Diferencia entre revisiones de «La caída (película de 1959)»

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'''''La caída''''' es una [[película]] [[argentina]] de 1959, dirigida por [[Leopoldo Torre Nilsson]] y protagonizada por [[Elsa Daniel]] y [[Lautaro Murúa]]. Estrenada en Buenos Aires el [[26 de febrero]] de [[1959]]. Ganadora del [[Cóndor de Plata]] como mejor película de [[1960]].
'''''La caída''''' es una [[película]] [[argentina]] de 1959, dirigida por [[Leopoldo Torre Nilsson]] y protagonizada por [[Elsa Daniel]] y [[Lautaro Murúa]]. Estrenada en Buenos Aires el [[26 de febrero]] de [[1959]]. Ganadora del [[Cóndor de Plata]] como mejor película de [[1960]].

== Sinópsis ==

En una noche de noviembre de 1942, un grupo de jóvenes mujeres son conducidas a través del bosque por varios oficiales de las SS; se encaminan a la llamada La guarida del Lobo, el cuartel general de Hitler en la Prusia Oriental. Todas son candidatas al puesto de secretaria personal del Fuhrer. Entre ellas se encuentra Traudl Junge ( ALEXANDRA MARIA LARA ), una chica de límpidas facciones y veintidós años de edad, proveniente de Munich. Las jóvenes ingresan a la sala de espera contigua a la oficina privada de Hitler; todas están ansiosas por causar la mejor impresión posible. La puerta de la oficina se abre, y Adolf Hitler ( BRUNO GANZ ) aparece. Las mujeres se ponen de pie, y el Fuhrer las saluda, una por una. Traudl será finalmente la elegida, y ella no cabe en sí de dicha ante la perspectiva de estar al servicio del Fuhrer.
BERLIN, 20 DE ABRIL, 1945: Hitler se ha recluido en su sistema de bunkers subterráneos bajo el subsuelo de la Cancillería. Traudl Junge duerme en su cuarto, hasta que la despiertan truenos lejanos de fuego de artillería. El enemigo se aproxima. El Ejército Ruso ejecuta una operación de pinzas alrededor de Berlín. La capital será reducida a escombros. La derrota alemana es inevitable. Apenas un puñado de soldados sigue combatiendo en las calles, con la ayuda de los milicianos de la Volkssturm, y jóvenes adolescentes de las Juventudes Hitlerianas. Uno de esos jóvenes, Peter ( DONEVAN GUNIA ), de catorce años, desborda de orgullo por haber destruido dos tanques soviéticos. Su padre, ( KARL KRANZKOWSKI ), visiblemente perturbado ante el espectáculo de su hijo empuñando una bazuca, lo conmina a que deje el arma y vuelva a casa. El chico se rehúsa, aunque el hombre insiste en advertirle a esa pequeña banda de milicianos que todo está perdido; en apenas unos pocos días, todos seguramente habrán muerto.
En el bunker de Hitler, Eva Braun ( JULIANE KÖHLER ) prepara la fiesta del cumpleaños de su amante, el Fuhrer. Por última vez, los líderes del régimen Nazi celebran una recepción regada con champagne. Entre ellos se halla el Ministro del Interior, Heinrich Himmler ( ULRICH NOETHEN ), quien le ruega a Hitler que abandone Berlín y se traslade a un lugar seguro. Hitler se niega. Nunca dejará la ciudad. El segundo en la línea de mando después de Himmler es Herman Fegelein ( THOMAS KRESTCHMANN ), esposo de la hermana de Eva, quien urge a su cuñada a que convenza a Hitler de que huya de Berlín; en cuestión de días los Aliados habrán llegado a la Chancillería. Mientras en la superficie la ciudad arde, Hitler y su Ministro de Propaganda, Josef Goebbels ( ULRICH MATTHES ) mantienen todavía viva la esperanza de una victoria final. El Fuhrer ordena que lo que quede de su ejército regrese a Berlín. Sus generales no contradicen sus órdenes; antes bien, hacen todo lo posible por mantenerse leales. Hitler sostiene ante Albert Speer (HEINO FERCH), su Ministro de Armamentos y arquitecto oficial, que el bombardeo de las ciudades hará mucho más fácil la tarea de remoción de escombros y reconstrucción, una vez que Alemania haya ganado la guerra. Speer también trata de convencer a Hitler de que deje la capital, para salvarse él y a la ciudad y a sus habitantes de la destrucción total. Hitler responde que debe verse triunfador en Berlín o bien enfrentar su caída. En el caso de darse esta última alternativa, Hitler ordena a Speer que destruya todo a lo largo y a lo ancho de Alemania, y que no deje sino “tierra arrasada” al enemigo.
