Melchor Ocampo

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Melchor Ocampo

Melchor Ocampo


Gobernador de Michoacán
5 de septiembre de 1846-13 de marzo de 1848
Predecesor José de Ugarte
Sucesor José María Silva

3 de marzo de 1852-24 de enero de 1853
Predecesor Gregorio Cevallos
Sucesor Francisco Silva

Ministro de Relaciones Exteriores
6-30 de octubre de 1855
Predecesor José Miguel Arroyo
Sucesor Manuel María Arrioja

22 de enero de 1858-15 de agosto de 1859
Predecesor Manuel Ruiz
Sucesor Juan Antonio de la Fuente

1 de diciembre de 1859-23 de enero de 1860
Predecesor Juan Antonio de la Fuente
Sucesor Santos Degollado

1 de octubre de 1860-17 de enero de 1861
Predecesor José de Amparán
Sucesor Juan de Dios Arias

Ministro de Gobernación
21 de enero-2 de febrero de 1858
Predecesor Manuel Ruiz
Sucesor Santos Degollado

21 de mayo de 1858-17 de julio de 1859
Predecesor Ignacio de la Llave
Sucesor Ignacio de la Llave

Ministro de Fomento
4 de junio de 1858-3 de febrero de 1859
Predecesor León Guzmán
Sucesor Miguel Lerdo de Tejada

1 de junio-13 de diciembre de 1859
Predecesor Miguel Lerdo de Tejada
Sucesor José de Amparán

Información personal
Nacimiento 5 de enero de 1814 Ver y modificar los datos en Wikidata
Maravatío (México) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 3 de junio de 1861 Ver y modificar los datos en Wikidata (47 años)
Municipio de Tepeji del Río de Ocampo (México) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Homicidio Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Mexicana
Educación
Educado en Seminario de Morelia
Real y Pontificia Universidad de México
Información profesional
Ocupación Abogado, político y diplomático

Melchor Ocampo (n. Pateo, Michoacán, 5 de enero de 1813 - Tepeji del Río, Hidalgo, 3 de junio de 1861). Bautizado con el nombre de José Telésforo Juan Nepomuceno Melchor de la Santísima Trinidad,[1]​ fue un abogado, científico y político liberal mexicano.

Datos

Nació en Maravatío, territorio del actual estado de Michoacán. Desde temprana edad tomó una postura liberal, lo que se debió, en gran medida, a que viajó a Francia y fue influido por las ideas de libertad. Desempeñó cargos políticos de mucha importancia en México; por ejemplo, fue gobernador de su estado natal. Redactó las leyes de Reforma y firmó el tratado de Ocampo-McLane. Su famosa epístola se lee en algunas ceremonias civiles. Murió fusilado en 1861. En su honor su estado natal se renombró Michoacán de Ocampo.

Estudios

Estudió en el seminario de Morelia y después leyes en el colegio seminario de México (Universidad Pontificia).[2]​ Trabajó en un bufete jurídico desde 1833. Viajó a Francia en 1840 y ahí fue influido por las doctrinas liberales y anticlericales de la Ilustración francesa. Más tarde regresó a Michoacán para trabajar en su hacienda y dedicarse a la práctica del derecho y a la investigación científica sobre el campo catalogando la flora y fauna de la región y estudiando lenguas indígenas. Su colección de libros fue una de las mejores de México.

Vida política

Fue electo diputado en 1842, en 1846 fue gobernador de Michoacán enfrentándose a la invasión norteamericana. Fue secretario de Hacienda en 1850. Uno de sus proyectos fue tan controvertido que causó un gran conflicto entre conservadores y liberales y fue obligado por el presidente Santa Anna a dejar el país. Se refugió primero en Cuba y luego en Nueva Orleans donde se encontró con otros liberales, entre ellos Benito Juárez. En esta ciudad se dedica a la publicación de folletos para promover cambios políticos en México. El resultado de sus esfuerzo fue el Plan de Ayutla (1855) para derrocar al dictador Santa Anna y llevar al poder al general liberal Juan N. Álvarez. En el gobierno de éste fungió brevemente como ministro de Relaciones Exteriores.[3]

Durante el gobierno de Juárez fue nombrado ministro de Gobernación, encargándose también de los ministerios de Relaciones, Guerra y Hacienda.[4]​ De esta época son las famosas Leyes de Reforma, que separaron la Iglesia del Estado, y de cuya redacción fue él uno de los principales autores.

