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El '''Ejército del Noroeste''' fue una de las múltiples fuerzas [[Movimiento Blanco|antibolcheviques]] de la [[Guerra Civil Rusa]]. Operó entre [[Estonia]] y [[San Petersburgo|Petrogrado]], que trató de tomar sin éxito en el otoño de 1919.<ref name="ullman254"/> Quedó disuelto a finales de año. Su comandante fue el general [[Nikolái Yudénich]].<ref name="ullman254">[[#Bibliografía|Ullman (1968)]], p.254</ref>
El '''Ejército del Noroeste''' fue una de las múltiples fuerzas [[Movimiento Blanco|antibolcheviques]] de la [[Guerra Civil Rusa]]. Operó entre [[Estonia]] y [[San Petersburgo|Petrogrado]], que trató de tomar sin éxito en el otoño de 1919.<ref name="ullman254"/> Quedó disuelto a finales de año. Su comandante fue el general [[Nikolái Yudénich]].<ref name="ullman254">[[#Bibliografía|Ullman (1968)]], p.254</ref>



Revisión del 22:39 29 abr 2012

El Ejército del Noroeste fue una de las múltiples fuerzas antibolcheviques de la Guerra Civil Rusa. Operó entre Estonia y Petrogrado, que trató de tomar sin éxito en el otoño de 1919.[1]​ Quedó disuelto a finales de año. Su comandante fue el general Nikolái Yudénich.[1]

Formado con el beneplácito de los Imperios Centrales, la rendición de estos en el otoño de 1918 hizo que el Ejército fuese finalmente abastecido y respaldado por los Aliados. Con una inestable alianza con el Gobierno estonio y sin lograr el respaldo del finlandés por desavenencias políticas, Yudénich lanzó, sin embargo, una ofensiva que en un mes le llevó a las puertas de la antigua capital rusa. Incapaz de doblegar las defensas levantadas a toda prisa por los soviéticos, que enviaron al propio Trotski a coordinarlas, Yudénich hubo de retirarse nuevamente hacia Estonia. Esta se negó a admitir a los restos de las fuerzas de Yudénich, que sólo lograron cruzar la frontera tras aceptar ser desarmadas e internadas, quedando disuelto el Ejército del Noroeste a finales de 1919.

Formación y comienzos

Nikolái Yudénich, izquierda, comandante del Ejército de Noroeste.

El origen del Ejército del Noroeste fueron los planes de cierto grupo de oficiales ultrarreaccionarios de Petrogrado que, en el verano de 1918, concibieron la creación de una fuerza en el territorio controlado por Alemania y con apoyo germano para enfrentarse a los bolcheviques.[1]​ Los alemanes aprobaron el plan, que debía permitirles trasladar parte de sus tropas al frente occidental y contar con un nuevo régimen afín en la antigua capital rusa.[1]

El Ejército se había formado el 10 de octubre de 1918 finalmente en la ciudad de Pskov,[1]​ con el nombre de «Cuerpo Septentrional», poco antes de la retirada alemana[2]​ y contaba con unos 6000 efectivos, un cuarto de ellos oficiales del ejército zarista.[3]​ Lo formaban reclutas locales, oficiales fugados de Petrogrado y prisioneros de guerra liberados por los alemanes.[4]

Los alemanes habían prometido numeroso equipamiento para la nueva fuerza pero, al no llegar este por el armisticio alemán,[4]​ el Ejército se encontró en dificultades, mal provisto de armamento y abastos.[5]​ Mal dirigido y escaso de suministros, hubo de retirarse precipitadamente a Estonia a finales de noviembre.[5]​ El Gobierno estonio, en dificultades ante el avance bolchevique, aceptó acoger a la fuerza de Yudénich en su territorio y abastecerla a cambio de que pasase bajo su control, a pesar de la diferencia ideológica entre los independentistas de Tallin y los ultranacionalistas rusos que mandaban el Ejército.[4]

