Diferencia entre revisiones de «Hispanofobia»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Mikel M (discusión · contribs.)
Sin resumen de edición
m Deshecha la edición 36942893 de Mikel M (disc.)
Línea 16: Línea 16:
| año = 2007
| año = 2007
| editorial = España: Catarata
| editorial = España: Catarata
| id = ISBN: 978-84-8319-326-6}}</ref> Existen diferentes lugares donde el antiespañolismo llega a ser un fenómeno mediático, político y social. En algunas regiones de España como [[Cataluña]], [[Baleares]], [[Galicia]], la [[CAV]] y [[Navarra]], el antiespañolismo se ha convertido en una bandera política y electoral por parte de grupos de carácter nacionalista y/o separatista.
| id = ISBN: 978-84-8319-326-6}}</ref> Existen diferentes lugares donde el antiespañolismo llega a ser un fenómeno mediático, político y social. En algunas regiones de España como [[Cataluña]], [[Baleares]], [[Galicia]], el [[País Vasco]] y [[Navarra]], el antiespañolismo se ha convertido en una bandera política y electoral por parte de grupos de carácter nacionalista y/o separatista.


Su origen, que puede situarse en el [[siglo XVI]], se vincula con la denominada [[leyenda negra]], término con el que algunos autores designan los textos y rumores surgidos en el seno de algunas monarquías europeas, especialmente la británica, tendentes a desprestigiar las acciones de la [[Corona Española]]. A finales del [[siglo XIX]], el antiespañolismo adquirió una nueva perspectiva, esta vez dentro del propio territorio español, que fue cobrando forma conforme se iban configurando los nacionalismos periféricos, principalmente el [[nacionalismo vasco|vasco]].
Su origen, que puede situarse en el [[siglo XVI]], se vincula con la denominada [[leyenda negra]], término con el que algunos autores designan los textos y rumores surgidos en el seno de algunas monarquías europeas, especialmente la británica, tendentes a desprestigiar las acciones de la [[Corona Española]]. A finales del [[siglo XIX]], el antiespañolismo adquirió una nueva perspectiva, esta vez dentro del propio territorio español, que fue cobrando forma conforme se iban configurando los nacionalismos periféricos, principalmente el [[nacionalismo vasco|vasco]].

Revisión del 21:50 11 may 2010

El antiespañolismo o hispanofobia[1][2]​es un fenómeno de dimensión nacional e internacional, que consiste en la aversión por España o por la cultura e idioma español.[3]​ El término también puede utilizarse en referencia a quienes tienen repulsa por el españolismo como doctrina política.[4]​ Existen diferentes lugares donde el antiespañolismo llega a ser un fenómeno mediático, político y social. En algunas regiones de España como Cataluña, Baleares, Galicia, el País Vasco y Navarra, el antiespañolismo se ha convertido en una bandera política y electoral por parte de grupos de carácter nacionalista y/o separatista.

Su origen, que puede situarse en el siglo XVI, se vincula con la denominada leyenda negra, término con el que algunos autores designan los textos y rumores surgidos en el seno de algunas monarquías europeas, especialmente la británica, tendentes a desprestigiar las acciones de la Corona Española. A finales del siglo XIX, el antiespañolismo adquirió una nueva perspectiva, esta vez dentro del propio territorio español, que fue cobrando forma conforme se iban configurando los nacionalismos periféricos, principalmente el vasco.

Aunque el propio antiespañolismo podría darse como motivo de autocrítica, contra seguidores que profesan fanatismo en el españolismo.

Antiespañolismo externo

La «leyenda negra»

Ilustración de Theodor de Bry (15281598) inspirada en un pasaje de la Brevísima de Fray Bartolomé de Las Casas, cuyos textos contribuyeron a difundir la llamada «Leyenda negra».

La llamada leyenda negra puede considerarse como el antecedente más remoto del antiespañolismo. Surgió en el siglo XVI, en el contexto de las rivalidades imperialistas entre las principales potencias de la época, y fue utilizada como arma política por las monarquías europeas, entre las que cabe destacar la francesa y, especialmente, la inglesa.

Inicialmente tenía como eje central la figura de Felipe II, de quien se ponían en cuestión no sólo sus decisiones de gobierno, sino también su propia personalidad e integridad moral. Con el paso de los siglos, la leyenda negra fue extendiéndose a todos los aspectos de la cultura española, propagando la imagen de un país intransigente y oscurantista.

