Al disponer de motores más potentes, en 1915 la compañía Albatros se dedicó a desarrollar un avión de cometidos generales, que lograra mejores prestaciones que los Albatros B.I y Albatros B.II . Los aviones de la serie B se habían mostrado muy eficaces en el campo militar, por cuyo motivo se conservó la misma configuración general y los mismos métodos constructivos, teniendo en cuenta que, al disponer de mayor potencia, la nueva versión podría trabajar con pesos superiores.
Si bien se hicieron muy pocos cambios en la configuración general del Albatros C.I, se aprovechó el nuevo diseño para incorporar algunos refinamientos. De acuerdo con la creciente convicción de que el armamento defensivo se había convertido en algo esencial, se invirtió la disposición de los asientos, colocando al observador en la cabina posterior y proveyéndole de una ametralladora montada en un soporte móvil. No todos los aviadores alemanes estaban conformes en considerar esta arma puramente defensiva, y aprovecharon a fondo la mejora de las prestaciones del C.I, que les permitía conducir el aparato de manera que el observador pudiera abrir fuego directo de ametralladora contra los aviones enemigos.
Una interesante característica, a pesar de ofrecer una cierta resistencia al avance, fue la disposición de los radiadores del motor en los costados del fuselaje. Estos radiadores, instalados en algunas unidades, permitían aumentar o reducir la refrigeración del motor, según la estación del año y la temperatura reinante en el lugar de la acción.
Los C.I entraron en servicio, tanto en el frente oriental como en el occidental, al final del verano de 1915 y adquirieron una alta reputación entre los pilotos, demostrando que no sólo eran fiables, sino que sus prestaciones eran superiores a las de otros aviones operacionales. Las demandas fueron tan elevadas que la fabricación tuvo que subcontratarse a tres compañías alemanas; incluso llegaron a construirse algunas unidades en la Österreichische Flugzeug-Fabrik AG ( OFFAG ) en Austria.
Cuando el primer modelo C.I apareció en 1915, su buena maniobrabilidad y potente motor Benz Bz.III de 150 cv le brindaron cierta ventaja sobre las aeronaves aliadas de la época. Mientras que el C.I era utilizado preferentemente como avión de reconocimiento y aeronave de observación, algunas veces fue utilizado como uno de los primeros aviones de caza con regular éxito. Oswald Boelcke alcanzó su primera victoria como piloto de caza mientras volaba un C.I junto al teniente von Wühlisch quien lo acompañaba como artillero. El aviador alemán más famoso de la Primera Guerra Mundial, Manfred von Richthofen, conocido como el Barón Rojo, empezó su “carrera“ como observador/artillero en un Albatros C.I mientras servía en el Frente oriental
Variantes
Albatros C.I-V:
Designación de un avión monoplaza experimental, con el fuselaje del C.I y motor Benz BZ.III, fabricado con objeto de probar una nueva ala de sección profunda.
Albatros C.Ia:
Similar al C.I, en esta variante se sustituyeron los radiadores de los costados del fuselaje por un solo radiador colocado en la sección central del borde de ataque del ala superior; se construyeron realativamente pocas unidades.
Albatros C.Ib:
Designación de una versión de entrenamiento provista de doble mando, identificable por un escape modificado, que evacuaba los gases por estribor en lugar de hacerlo verticalmente; fue construido bajo contrata por la Mercur Fleugzeugbau GmbH , a partir de 1917, e iba provisto de un motor Mercedes D.III; trepada hasta los 1.000 m en 6 min, autonomía 2 h 15 min, peso en vacío 839 kg, peso máximo en despegue 1.154 kg, envergadura 13,00 m, superficie alar 42,00 m²
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