El Ejército de Noroeste defendió, junto con el Ejército estonio y las fuerzas contrarrevolucionarias finlandesas de Carl Gustaf Emil Mannerheim, la nueva capital de Estonia, Tallin ante el avance de las fuerzas bolcheviques, que habían tomado gran parte de Letonia y Lituania a comienzos de 1919.[3]​ Los estonios, con la ayuda de los rusos de Yudénich, lograron detener el avance soviético y tomar el control del norte de Letonia.[4]

Al menos seis antiguos generales zaristas se disputaban el mando efectivo de las tropas, que recayó finalmente en Aleksandr Rodzianko, gran jinete pero pobre estratega.[5]​ Rodzianko logró, no obstante, mantener con dificultad la cohesión de la organización y mejorar las relaciones con las autoridades estonias, lanzando una ofensiva conjunta contra los bolcheviques a partir del 13 de mayo de 1919[4]​ que llevó a la toma de Pskov y Iamburg el mismo mes de mayo de 1919.[5]

El avance de Rodzianko puso a cerca de medio millón de habitantes bajo el gobierno de Yudénich,[4]​ exiliado en Helsinki.[5]​ La administración de este, sin embargo, fue nefasta, y los subordinados de Rodzianko desencadenaron una ola de terror contra los sospechosos de favorecer a los bolcheviques y contra la población judía en general.[5]​ Yudénich, zarista y opuesto a los cambios producidos tras las revoluciones de 1917,[2]​ mantuvo su oposición a tratar cuestiones políticas, común a otros movimientos blancos, tratando de centrarse únicamente en las campañas militares.[2]​ Su gobierno, la «Junta Política»,[4]​ poco más que una fachada para contentar a los Aliados, no se había formado para gobernar el país, sino para facilitar la conquista militar del mismo, pues carecía de un programa de reformas que pudiese ganarse el apoyo de la población.[2]

Preparativos del avance sobre Petrogrado

Negociaciones con Finlandia

Pskov, ciudad donde se formó el Ejército de Noroeste y que cambió de manos en varias ocasiones en los combates entre este y las fuerzas de Lenin.

Convencido de la necesidad de la cooperación finlandesa para lograr la toma de Petrogrado a pesar de su desagrado hacia los nacionalistas finlandeses,[6]​ Yudénich se comprometió a reconocer su independencia tras la guerra, pero Aleksandr Kolchak, al que Yudénich había reconocido como autoridad suprema en mayo,[4]​ se negó a aceptar tal concesión.[7]​ El gran ejército finlandés, con más de 100 000 hombres en los alrededores del lago Ladoga, era la principal preocupación de las autoridades bolcheviques de Petrogrado, pero la intransigencia de los generales blancos les privó de su apoyo.[8]​ Mannerheim, incapaz de lograr el reconocimiento de Yudénich y sus superiores de la independencia finlandesa y las concesiones territoriales que exigía,[6]​ negó su apoyo a los mismos y prohibió que sus unidades operasen en su territorio.[8]​ Los Aliados, reunidos en París el 7 de julio de 1919, decidieron no respaldar la participación finlandesa y no conceder la ayuda en armamento y dinero que Mannerheim había exigido como parte de sus condiciones para participar en la ofensiva de Yudénich.[9]​ Yudénich no tuvo otra opción que tratar de alcanzar Petrogrado desde el sur, una ruta mucho más larga.[8]

Estado de las fuerzas de Yudénich

A mediados de julio Yudénich contaba con unos 21 000 hombres y 70 cañones, pero sus fuerzas tenían escasos pertrechos.[9]​ El 2 de agosto de 1919 llegó, sin embargo, el primer envío de ayuda británica, que palió temporalmente el problema.[10]​ Los británicos no se limitaron a abastecer a las fuerzas de Yudénich, sino que el 8 de agosto su representante en la zona, el teniente general Hubert Gough, se trasladó a Tallin, reuniendo en un buque británico a los representantes Aliados locales y al Gobierno estonio, al que solicitó ayuda para Yudénich, a pesar de las sospechas de los estonios sobre ultranacionalismo de este y sus lugartenientes.[10]