La lucha cuerpo a cuerpo en las calles de Berlín aumenta en ferocidad. El Ejército Rojo está aún más cerca. Salvajes escuadrones de la muerte de las SS linchan a todo aquél sospechoso de querer rendirse. Las últimas estribaciones de las fuerzas alemanas dejan la capital, llevándose los últimos víveres y pertrechos disponibles. Un médico militar, el Dr. Schenck ( CHRISTIAN BERKEL ), se rehúsa a dejar la ciudad, porque su deber es brindar toda la asistencia posible a los pobladores hasta el final. Como puede, se abre paso hasta los ruinosos restos de un hospital del ejército donde se encuentra con el Dr. Werner Haase ( MATTHIAS HABICH ) , uno de los médicos personales de Hitler, para proceder a atender a los heridos. Goebbels, con la certeza de que el final está cerca, ha hecho traer a su esposa Magda ( CORINNA HARFOUCH ) y a sus seis hijos al bunker. Traudl celebra la llegada de los niños interpretándola como un indicio de que no todo está perdido, que todavía se pueden albergar razonablemente esperanzas. Ella y Eva Braun dejan el denso y sombrío microclima del bunker y salen a dar un paseo por los jardines de la Cancillería. Como si todo fuera absolutamente normal, disfrutan del aire fresco vagando entre las esculturas, fumando un cigarrillo. No obstante, las bombas rusas las obligan a interrumpir su paseo y a descender nuevamente al bunker.
Cuando se le informa a Hitler de que Himmler está tratando de negociar la rendición con los norteamericanos, el Fuhrer ordena su inmediato arresto. Enseguida, convoca a Fegelein, el asistente de Himmler. No se lo encuentra dentro del bunker. Hitler ordena que apenas se lo halle sea traído al bunker y ejecutado. Eva Braun ruega por la vida de su hermano, sin resultado. Finalmente encuentran a Fegelein, completamente borracho, en el lecho de una prostituta. Es arrastrado al exterior y allí, en el último minuto de su vida, comprendiendo que su suerte está echada, Fegelein adopta una posición de firme, se abotona el uniforme, y hace el saludo Nazi. En su última aparición pública, Hitler deja el bunker y sale al jardín de la Cancillería. Allí lo aguarda un grupo de jóvenes – el último resabio de su otrora poderoso ejército – quienes habrán de recibir medallas por sus servicios militares al Reich. Entre ellos se encuentra Peter. El 29 de abril, los Rusos ingresan al centro de Berlín. Nadie puede negar que la guerra está perdida. Ni siquiera el niño-soldado, Peter, quien corre a su casa; allí encuentra a sus dos padres asesinados por un escuadrón de la muerte de las SS. En el bunker, los soldados se emborrachan mientras intercambian ideas acerca de cual método de suicidio sería mejor. Hitler, solo en su cuarto, contempla fijamente un retrato de su héroe, Federico II, y piensa cómo serán los últimos pasos rumbo a la caída final.
Esa misma noche, Hitler dicta a Traudl su testamento y contrae matrimonio con Eva Braun; Goebbels y Boorman son testigos de la boda. Acto seguido, y con absoluta calma, habla con su médico acerca de cómo quitarse la vida, para asegurarse de no ser capturado vivo. Después, instruye a su asistente personal, Otto ( GÖTZ OTTO ) para que queme su cadáver. Albert Speer da su último adiós al Fuhrer. Antes de dejar el bunker, Speer insta a Frau Goebbels a que huya con sus hijos, y ella responde que no quiere que sus hijos vivan en un mundo que no sea el del Nacional Socialismo.
Al día siguiente, Hitler reúne a su staff para la despedida final. Le entrega una medalla a Magda Goebbels, por ser la madre más valiente de Alemania. Agradece al cocinero por la magnífica cena, y dice adiós a Traudl y sus colegas. Acto seguido, el Fuhrer y su esposa se retiran a sus aposentos privados. Se escucha un disparo de pistola, casi confundido entre el rugido creciente de la cercana artillería. Otto y sus hombres llevan a cabo la orden postrera y queman los cuerpos de la pareja. Goebbels y los generales se rehúsan a aceptar los términos de rendición que proponen los Rusos. La situación no tiene salida. Magda Goebbels acuesta a sus hijos y les da un sedante. Una vez dormidos, los envenena uno por uno, mientras su esposo espera afuera. Enseguida, en el patio de la Cancillería, Joseph Goebbels mata de un disparo a su mujer y se suicida.
La noticia del suicidio de Hitler corre por las calles de Berlín, pero la lucha continúa. Junto a otros refugiados del bunker, Traudl Junge logra llegar a una cervecería, donde un grupo de oficiales de la SS y algunos soldados se han reunido para pelear hasta la última bala. Traudl comprende que su única chance de sobrevivir es atravesar las líneas de avanzada soviéticas. Aterrorizada, vacilante, camina entre centenares de exultantes conquistadores. De repente, un chico la toma de la mano. Es Peter. Los rusos dejan que esa “madre y su hijo” pasen de largo sin detenerlos.


