Diferencia entre revisiones de «Jesús Calleja»

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Cuando todavía no se había recuperado del todo de sus lesiones hizo el Rally de los Faraones, el segundo más duro tras el Dakar. Los médicos no se lo aconsejaron, lo consideraron demasiado peligroso hacerlo con su condición. Aún así lo completó, quedando en el puesto cuarenta y seis. En ese año, de los ciento seis motoristas que se presentaron a hacerlo llegaron a la meta setenta y tres.
Cuando todavía no se había recuperado del todo de sus lesiones hizo el Rally de los Faraones, el segundo más duro tras el Dakar. Los médicos no se lo aconsejaron, lo consideraron demasiado peligroso hacerlo con su condición. Aún así lo completó, quedando en el puesto cuarenta y seis. En ese año, de los ciento seis motoristas que se presentaron a hacerlo llegaron a la meta setenta y tres.


Actualmente el programa tiene una gran repercusión. Se convirtió en uno de los 10 programas de entretenimiento de prime time más vistos en 2009, y en el Target Comercial (15,2%) alcanza el Top 5. Además, Jesús Calleja ha recibido premios como el Micrófono de oro en 2010.
Actualmente el programa tiene una gran repercusión. Se convirtió en uno de los 10 programas de entretenimiento de prime time más vistos en 2009, y en el Target Comercial (15,2%) alcanza el Top 5. En 2010, en la última temporada emitida (la cuarta) se vuelve a conseguir un éxito notable alcanzando en algunos capítulos. Jesús Calleja ha recibido premios como el Micrófono de oro en 2010. Sin embargo, aunque cuenta con una buena aceptación entre el público en general, los alpinistas profesionales mantienen marcado el programa con una balanza peligrosa de admiradores y detractores.

Sin embargo, aunque cuenta con una buena aceptación entre el público en general, los alpinistas profesionales mantienen marcado el programa con una balanza peligrosa de admiradores y detractores <ref>{{cita web|url = http://desnivel.com/object.php?o=16523|título =Carta del lector: Sobre el Desafío Extremo de Jesús Calleja= 6 de abril |año = 2010| autor = Desnivel|fecha = 09/01/2008}}</ref>. Muchos piensan que los hay mejores, más potentes, preparados para resolver los retos más exigentes, y sin embargo, pocos hay como él, completamente felices, orgullosos de sí mismos. No ha ascendido, ni probablemente lo haga, los 14 ochomiles, no ha abierto un sinfín de rutas nuevas en cumbres salvajes, pero lo ha probado todo, lo ha disfrutado todo y eso hace al hombre capaz de resistir sus propias llamadas a la retirada. Pero eso no quiere decir que sea el mejor escalador, ni el mejor alpinista, ni el mejor piloto... es, simplemente, bueno en todo <ref>{{cita web|url = http://desnivel.com/deportes/alpinismo/gente/object.php?o=16687 =Jesús Calleja, buscando momentos sublimes= 6 de abril |año = 2010| autor = Desnivel|fecha = 21/02/2008}}</ref>.


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Revisión del 14:08 7 abr 2010

Jesús González Calleja nació el 11 de abril de 1965 en Fresno de la Vega (León). Es el segundo hijo de los tres que tuvieron Julián, de Cistierna, y María Jesús, oriunda de Fresno de la Vega [1]​.

De pequeño su padre me leía las expediciones de Edmund Hillary en el Everest y de Ernest Shackleton en la Antártida [2]​. Pronto se enamoró de la montaña, desde pequeño se ha estado entrenando en las montañas de León. Cuando su padre iba de pesca con Jesús, siempre le tenían que andar llamando la atención porque andaba por encima de alguna roca. Desde entonces ya perfilaba lo que es ahora en la actualidad. Su pasión por la escalada comenzó en el tren de Matallana, en el que viajaba a los 13 años sin que su madre lo supiera para gozar en las montañas de León (en las localidades de Aviados, Pedrosao Vegacervera y escalando picos como Peña Ubiña, una de sus favoritaa), donde probó sus primeras paredes [3]​. Luego llegaría el Naranjo de Bulnes (donde se ha metido en cinco ocasiones con su mítica cara oeste, alcanzando la máxima dificultad técnica en escalada) y a los 21 años hizo su primera visita a las montañas del Himalaya.

