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Juliana María de Brunswick-Wolfenbüttel

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Juliana María de Dinamarca. Retrato de 1780.

Juliana María de Brunswick-Wolfenbüttel (Wolfenbüttel, 4 de septiembre de 1724 - Fredensborg, 10 de octubre de 1796). Reina de Dinamarca y Noruega, consorte del rey Federico V. Fue una importante defensora del conservadurismo danés y regenta de facto durante el reinado de Cristián VII.

Biografía

Era hija del duque Fernando Alberto II de Brunswick-Lüneburg y de Antonieta Amalia de Brunswick-Wolfenbüttel.

El 8 de julio de 1752 se casó con el rey Federico V de Dinamarca, quien había enviudado de su primera esposa la reina Luisa el año anterior.

Siendo reina consorte, llevó una vida tranquila y alejada de la política, como se desprende de sus escritos en su diario personal. Un solo hijo tuvo en su matrimonio, el príncipe Federico.

En 1766 enviudó. El nuevo rey, su hijastro Cristián VII, llevó una vida escandalosa entre el libertinaje y los problemas mentales, causas que lo alejaron prácticamente por completo de los asuntos de estado, que fueron delegados en su médico Johann Friedrich Struensee y en la reina consorte Carolina Matilde de Hanóver.

Las reformas liberales de Struensee y su relación sentimental con la reina Carolina Matilde escandalizaron a los conservadores daneses, a cuya cabeza se situó la reina viuda Juliana María. El 17 de enero de 1772, en un golpe de la corte, Struensee y sus colaboradores fueron arrestados y ejecutados el 28 de abril. En tanto, Carolina Matilde fue deportada del país.

Federico, el hijo de Juliana María, fue nombrado regente de un nuevo gobierno, pero sólo sería un títere de su madre y del ministro Ove Høegh-Guldberg. El gobierno fue de un conservadurismo extremo, y Juliana María se erigió como la heroína de la nobleza, conservando los privilegios de ésta y concediendo nuevos títulos, en una forma de afianzarse en el poder.

Su poder terminó el 14 de abril de 1784, cuando su hijastro, el príncipe heredero Federico, dio un golpe en palacio, convirtiéndose en el nuevo regente. Aunque Juliana y Høegh-Guldberg intentaron aliarse al príncipe, éste instauró su gobierno de manera independiente, reinstalando varias de las reformas liberales de Struensee.

Alejada de la política, la reina viuda falleció en 1796 en el Palacio de Fredensborg. Sus restos fueron trasladados a la Catedral de Roskilde. Si bien no logró colocar a su hijo en el trono, su nieto Cristián sería rey en 1839.

Familia

De su matrimonio con Federico V sólo tuvo un hijo:

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