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Los centros culturales son espacios de carácter no convencional, experimental y multifuncional. En éstos se realizan manifestaciones artísticas de cualquier tipología tales como espectáculos, funciones, festivales, bailes, exposiciones, instalaciones y muestras con participación directa o tácita de los intérpretes y asistentes. Además, pueden realizarse actividades de formación como ensayos, seminarios, charlas o talleres, relacionadas a todas las manifestaciones tangibles e intangibles del arte y la cultura.[1]
Circuito oficial[editar]
Historia[editar]
Los primeros centros culturales...(?)
Espacios culturales independientes[editar]
Historia[editar]
Los espacios culturales independientes son espacios de producción y difusión cultural conformados por cooperativas y organizaciones de la autogestión. Sus antecedentes se remontan a dos hechos en la historia reciente de la Argentina: por un lado, la crisis económica, política y social del año 2001 y por otro lado, la Tragedia de Cromañón.[2]
Desde el año 2000, en Argentina, nacen diversas iniciativas colectivas de organización que buscaban accionar lo social desde lo cultural, en un contexto de crisis económica, desintegración social y reacción ante la falta de políticas institucionales y la escasez de recursos destinados al sector. Estas iniciativas se auto denominaron alternativas, independientes y autogestionadas, y se situaron por fuera de los centros dependientes de las administraciones municipales y estatales.[3]
En 2008, producto de la Tragedia de Cromañón, se crean nuevas normativas para mayor control sobre los espacios donde se conglomera público para evitar que estos fueran lugares inseguros para público, artistas y organizadores. Esto involucró directamente a los centros culturales, ya que los dotó de un marco normativo, adquiriendo distintas habilitaciones que les permiten realizar actividades multidisciplinarias bajo la figura de teatros independientes o clubes de música. Además, los centros culturales aparecen en barrios más céntricos, como Palermo, Belgrano o Almagro.[4]
Se puede advertir una continuidad con los surgidos en la crisis del 2001 en el perfil de los nuevos espacios, aunque también ya no solo como una salida de la crisis, es decir como una ocupación como consecuencia de la desocupación sino más bien como una opciónAna Wortman
A fines del año 2014, luego de movilizaciones llevadas a cabo por parte de los distintos espacios culturales nucleados en el MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos) se aprobó la Ley de Centros Culturales, con habilitación específica para estos espacios y definiendo, por primera vez, qué es un centro cultural para la ley.[5]
En la Ciudad de Buenos Aires, algunos de estos espacios independientes son Vuela el Pez Club de Arte (2008), El Emergente (2009), El Quetzal (2011), La Casa del Árbol (2012), La Gran Jaime Casa Cultural (2014), Casa Cultural Sofía (2015), Feliza Cultura Arcoiris (2017).
Regulaciones[editar]
En la actualidad, los centros culturales se encuentran regulados por la Ley 6063 llamada "Ley de Espacios Culturales Independientes", aprobada en marzo de 2019, si bien esta ley convive con las habilitaciones previas.[6][7]
Referencias[editar]
- ↑ «Ley 5240 (CEDOM)».
- ↑ Wortman, Ana. «Impacto de los Centros culturales autogestionados en la escena cultural independiente de Buenos Aires.». XI Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2015.
- ↑ Valente, Alicia. «Centros Culturales Autogestionados de la Ciudad de la Plata. Apuntes para un recorrido.». Espacios autogestivos de la ciudad de La Plata. Estudios de casos (2010-2016).
- ↑ Cervellera, Ángela. «Centros culturales autogestivos. Producción y reflexión cultural alternativa». Arte e Investigación (UNLP). doi:10.24215/24691488e034.
- ↑ «Se aprobó la ley de centros culturales». La Nación.
- ↑ «Ley de Espacios Culturales Independientes». CENTRO DE DOCUMENTACIÓN MUNICIPAL.
- ↑ «Ley ECI: Preguntas Frecuentes».