Epístola de Melchor Ocampo

Participó en la redacción de las nuevas Leyes Civiles, que a la postre darían sentido a la política liberal y terminarían reformando la Constitución de 1857, con el fin de independizar los negocios civiles y políticos con respecto de los eclesiásticos. El 23 de julio de 1859 el entonces presidente interino D. Benito Juárez expide en el Puerto de Veracruz, la "Ley de Matrimonio Civil" que contiene 31 artículos. En el artículo 15º a manera de formalización ceremonial del matrimonio se incluyó la famosa epístola atribuida a Melchor Ocampo, la cual figura a continuación:

...Que éste es el único medio moral de fundar la familia, de conservar la especie y de suplir las imperfecciones del individuo que no puede bastarse a sí mismo para llegar a la perfección del género humano. Que éste no existe en la persona sola sino en la dualidad conyugal. Que los casados deben ser y serán sagrados el uno para el otro, aún más de lo que es cada uno para sí. Que el hombre cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar, y dará a la mujer, protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magnanimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando éste débil se entrega a él, y cuando por la sociedad se le ha confiado. Que la mujer, cuyas principales dotes son la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y la ternura, debe dar y dará al marido obediencia, agrado, asistencia, consuelo y consejo, tratándolo siempre con la veneración que se debe a la persona que nos apoya y defiende, y con la delicadeza de quien no quiere exasperar la parte brusca, irritable y dura de sí mismo. Que el uno y el otro se deben y tendrán respeto, deferencia, fidelidad, confianza y ternura, y ambos procurarán que lo que el uno se esperaba del otro al unirse con él, no vaya a desmentirse con la unión. Que ambos deben prudenciar y atenuar sus faltas. Que nunca se dirán injurias, porque las injurias entre los casados, deshonran al que las vierte, y prueban su falta de tino o de cordura en la elección, ni mucho menos se maltratarán de obra, porque es villano y cobarde abusar de la fuerza. Que ambos deben prepararse con el estudio y amistosa y mútua corrección de sus defectos, a la suprema magistratura de padres de familia, para que cuando lleguen a serlo, sus hijos encuentren en ellos buen ejemplo y una conducta digna de servirles de modelo. Que la doctrina que inspiren a estos tiernos y amados lazos de su afecto, hará su suerte próspera o adversa; y la felicidad ó desventura de los hijos será la recompensa ó el castigo, la ventura ó la desdicha de los padres. Que la sociedad bendice, considera y alaba a los buenos padres, por el gran bien que le hacen dándoles buenos y cumplidos ciudadanos; y la misma, censura y desprecia debidamente a los que, por abandono, por mal entendido cariño, ó por su mal ejemplo, corrompen el depósito sagrado que la naturaleza les confió, concediéndoles tales hijos. Y por último, que cuando la sociedad ve que tales personas no merecían ser elevadas a la dignidad de padres, sino que sólo debían haber vivido sujetas a tutela, como incapaces de conducirse dignamente, se duele de haber consagrado con su autoridad la unión de un hombre y una mujer que no han sabido ser libres y dirigirse por sí mismos hacia el bien.

Tratado McLane-Ocampo

El 14 de diciembre de 1859 por órdenes de Juárez, firmó en Veracruz con el ministro de Estados Unidos Robert McLane, el controvertido Tratado McLane-Ocampo con los Estados Unidos, mediante los cuales México otorgaba a perpetuidad el derecho de tránsito al ejército y mercancías de los Estados Unidos por tres franjas de territorio mexicano. La primera por el Istmo de Tehuantepec, la segunda de Guaymas a Nogales (Arizona), y una tercera franja desde Mazatlán hasta la Heróica Matamoros, en el Golfo de México, pasando por Monterrey. Todo ello a cambio de dos necesidades angustiosas para el gobierno de Juárez: el reconocimiento estadounidense a su gobierno, y 4 millones de dólares, de los cuales sólo entregarían al presidente Benito Juárez la mitad; el resto se reservaría para pagar indemnizaciones a ciudadanos estadounidenses quejosos por violaciones a sus derechos.