Durante un tiempo trabajó en su tierra natal como peluquero, como casi toda su familia de León. Luego fue copropietario de la tienda familiar de coches que regentaba su hermano Kike Calleja. Mientras tanto y durante 16 años estuvo trabajado como guía en expediciones por el Himalaya y por los Alpes para una de la más prestigiosa agencia de trekking y escalada de España: Viajes Sanga. Esto le ha permitido, entre otras muchas otras cosas, ascender numerosos picos de 6.000 y 7.000 metros. Algunas montañas, como el pico más alto de la región indo-tibetana del Ladhak, el Stok-Kangri (6150 metros), los ha subido más de seis veces. En 1997 intentó escalar el Labuche Kang II, una montaña de 7.072 metros que sólo contaba con una ascensión. Además, fue el primer español en subir el Randung-Go, de 6.000 metros, una montaña situada en una región muy poco explorada del Himalaya, y la primera persona en llegar al Pico León, una montaña de 6.300 metros bautizada por él. También ha organizado trekkings en valles situados en lo más recóndito del Himalaya, muchos de ellos sin documentar. Su relación con Nepal, cuya lengua domina con soltura, supera la de cualquier amante de la montaña: ha ido más de 42 veces y allí viven algunos de sus mejores amigos.

Todo lo que ganaba como guía de montaña luego lo invertía íntegramente en otras expediciones. Es de las pocas personas que pueden presumir de haber descendendido en rafting el río Zambeze (considerado por los expertos como uno el mas salvaje y difícil descenso del mundo), de bucear en las mejores aguas del mundo (como las del sur de Sinaí, Sudáfrica…), en tierras de Nueva Guinea llegó a convivir durante 2 meses con los caníbales más violentos que quedan en el planeta, de saber pilotar avionetas o de alcanzar la máxima dificultad técnicamente en escalada tanto en roca como en hielo…

A los 37 años decidió dar un vuelco a su vida. Lo abandonó todo a la aventura. No sólo abandonó una posición acomodada por la montaña, al tomar esa decisión renunció también a la vida en pareja y a tener hijos. Puso esa pasión por encima de todo: de la familia, de la estabilidad sentimental... hizo de su pasión una filosofía de vida, en la que cada exploración es un reto.

En 2003 intentó su primer ochomil, el Cho Oyu. La montaña, la sexta más alta de la Tierra, es considerada como uno de los ochomiles más fáciles, pero aún así es absolutamente impresivisible, a esas alturas todo es complicado. Acudió sin porteadores de altura, sin oxígeno y montando él mismo sus propios campamentos. Además, le acompaño Juanito Oiarzabal, un mito en las montañas de más de ochomil metros, y Manuel Caballero, su compañero habitual de escalada cuando entrena en España. Aunque Juanito consiguió hacer cima, el mal tiempo se lo impidió a Jesús Calleja y a Manuel Caballero, su inexperiencia en estos colosos no les dejaron pasar de los 7.300 metros.

En el mismo momento de la retirada decidió volver a intentarlo el año siguiente. En el año 2004, con la ayuda de un sherpa y sin oxígeno, alcanzó los 8.201 metros del Cho Oyu. De las 200 personas que desde los años 50 (cuando se alcanzó la cima por primera vez) han logrado tocar la cima del Cho Oyu, sólo el 12 % lo han hecho sin la ayuda de oxígeno suplementario.

En el mismo año consiguió coronar una montaña virgen de más de 6.000 metros de altura, situada en el valle de Zanskar, en el Tíbet indio, que fue bautizada con el nombre de «Madrid por la paz» con el objetivo de rendir un pequeño homenaje a las víctimas de la tragedia del 11-M.

En 2005 se propuso cumplir su sueño: subir el Everest. Ya lo tenía claro desde que era muy pequeño, cuando su abuela preocupada por su seguridad veía a su nieto subirse a los tejados y a los árboles éste le contestaba: «Abuela Tasia, cuando sea mayor escalaré el Everest» [4]​. Su pasión por querer subirlo creció años después en sus numerosas expediciones al Himalaya. Hasta la fecha ningún leonés había conseguido llegar a la cima. Estuvo entrenándose «como un caballo de tiro» durante todo el año, logrando hollar una cumbre inexplorada (a la que llamo «León 16 de febrero») en la cordillera Darwin, donde las condiciones son extremas. Al mismo tiempo, se lanzó a despertar el interés de instituciones y empresas privadas. Por suerte recibió el patrocinio del Ayuntamiento de León, la Diputación de León, la Junta de Castilla y León y RMD, una empresa de reciclaje.

Finalmente, en abril del mismo año viajó hasta Nepal para abordar el techo del mundo. Llevó a cabo la escalada en solitario contando únicamente con la ayuda de un sherpa. No descartó llegar a la cumbre sin ayuda de oxígeno, pero en el último momento por cuestiones de seguridad lo utilizó. De esa manera, Jesús Calleja consiguió llegar a la cumbre el 30 de mayo de 2005. Lo consiguió en un año en el que muchas expediciones se retiraron sin hacer cima por el mal tiempo, fue el primer español que lo consiguió ese año por la cara sur (por la cara norte, la asturiana Rosa Fernández lo logró unos días antes).