A finales de julio Yudénich se trasladó a Narva para dirigir en persona la preparación de las unidades que debían marchar sobre la antigua capital rusa.[7]​ A pesar de tratar de aumentar el número de tropas mediante levas, estas fueron poco efectivas, contando el Ejército con poco más de 16 000 hombres a finales de agosto de 1919,[7]​ en su mayoría antiguos prisioneros de guerra liberados por los alemanes y desertores de las fuerzas bolcheviques.[2]

El 5 de agosto de 1919 las fuerzas de Yudénich sufrieron un revés temporal con la pérdida de Iamburg, que fue capturada por los refuerzos bolcheviques enviados para defender Petrogrado a petición de Stalin.[7]

Negociaciones con Estonia

Tres días más tarde los soviéticos declararon su disposición a reconocer la independencia estonia[11]​ y no penetrar en su territorio a cambio de su evacuación de territorio ruso,[8]​ debilitando la posición de Yudénich, que no sólo fue incapaz de prometer claramente aceptar la independencia estonia, sino que pidió el mando del Ejército estonio.[12]​ El 10 de agosto de 1919 los mandos militares británicos impusieron un acuerdo entre Yudénich y las autoridades estonias[11]​ que, sin embargo, Kolchak se apresuró a rechazar y fue mal visto por el Foreign Office.[13]​ Para lograr el acuerdo los representantes británicos habían forzado a los rusos a formar a toda prisa un nuevo Gobierno que aceptase las condiciones estonias.[14]​ A mediados de agosto las noticias sobre las acciones de los británicos en el Báltico comenzaron a llegar a París, para disgusto de su Gobierno, que rechazó las acciones de Gough y sus subordinados y hubo de enfrentarse a una petición formal de reconocimiento del Gobierno estonio para que este aceptase finalmente participar en el ataque a Petrogrado, desconfiando de las promesas rusas.[15]​ El Gobierno de Londres rechazó reconocer al nuevo Gobierno de Yudénich o al estonio y relevó a sus representantes en el Báltico.[16]​ El 20 de agosto, dada la imposibilidad de obtener el apoyo de Kolchak para la medida, los Aliados reunidos en París declinaron también reconocer la independencia estonia.[17]​ El propio Yudénich acabó expresando su desagrado por la acción de los representantes británicos el 30 de agosto de 1919 y renegando de las promesas de reconocimiento de la independencia estonia de su nuevo Gobierno.[18]​ Al día siguiente los soviéticos presentaron a los estonios una propuesta formal de paz, extendida al resto de Gobiernos de la región el 14 de septiembre.[17]​ A día siguiente todos ellos acordaron comenzar las conversaciones con el Gobierno soviético.[17]​ Los Aliados trataron de convencer a los bálticos de abandonar las negociaciones de paz, pero sin ofrecer más que consejo a cambio.[19]​ Los Gobiernos bálticos respondieron exigiendo el reconocimiento Aliado y ruso de su independencia, ayuda financiera y militar.[20]​ Ninguno aceptó estas condiciones.[21]​ Ante la falta de ayuda Aliada y de reconocimiento, los Gobiernos de la región indicaron a Moscú su disposición a comenzar las conversaciones de paz el 25 de octubre en Dorpat.[22]​ La decisión estonia hizo que los británicos comenzasen a considerar la ofensiva contra Petrogrado inútil y a recomendar el 3 de octubre el traslado de las fuerzas de Yudénich al sur para reforzar a Anton Denikin.[23]​ Para entonces, sin embargo, Yudénich ya había comenzado su avance hacia Petrogrado.[23]

El general británico Frank G. Marsh, que había sido el artífice del acuerdo forzoso entre estonios y rusos y había obligado a la formación del nuevo Gobierno de Yudénich, trató, nuevamente contra las directrices de su Gobierno y de los Aliados en general, de lograr la colaboración de Pavel Bermondt-Avalov y su Ejército de Rusia Occidental con las unidades de Yudénich, infructuosamente.[24]

