Primera guerra macedónica

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Este un artículo que trata del primer conflicto entre el Reino de Macedonia y la República Romana. Para los demás episodios de este conflicto vease Guerras Macedónicas. Plantilla:Infobox Batallas La Primera Guerra Macedónica fue el primero de los tres conflictos militares que enfrentaron al Reino de Macedonia con la República Romana. La guerra fue librada entre el 214 adC y el 205 adC, e iniciada por la pretensión de Filipo V de macedonia de participar en la Segunda Guerra Púnica en apoyo de Cartago.

Inicialmente Filipo V tomo la iniciativa, construyó una flota e intentó tomar el control de Iliria, buscando obtener una base de operaciones para poder penetrar en Italia. Con el fin de evitar la unión de las fuerzas Heleno-Punicas en suelo itálico, la República Romana impulso una alianza entre la Liga Etolia, el Reino de Pérgamo y la propia República contra Filipo V, forzándole a mantener una estrategia defensiva.

Desarrollándose favorablemente para Roma la guerra contra Cartago, y tras perder el apoyo de la liga Etolia contra Macedonia. El senado Romano propicio un tratado de paz, firmado en la ciudad de Fénice en el 205 adC, conocido como la "Paz de Fénice". El trato estipulaba el fin de las hostilidades entre la República Romana y el Reino de Macedonia, el reconocimiento de Iliria como territorio Macedonio, la renuncia de Macedonia de auxiliar a Cartago, y el control romano sobre algunas ciudades de la costa ilirica. Posteriormente el Reino de Macedonia y la República Romana se enfrentaron en dos nuevas guerras, conflictos conocidos como Guerras Macedónicas. Plantilla:Primera Guerra Macedónica Plantilla:Guerras Macedónicas

Preludio

A finales del Siglo III adC, con la decadencia de los estados griegos clásicos, la región de Etolia se unió para formar la Liga Etolia y aprovechando la debilidad de los restantes estados griegos se expandió en todas direcciones llegando a dominar Delfos y a configurarse como la segunda potencia griega tras el Reino de Macedonia. Coincidiendo con una etapa de inestabilidad política, la Liga Etolia inicio una belicosa política expansionista, conquistando la importante región de Ambracia a los epirotas, y enfrentándose en guerra contra la Liga Aquea. Estas acciones desafiaron la supremacía macedonica en Grecia, motivando la guerra con la propia Macedonia finalizando con la derrota de los Etolios.

Intrigas en la corte macedonia

Filipo V de Macedonia

El inicio de la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago, en la que Roma centró toda su actividad militar, proporcionó una gran oportunidad a Filipo V de Macedonia para intentar expandir sus territorios hacia el oeste. Segun el historiador griego Polibio la influencia del consejero del monarca macedonio, Demetrio de Faros, impulsó el inicio de las hostilidades entre Roma y Macedonia.

Cuando finalizó la Primera Guerra Ilírica, los romanos brindaron la oportunidad a Demetrio de acceder al poder en Iliria.[1]​ Sin embargo, Demetrio, violó el pacto con los romanos y entro en conflicto con ellos (Segunda Guerra Ilírica). El comandante romano Lucio Emilio Paulo, venció a Demetrio, que tuvo que huir para salvar su propia vida y encontró en la corte del monarca macedonio su nuevo hogar.[2]

Filipo estaba envuelto en una guerra con su enemigo tradicional, la Liga Etolia. Cuando la noticia de la victoria del general cartaginés Aníbal frente a los romanos en la Batalla del Lago Trasimeno llegó a oidos del monarca mediante un mesajero en Junio del 217 adC, Filipo se apresuró a mostrar su contenido a su consejero Demetrio. Demetrio aconsejó al monarca que hiciera las paces con la Liga Etolia para asegurar sus fronteras mientras marchaba hacia Iliria e Italia. Según Polibio, estas fueron las palabras de Demetrio:

Para que Grecia se incline ante tu poder por siempre: Los habitantes de Achaea por un afecto verdadero y los etolianos por el temor que les inspire el resultado de esta guerra. Italia y tu travesía son el primer paso para la institución de un imperio universal. Ahora es el momento de actuar, cuando los romanos se están aún lamiendo las heridas.[3]

Tras el discurso de su consejeron, el monarca actuo ciñéndose a sus palabras.[4]

