Diferencia entre revisiones de «Manzanillo (Valladolid)»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Revertidos los cambios de 81.39.217.186 a la última edición de Amadeupons usando monobook-suite
Línea 30: Línea 30:


Su Iglesia San Justo y San Pastor es gótica del [[siglo XIII]] con reformas del [[siglo XV]], dispone de una nave principal con bóvedas de crucería estrellada y una secundaria a su derecha. Posee una obra maestra que representa el ''Entierro de Cristo'', obra anónima conocida como el Maestro de Manzanillo del siglo XVI; el retablo mayor es del siglo XVII del escultor palentino Lucas Sanz de la Torrecilla.
Su Iglesia San Justo y San Pastor es gótica del [[siglo XIII]] con reformas del [[siglo XV]], dispone de una nave principal con bóvedas de crucería estrellada y una secundaria a su derecha. Posee una obra maestra que representa el ''Entierro de Cristo'', obra anónima conocida como el Maestro de Manzanillo del siglo XVI; el retablo mayor es del siglo XVII del escultor palentino Lucas Sanz de la Torrecilla.



LA GRIPE DE 1918 EN MANZANILLO:

La epidemia de la gripe que azotó a todo el país, también afectó a Manzanillo. Los males que produjo quedaron plasmados en el siguiente documento que copio literalmente:

«Memoria que hace el concejal de este Ayuntamiento de Manzanillo, D. Onofre Arranz Carrascal, de la epidemia que se desarrolló en este pueblo el año 1918 y que se titulaba “gripe” de los que fallecieron a causa de ella y de los vecinos que más se distinguieron con su auxilio, ya para dar sepultura a los fallecidos o bien para ir a por las medicinas, avisar al médico, pues familias había en que todos estaban enfermos y nadie se atrevía a entrar en su casa por temor al contagio. Antes de verano ya decían los periódicos que en las capitales fallecían a causa de la epidemia, pero por aquí nadie hacía caso. Se pasó el verano sin que en este pueblo hubiera un solo enfermo. A últimos de Septiembre ya se oía que en los pueblos inmediatos fallecían. Y empieza Octubre. En la primera decena todavía no hay enfermos. Ya en la segunda enferman unos cuantos y entre ellos María Paz Pardo y Cándido Tejero, graves, ésta casada con cinco hijos, mujer de Manuel Arranz, y el Cándido, soltero de 26 años, hijo de Manuel Tejero y Regina Sanz, ya difuntos. A los seis días de estar enfermos mueren en la misma noche. Dato saliente es que en la primera casa estaban enfermos el marido y los cinco hijos que tenían y nadie se determinaba a asistirlos por miedo a la peste, pero nunca falta. Dignos de elogio son por esta causa es Sr. Cura Párroco D. Constancio López y el Sacristán D. Gregorio Sanz así como los vecinos Epifanio Arranz y Catalina Frutos, los primeros para prodigarlos los divinos auxilios de su ministerio y si les hacía falta algún alimento, como los segundos para asistirles en las más alta horas de la noche. Estos referidos Epifanio y Catalina fallecen a los ocho días víctimas de la misma enfermedad, que a juicio del que suscribe la adquirieron asistiendo a estos enfermos, pero Dios les habrá dado su recompensa.

Nota digna de mención es la que pasó al Sr. Cura al atardecer el día 15 en la misma casa. Fue este Sr. como de costumbre a ver como seguían y encontró la puerta cerrada con llave, llama y nadie le contesta, pues como he dicho antes todos estaban enfermos, y pudo oír a la mujer que le decía que levantara una aldaba, ya dentro la pregunta por el marido y dice que no sabe, recorre la casa y le encuentra en el corral tendido en el suelo, le llama y apenas tiene alientos para contestar, sin duda por los muchos grados de fiebre que tenía, A ruegos de este Sr. Se levanta y le hace entrar en la habitación. El día 18 estaba acordado por el Sr. Cura dar sepultura a la María a las ocho de la mañana, pero a nadie habían avisado par llevarla, A ello se prestaron los vecinos, el mencionado Epifanio y el Sacristán Gregorio Sanz, Tomás Arranz y este interesado que bajaron las andas, la sacaron de casa hasta las afueras, pues estaba ordenado no tocar las campanas ni cantar el Sr. Cura para no llamar tanto la atención de los muchos enfermos que había en cama. Desde este sitio fueron el Sr. cura y el Sacristán entonando los cantos fúnebres como lo hacían para otros cadáveres en tiempo normal hasta darla sepultura, a cuyo cortejo Se incorporaron para llevarla, en sustitución de Epifanio y Gregorio Valentín Arranz y Millán Arranz. Llevó la insignia de la religión Indalecio Gómez, y para cubrir la fosa Regino Guijarro. Sin dejar las andas y con las mismas ceremonias, bajamos, los mismos ya mencionados, a Cándido Tejero.

