Diferencia entre revisiones de «Sábado»

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El '''sábado''' es el septimo (en realidad) día de la [[semana]].
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En varios países todavía se utiliza el sistema anterior, que ubicaba al sábado como séptimo y último día de la semana.<ref>Acerca del sistema que considera al sábado como séptimo y último día de la semana, consulte el artículo «[[semana]]».</ref>
En varios países todavía se utiliza el sistema anterior, que ubicaba al sábado como séptimo y último día de la semana.<ref>Acerca del sistema que considera al sábado como séptimo y último día de la semana, consulte el artículo «[[semana]]».</ref>

Revisión del 22:00 5 jun 2010

El sábado es el septimo día de la semana.

Estampa en la que aparece el dios Yahvé descansando sobre la Tierra, en La Biblia en imágenes (1851-1860), de Julius Schnorr von Carolsfeld (1794-1872).

En varios países todavía se utiliza el sistema anterior, que ubicaba al sábado como séptimo y último día de la semana.[1]

Etimología

El término español «sábado» proviene del griego sábbaton, y este a su vez del hebreo: shabbâth: ‘reposo’, ‘día de reposo’, que deriva del verbo shâbath: ‘cesar’, ‘descansar’, ‘guardar el sábado’.

El sábado y la «Biblia»

Desde los albores de la historia la semana de 7 días ha sido conocida y aceptada como medida de tiempo (Gn. 7:4, 10; 8:10, 12; 29:27). Puesto que su duración no depende de los movimientos de ninguno de los cuerpos celestes, y no hay manera de trazar su origen aparte del relato de la creación que encontramos en Gn. 1 y 2, la aceptación por parte del hombre de la semana de 7 días en aquellas primeras épocas se remonta al hecho de que Dios estableció el 7º día de la semana como día de reposo, bendición y santificación. Los períodos usados por nuestra cultura contemporánea tienen todos su base en hechos científicos. El año es el tiempo que el mundo demora en dar una vuelta completa alrededor del sol. El mes es el tiempo que la luna demora en girar alrededor de la tierra. El día es el tiempo que la tierra demora en dar un giro completo sobre su propio eje. El ciclo semanal es el único período que encuentra su explicación en la Biblia. Increíblemente, desde la creación del mundo y hasta la fecha, el ciclo semanal nunca ha sido quebrando. Hay quienes sostienen que la semana se origina en las cuatro estaciones de la luna, pero en ningún lugar de la historia existe evidencia de ello. En cambio sí la hay de que los siete días de la semana se registran por primera vez en la Biblia, 2,500 años a.C. El argumento de que los días de la semana se basan en los siete planetas del sistema solar con palabras de orígen latino, es también erróneo porque los romanos y el Latín llegaron a existir más de 15 siglos después de que se registró la existencia de la semana, y por otro lado, los planetas del sistema solar no son 7 sino 10. Queda entonces claramente establecido que el ciclo semanal y el día sábado se originan en la primera semana del registro bíblico de la creación, unos 4,000 años antes de Cristo. El día de reposo semanal, instituido al final de la semana de la creación y observado por los primeros habitantes del mundo, luego por los judíos y posteriormente por los cristianos, durante toda la época abarcada por la historia bíblica. Cuando Dios acabó de crear la tierra, "reposó el día séptimo de toda la obra que hizo" (Gn. 2:1,2). La 1ª aparición de la palabra Sábado en la historia y en las Escrituras se encuentra en Ex. 16:21-30, en relación con la caída del maná antes de la llegada de Israel al monte Sinaí. Dios puso énfasis en la importancia del 7º día de la semana, como día de descanso, al proporcionar una doble ración en el día 6º y nada en el 7º. Este milagro semanal comenzó el 2º mes después de la partida de Israel de Egipto (vs 1, 14, 15), y duró 40 años, hasta el mes 1º (Jos. 5:10-12; cf Ex. 12:2-11; 16:35), es decir, más de 2.000 Sábados semanales sucesivos.

Notas

  1. Acerca del sistema que considera al sábado como séptimo y último día de la semana, consulte el artículo «semana».

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