Trabajo sexual
El trabajo sexual es es el proceso de ofrecer un acto sexual a cambio de dinero o bienes materiales.[1] En su definición más amplia, puede incluir el intercambio sexual indirecto, como el lap dance y el striptease, mientras que en su definición más estrecha se refiere únicamente a las relaciones sexuales directas.[2]
El término surgió a raíz de la defensa, por parte de los colectivos implicados, del argumento de que los trabajadores sexuales deben tener los mismos derechos humanos y laborales que cualquier otro trabajador.[3]
A partir del activismo que dirigen grupos de trabajadores sexuales, estos grupos tienden a preferir el término trabajo sexual en vez del término prostitución, argumentando que el segundo tiene connotaciones negativas.[4]
La mayoría de las publicaciones al respecto amplían la definición del trabajo sexual más allá de la prostitución, incluyendo actividades relacionadas con la industria del sexo, por ejemplo la asistencia sexual, el strip tease, el sexo telefónico —como el de las líneas eróticas—, el cibersexo vía webcam, la venta de imágenes y videos eróticos o pornográficos, actores pornográficos y dominatrices profesionales.[5]
A veces se emplea el eufemismo «proveedor de servicios para adultos» para referirse a los trabajadores sexuales, aunque el concepto sería más amplio, ya que incluye a cualquiera que esté relacionado con la industria del sexo, como por ejemplo a webmasters de páginas pornográficas y a productores de cine para adultos, entre otros.
El sexo como profesión y la política
[editar]La legislación sobre el trabajo sexual no es uniforme en todo el mundo. Incluso en los estados en los que está despenalizado, quienes lo ejercen suelen ser estigmatizados y marginados, lo que puede dificultar la búsqueda de apoyo legal en casos de discriminación, por ejemplo, por discriminación racial por parte del dueño de un club de estriptís, la negación del pago por parte de un cliente, agresiones y violaciones.
Por ejemplo, el Gremio Canadiense para el Trabajo Erótico presiona para lograr la legalización del trabajo sexual: la eliminación de las regulaciones estatales [6] sobre el mismo, que consideran más represivas que las impuestas a otros empleados y negocios; el reconocimiento y la protección a través de las leyes regulares de empleo; el derecho a formar y a integrarse en asociaciones y sindicatos profesionales —sobre todo para participar en negociaciones colectivas—; y el derecho a viajar y a cruzar legalmente fronteras con fines profesionales. Argumentan también que la legalización del trabajo sexual permitiría llevarlo a cabo en circunstancias mejor organizadas, en las que las regulaciones legalmente exigibles, como el uso obligatorio de condones y las revisiones médicas obligatorias a los trabajadores, ayudararían a reducir la transmisión del VIH-SIDA y muchas otras infecciones de transmisión sexual.
En Países Bajos [7], Alemania [8], Nueva Zelanda, en algunos estados de Australia y en el estado estadounidense de Nevada, el trabajo sexual es reconocido por sus gobiernos. Allí, el término trabajador sexual se usa con frecuencia por quienes apoyan sus derechos.[9]
El crecimiento del turismo sexual ha conllevado un gran incremento de la industria del sexo. En algunos países, las industrias de sexo legal pueden suponer una aportación importante a la economía de algunos centros urbanos. Un ejemplo es el barrio de Reeperbahn, en Hamburgo, una zona de prostitución legalizada que paga impuestos y que ofrece servicios a turistas de todo el mundo.
Las industrias del sexo y sus trabajadores tienden a proliferar junto a las bases militares. Por ejemplo el puerto naval británico de Portsmouth tuvo industria local de sexo exitosa durante el siglo XIX, y hasta los inicios de la década de 1990 había grandes distritos de luces rojas cerca de las bases estadounidenses en Filipinas. El famoso distrito de entretenimiento de Patpong, en Bangkok, Tailandia, empezó siendo una zona de R&R, siglas de Rest & Recovery, en castellano «descanso y recuperación» para las tropas estadounidenses que servían en la guerra de Vietnam a principios de la década de 1970.
Existen páginas de información disponibles para quienes están pensando en entrar en la industria del sexo y buscan información sobre su modo de funcionamiento. Dichas páginas dan información sobre cualquier cosa, desde cómo iniciarse hasta consejos acerca de la seguridad y la higiene.
Referencias
[editar]- ↑ Comte, J. (2010). Stigmatisation du travail du sexe et identité des travailleurs et travailleuses du sexe. Déviance Société 34, 425–446. doi: 10.3917/ds.343.0425
- ↑ Sagar, T., Jones, D., Symons, K., and Bowring, J. (2015a). The Students Sex Work Project: Research Summary. Unpublished Manuscript. Centre for Criminal Justice and Criminology. Wales: Swansea University.
- ↑ Weitzer, R. 1991. Prostitutes' Rights in the United States. Sociological Quarterly, 32(1), 23-41.
- ↑ Avalle, G.; Brandán Zehnder, M.G (2011). «El cuerpo entre la lucha y el trabajo: el caso de las trabajadoras sexuales de la ciudad de Córdoba». Revista Pequén. Consultado el 28 de junio de 2013.
- ↑ Weitzer, R. (2000). Sex For Sale: Prostitution, Pornography, and the Sex Industry. New York: Routledge Press.
- ↑ International, Radio Canada (3 de mayo de 2021). ««El trabajo sexual es trabajo. Debe ser reconocido y respetado», sobre todo durante la pandemia». RCI | Español. Consultado el 27 de julio de 2024.
- ↑ Trejo, Hania (23 de septiembre de 2023). «¿Ha funcionado la regulación del trabajo sexual en Ámsterdam los últimos años? - Notitia Criminis El Portal Nuestras firmas». Notitia Criminis El Portal. Consultado el 27 de julio de 2024.
- ↑ «Trabajo sexual y legislación – Deutsche Aidshilfe». Digitale Medien. Consultado el 27 de julio de 2024.
- ↑ Reyes, Carlos José (1 de agosto de 2019). «¿Cuáles son los países que permiten el trabajo sexual?». El Tiempo. Consultado el 27 de julio de 2024.
Véase también
[editar]- Burdel
- Corrupción de menores
- Debates feministas sobre la sexualidad
- Meretriz
- Proxenetismo
- Puntos de vista feministas sobre la prostitución
- Libertad negativa
- Trabajo
- Feminismo