El día 17 tiene que guardar cama por esta misma enfermedad el que esto suscribe. Durante los días que estuve enfermo fallecieron, el día 20 Petra Diez Moreno de 5 años, el día 23 Juan García Pérez, casado de 71, Florentina Diez Moreno, el 25, de 7, Catalina Frutos el 27, soltera de 69 y el mismo día Victoriano Diez Moreno de 3, hermano de los dos anteriores niños. El que se interesa en este trabajo no puede dar más noticias de estos cinco que fallecieron durante su enfermedad. Al tal Epifanio que su estado era viudo de 68 años, al sentirse enfermo le llevaron a Peñafiel, en casa de su hijo, donde falleció a los pocos días. El 27 ya pude salir a dar un paseo aunque muy débil y entrevistado con el Sr. Cura que también era el primer día que salía, por haber estado en cama. Este se enteró que había muchos enfermos, entre estos, cuatro de gravedad. Apenas me despedí de este señor, dirigí mis pasos a casa de los que había oído, estaban más graves y en efecto, comprendí que por desgracia era verdad.

Punto preferente de este escrito merecen también el Sr. Cura y Sacristán de Langayo D. Domingo Casado y D. Francisco García Centeno, respectivamente que durante los días que estuvieron enfermos los de este pueblo, bajaron todos los días a hacer las veces de sus compañeros, lo mismo que hicieron los de aquí días antes en Langayo por igual causa.

No menos digna de mención es la casa del vecino Luís Arranz que estuvieron todos enfermos. Los padres ya pudieron valerse y asistían a cuatro hijos que tenían en cama uno de estos grave y además una hija casada y en distinta casa, ésta también de cuidado. Esto era el día 27. Por la noche el que suscribe se personó en casa del citado Luís y que impresión sería la mía que al llegar y abrir la puerta salió la madre y en voz baja, para que los enfermos que dejaba en casa no lo oyeran, me dijo, quédate ahí con Luís que voy a casa de Matilde, que así se llamaba la hija, que está agonizando. Al amanecer el día 18 falleció la citada Matilde. Esta estaba casada. De 27 años, y deja dos hijos. Enseguida determinamos ir a hacer el hoyo el vecino Mateo García y este servidor y ya tenían allí a Antolina Moreno, también casada de 33 años, madre de los tres niños antes indicados. A ésta la habían bajado, Isidoro Veganzones, Esteban García, Frutos Madrazo y Matías Madrazo, padre político de la mencionada Antolina. Para acompañar a la antes referida Matilde, acompañaron a este dicente: Juan Arranz y Tomás Arranz (hermanos), Francisco Gómez y un vecino de Peñafiel, llamado Ubaldo. El entierro de éstas se hizo como a los anteriores. Todavía quedan dos graves que son Anastasio Arranz, casado de 43 años y Lorenzo Arranz de 21. hijo del citado Luís. Ya por la tarde los visité y desde luego comprendí que estaban para poco. Nada más cenar fui a ver como seguían y encontré al referido Lorenzo agonizando. Aunque con muy pocas fuerzas a causa de los días que había estado enfermo, haciendo un esfuerzo, decidí, acompañas a esta familia en trance tan triste y antes de la media noche fallecía. Inútil es relatar el cuadro que ofrecía aquella casa en aquel momento y en particular aquellos padres que habían perdido en un día dos seres tan queridos y los otros dos hijos también enfermos. Este acompañante con palabras propias del caso animó a la madre y buscaron el último vestido que había de poner a su hijo, que ayudado por el hijo político llamado Francisco García Arranz, marido de la antes descrita Matilde y por el pastor Rogelio Ureña, que voluntariamente de prestó a acompañarnos, se lo pusimos.