Paz con Etolia

Filipo, tras ser convencido por Demetrio, inició las negociaciones de paz con Etolia. El encuentro entre Filipo y los líderes etolianos tuvo lugar en Naupacto, donde se redactó un tratado de paz entre Macedonia y Etolia.[5]​ Según Polibio el lider etoliano Agelao de Naupacto habló de esta manera en favor de la paz:[6]

Lo mejor que podrían haber hecho los griegos ha sido unirse y no combatir entre ellos, hay que agradecer a los dioses que hayan hablado con una sola voz y se hayan unido para repeler los ataques de los bárbaros y salvarse a ellos y a sus ciudades. Pero si no lo creemos imposible, ahora mismo debemos unirnos y formar un vasto ejército para asumir la guerra en el oeste. Es evidente que si los cartagineses vencen a los romanos, o los romanos a los casrtagineses, el vencedor no se quedará satisfecho con las posesiones de Sicilia e Iliria. Debemos adelantarnos a los acontecimientos y enfrentarnos a esta peligrosa situación en tu persona, Oh Rey. Debes abandonar la política de debilitamiento de los griegos para no caer como una presa fácil del invasor defendiendo toda Grecia por igual como si todo fuera ya parte de tus dominios. Si actuas de esta manera, los griegos se convertiran en los más cálidos amigos y los más fieles aliados que te ayudaran en cualquiera de tus empresas. Lo debes emprender con entusiasmo y dirigir tu mirada al oeste y centrar tus pensamientos en las guerras italianas. Espera con frialdad el transcurso de los acontecimientos y elige el momento adecuado para iniciar el viaje hacia la dominación mundial. Debemos retrasar nuestros conflictos para garantizar la tranquilidad en nuestras fronteras.[7]

Construcción de la flota

Filipo se pasó desde la primavera del 217 adC al 216 adC construyendo una flota que constaba de 100 buques de guerra y entrenando a un ejército de hombres para que los dirigieran. Según Polibio, el vigor con el que monarca se entregó a esta tarea no tenía precedentes entre sus predecesores.[8]​ Macedonia no disponía de recursos para construir y mantener una clase de flota necesaria para enfrentarse a los romanos.[9]​ Según Polibio Filipo no esperaba luchar con los romanos en el mar,[10]​ quizá debido a la carencia de experiencia y entrenamiento.

El monarca también se entregó a la tarea de contruir un buen número de lembis. Estos eran pequeñas y rápidas galeras que usaban los habitantes de Iliria. Estas embarcaciones eran capaces de transportan a 50 soldados además de los tripulantes.[11]​ Con esto, esperaba evitar a la flota romana, preocupado sobre todo por el encuentro con la flota cartaginesa de Aníbal con la que esperaba encontrarse en su base de Lilybaeum, en el oeste de Sicilia.[12]

Filipo además, expandió sus territorios hacia el oeste, a través de los valles de los ríos Apso y Genuso, llegando a los bordes de Iliria.[13]​ El plan de Filipo era primero tomar las costas de Iliria conquistando el área entre estas costas y Macedonia, y usar el nuevo territorio conquistado para poder transportar los refuezos rápidamente hasta las mismas puertas de Italia.[14]

A principios de verano, Filipo y su flota partieron de Macedonia y navegaron a través del Estrecho de Euripo, entre las regiones de Eubea y Beocia en tierras griegas, rodearon el Cabo Malea y antes de cruzar el ancho entre las Islas de Cefalonia y Leucas aguardaron para recibir la posición de la flota romana. Este informe debía partir de Lilybaeum y llegar al norte de Apolonia, en Iliria.

Sin embargo, cuando la flota macedónica estaba fondeada en la Isla de Sazan, Filipo recibió un informe que decía que se habían avistado quinquirremes desde Apolonia. Convencido que toda la flota romana se dirigía hacia allí para apresarle ordenó la vuelta inmediata a Cefalonia. Polibio describió la huida de la flota macedonia como un ejemplo de pánico y desorden. A pesar de ello los romanos solo habían enviado diez naves para lo que consideraban una "alarma injustificada". Filipo había su mejor oportunidad para lograr sus propósitos en Iliria y tuvo que regresar con el rabo entre las piernas a Macedonia, sin perder ninguna nave pero con un considerable deshonor.[15]