== Miscelánea ==
== Miscelánea ==

Revisión del 23:51 10 may 2009

La caída es una película argentina de 1959, dirigida por Leopoldo Torre Nilsson y protagonizada por Elsa Daniel y Lautaro Murúa. Estrenada en Buenos Aires el 26 de febrero de 1959. Ganadora del Cóndor de Plata como mejor película de 1960.

Sinópsis

En una noche de noviembre de 1942, un grupo de jóvenes mujeres son conducidas a través del bosque por varios oficiales de las SS; se encaminan a la llamada La guarida del Lobo, el cuartel general de Hitler en la Prusia Oriental. Todas son candidatas al puesto de secretaria personal del Fuhrer. Entre ellas se encuentra Traudl Junge ( ALEXANDRA MARIA LARA ), una chica de límpidas facciones y veintidós años de edad, proveniente de Munich. Las jóvenes ingresan a la sala de espera contigua a la oficina privada de Hitler; todas están ansiosas por causar la mejor impresión posible. La puerta de la oficina se abre, y Adolf Hitler ( BRUNO GANZ ) aparece. Las mujeres se ponen de pie, y el Fuhrer las saluda, una por una. Traudl será finalmente la elegida, y ella no cabe en sí de dicha ante la perspectiva de estar al servicio del Fuhrer. BERLIN, 20 DE ABRIL, 1945: Hitler se ha recluido en su sistema de bunkers subterráneos bajo el subsuelo de la Cancillería. Traudl Junge duerme en su cuarto, hasta que la despiertan truenos lejanos de fuego de artillería. El enemigo se aproxima. El Ejército Ruso ejecuta una operación de pinzas alrededor de Berlín. La capital será reducida a escombros. La derrota alemana es inevitable. Apenas un puñado de soldados sigue combatiendo en las calles, con la ayuda de los milicianos de la Volkssturm, y jóvenes adolescentes de las Juventudes Hitlerianas. Uno de esos jóvenes, Peter ( DONEVAN GUNIA ), de catorce años, desborda de orgullo por haber destruido dos tanques soviéticos. Su padre, ( KARL KRANZKOWSKI ), visiblemente perturbado ante el espectáculo de su hijo empuñando una bazuca, lo conmina a que deje el arma y vuelva a casa. El chico se rehúsa, aunque el hombre insiste en advertirle a esa pequeña banda de milicianos que todo está perdido; en apenas unos pocos días, todos seguramente habrán muerto. En el bunker de Hitler, Eva Braun ( JULIANE KÖHLER ) prepara la fiesta del cumpleaños de su amante, el Fuhrer. Por última vez, los líderes del régimen Nazi celebran una recepción regada con champagne. Entre ellos se halla el Ministro del Interior, Heinrich Himmler ( ULRICH NOETHEN ), quien le ruega a Hitler que abandone Berlín y se traslade a un lugar seguro. Hitler se niega. Nunca dejará la ciudad. El segundo en la línea de mando después de Himmler es Herman Fegelein ( THOMAS KRESTCHMANN ), esposo de la hermana de Eva, quien urge a su cuñada a que convenza a Hitler de que huya de Berlín; en cuestión de días los Aliados habrán llegado a la Chancillería. Mientras en la superficie la ciudad arde, Hitler y su Ministro de Propaganda, Josef Goebbels ( ULRICH MATTHES ) mantienen todavía viva la esperanza de una victoria final. El Fuhrer ordena que lo que quede de su ejército regrese a Berlín. Sus generales no contradicen sus órdenes; antes bien, hacen todo lo posible por mantenerse leales. Hitler sostiene ante Albert Speer (HEINO FERCH), su Ministro de Armamentos y arquitecto oficial, que el bombardeo de las ciudades hará mucho más fácil la tarea de remoción de escombros y reconstrucción, una vez que Alemania haya ganado la guerra. Speer también trata de convencer a Hitler de que deje la capital, para salvarse él y a la ciudad y a sus habitantes de la destrucción total. Hitler responde que debe verse triunfador en Berlín o bien enfrentar su caída. En el caso de darse esta última alternativa, Hitler ordena a Speer que destruya todo a lo largo y a lo ancho de Alemania, y que no deje sino “tierra arrasada” al enemigo. La lucha cuerpo a cuerpo en las calles de Berlín aumenta en ferocidad. El Ejército Rojo está aún más cerca. Salvajes escuadrones de la muerte de las SS linchan a todo aquél sospechoso de querer rendirse. Las últimas estribaciones de las fuerzas alemanas dejan la capital, llevándose los últimos víveres y pertrechos disponibles. Un médico militar, el Dr. Schenck ( CHRISTIAN BERKEL ), se rehúsa a dejar la ciudad, porque su deber es brindar toda la asistencia posible a los pobladores hasta el final. Como puede, se abre paso hasta los ruinosos restos