Cumplida esta triste tarea tengo que dejar esta casa para ir a la mía, no a descansar, sino a ver como seguían mis hijos, pues de seis, los cinco estaban también enfermos, aunque gracias a Dios, no de gravedad. Cerciorado de que en mi casa no era muy necesaria mi presencia, vuelvo a pasar a la casa antes citada y ya en ella se retira a descansar el tal Rogelio, pues buena falta le hacía, por su estado convaleciente. Ya quedamos solos velando al difunto, el antes referido Francisco y el abuelo Romualdo, anciano de 84 años con los padres, pues además había que dar alimentos a los otros tres hijos que tenían enfermos. Habían transcurrido unas tres horas, vuelvo a ver que hacían en mi casa. De regreso otra vez que serían las dos o las tres de la madrugada oigo llantos de mujer, escucho y oigo que es en casa de Anastasio. Entro en esta casa y veo que lo que me había figurado era verdad, que había fallecido. Una obra de caridad hicieron también en esta casa los vecinos Pablo Veganzones, Antonino Madrazo, Petra Arranz y Eugenia Madrazo acompañando a esta mujer, pues él un hermano que tenía en el pueblo estaba enfermo y ella no tenía ninguno. ¡Noche es ésta para mi, la más memorable que he conocido! Pues si el referido Lorenzo era una persona de las que más estimaba en el pueblo este le seguía, por ser de una quinta, haber servido en el mismo batallón, en la misma compañía y durante el tiempo que servimos, siempre compañeros de cama. Otra vez en casa de Luís y en las pocas horas que quedan de noche me dedico a pensar que vecinos podrán ayudarme a llevar estos dos cadáveres, pues estaba ordenado que se sacaran cuanto antes de casa y dejarlos en el depósito, y como veo que estas familias no se dan cuenta de nada me encargo de ello. Ya meditado, apenas amanecido me dirijo a casa del sacristán a que me de las andad y la llave del cementerio desde allí y sin perder instante voy en casa de Juan y Valentín Arranz (hermanos), Pedro Martín y Francisco Gómez, todos me contestaron estas o parecidas palabras: “al momento nos tiene Vd. allí”. Tan pronto como yo llegaron al sitio indicado, cogimos las andas y nos dirigimos a casa del difunto Lorenzo. Sin más acompañamiento los cuatro antes citados le bajaron al cementerio, le dejaron y subieron acto seguido a por el referido Anastasio. Yo una vez que aquellas cuatro personas me inspiraron confianza no vacilé en dejarles solos pues siempre creí que cumplirían lo que habían prometido, como así sucedió. Una vez que terminaron la triste tarea a que habían sido llamados, se retiraron a su casa. Este recurrente, viendo que para darles sepultura, hacían falta otros requisitos, no menos indispensables, que los que acababan de realizar, pone manos a la obra, en primer lugar abrir las fosas. Para ello a una pequeña indicación se presta el vecino Antonino Madrazo, que para el que suscribe, es uno de los que más merecen citarse en este escrito. Mientras tanto voy a casa del Médico. Por los certificados de defunción, los llevo al juzgado y de allí traer la licencia, para que el Sr. Cura les pueda dar sepultura. Una vez terminados estos trámites que necesariamente hacían faltas, de acuerdo con el Sr., Cura párroco se determina la hora del entierro. Al sepelio de estos mencionados acompañan además de unas cuantas mujeres, un hermano del difunto Anastasio llamado Lázaro y Nicomedes Sanz por parte de Lorenzo, ambos vecinos de Peñafiel. También acompaño a este triste acto el joven Simón Esteban que fue el que ayudo a este concejal a llevarles desde el sitio donde estaban hasta la fosa, siendo cubiertos referidos cadáveres por el mencionado Antonino. En estos terminó la epidemia. La casa en que falleció la referida Antolina fue una de las que más sufrieron, esta estaba de vecina en Peñafiel y vinieron en casa de su madre quizá huyendo de la peste que allí había y sin duda la trajeron hacia acá.

Para ir por las medicinas se distinguieron los vecinos. Valentín Arranz, Manuel García, Frutos Madrazo y el joven Priscila Arranz tenían que formar cola a la puerta de las farmacias, por los muchos que estaban esperando, pues tal era el número de enfermos en todos los pueblos que se dieron casos de no poder despachar lo que pedían por haberse agotado los medicamentos. Por esta causa estos individuos, algunas veces, tuvieron que regresar a altas horas de la noche por distar cinco km, o sea desde Peñafiel. No menos digno que los antes mencionados es el médico titular D. Juan Peña Vaquero que no faltó a la visita ni un solo día a pesar de tener en Langayo un número de enfermos que sin exagerar pasarían de doscientos.

A primeros de Noviembre ofrecían las calles un cuadro en extremo curioso, como quiera que había tantos convalecientes, pues fueron muy contadas las personas a quienes no tocó estar en cama por lo menos un par de días, que según se pudo comprobar serían unas doce o quince en todo el pueblo, se juntaban en corrillos y toda la conversación era de la peste, no se hablaba de la cosecha que fue, en general, de las mas cortas por causa de la sequía, ni de la guerra europea que ya tocaba a su fin, que en tal pueblo o en el de más allá habían muerto tantos, en el otro cuantos, este tema tenían en todas las conversaciones. Fue, según se decía, una enfermedad nueva en España. A todos empezaba con una fiebre muy levantada, luego a unos se les quedaba en pulmonía a otros les atacaba la cabeza y garganta y todos los que fallecían, cuando mucho, estaban enfermos una semana, pues no daba señales exteriores como la viruela o el sarampión. Lo que a pocos días que estuvieran en cama quedaban tan pocas fuerzas que en ocho o diez días no se podían dar doscientos pasos sin sentarse.