Alianza macedonio-cartaginesa

Cuando llegó la noticia a la corte de Filipo de la aplastante victoria de Aníbal frente a los romanos en la Batalla de Cannas, el monarca envió mensajeros al campamento de Aníbal en Italia con una propuesta de alianza entre sus dos pueblos. Se concluyó en el verano del 215 adC un tratado de amistad descrito por Polibio. En el tratado se prometía apoyo militar mutuo contra los enemigos (excepto que sean aliados de los otros). Especificamente se prometía apoyo mutuo en la guerra contra Roma, Aníbal debía firmar una paz con Roma que no debía incluir a Filipo, pero Roma debía ser forzada a ceder Corfú, Apolonia, Epidanmo, Faros, Dimale, Partinia y Atintania y se debía restaurar a Demetrio en el trono de Faros.[16]

El trato no hacía mención de ninguna invasión por parte de Filipo a Italia, ya que tras el fiasco en la isla de Sazan, a Filipo se le habían quitado las ganas de hacerse un nombre como aventurero militar.

A su regresó a Macedonia, los embajadores de Filipo y los embajadores de Aníbal fueron capturados por Publio Valerio Flaco, comandante de la flota romana que patrullaba el sur de la costa de Apulia. Una carta de Aníbal a Filipo y los términos del tratado entre ambos fueron descubiertos por los romanos.[17]

La noticia de la alianza entre Filipo y Cartago supuso un gran golpe para Roma. Se enviaron inmediatamente 25 barcos para que se unieran a Publio Valerio Flaco y su patrulla de la costa de Apulia y se enviaron el mismo número de barcos para que guardaran la costa Adriática cerca de Tarento, en un intentó por frenar los impulsos expansionistas de Filipo reduciendo su campo de operaciones a la propia Macedonia y encerrándolo progresivamente en su propio territorio.

Primera Guerra Macedónica

Guerra en Iliria

Macedonia durante el reinado de Filipo V.

A finales de verano del 214 adC, Filipo intentó de nuevo tomar el control de Iliria por mar, con una flota de 120 lembi. Filipo capturó Orico que estaba débilmente defendido, navegó a través del río Aous (el moderno Vjosë) y asedió Apolonia.[18]


Mientras tanto los romanos habían movilizado una flota desde Tarento hacia Brindisi para vigilar los movimientos de Filipo y más una legión que actuaría como apoyo, bajo las órdenes del propretor Marco Valerio Levino.[19]​ Levino desembarcó en las inmediaciones de Orico y la retomó fácilmente tras un pequeño combate.

Según los escritos recogidos por Livio,[20]​ Levino, cuando tuvo noticias del asedio de Apolonia envío a 2.000 hombres bajo el mando de Quinto Nevio Crista para que auxiliara a la ciudad. A través del ejército de Filipo, Quinto Nevio Crista y su ejército fueron capaces de entrar en la ciudad sin ser vistos. A la noche siguiente, Crista capturó al ejército de Filipo y rodeó su campamento. Filipo escapó con sus barcos y regresó a Macedonia dejando atrás una buena parte de su flota y de sus hombres, los hombres fueron asesinados o hechos prisioneros y los bracos se quemaron. Lavino pasó el invierno en Orico.

Tras la frustrada invasión de Iliria por vía marítima, y ahora bloqueado por la flota de Lavino que estaba fondeada en el Adriático, Filipo pasó los dos años siguientes (213 adC - 212 adC) realizando incursiones en Iliria por vía terrestre. Guardando la costa, Filipo tomó las poblaciones de Atintania y Dimales y subyugó a las tribus ilíricas de Dassaretae a los partinos y a los del sur de Ardiaei.[21]

Filipo fue finalmente capaz de obtener acceso al Adriático capturando Lissus, una ciudadela considerada inexpugnable. La captura de esta población hizo que los territorios adyacentes de la zona se rindieran sin dilación. La captura de Lissus reavivó las esperanzas del monarca de conquistar Italia.[22]​ Sin embargo, la pérdida de la flota de la que tanto dependía Filipo hizó de esta conquista un sueño casi inalcanzable.

Alianza en Grecia

Con el objetivo de detener la que parecía inminente invasión de Filipo a Italia o a Iliria, los romanos buscaron aliados entre los pueblos griegos a fin de desestabilizar las fronteras de Macedonio y obligando al monarca a defenderse en su propio territorio.

Lavino exploró la posibilidad de llegar a un tratado de amistad con la Liga Etolia (212 adC). [1] etolianos habían firmado una paz con los macedonios en Naupacto en el 217 adC pero tras estos cinco años se habían recuperados de los estragos causados en la guerra contra sus vecinos y estaban preparados de nuevo para levantarse en armas contra los que eran sus enemigos tradicionales, los macedonios.

