Diferencia entre revisiones de «Batalla de Sagrajas»

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Revisión del 21:05 18 sep 2006

Batalla de Zalaca
Fecha 23 de octubre de 1086
Lugar Norte de Badajoz, (España)
Conflicto Reconquista
Resultado Victoria almorávide
Combatientes
Reino de Castilla Almorávides
Comandantes
Alfonso VI
Yusuf ibn Tasfin
Fuerzas
Alrededor de 60.000 Alrededor de 30.000
Bajas
Al menos 59.500 Desconocidas

La batalla de Zalaca ( الزلاقة en árabe; se dice que Zalaca deriva del verbo Zalaqa que significa deslizar, resbalar; por lo resbaladiza que se volvió la tierra de batalla a causa de la gran cantidad de sangre derramada en ella), conocida también a veces como batalla de Sagrajas, se libró en Sagrajas, en las proximidades de Badajoz (España), el 23 de octubre de 1086, entre las tropas cristianas de Alfonso VI de Castilla y las almorávides de Yusuf ibn Tasfin, con la derrota de las primeras.

Un año antes, Alfonso VI había tomado Toledo, lo que alarmó a los reyes de algunas taifas españolas, quienes solicitaron la ayuda militar de Yusuf ibn Tasfin. Desembarcó éste en Algeciras al mando de un ejército de fanáticos musulmanes (los almorávides) con el que se dirigió hacia el norte. El monarca castellano, apoyado por el rey de Aragón, salió a su encuentro. Tuvo lugar éste en Sagrajas, cerca de Badajoz. Tras un primer empuje de las fuerzas castellanas mandadas por Álvar Fáñez, los senegaleses de Yusuf destrozaron el ejército cristiano. Alfonso VI salvó la vida con la huida.

Yusuf ibn Tashfin cruzó a Andalucía al mando de 7.000 hombres. Marchó con su ejército al norte de al-Andalus hasta llegar a az-Zallaqah. El ejército almorávide fue incrementándose con más efectivos reclutados en todo al-Andalus, llegando a alcanzar los 30.000 soldados. Alfonso VI de Castilla, por su parte, llegó al campo de batalla con unos 60.000 hombres.

Los dos líderes intercambiaron mensajes antes de la batalla: Yusuf ibn Tashfin ofreció tres posibilidades al enemigo: convertirse al Islam, pagar tributo (jizyah) o luchar.

Alfonso VI decidió luchar contra los Almorávides. La batalla comenzó al amanecer de un viernes, con el ataque del rey Alfonso. Yusuf Ibn Tashfin dividió su ejército en tres divisiones: la primera la dirigía Abbad III al-Mu'tamid y estaba compuesta por 15.000 soldados; la segunda la dirigía el mismo Yusuf, y estaba compuesta por 11.000 hombres; y la tercera división eran 4.000 guerreros negros africanos con espadas indias y largas jabalinas.

La primera división, la dirigida por Abbad III al-Mu'tamid, luchó sola contra Alfonso VI hasta entrada la tarde, y después se unieron a ellos Yusuf ibn Tashfin y se segunda división, para rodear las tropas de Alfonso VI. A las tropas castellanas les entró el pánico, y comenzaron a perder terreno, y entonces Yusuf ordenó a la tercera división atacar y terminar la batalla. Según lo relatos de la época, las bajas en el ejército de Alfonso fueron tremendas (más de 59.500 muertos). Sólo 100 caballeros lograron volver al castillo. Alfonso VI, por su parte, sobrevivió a la batalla, pero perdió una pierna.

Por otro lado, dejando al margen los relatos contemporáneos, que suelen exagerar los números implicados, se cree que el ejército castellano estaba compuesto por 14.000 hombres, incluyendo a unos 2.000 caballeros, y que al menos la mitad de esa cifra se perdió. El rey y la mayoría de los nobles sobrevivieron, si bien algunos cayeron en batalla, incluyendo a los condes Rodrigo Muñoz y Vela Ovéguez. También hubo importantes bajas en el otro bando, especialmente para las huestes dirigidas por Dawud ibn Aysa, cuyo campo incluso fue saqueado en las primeras horas de la batalla, y por el gobernador de Badajoz, al-Mutawakkil ibn al-Aftas. El gobernador de Sevilla, al-Mu'tamid, fue herido en el primer encuentro, pero su ejemplo personal y su valor empujó al las fuerzas de al-Andalus en los momentos más difíciles de la carga castellana, dirigida por Alvar Fañez. Entre los muertos se encuentra un imam de Córdoba muy popular, Abu-l-Abbas Ahmad ibn Rumayla. Se dice que Yusuf por su parte se vio muy afectado por la carnicería.

Por otro lado, Yusuf tuvo que volver prematuramente a África, por la muerte de su heredero, por lo que Castilla no perdió mucho territorio, a pesar de la destrucción de la mayor parte de su ejército.