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Las primeras ediciones son mucho más extensas, incluyen la traducción al latín de los vocablos y, en algunos casos, dan ejemplos de su uso, especialmente en forma de dichos populares, y reseñan parte de su evolución. Un dato curioso es que aparece ''muger'' (‘mujer’) siguiendo la usanza de la época. La entrada de la letra ''x'', es interesante y muestra la riqueza de las primeras ediciones. Reproducimos un fragmento de lo que muestra la 3.ª [[edición]] de [[1791]]:
Las primeras ediciones son mucho más extensas, incluyen la traducción al latín de los vocablos y, en algunos casos, dan ejemplos de su uso, especialmente en forma de dichos populares, y reseñan parte de su evolución. Un dato curioso es que aparece ''muger'' (‘mujer’) siguiendo la usanza de la época. La entrada de la letra ''x'', es interesante y muestra la riqueza de las primeras ediciones. Reproducimos un fragmento de lo que muestra la 3.ª [[edición]] de [[1791]]:


{{cita|'''x.''' Vigésima tercia letra en el orden de nuestro alfabeto, y décima octava de las consonantes. Es semivocal, y tomada de los latinos, entre los cuales tenía el valor de dos consonantes; y unas veces fuerza de ''[[c]]'' y ''[[s]]'', y otras de ''g'' y ''s''. En castellano conservamos el sonido de la ''c'' y ''s'', como en ''examen'', ''exotico''; pero el de la ''[[g]]'' y la ''s'' lo convertimos en otro mucho más fuerte y gutural, tanto que no la distinguimos de la ''[[j]]'', o ''g'' fuerte; como en ''xamugas'', ''exército''. La ''X'' se usa por transmutación en lugar de otras letras en voces que vienen de otras lenguas; como : se muda la S en X en las voces latinas ''vesica'', ''inserere'', que nosotros volvemos ''vexiga'', é ''inxerir'', y las dos ''ss'' del italiano ''basso'', que nosotros volvemos ''baxo''.}}
{{cita|'''x.''' Vigésima tercia letra en el orden de nuestro alfabeto, y décima octava de las consonantes. Es semivocal, y tomada de los latinos, entre los quales tenía el valor de dos consonantes; y unas veces fuerza de ''[[c]]'' y ''[[s]]'', y otras de ''g'' y ''s''. En castellano conservamos el sonido de la ''c'' y ''s'', como en ''exâmen'', ''exôtico''; pero el de la ''[[g]]'' y la ''s'' lo convertimos en otro mucho más fuerte y gutural, tanto que no la distinguimos de la ''[[j]]'', o ''g'' fuerte; como en ''xamugas'', ''exército''. La ''X'' se usa por transmutación en lugar de otras letras en voces que vienen de otras lenguas; como : se muda la S en X en las voces latinas ''vesica'', ''inserere'', que nosotros volvemos ''vexiga'', é ''inxerir'', y las dos ''ss'' del italiano ''basso'', que nosotros volvemos ''baxo''.}}


Menciona otras transmutaciones: ''xaga'' en ''chaga'' y luego en ''llaga'', y el de ''xapeo'' en ''chapeo''. Otro dato que ofrece es que la ''[[x]]'' se obtiene juntando dos ''[[v]]'', con lo que explica el valor de diez (cinco más cinco) en los números romanos.
Menciona otras transmutaciones: ''xaga'' en ''chaga'' y luego en ''llaga'', y el de ''xapeo'' en ''chapeo''. Otro dato que ofrece es que la ''[[x]]'' se obtiene juntando dos ''[[v]]'', con lo que explica el valor de diez (cinco más cinco) en los números romanos.

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El Diccionario de la lengua española (DRAE) es el diccionario normativo del idioma español o castellano editado y elaborado por la Real Academia Española (RAE). Su primera edición data de 1780, siendo la última la 22.ª edición, de 2001. A partir de abril de 2005 se puede consultar en Internet (DRAE) un avance de la 23.ª edición (la 22.ª con parte de los cambios que incluirá la 23.ª edición) que se publicará en 2013 con motivo del tercer centenario de la institución.[actualizar]

Se lo considera el principal diccionario y autoridad de consulta del español. El diccionario incluye palabras de uso común extendido, al menos en un ámbito representativo de entre aquellos en los que se habla el español o castellano; además incluye numerosos arcaísmos y vocablos hoy desusados, para entender la literatura castellana antigua. Desde la 22.ª edición se ha aumentado el número de acepciones propias de los países hispanohablantes, cuyas Academias de la Lengua forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

A menudo se abrevia en forma de siglas, DRAE —por Diccionario de la Real Academia Española—, aunque su nombre oficial, a partir de la 15.ª edición, sea Diccionario de la lengua española. La RAE lo denomina muchas veces «Diccionario usual».