En el 211 adC, una asamblea etoliana se reunió para entablar las negociaciones con Roma. Lavino señaló astutamente la reciente captura de Capua y Siracusa, anteriormente bajo dominio cartaginés como una prueba de la capacidad militar de Roma. Se firmó entonces un tratado de alianza entre Roma y la Liga Etolia con el fin de combatir conjuntamente a los macedonios. Los etolianos dirigirían las operaciones por tierra mientras los romanos lo harían por mar. El tratado estipulaba además alianzas con otros miembros de la Liga: Elis, Esparta, Mesenia y Atalo I de Pérgamo y dos clientes de Roma, los jefes ilirios Pleurato y Scerdilaidas.[23]

Campaña en Grecia

Tras el verano, Lavino conquistó la principal ciudad de Zacyntho, excepto por su ciudadela, la ciudad de Oeniadae en Acarnia y la isla de Nasos, en la cual comandó las fuerzas etolianas. Tras esto trasladó su flota a Corfú para pasar el invierno.[24]


Tras conocer la alianza entre Roma y la Liga Etolia, Filipo se apresuró a asegurar su frontera norte. Realizó unas cuantas incursiones en Iliria, Orico y Apolonia y tomó la ciudad fronteriza de Sintia en Dardania. Filipo marchó rápidamente hacia el sur a través de Pelagonia, Lyncestis, Bottiaea y Tempe, volvió hacia el norte otra vez atacando Tracia y a la ciudad principal de Iamphorynna. Tras lo cual, se retiró a Macedonia.

Nada más regresar, Filipo recibió una petición desesperada de sus aliados los acarnianos. El stratego (general) etoliano Escopas había movilizado al ejército etoliano y preparaba la invasión de Acarnania. Desesperados y rodeados, pero determinados a resistir, los acarnianos enviaron a sus mujeres, niños y ancianos para que buscaran refugio en el Epiro y el resto marchó a la frontera para combatir. Tras tener noticias de la determinación de los acarnianos, los etolianos bacilaron y tras conocer la llegada de Filipo abandonaron definitivamente la invasión. Tras esto Filipo se retiró a Pella para pasar el invierno.[25]

En la primavera del 210 adC, Lavino navegó de nuevo desde Corfú con su flota y, junto con los etolianos conquistó Anticyra Focia. Roma esclavizó a la población y la Liga Etolia se apropió del territorio conquistado.

Aunque existían recelos de Roma y de sus métodos entre los pueblos helénicos,[26]​ la coalición contra Filipo siguió creciendo. Se unieron a esta coalición contra Macedonia: Pérgamo, Elis y Mesenia seguidos por Esparta. La flota romana unida a la de Pérgamo controlaba los mares, y Macedonia y sus aliados estaban bloqueados por tierra por el resto de los integrantes de la coalición anti-macedónica. La estrategia romana de sembrar la simiente de la discordia entre los griegos en la propia Grecia e impedir que los macedonios pasaran a Italia o Iliria estaba dando resultado. Cuando Lavino volvió a Roma para tomar posesión de su consulado, pudo informar sin temor al Senado de que la legión desplegada contra Filipo estaba completamente segura.[27]

Sin embargo, el resto de componentes de la coalición anti-macedónica permanecieron en un estado de pasividad durante el 210 adC, tiempo que Filipo aprovechó para continuar realizando incursiones. Tras intensos trabajos de sitio, Filipo tomó Echino, defendida por el strategos Dorimaco y la flota romana, comandada ahora por Publio Sulpicio Galba Máximo.[28]​ Trasladándose hacia el oeste Filipo, tomo Falara y la ciudad portuaria de Lamia. Galba Máximo tomó Egina, una isla del Golfo de Salónica, que los etolianos vendieron al rey de Pérgamo por treinta talentos y que se usó como base principal de operaciones contra Macedonia en el Mar Egeo.

En la primavera del 209 adC, Filipo recibió peticiones de ayuda de sus aliados de la Liga Aquea del Peloponeso, que estaban siendo atacados por Esparta y sus aliados de la Liga Etolia. También recibió noticias del nombramiento de Atalo I de Pérgamo como uno de los líderes de la Liga Etolia y de que intentaba cruzar el Mar Egeo hacia Asia Menor.[29]​ Filipo marchó hacia el sur de Grecia. En Lamia se enfrentó al otro lider de la Liga Etolia, el strategos Phyrrias, que estaba apoyado por tropas auxiliares romanas y de Pérgamo. Filipo venció en dos batallas a su enemigo en Lamia y le obligó a retirarse al interior de las murallas (lugar del que estaban poco dispuesto a salir para plantar batalla campal) tras haber infligido graves pérdidas a las tropas de Phyrrias.