Escaramuzas del verano

El 18 de agosto de 1919 unos torpederos británicos hundían dos grandes buques de guerra soviéticos, un destructor y un buque de abastecimiento de submarinos,[25]​ impidiendo su uso para bombardear a las tropas de Yudénich que debían avanzar por la costa hacia Petrogrado, a pesar de no hallarse oficialmente en guerra contra el gobierno de Lenin.[13]​ El mismo día bombardeaban Kronstadt, uno de los varios ataques a unidades soviéticas del verano en el Báltico, donde el 18 de junio ya habían hundido un crucero soviético.[25]

Por su parte, los bolcheviques tomaron Pskov el 8 de septiembre de 1919, dejando a Yudénich sin bases en territorio ruso y a merced de los estonios.[13]

Campaña contra Petrogrado

Trotski, pasando revista a las tropas. Enviado con urgencia a Petrogrado, coordinó la defensa y logró evitar la toma de la ciudad por las unidades de Nikolái Yudénich.

Las unidades de Yudénich, unos 17 000 hombres, 57 cañones pesados y 700 ligeros y dos trenes blindados además de seis tanques británicos con operarios británicos,[23]​ comenzaron su ofensiva contra Petrogrado el 28 de septiembre de 1919 logrando notables victorias, como la toma de Luga, cortando la comunicación ferroviaria entre Petrogrado y Pskov.[26]​ A pesar de las continuas deserciones, que habían comenzado en cuanto las unidades entraron en territorio ruso,[2]​ sus tropas capturaron nuevamente Iamburg[27]​ el 11 de octubre de 1919.[26]​ Durante los combates para tomar esta localidad, sin embargo, quedó destruido el puente sobre el Luga, lo que dificultó el avance de los trenes y tanques de Yudénich.[27]

El 17 de octubre de 1919 caía Gatchina,[27]​ centro ferroviario hacia la antigua capital.[26]​ El mismo día, gracias al apoyo de la artillería naval británica, otras unidades se acercaban a la fortaleza de Krasnaya Gorka, aún más cerca de Petrogrado.[27]​ Cuatro días más tarde tomaron los altos de Pulkovo, que dominaban Petrogrado.[26][28]​ El VII Ejército Rojo, con unos 25 000 soldados y encargado de la defensa de la ciudad se hallaba muy desmoralizado, y su comandante desertó a Yudénich.[28]

Convencida de la próxima toma de la ciudad, la III división de Yudénich cometió el error de marchar contra la urbe sin cortar la línea férrea que la unía a Moscú.[26][29][27]León Trotski, enviado a toda prisa a coordinar la defensa de la ciudad[27]​ el 16 de octubre de 1919,[28]​ utilizó este ferrocarril para transportar refuerzos y abastos a la misma.[30][27]​ Trotski, opuesto a la evacuación de Petrogrado como sopesaban algunos bolcheviques,[28]​ formó brigadas de trabajadores que levantaron pronto una gran línea de defensa[28]​ que las unidades de Yudénich no lograron penetrar.[30]​ Los defensores de la ciudad contaban con unos 100 000 hombres contra los 15 000 atacantes, pero tenían escaso armamento para oponerse al avance de los tanques de Yudénich.[29]

El 21 de octubre de 1919 el avance del Ejército del Noroeste se había detenido.[30][27]​ Esa misma noche los bolcheviques retomaban las colinas de Pulkovo y Tsárskoye Seló.[30]​ Yudénich carecía de reservas para lanzar un contraataque y hubo de retirarse precipitadamente.[29]​ Un nuevo intento de lograr el auxilio finlandés había sido firmemente rechazado por el nuevo Gobierno de Helsinki, privando a Yudénich de la ayuda necesaria para sostener el cerco y tomar la ciudad.[31]