La leyenda negra hilvana rumores sin fundamento y sucesos reales. Entre los primeros, figuran supuestos crímenes perpetrados por Felipe II, al que se le acusaba del asesinato su hijo don Carlos, de su esposa Isabel de Valois y de su secretario Juan de Escobedo, además de cometer incesto con su hermana doña Juana.

Entre los hechos históricos, la leyenda negra se ha alimentado, en muy alta medida, de las políticas religiosas llevadas a cabo en España desde el siglo XVI. Su activo papel en la Contrarreforma, la evangelización de América o las persecuciones de la Inquisición son aspectos que han contribuido a forjar lo que algunos investigadores califican como «uno de los fenómenos propagandísticos que ha contado con un mayor éxito a lo largo de los siglos» (César Vidal)[5]​ y otros como un «síndrome victimista» con el que el Estado Español ha redimido tradicionalmente sus disfunciones históricas (Ricardo García Cárcel).[6]

Hispanofobia en la América española

Es el resultado de las medidas tomadas por los gobiernos independientes americanos que arranca en el proceso de las guerras de independencia en contra la población española. Los crímenes de las guerras de independencia y las leyes de expulsión se cebaron sobre miles de familias españolas de toda condición, afectando con mayor severidad a los más humildes o a los de mayor arraigo en el país, en un ambiente de creciente de hostilidad contra todo lo español.

Antiespañolismo como propaganda internacional

En épocas más recientes, el antiespañolismo ha sido utilizado con fines propagandísticos, como arma de combate para la resolución de conflictos de índole económica, a escala internacional.

Es el caso de la denominada guerra del fletán, ocurrida entre 1994 y 1995, cuando España y Canadá se enfrentaron por el control de un importante caladero en el océano Atlántico. La propaganda antiespañola fue una de las bazas utilizadas por Canadá en la defensa de sus intereses económicos. Este país fomentó una imagen de España poco respetuosa con el medio ambiente y los recursos alimenticios. Tal fue la repercusión mundial de esta campaña que las autoridades españolas pusieron en marcha un plan de contraataque, a través fundamentalmente de Internet, que recurría igualmente a mensajes propagandísticos.[7]

En 2001, se produjo una situación similar. La crisis de Aerolíneas Argentinas, que estaba en manos de Iberia, fue el origen de un brote de antiespañolismo entre los argentinos, quienes culparon a España del hundimiento de la citada compañía, recriminación que hicieron extensiva a otras facetas de la economía del país. El brote antiespañolista fue utilizado propagandísticamente por las autoridades políticas para desviar la atención sobre la delicada coyuntura económica de Argentina. El entonces presidente argentino, Fernando de la Rúa, llegó a acusar públicamente a España de la crisis generada.[8]

Antiespañolismo interno

El antiespañolismo interno se originó a finales del siglo XIX, en el contexto de la consideración de los Estados como naciones y la crisis de la conciencia nacional española, puesta de manifiesto tras el desastre de 1898 con la pérdida de las colonias. Estos factores, junto con otros, contribuyeron al florecimiento dentro de España de los nacionalismos y regionalismos. Algunas de estas concepciones presentaban en sus orígenes componentes antiespañolistas más o menos acentuados, que, aún en la actualidad, se mantienen en algunos casos, de acuerdo con la definición antes ofrecida de antiespañolismo.

Antiespañolismo vasco

Fotografía de Sabino Arana.
Grafiti antiespañolista en San Sebastián (País Vasco).

La aversión por España es uno de los fundamentos históricos del nacionalismo vasco, surgido a finales del siglo XIX como un movimiento que ensalzaba las cualidades étnicas de los vascos, en contraposición a otros pueblos vecinos, como franceses y, especialmente, españoles.[9]

Sabino Arana, considerado el padre del nacionalismo vasco, fue el máximo exponente de este planteamiento. Solicitó abiertamente la independencia del País Vasco con respecto a España y manifestó claramente su antiespañolismo, a partir de un discurso de carácter étnico, en el que achacaba a los inmigrantes de otras zonas españolas, denominados maketos, la pérdida de los rasgos propios vascos.

Su reivindicación por el reconocimiento de una nacionalidad vasca le llevó a fundar el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y a crear las aún actuales señas de identidad del nacionalismo vasco, como la ikurriña.

