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El albañil borracho

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El albañil borracho
Año 1786-1787
Autor Francisco de Goya
Técnica Óleo sobre lienzo
Estilo Prerromanticismo
Tamaño 35 cm × 15 cm
Localización Museo del Prado, Madrid, España
País de origen España

El albañil borracho es el título de una pintura al óleo por Francisco de Goya para su quinta serie de cartones, destinados a adornar el comedor de los Príncipes de Asturias en el Palacio del Pardo. Según la descripción de la galería en línea del Museo del Prado, El albañil borracho es un boceto preparatorio para el cartón El albañil herido, aunque Valeriano Bozal estima que no se ha dilucidado si este cartón es un boceto previo a El albañil herido o se trata de una obra independiente realizada como una variación sobre el mismo tema.[1]

En el cuadro subyace el interés que los ilustrados de la época —a la cabeza de Jovellanos, amigo de Goya— mostraron por la reforma laboral y de salubridad en pro de obreros y campesinos. Este asunto, unido al cromatismo y técnica de la pieza, permite categorizarla dentro del prerromanticismo.[2][3][4]

Permaneció en la colección particular de Pedro Fernández Durán y Bernaldo de Quiraldós, quien lo donó al Prado en 1931.

Desde 1942, mantiene el número de catálogo P027820. Ese mismo año apareció en el listado de obras del museo —publicado con cierto retraso—, realizado por Francisco Javier Sánchez Cantón, entonces subdirector del Prado. Se exhibe en la sala 94 de la pinacoteca, ubicada en la planta 2 del edificio planeado por Juan de Villanueva.

Ha sido estudiado por expertos del arte de Goya, como Pierre Gassier y Juliet Wilson Bareau, quienes le atribuyeron el número de catálogo 191.[5]

Historia

Como se ha dicho, no está del todo claro con qué objetivo se emprendió esta pieza. Lo más probable es que en efecto haya sido boceto para El albañil borracho, y que Goya se hubiese visto obligado a cambiar el motivo de su composición por un choque con los directores de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Junto a Una mujer y dos niños junto a una fuente y La trilla, pertenece a la serie de esbozos del quinto conjunto de tapices goyescos, con destino al comedor del príncipe Carlos de Borbón en el Palacio del Pardo. La serie quedó incompleta a la muerte de Carlos III en 1788, pasando a decorar habitaciones en El Escorial sin un orden fijo.

Todos los bocetos de Goya para sus cartones fueron vendidos a los duques de Osuna, mecenas del artista que las traspasaron a la noble familia de Pedro Fernández Durán y Bernaldó de Quiraldós en 1896,[6]​ en la misma subasta que el Prado adquirió La pradera de San Isidro. También se encontraban en dicha colección La gallina ciega y La ermita de San Isidro.

Análisis del cuadro

El albañil herido.

Un albañil en evidente estado de embriaguez es llevado a cuestas por dos de sus compañeros, que se burlan de su deplorable estado, sin pantalones y con una de sus calzas caídas. En lontananza se mira una construcción.[7]

Al igual que La nevada y Los pobres en la fuente, es la única obra del primer período de Goya en Madrid que no se ajusta a las convenciones artísticas del rococó, sino que preconiza el romanticismo.

Fue concebido originalmente como una obra burlona y de carácter jocoso, como gustaban a los príncipes. Pero la presencia de la ebriedad en el cuadro no hubiese sido apta para un palacio real, como considera Hagen,[8]​ por lo que se transformó en un lienzo que representa a un herido pero que a la vez alude al carácter benefactor que había demostrado Carlos III con su edicto de 1784 protegiendo a los albañiles.[9]

La interpretación cómica que ha recibido a menudo difiere de como se ha visto tradicionalmente a El albañil herido, obra de contenido social y crítica encubierta al pésimo estado de seguridad de los trabajadores.