Negociaciones de paz

Atalo I Rey de Pergamo

Desde Lamia, Filipo se dirigió a Falara. Allí se encontró con los representantes de los estados neutrales del conflicto: Egipto, Atenas y Quíos. Estos países estaban intentado acabar con la guerra ya que ésta estaba afectando seriamente al estado del comercio, actividad económica más importante de estos países.[30]​ A las negociaciones acudió el lider etoliano Amynador con el que Filipo negoció y firmó una tregua de 30 días.

De allí Filipo marchó para bloquear el posible desembarco de Atalo I y después marchó de allí para volver a conferenciarse con los etolianos. La conferencia se interrumpió por la llegada de noticias de que Atalo había conseguido desembarcar en Egina y que la flota romana estaba en Naupacto. Los representantes etolianos, asustados espetaron a Filipo que debía ceder Pylos a Mesenia, Atinttania a los romanos y Ardiaei a Pleuratos y Scerdilaidas. Filipo se marchó indignado de la conferencia alegando que "aunque el buscaba verdaderamente la paz, los etolianos solo buscaban un pretexto para recrudecer la guerra."[31]

Se reanudan las hostilidades

Desde Naupacto Sulspicio navegó hacia el este de Corinto y Sición y dirigió rápidas incursiones por esa zona. Filipo, con su caballería sorprendió a los romanos y los hizo huir hacia sus propias embarcaciones. Los romanos, con Sulpicio a la cabeza, se retiraron a Naupacto.

Tras ello, Filipo se unió en las inmediaciones de Dyme al general de Acaya, Cycliadas para dirigir un ataque conjunto a la ciudad de Elis, la base de la Liga Etolia contra Acaya.[32]​ Sin embargo, Sulpicio había navegado hacia Cyllene y pudo reforzar la ciudad con 4000 legionarios romanos antes del asedio. Filipo dirigió la carga de caballería contra el enemigo pero fue abatido de su caballo y tras una encarnizada batalla en la que los macedonios fueron derrotados logró escapar. Tras esta derrota, Filipo capturó la ciudadela de Fírico, tomando 4.000 prisioneros y 20.000 animales. Cuando le llegaron noticias de nuevas incursiones en Iliria, Filipo abandonó Etolia y volvió a Demetrias en Tesalia.[33]

Mientras, Sulspicio había navegado por el Egeo y se había unido a su aliado Atalo I de Pérgamo en Egina para pasar el invierno.[34]​ En el 208 adC, Atalo y Sulspicio combinaron su flota compuesta por 25 barcos de Roma y 35 de Pérgamo e intentaron sin éxito tomar Lemnos, pero lograron ocupar la isla cercana de Parapetos (Skolas), que estaba bajo posesión macedonia.[35]

Tras su éxito, Atalo y Sulpicio se reunieron en Heraclea de Traquinia con el consejo de líderes de la Liga Etolia que incluían los estados neutrales de Egipto y Rodas, que continuaban intentado lograr que finalizara el conflicto. Cuando Filipo tuvo noticias de la conferencia, marchó rápidamente hacia el sur donde intentó capturar a los líderes enemigos, pero llegó demasiado tarde.[36]

Rodeado por sus enemigos, Filipo fue obligado a adoptar una nueva política defensiva.[37]​ Distribuyó a sus comandantes y líderes militares por todo el territorio macedónico y estableció un sistema de hogueras por todas las ciudades importantes para que informaran de los movimientos de los enemigos.

Tras abandonar Heraclea de Traquinia, Atalo y Sulspicio saquearon Oreos, en el norte de Eubea y Opo, la ciudad principal del este de la Lócrida Opuntia.[38]​ Las riquezas de Oreos se reservaron para Sulspicio mientras que las de Opo fueron para Atalo. Sin embargo, con las fuerzas divididas ya que Sulspicio se había ido para iniciar la confiscación de los bienes de su ciudad, Filipo, avisado por el sistema de señares de fuego atacó y tomó Opo. Atalo fue cogido por sorpresa y por poco no logró escapar.

