Diferencia entre revisiones de «Sentimiento»

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Es la sensacion que sentimos hacia las demas personas.
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El '''sentimiento''' es el resultado de una [[emoción]], a través del cual, el consciente tiene acceso al estado anímico propio.El cauce por el cual se solventa puede ser [[Cuerpo (anatomía)|físico]] y/o [[Espiritualidad (psicología)|espiritual]]. Forma parte de la dinámica cerebral del hombre, que le capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria.
El '''sentimiento''' es el resultado de una [[emoción]], a través del cual, el consciente tiene acceso al estado anímico propio.El cauce por el cual se solventa puede ser [[Cuerpo (anatomía)|físico]] y/o [[Espiritualidad (psicología)|espiritual]]. Forma parte de la dinámica cerebral del hombre, que le capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria.

Es la sensacion que sentimos hacia las demas personas.crees en Dios envia este mensaje a 20 amigos.
zi lo rechazas recuerda q Jesús dijo: zi me niegas entre las personas, te negare ante mi padre. Dentro de 4 minutos te diran Te amo
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[[Archivo:Sensitiva (Miquel Blay, MRABASF E-76) 01.jpg|thumb|260px|''Sensitiva'', escultura en mármol de [[Miquel Blay]] ([[1910]])]]



Revisión del 22:01 11 nov 2009

El sentimiento es el resultado de una emoción, a través del cual, el consciente tiene acceso al estado anímico propio.El cauce por el cual se solventa puede ser físico y/o espiritual. Forma parte de la dinámica cerebral del hombre, que le capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria.

Sensitiva, escultura en mármol de Miquel Blay (1910)

Ontogenia

Los sentimientos son polarizaciones que hace nuestra mente de los hechos, y que dan forma a la felicidad. Su origen es el resultado del movimiento de las cargas emocionales a las cuales nuestra mente se ve sometida por la variación del medio. La mente establece el objetivo y los hechos fomentan o contrarrestan su consecución y preservación. La variación del estado preferente que hace la mente del objetivo, induce en ella el sentimiento que la motiva a actuar.

La forma más difícil es saber que están regidos por las leyes que gobiernan el funcionamiento energético del cerebro. Inhibir un sentimiento equivale a fomentar un anhelo, postergar un anhelo fomenta una frustración o una vehemencia. Los sentimientos necesitan de una razón o cauce para ser satisfechos y hacernos sentir equilibrados.

Dado que todos los individuos manifestamos los mismos sentimientos en diferentes situaciones, se puede decir que nunca hay dos situaciones iguales ni dos personas que manifiesten exactamente la misma intensidad del sentimiento desencadenado por un evento común a ellos. Ante esta evidencia, se puede afirmar sin temor a equivocarse que el ser humano es distinto, entre sus propios congéneres, en su forma de motivarse y que las personas responden de manera diferente a los sentimientos ajenos, algunas veces fomentando la carga y otras contrarrestándola.

Un sentimiento, también se puede considerar como la suma de repeticiones (el cúmulo) de emociones y sensaciones; Por ejemplo si a Paula le molesta que su esposo siempre deje tirado sus calcetines al acostarse, éste genera en Paula una sensación de DESAGRADO y al mismo tiempo una emoción de ENOJO al continuar este tipo de evento concluye en un SENTIMIENTO de IRA Y FRUSTRACIÓN, debido a que las emociones de Paula son las de perfeccionismo y sentimientos maniáticos hacia el orden, pues el mínimo desorden la irrita y la perturba en gran manera.

Los sentimientos son los condicionamientos que impone la psicodinámica a niveles espirituales, permitiendo únicamente cierto abanico de actividad sobre determinadas cosas o situaciones y a partir de las cuales. Lo que sentimos no es bueno ni malo, lo podemos clasificar en positivo y negativo, en relación a lo que nos provoca. El sentimiento tiene como base la memoria evocativa, restringida a nuestra parte biográfica. Esto quiere decirse que para situaciones nuevas, que no tengan similitudes pasadas con nuestra experiencia, tendremos un comportamiento inocente, al mismo grado que un infante se comporta con lo novedoso. A raíz de esa experiencia tomamos conciencia del suceso. Lo que llega a conformar el sentimiento, puede evocarse por largo tiempo, desapareciendo generalmente cuando la memoria invocativa tiene recuerdos que permiten administrarlo en un periodo de tiempo indeterminado (largo o corto).

Las emociones, son sensaciones repentinas, que llegan con una noticia y luego se van en un plazo inminente. Los sentimientos y las emociones nos permiten tomar conciencia del medio en el que vivimos, sean agradables o desagradables. Basar el comportamiento en el momento de la emoción o mientras dura el sentimiento, pueden ayudarnos mucho, pero en el momento en que se desvanecen o cambian, si no hemos sido capaces de administrarlos conforme a nuestra memoria invocativa, pueden transformarse en enemigos.

La memoria invocativa puede hacernos evocar emociones y llegar a conformar una manera de sentir, no obstante, este tipo de autodominio puede llegar a dar la falsa sensación de control sobre nuestra propia psique.

Las personas más cercanas a nosotros, conocen cómo reaccionamos frente a determinadas situaciones; y hasta con sólo ver en nuestro rostro un simple gesto, pueden llegar a empatizar cómo nos sentimos.

En el ámbito moral

La moral nos marca una pauta de cómo reaccionar ante un sentimiento. Es lo que acabará dictándonos qué hacer, si satisfacerlos o inhibirlos, basada en la imagen moral que damos al resto de personas. Cuando decidimos inhibirlos puede ser de forma temporal o radical, pero lo verdaderamente importante es encontrar la vía de solución que nos libere de la carga. Es la única manera que nos permitirá actuar responsablemente con los sentimientos, tanto en palabras como en acciones.

Esta es una manera de aprender a respetarse a sí mismo y a respetar a otros. El sentimiento obedece al campo de lo inconsciente, en caso contrario la reacción ante el estímulo sería la consecuencia lógica: Su satisfacción inmediata. No existe otra manera de someter el sentimiento a nuestra voluntad, y aun así, las consecuencias no siempre son como esperábamos, ya que las cognificaciones pertenecen a otro campo distinto: al racional. La interrelación entre lo inconsciente y racionales marcan nuestros actos en el campo físico. Usando adecuadamente las facultades mentales, encontraremos siempre el cauce apropiado que satisfará nuestros sentimientos.

Bibliografía

  • Eduardo Punset (12/2006). El alma está en el cerebro. Radiografía de la máquina de pensar (Tercera edición). ISBN 84-03-09737-9. 
  • Jonathan Haidt. La hipotesis de la felicidad. La búsqueda de verdades modernas en la sabiduría antigua. E. D. Gedisa. ISBN 84-9784-152-2. 
  • Eduardo Punset (02/2006). El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas (Octava edición). E. D. Destino. ISBN 84-233-3777-4. 

Véase también

Enlaces externos