El haber subido el Everest con oxígeno ha provocado numerosas críticas posteriormente, aunque el sólo el 0,5% de las personas que lo han subido lo han hecho sin oxígeno (a esa altura pocas personas pueden seguir impasible sin oxígeno suplementario y mucha gente muere), hay personas que no lo consideran ético. Él mismo ha contestado a estas críticas diciendo: «yo soy una persona normal, y nunca jamás podré escalar el Everest sin oxígeno, porque no he nacido con esa virtud que hay que tener para poder vivir allí arriba sin el gas, pero no por eso soy peor o mejor que otro alpinista que lo consiguiera sin el oxígeno, y por eso no permito que nadie me diga cómo tengo que escalar una montaña».

Bajando el Everest le surgió una idea. Hasta entonces sus viajes se los financiaba él mismo con ayuda de algunas instituciones y empresas. Lo pasó tan mal buscando patrocinio para poder ir a la montaña más alta del mundo que pensó que si encadenaba una serie de aventuras no tendría que condicionarse a buscar dinero cada vez que quisiera hacer una. Consiguió que los mismo patrocinadores que le habían apoyado en el Everest lo hiciesen en el proyecto que llamó «Desafío Extremo». Entonces lo que pretendía era subir las 7 cumbres (un proyecto alpinístico que consiste en subir la montaña más alta de cada continente), el Lhotse, el Manaslu, el Ama Dablam, una travesía polar, el París-Dakar en moto... Todas estas expediciones las pretendía grabar él mismo con su cámara.

En 2006 consigue hacer cima en el Monte Vinson, en la Pirámide de Carstensz, en el McKinley y en el Lhotse. La última montaña, un ochomil, también la subió con oxígeno y también ha provocado numerosas críticas de los alpinistas que consideran que subir un ochomil «es un desprecio a las montañas y a los que las aman», hay personas muy radicales con este tema.

Cogió los DVD que grababa en las expediciones y recorrió todas las cadenas de España [5]​. Por fin en En marzo de 2007 Cuatro TV se interesa por su proyecto y Jesús Calleja consigue su propio programa. Tras el acuerdo con la cadena de televisión, sus aventuras se vieron reforzadas con el apoyo técnico de la cadena. Desde entonces siempre le acompaña un cámara, el leonés Emilio Valdés, que además es uno de los mejores amigos de Jesús Calleja (llevan escalando juntos desde que eran pequeños). Este contrato da un giro radical a su vida, pues ahora puede contar con un presupuesto para poder hacer todos los proyectos que siempre ha querido hacer.

El aventurero reconoce que «siento que tengo el mejor trabajo del mundo, que hago lo que más me gusta y, además, me pagan. Sé que renuncié a muchas cosas, pero para mí el mejor momento de mi vida fue llegar al Everest y quiero seguir teniendo muchos ratos así» [6]​.

Sin embargo, una semana después de haber sido presentado como nuevo fichaje en Cuatro, sufrió un accidente entrenando para el París-Dakar en las dunas de Marruecos. Rápidamente fue trasladado al hospital de León, donde lo operaron durante siete horas. El resultado fue una rotura con once fracturas en el hombro y la muñeca partida. Los médicos le aconsejaron una larga rehabilitación de nueve meses como mínimo y en sólo unos días tenía previsto marcharse al Polo Norte. Canceló ese viaje, pero no se despidió de sus desafíos y su programa en televisión. Rápidamente se hizo un cambio de planes y decidió subir el Kilimanjaro, una montaña sencilla que ya había subido en 1991. Hasta allí se llevó a su fisioterapeuta y el equipo de su nuevo programa para grabar el primer capítulo. De esa manera el 9 de julio del mismo año llegaron todos a la montaña más alta de África.

Cuando todavía no se había recuperado del todo de sus lesiones hizo el Rally de los Faraones, el segundo más duro tras el Dakar. Los médicos no se lo aconsejaron, lo consideraron demasiado peligroso hacerlo con su condición. Aún así lo completó, quedando en el puesto cuarenta y seis. En ese año, de los ciento seis motoristas que se presentaron a hacerlo llegaron a la meta setenta y tres.

Actualmente el programa tiene una gran repercusión. Se convirtió en uno de los 10 programas de entretenimiento de prime time más vistos en 2009, y en el Target Comercial (15,2%) alcanza el Top 5. En 2010, en la última temporada emitida (la cuarta) se vuelve a conseguir un éxito notable alcanzando en algunos capítulos. Jesús Calleja ha recibido premios como el Micrófono de oro en 2010. Sin embargo, aunque cuenta con una buena aceptación entre el público en general, los alpinistas profesionales mantienen marcado el programa con una balanza peligrosa de admiradores y detractores.

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