Ampliamente reforzados, el VII y XV Ejércitos Rojos atacaron desde el Este y el Sur a las fuerzas de Yudénich, expulsándolas de Gatchina el 3 de noviembre de 1919.[32][31]Luga caía en sus manos cuatro días más tarde y el aniversario de la Revolución de Octubre (7 de noviembre de 1919) se unían ambas fuerzas a las puertas de Iamburg,[32]​ que capturaron en 14 de noviembre.[31]​ A mediados de mes los restos del Ejército de Noroeste, muy debilitados por una epidemia de tifus,[31]​ se encontraban arrinconados contra la frontera estonia, que las autoridades del país se negaban a dejarles cruzar sin desarmarlos, a pesar de las peticiones reiteradas de Yudénich.[32]​ El 25 de noviembre los mandos militares británicos comunicaban a Londres que, a efectos prácticos, el Ejército había dejado de existir.[31]​ Los soviéticos, a pesar de los deseos de Trotski de perseguir a Yudénich en territorio estonio, detuvieron su persecución en la frontera, exigiendo únicamente el desarme e internamiento de las tropas enemigas.[31]

Retirada y disolución

Ante la desesperada situación de los soldados y los refugiados que les acompañaban, las unidades fueron desarmadas para poder ingresar en Estonia,[29]​ quedando el Ejército y el gobierno de Yudénich disueltos oficialmente el 5 de diciembre de 1919.[33][29]​ Estonia firmó un armisticio con los soviéticos el 31 de diciembre de 1919, seguido de un tratado de paz el 2 de febrero de 1920.[29][34]

Protegido por los británicos, Yudénich abandonó Tallin hacia el exilio a comienzos de 1920, dejando atrás a cerca de 10 000 soldados y 20 000 refugiados en condiciones espantosas.[33]

Notas y referencias

  1. a b c d e Ullman (1968), p.254
  2. a b c d e f Figes (1998), p. 671
  3. a b Lincoln (1989), p. 287
  4. a b c d e f g h Ullman (1968), p.255
  5. a b c d e f Lincoln (1989), p. 288
  6. a b Ullman (1968), p.259
  7. a b c d Lincoln (1989), p. 291
  8. a b c d Figes (1998), p. 672
  9. a b Ullman (1968), p.265
  10. a b Ullman (1968), p.266
  11. a b Ullman (1968), p.267
  12. Lincoln (1989), p. 292
  13. a b c Lincoln (1989), p. 293
  14. Ullman (1968), p.268
  15. Ullman (1968), p.270
  16. Ullman (1968), p.271
  17. a b c Ullman (1968), p.274
  18. Ullman (1968), p.272
  19. Ullman (1968), p.275
  20. Ullman (1968), p.277
  21. Ullman (1968), p.279
  22. Ullman (1968), p.281
  23. a b c Ullman (1968), p.283
  24. Ullman (1968), p.282
  25. a b Ullman (1968), p.273
  26. a b c d e Lincoln (1989), p. 296
  27. a b c d e f g h Ullman (1968), p.284
  28. a b c d e Figes (1998), p. 673
  29. a b c d e f Figes (1998), p. 674
  30. a b c d Lincoln (1989), p. 298
  31. a b c d e f Ullman (1968), p.285
  32. a b c Lincoln (1989), p. 299
  33. a b Lincoln (1989), p. 300
  34. Ullman (1968), p.286

Bibliografía

  • Figes, Orlando (1998). A people's tragedy: the Russian Revolution, 1891-1924 (en inglés). Penguin Books. p. 923. ISBN 9780140243642. 
  • Lincoln, W. Bruce (1989). Red Victory: A History of the Russian Civil War (en inglés). Simon & Schuster. p. 637. ISBN 0671631667. 
  • Ullman, Richard H. (1968). Intervention and the War. Britain and the Russian Civil War, Vol. II (en inglés). Princeton University Press. p. 395. OCLC OL20921546M.