Este interesado compara esta epidemia a una tempestad o huracán arrasando todo lo que encuentra a su paso que lo mismo derriba la pequeña y endeble de la mies, que el alto y corpulento árbol, así ha sido esta con las personas que han sucumbido más en relación de veinte a cuarenta años o sea los más jóvenes y robustos, quedando de esa edad para arriba viejos y endémicos. A todos los que han cooperado a obra tan benéfica, este concejal, como autoridad, les da las más expresivas gracias y en particular y muy especialmente a los que él fue a llamar en persona, que vio los lo puntuales que acudieron al objeto a que habían sido llamados.

Todos saben que han hecho dos obras de misericordia en las cuales dice consolar al triste y enterrar a los muertos, por lo cual estos convecinos les vivirán siempre agradecidos y de Dios recibirán algún día el premio al que se han hecho acreedores. Para terminar este relato, pide una oración a los que esto leyeren, para los doce inscritos en este papel víctimas de la terrible epidemia origen de esta memoria, como igualmente cuando transcurridos los años pasen a mejor vida los que han contribuido con su trabajo y autorizado con sus firmas estas columnas.

Todo lo expuesto es cuanto el que suscribe ha presenciado y a podido comprobar, y es mi deseo se archive este escrito en el de este municipio y se mande una copia al Sr. Cura Párroco para que en el mismo sentido obre en la parroquia, a fin de que los que nos sucedan se formen una idea de lo que fue esta memorable enfermedad.

Así se lo pido a mis compañeros de corporación que por unanimidad aprueban y están conformes con todo lo relacionado en esta reseña.

Y en prueba de ello lo firman incluso el Sr. Cura Párroco, conmigo, hoy día 1º de Enero de 1919. El alcalde: Luís Sanz. El Cura Párroco: Constancio López. Tomás Arranz, Tomás Rodríguez Manuel García, Agustín Peña y Onofre Arranz.»

Hay dos sellos, uno del Ayuntamiento constitucional. MANZANILLO, otro de la Parroquia de Stos. Justo y Pastor. MANZANILLO


== Administración ==
== Administración ==
Línea 90: Línea 56:
| Alcalde_8 =
| Alcalde_8 =
| Partido_8 =
| Partido_8 =




}}
}}

Revisión del 17:19 5 ago 2009

Manzanillo
municipio de España

Escudo


País  España
• Com. autónoma  Castilla y León
• Provincia  Valladolid
• Comarca Campo de Peñafiel
• Partido judicial Valladolid
Ubicación 41°35′11″N 4°11′18″O / 41.586388888889, -4.1883333333333
• Altitud 795 m
Superficie 18,8 km²
Fundación Ver texto
Población 53 hab. (2023)
• Densidad 3,09 hab./km²
Código postal 47314
Pref. telefónico 983
Patrón Virgen del Carmen
Sitio web Sin web oficial

Manzanillo es una población española de la provincia de Valladolid en la comunidad de Castilla y León.

Pertenece a la denominación de vino Ribera de Duero. Su producción principal es cerealista (cebada, trigo, centeno, etcétera), y por supuesto su vid, de gran calidad.

Su Iglesia San Justo y San Pastor es gótica del siglo XIII con reformas del siglo XV, dispone de una nave principal con bóvedas de crucería estrellada y una secundaria a su derecha. Posee una obra maestra que representa el Entierro de Cristo, obra anónima conocida como el Maestro de Manzanillo del siglo XVI; el retablo mayor es del siglo XVII del escultor palentino Lucas Sanz de la Torrecilla.

Administración

Lista de alcaldes desde las elecciones democráticas de 1979
Periodo Nombre Partido
1979-1983 Miguel Sanz Veganzones
1983-1987 Miguel Sanz Veganzones
1987-1991 Miguel Sanz Veganzones
1991-1995 Miguel Sanz Veganzones
1995-1999 Miguel Sanz Veganzones
1999-2003 Miguel Sanz Veganzones
2003-2007 Miguel Sanz Veganzones PP
2007-2011
2011-2015 n/d n/d
2015-2019 n/d n/d
2019-2023 n/d n/d
2023-act. n/d n/d