En el contexto de la época y siguiendo el estilo imperante en los diferentes movimientos políticos y socioculturales,[10][11][12]​ sus discursos políticos eran directos y frecuentemente insultantes. En uno de sus artículos iniciales, La ceguera de los vizcaínos, publicado en 1894, argumentaba de la siguiente forma: «vuestra raza [por los vascos], singular por sus bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad ni con la raza española, ni con la francesa, que son sus vecinas, ni con raza alguna del mundo, era la que constituía a vuestra Patria Bizkaya; y vosotros, sin pizca de dignidad y sin respeto a vuestros padres, habéis mezclado vuestra sangre con la española o maketa».[13]

Aún más contundente se mostraba en este párrafo, donde arengaba a los vascos en estos términos: «os habéis hermanado y confundido con la raza más vil y despreciable de Europa [por los españoles], y estáis procurando que esta raza envilecida sustituya a la vuestra en el territorio de vuestra Patria».

Tras ser encarcelado por diversos delitos de opinión y clausurados los periódicos y sedes del PNV, fue moderándose tanto por la presencia de elementos sotistas menos radicales, como por la influencia de la exitosa Lliga Regionalista catalana.[1]. Al final de su corta carrera política, consideró incluso la renuncia al independentismo, dando un giro radical a sus tesis primigenias. En uno de sus textos de 1902, un año antes de su muerte, abogaba por «una autonomía lo más radical posible dentro de la unidad del Estado español» y expresaba que «hay que hacerse españolistas y trabajar con toda el alma por el programa que se trace con este carácter... No hay que desaprovechar las energías que una juventud noble y generosa derrocha en esta patriótica campaña (...) No... Ahora, a fundar el partido españolista y a explotar a España». Pese a ello, finalmente designó como sucesor a una persona de reconocido independentismo.

Desde entonces, el nacionalismo vasco ha pendulado históricamente entre posturas independentistas y otras más pragmáticas, que postulan una concepción federalista, dando lugar a diversas escisiones en las que además cobraba importancia el elemento religioso del partido.(Aberri, Comunión Nacionalista Vasca o ANV).

La victoria electoral del PNV en 1917, quince años después de su muerte, supuso el reconocimiento social de sus postulados.

Durante la dictadura franquista, una vez exiliados los líderes nacionalistas e imposibilitada la vía política, surgió un grupo radical, que derivó en organización terrorista, que propugnó el asesinato como medio para conseguir los objetivos nacionalistas, ETA. Ésta, que pervive en la actualidad, ha asesinado desde entonces a más de 800 personas. La actividad de ETA fundamentó un aumento de la represión durante el franquismo.

El PNV ha gobernado en el País Vasco desde 1980, una vez restaurada la democracia en España, hasta 2009 que llega al poder el PSE Partido Socialista de Euskadi. Existen otros partidos que también propugnan la ideología nacionalista, principalmente Eusko Alkartasuna (EA), que se escindió del PNV en 1986, y Aralar, además de un sector autodenominado izquierda abertzale.

El antiespañolismo continúa siendo una de la principales señas de identidad de una gran parte de estas corrientes políticas, incluido, a juicio de determinados analistas, el PNV. Es el caso del catedrático de Historia Contemporánea José Luis de la Granja Sainz, quien defiende que el PNV «no sólo no ha revisado los dogmas de Sabino Arana, sino que se ha reafirmado en el aranismo».[14]

Por su parte, el también catedrático Antonio Elorza, además de historiador y ensayista, considera que las tesis de Arana perviven en la actualidad dentro del nacionalismo vasco ortodoxo: «desde Lizarra, e incluso antes, desde 1995, ha habido un salto atrás [en referencia al PNV], cuya génesis quien lea la cascada de escritos antiespañoles de Sabino (...) estará en condiciones de apreciar».[15]

Antiespañolismo catalán

A diferencia del nacionalismo vasco, el catalán no ha esgrimido, en sus orígenes, la bandera del antiespañolismo, al menos desde el punto de vista de la contraposición étnica. Para el escritor, periodista y político Vicenç Villatoro, este movimiento surgió a finales del siglo XIX, en plena crisis de la Guerra de Cuba, como una exaltación de la contribución socioeconómica de la sociedad catalana al conjunto de España. La percepción de que Cataluña era la «punta de lanza de la industrialización en la Península», en un contexto de «fracaso organizativo y político en el conflicto militar», generó «una demanda de regeneración, que el catalanismo hizo suya». Según Villatoro este proyecto político, en origen, «no es solamente para la Cataluña estricta, sino que quiere transformar España».[16]

