José Manuel. «Cerámica popular asturiana». Revista folklore. 
  3. a b c Fernández Montes, Matilde. Alfarería femenina en Alcorcón. Consultado el 22 de septiembre de 2012. 
  4. Cortés Vázquez, Luis. Alfarería en Pereruela. Consultado el 29 de septiembre de 2012. 
  5. Cortés Vázquez, Luis. Alfarería femenina en Moveros. Consultado el 12 de septiembre de 2012. 
  6. [1]
  7. Col, Jaume. Cerámica Valenciana. 
  8. a b Colomer, Laila. Cerámica prehistórica y trabajo femenino en el Argar, una aproximación. Consultado el 22 de septiembre de 2012. 
  9. Rubio Hernández, Esther. «rompiendo tópicos:las mujeres en la formación profesional». Revista de la asociación de inspectores de educación de España. Consultado el 25 de septiembre de 2012. 
  10. Olegaria la alfarera. 
  11. http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2011/12/21/cuatro-mujeres-incorporan-actividad-alfarera-pereruela/567545.html