Orígenes y desarrollo del diccionario

La elaboración de un diccionario del español o castellano fue una de las primeras tareas que se impuso la RAE al ser fundada en 1713, editando en primer lugar el Diccionario de autoridades (1726-1739, en 6 volúmenes). Con base en esta obra se elabora como resumen el DRAE propiamente, que tiene su primera edición en 1780. El título completo de esta edición era Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia Española, reducido a un tomo para su más fácil uso. Las razones enunciadas en el prólogo para la publicación de este diccionario eran la necesidad de que el público tuviera acceso a un diccionario entre el lapso de la primera edición del diccionario de autoridades y la tardanza en la publicación de una segunda edición corregida y ampliada de este, ofreciéndose esta alternativa de más fácil uso y menor costo. Ya en su segunda edición pasó a ser el principal diccionario, dejando de lado la elaboración de su fuente, el de autoridades. Este último no ha sido actualizado desde 1793.

La primera edición del diccionario en un solo volumen tuvo nuevas ediciones en 1783, 1791, 1803 y 1815. Desde esta quinta edición se titulará simplemente Diccionario de la lengua castellana, con ediciones en el siglo XIX de 1822, 1832, 1837, 1843, 1852, 1869, 1884 y 1899, con la que se alcanzaba la decimotercera.

El siglo XX se inicia con la edición de 1914. En la decimoquinta publicación, de 1925, cambia la denominación de lengua castellana para pasar a denominarse Diccionario de la lengua española. Otras ediciones de ese siglo fueron las de 1936-1939, 1947, 1956, 1970 y 1984, que hacía la vigésima edición. La vigesimoprimera de 1992 ofreció una edición más rústica en dos volúmenes, a la que se añadiría su versión en CD-ROM, que apareció en 1995. 2001 inicia las versiones del DLE del siglo XXI, que ofrece una versión consultable en línea. De su primera versión en un tomo hasta la actual, el repertorio léxico prácticamente ha duplicado su número.

La primera edición de 1780 del diccionario usual ofrecía las etimologías de las palabras, pero este dato fue desestimado en la edición tres años posterior. Las etimologías fueron de nuevo incorporadas en la edición de 1970.

Ediciones del DRAE (año y edición)

Soportes utilizados por el DRAE

Hasta la vigésima primera edición el soporte utilizado fue el papel. En esa edición, además de su edición tradicional como libro, fue editado en CD-ROM. Con la vigesimasegunda edición se mantuvieron los dos formatos y además se hizo un nuevo aporte al introducir el diccionario en Internet y de acceso libre por parte de todos los usuarios. Esta última versión digital está a caballo entre la última edición impresa y la que será la vigésima tercera, facilitando definiciones de palabras que serán modificadas en esa futura edición.

Curiosidades del DRAE

En la cuarta edición del DRAE (1803) se fija y se incorporan al castellano los dígrafos ch y ll como letras separadas y parte de la ordenación alfabética. Dicha decisión es cambiada en 1994 (X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española), donde los dos dígrafos se ordenan en su lugar correspondiente en el alfabeto latino. También se cambia en 1803 la x por la j cuando su pronunciación corresponde al sonido gutural de la j (excepto en vocablos como mexicano, México, Texas, etc., que la conservan aunque siga pronunciándose /j/, en español), y se elimina el acento circunflejo (^).

Las primeras ediciones son mucho más extensas, incluyen la traducción al latín de los vocablos y, en algunos casos, dan ejemplos de su uso, especialmente en forma de dichos populares, y reseñan parte de su evolución. Un dato curioso es que aparece muger (‘mujer’) siguiendo la usanza de la época. La entrada de la letra x, es interesante y muestra la riqueza de las primeras ediciones. Reproducimos un fragmento de lo que muestra la 3.ª edición de 1791:

x. Vigésima tercia letra en el orden de nuestro alfabeto, y décima octava de las consonantes. Es semivocal, y tomada de los latinos, entre los quales tenía el valor de dos consonantes; y unas veces fuerza de c y s, y otras de g y s. En castellano conservamos el sonido de la c y s, como en exâmen, exôtico; pero el de la g y la s lo convertimos en otro mucho más fuerte y gutural, tanto que no la distinguimos de la j, o g fuerte; como en xamugas, exército. La X se usa por transmutación en lugar de otras letras en voces que vienen de otras lenguas; como : se muda la S en X en las voces latinas vesica, inserere, que nosotros volvemos vexiga, é inxerir, y las dos ss del italiano basso, que nosotros volvemos baxo.

Menciona otras transmutaciones: xaga en chaga y luego en llaga, y el de xapeo en chapeo. Otro dato que ofrece es que la x se obtiene juntando dos v, con lo que explica el valor de diez (cinco más cinco) en los números romanos.

Títulos del Diccionario

  • Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia Española, título entre la 1.ª (1780) y 4.ª (1803)
  • Diccionario de la lengua castellana por la Real Academia Española, título entre 5.ª (1817) y 14.ª edición (1914)
  • Diccionario de la lengua española, 15.ª edición (1925) en adelante.

Referencias

Enlaces externos