El tratado no fue ratificado por el Senado estadounidense cuando éste se presentó. En plena guerra de secesión, los senadores consideraron que los nuevos territorios aumentarían el poder del sur y dificultarían el bloqueo impuesto por el ejército federado.

Pensamiento

En materia de educación sostenía que ésta tenía que cimentarse en estos postulados básicos del liberalismo: en la democracia o gobierno de la mayoría; en el respeto a las diferentes creencias religiosas; en la tolerancia; en la igualdad de todos ante la ley; fortaleciendo la autoridad civil y suprimiendo los privilegios.

Ocaso

Sepulcro de Melchor Ocampo en la Rotonda de las Personas Ilustres (México).

Murió Melchor Ocampo fusilado en Tepeji del Río el 3 de junio de 1861 por los conservadores del general Leonardo Márquez. Sus restos fueron traslados a la Rotonda de las Personas Ilustres el 3 de junio de 1897.[5]​ En su honor, su estado natal ahora se llama Michoacán de Ocampo.

En su testamento dice:

Me despido de todos mis buenos amigos y de todos los que me han favorecido en poco o en mucho y muero creyendo que he hecho por el servicio de mi país cuanto he creído en conciencia que era bueno… Lego mis libros al Colegio de San Nicolás, de Morelia, después de que mis señores albaceas y Sabás Iturbide tomen de ellos los que gusten.

Se ha hecho famosa una de sus epístolas que solía leerse habitualmente en los matrimonios civiles en México.

Su biógrafo, Raúl Arreola Cortés, escribió:

Sólo veinte años (1842-1861) Ocampo actúo en los asuntos públicos de la nación, un periodo que fue decisivo en el orden internacional. Los principales acontecimientos del mundo en esa época tuvieron repercusión en los asuntos internos de nuestro país. En esos años se formaron los grandes dominios coloniales de Inglaterra y Francia en los continentes americano, asiático y africano, principalmente; en tanto que, en nuestra América, se extendió el dominio de los Estados Unidos... La revolución industrial fortaleció el liberalismo económico y político; la democracia burguesa y el régimen republicano avanzaron y la aristocracia feudal fue sustituida por la burguesía capitalista como clase dominante...

Curiosidades

Corazón de Melchor Ocampo.

En el antiguo Colegio de San Nicolás (Hoy Preparatoria 1) de Morelia, Michoacán se encuentra un aula especial en la que se pueden encontrar objetos que le pertenecieron, así como su biblioteca privada. Dentro de esa aula, se encuentra en una urna conservado en formol el corazón de Melchor Ocampo. El cual fue entregado a su hija, y mismo que ella entregó al Colegio de San Nicolás, a petición expresa de su padre, quien llegó a decir: - "Mi corazón, le pertenece al Colegio de San Nicolás".

Véase también

Referencias

  1. Galeana de Valadés, Patricia Op.cit. p.345 nota 1
  2. Mena, Mario Melchor Ocampo, p.16; Krauze, Enrique, Siglo de Caudillos, p.193.
  3. Guerrero, Omar Op.cit. p.86-87
  4. «Los cancilleres de México a través de su historia». Secretaría de Relaciones Exteriores. Consultado el 18 de enero de 2010. 
  5. Rotonda de las Personas Ilustres. «Melchor Ocampo». Segob. Consultado el 20 de julio de 2011. 

Bibliografía

  • GALEANA DE VALADÉS, Patricia (2006) El Tratado McLane-Ocampo. La comunicación interoceánica y el libre comercio México, ed.Porrúa ISBN 970-07-5871-0 texto en la web consultado el 8 de diciembre de 2009
  • GUERRERO, Omar (1993) Historia de la Secretaría de Relaciones Exteriores, capítulo IV "La Secretaría de Relaciones Exteriores (1853-1891)"; México, Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos, ed.Secretaría de Relaciones Exteriores, ISBN 968-810-452-3 texto en la web en Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, consultado el 15 de enero de 2010.
  • KRAUZE, Enrique. Siglo de Caudillos, Tusquets, 2002.
  • MENA, Mario. Melchor Ocampo, Editorial Jus, 1959.
  • TENA RAMÍREZ, Felipe (1980) Leyes fundamentales de México 1808-1979, Editorial Porrúa, 9a ed., p.p. 644 - 645

Enlaces externos