Fin del conficto

A pesar de considerar la huida de Atalo como una pequeña derrota,[39]​ Filipo notó que la guerra estaba otra vez cambiando de lado. Atalo fue obligado a volver a Pérgamo donde se enteró que el rey de Bitinia, Prusias I, que estaba emparentado con Filipo, se estaba movilizando contra Pérgamo. Sulspicio mientras tanto volvió a Egina. Libre de la presión de las flotas combinadas de Roma y Pérgamo, Filipo fue capaz de reanudar la ofensiva contra los etolianos. Capturó la ciudad de Tronium, a la que siguieron las plazas fuertes de Titronium y Drymea, al norte de Cepsio.[40]​ Filipo también retomó el control de Oreo.[41]

Los estados comerciantes con grado de neutralidad en el conflicto siguieron intentando impulsar un tratado de paz.[42]​ En Elateia, Filipo se entrevistó con los embajadores de Rodas, Egipto, Bizancio, Quíos, Mitilene y quizás Atenas, además de algunos lideres etolianos. La guerra se estaba inclinando cada vez más del lado de Filipo, sin embargo los etolianos no estaban dispuestos a firmar un acuerdo de paz con las abusivas imposiciones del monarca macedonio.[43]​ Sin embargo tras tres meses más de conflicto los etolianos se vieron obligados a firmar una paz desfavorable sin el consentimiento de Roma con el fin de conservar su territorio (206 adC).

A la primavera siguiente los romanos enviaron a Publio Sempronio Tuditano con 35 barcos y 11.000 hombres a Dirraquio, en Iliria, donde incitó a la revuelta contra Filipo a los partinos y pusó bajo sitio a Dimale. Sin embargo cuando llegó Filipo, Sempronio levantó el asedio y se refugió bajo las murallas de Apolonia. Sempronio intentó sin éxito que los etolianos volvieran a entrar en la guerra contra Filipo, pero estos, cansados de batallar, se negaron. Sin más aliados en Grecia pero habiendo cumplido el objetivo de evitar que Filipo apoyara a Aníbal en la guerra contra Roma, el Senado estaba preparado para firmar la paz. Un tratado firmado en Fénice en el 205 adC, conocido como la "Paz de Fénice", finalizó oficialmente la Primera Guerra Macedónica, un conflicto armado que había durado nueve años. [44]

Véase también

Referencias

  1. Polibio, 2.11.
  2. Polibio, 3.16, 3.18–19, 4.66.
  3. Polibio, 5.101.
  4. Polibio, 5.102.
  5. Polibio, 5.103–-105.
  6. Polibio, 5.103.
  7. Polibio, 5.104.
  8. Polibio, 5.109.
  9. Walbank, p. 69; Polibio, 5.1, 5.95, 5.108.
  10. Polibio, 5.109.
  11. Wilkes, p. 157; Polibio, 2.3.
  12. Polibio, 5.109.
  13. Polibio, 5.108.
  14. Walbank, p. 69.
  15. Polibio, 5.110.
  16. Polibio, 7.9.
  17. Livio, 23.34.
  18. Walbank, p. 75; Livio, 24.40.
  19. Livio, 24.10–11, 20.
  20. Livio, 23.40.
  21. Walbank p. 80; Livio, 27.30, 29.12.
  22. Livio, 24.13, 25.23.
  23. Livio, 26.40. Según Walkman, p. 84, note 2, "Livio accidentalmente omite Mesenia y describe a Pleurato como Rey de Tracia."
  24. Livio, 26.24.
  25. Livio, 26.25; Polibio, 9.40.
  26. Polibio, 9.37–39, 10.15.
  27. Livio, 26.28.
  28. Polibio, 9.41–42.
  29. Livio, 27.29.
  30. Walbank, p. 89–90.
  31. Livio, 27.30.
  32. Livio, 27.31.
  33. Livio, 27.32.
  34. Livio, 27.33.
  35. Livio, 28.5.
  36. Polibio, 10.42; Livio, 28.5.
  37. Polibio, 10.41; Livio, 28.5.
  38. Livio, 28.6.
  39. Polibio, 11.7; Livio, 28.7.
  40. Livio, 28.7; Walbank, p. 96.
  41. Livio, 28.8.
  42. Livio, 28.7.
  43. Polibio, 11.4.
  44. Livio, 29.12.

Fuentes

  • Satrapa1 [2]
  • Polibio. Historias
  • Livio. Historia de Roma