Este cuadro inicia el gusto por la temática rebelde que luego abundará en Goya, pionero en representar la vida del proletariado. El albañil borracho, a pesar de su marcado carácter satírico, comienza la escuela del realismo social al presentar al pobre como héroe. Los rostros risueños, en contraste con el oscuro cielo y la construcción indican el sentimiento de Goya hacia los pobres. El aragonés se verá sumamente identificado con las clases bajas de la época.[10]

Con cromatismos pardos y grises, el cuadro presenta una rápida ejecución que Goya pondría de realce en años posteriores. La sensación invernal que se respira en este cuadro intenta demostrar una posible relación con La nevada y Los pobres en la fuente. La capacidad de Goya como retratista se manifiesta al plasmar los burlones rostros de los obreros, que a la postre experimentarían una metamorfosis.[11]

El artista se preocupa por el espacio pictórico, cuestión que resuelve gracias a la sucesión de planos y a la baja perspectiva características de sobreventanas como El bebedor. El oscuro colorido y la pincelada empastada en primer plano y diluida en el fondo recuerda a La vendimia.

Nigel Glendinning considera que podría tratarse de un directo antecedente de los cuadros para la alameda de los duques de Osuna. Ambos no son sino una fiel muestra de que el aragonés ya no cree en el pintoresquismo y anhela separarse de las costumbres impuestas en los tapices.[12]

Véase también

Notas

  1. Bozal, pág. 62.
  2. El prerromanticismo es un movimiento eminentemente literario. Sin embargo, algunos autores, como Bozal, se decantan por situar este cuadro en dicha corriente.
  3. El prerromanticismo posee características bien definidas, siendo la principal el recurrente uso de escenas esotéricas y misteriosas, contrarias a la naturaleza arreglada y tranquila típica del neoclasicismo y rococó.
  4. Alfonso Eulalio Pérez Sánchez, Museo del Prado, Barcelona, Océano, 1996. ISBN 84-7764-29-58.
  5. Pierre Gassier y Juliet Wilson Bareau, Vida y obra de Francisco de Goya, Barcelona, Juventud, 1974. ISBN 84-261-5682-7.
  6. Margarita Moreno de la Heras, Goya, pinturas del Museo del Prado, Madrid, Museo del Prado, 1997, núms. 67, 42, 52, 54.
  7. Análisis de El albañil herido (incluye algunos datos sobre El albañil borracho) [Consulta: 13.02.2009].
  8. Hagen, pág. 16.
  9. Bozal, pág. 61.
  10. Segunda etapa de Goya (1775-1791 [Consulta: 13.02.2009].
  11. Ficha de Albañil borracho en artehistoria.com [Consulta: 13.02.2009].
  12. Glendinning, pág. 73.

Bibliografía

  • BOZAL, Valeriano, Francisco Goya, vida y obra, Madrid, Tf, 2005, 2 vols. (Aficiones, 5-6). ISBN 978-84-96209-39-8.
  • GLENDINNING, Nigel, Francisco de Goya, Madrid, Arlanza, Biblioteca «Descubrir el Arte», 2005, (colección «Grandes maestros»). ISBN 84-95503-40-9.
  • HAGEN, Rose-Marie y Rainer Hagen, Francisco de Goya, Colonia, Taschen, 2003. ISBN 978-84-7090-399-1.
  • MENA MARQUÉS, Manuela, «La "mítica" colección de Fernández Durán», en El coloso y su atribución a Goya, Madrid, Museo del Prado, 2009. URL <http://www.museodelprado.es/es/pagina-principal/investigacion/restauracion-y-estudios/el-coloso-y-su-atribucion-a-goya/2-la-mitica-coleccion-de-fernandez-duran/> [Consulta: 13.02.2009].
  • PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso, Museo del Prado, Barcelona, Danae, 1974. ISBN 84-2523-815-49.
  • TOMLINSON, Janis A., Francisco de Goya: los cartones para tapices y los comienzos de su carrera en la Corte de Madrid, Madrid, Cátedra, 1993. ISBN 84-376-1192-X.
  • —, Cartones para tapices, Enciclopedia en línea, Museo del Prado, 2008. URL <http://www.museodelprado.es/es/submenu/enciclopedia/buscador/voz/cartones-para-tapices-goya/> [Consulta: 13.02.2009].

Referencias en línea