de un hospital del ejército donde se encuentra con el Dr. Werner Haase ( MATTHIAS HABICH ) , uno de los médicos personales de Hitler, para proceder a atender a los heridos. Goebbels, con la certeza de que el final está cerca, ha hecho traer a su esposa Magda ( CORINNA HARFOUCH ) y a sus seis hijos al bunker. Traudl celebra la llegada de los niños interpretándola como un indicio de que no todo está perdido, que todavía se pueden albergar razonablemente esperanzas. Ella y Eva Braun dejan el denso y sombrío microclima del bunker y salen a dar un paseo por los jardines de la Cancillería. Como si todo fuera absolutamente normal, disfrutan del aire fresco vagando entre las esculturas, fumando un cigarrillo. No obstante, las bombas rusas las obligan a interrumpir su paseo y a descender nuevamente al bunker. Cuando se le informa a Hitler de que Himmler está tratando de negociar la rendición con los norteamericanos, el Fuhrer ordena su inmediato arresto. Enseguida, convoca a Fegelein, el asistente de Himmler. No se lo encuentra dentro del bunker. Hitler ordena que apenas se lo halle sea traído al bunker y ejecutado. Eva Braun ruega por la vida de su hermano, sin resultado. Finalmente encuentran a Fegelein, completamente borracho, en el lecho de una prostituta. Es arrastrado al exterior y allí, en el último minuto de su vida, comprendiendo que su suerte está echada, Fegelein adopta una posición de firme, se abotona el uniforme, y hace el saludo Nazi. En su última aparición pública, Hitler deja el bunker y sale al jardín de la Cancillería. Allí lo aguarda un grupo de jóvenes – el último resabio de su otrora poderoso ejército – quienes habrán de recibir medallas por sus servicios militares al Reich. Entre ellos se encuentra Peter. El 29 de abril, los Rusos ingresan al centro de Berlín. Nadie puede negar que la guerra está perdida. Ni siquiera el niño-soldado, Peter, quien corre a su casa; allí encuentra a sus dos padres asesinados por un escuadrón de la muerte de las SS. En el bunker, los soldados se emborrachan mientras intercambian ideas acerca de cual método de suicidio sería mejor. Hitler, solo en su cuarto, contempla fijamente un retrato de su héroe, Federico II, y piensa cómo serán los últimos pasos rumbo a la caída final. Esa misma noche, Hitler dicta a Traudl su testamento y contrae matrimonio con Eva Braun; Goebbels y Boorman son testigos de la boda. Acto seguido, y con absoluta calma, habla con su médico acerca de cómo quitarse la vida, para asegurarse de no ser capturado vivo. Después, instruye a su asistente personal, Otto ( GÖTZ OTTO ) para que queme su cadáver. Albert Speer da su último adiós al Fuhrer. Antes de dejar el bunker, Speer insta a Frau Goebbels a que huya con sus hijos, y ella responde que no quiere que sus hijos vivan en un mundo que no sea el del Nacional Socialismo. Al día siguiente, Hitler reúne a su staff para la despedida final. Le entrega una medalla a Magda Goebbels, por ser la madre más valiente de Alemania. Agradece al cocinero por la magnífica cena, y dice adiós a Traudl y sus colegas. Acto seguido, el Fuhrer y su esposa se retiran a sus aposentos privados. Se escucha un disparo de pistola, casi confundido entre el rugido creciente de la cercana artillería. Otto y sus hombres llevan a cabo la orden postrera y queman los cuerpos de la pareja. Goebbels y los generales se rehúsan a aceptar los términos de rendición que proponen los Rusos. La situación no tiene salida. Magda Goebbels acuesta a sus hijos y les da un sedante. Una vez dormidos, los envenena uno por uno, mientras su esposo espera afuera. Enseguida, en el patio de la Cancillería, Joseph Goebbels mata de un disparo a su mujer y se suicida. La noticia del suicidio de Hitler corre por las calles de Berlín, pero la lucha continúa. Junto a otros refugiados del bunker, Traudl Junge logra llegar a una cervecería, donde un grupo de oficiales de la SS y algunos soldados se han reunido para pelear hasta la última bala. Traudl comprende que su única chance de sobrevivir es atravesar las líneas de avanzada soviéticas. Aterrorizada, vacilante, camina entre centenares de exultantes conquistadores. De repente, un chico la toma de la mano. Es Peter. Los rusos dejan que esa “madre y su hijo” pasen de largo sin detenerlos.

Miscelánea

Actores

Premios

Véase también

Fuentes

Referencias

Enlaces externos