Esta visión regeneracionista del Estado Español estuvo presente, incluso, en los orígenes de algunos partidos que actualmente abogan por la independencia de Cataluña. Es el caso de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que defendió, en el primer tercio del siglo XX, una fórmula federalista para España, que pusiera fin a un Estado «retrógrado y anclado en las viejas estructuras decimonónicas», tal y como puede leerse en su página web oficial.[17]

El giro independentista que se produjo en el seno de este partido en la década de los ochenta vino acompañado de una potenciación del antiespañolismo. Aunque esta idea no se refleja explícitamente en sus manifiestos oficiales, ciertas acciones públicas respaldadas por ERC apuntan a que se encuentra vigente. Así ocurrió, por ejemplo, en diciembre de 2005, con diversos actos de protesta, auspiciados por las juventudes de este partido, en los que se animaba a la gente a arrancar hojas de la Constitución Española.[18]

El fenómeno del antiespañolismo alcanzó en otoño de 2007 una fuerte dimensión social, que obtuvo una amplia repercusión mediática. Diferentes manifestaciones celebradas en distintos puntos de Cataluña, en las que los asistentes quemaban fotografías del Rey Juan Carlos, además de banderas españolas, generaron un intenso debate político, con cruces de acusaciones entre el PSOE y el PP.[19]

Ciertos sectores de la sociedad catalana consideran que el antiespañolismo no se limita a los grupos independentistas, sino que se encuentra arraigado en las instituciones públicas. Ésta es la opinión del actor, director de teatro y dramaturgo Albert Boadella, quien critica que el antiespañolismo haya sido «promovido desde las escuelas, desde algunos medios de comunicación y desde una parte muy notable de la cultura catalana. El resultado es que un buen catalán actual tiene que ser antiespañol».[20]

Similares planteamientos animaron a varios intelectuales y profesionales catalanes —entre los que se encontraba el propio Boadella— a fundar en 2005 la plataforma Ciutadans de Catalunya (Ciudadanos de Cataluña), que dio origen al partido Ciudadanos. Entre sus principios ideológicos se encuentran el rechazo del nacionalismo identitario, la defensa de las libertades individuales y el bilingüismo (únicamente en las comunidades con otra lengua oficial que el castellano).[21]​ La plataforma recibió un tímido soporte electoral en las elecciones generales de marzo de 2008, aunque obtuvo representación en el parlamento catalán en las autonómicas de 2007.

Referencias

  1. Maura, J.F.(2006) "La hispanofobia a través de algunos textos de la conquista de América: de la propaganda política a la frivolidad académica". Bulletin of Spanish Studies 83.2: 213-240
  2. García Cárcel, R. (1999) "Orígenes de la hispanofobia". Historia 16, 196, pp.25-29 ISSN 0210-6353
  3. «Giner y las raíces del antiespañolismo». Madrid, España: Libertad Digital. 2004. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  4. Taibo, Carlos (2007). Nacionalismo español. Esencias, memorias e instituciones. España: Catarata. ISBN: 978-84-8319-326-6. 
  5. Vidal, César (2000). Los residuos de la leyenda negra. España. ISSN 1577-6921. Consultado el 2007. 
  6. «Leyenda negra y autocrítica». Madrid, España: Diario ABC. 2007. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  7. Torres Romay, Emma (2003). «Internet y la propaganda: el nacimiento de la red como medio propagandístico durante «la guerra del fletán» (1995)». Revista Latina de Comunicación Social (Universidad de La Laguna) (La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), España). ISSN 1138-5820. Consultado el 2007. 
  8. «De la Rúa culpa a España de la crisis de Aerolíneas». Madrid, España: Diario El Mundo. 2001. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  9. Fernández Ulloa, Teresa (2003). «La fuerza del mito en el discurso político nacionalista de Sabino Arana Goiri». Tonos (Revista Electrónica de Estudios Filológicos), Universidad de Murcia (Murcia, España). ISSN 1577-6921. Consultado el 2007. 
  10. «Historia de la Historiografía Costarricense». Costa Rica: Editorial de la Historia de Costa Rica. 2001. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  11. «Literatura regionalista extremeña». España: Escritores de Extremadura. n/d. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  12. «El regeneracionsimo científico de Ramón y Cajal». Zaragoza, España: Universidad de Zaragoza. n/d. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  13. de Guezala, Luis (1995). «El pensamiento de Sabino Arana y Goiri a través de sus escritos (selección y presentación de textos de Sabino Arana)». Fundación Sabino Arana (Bilbao, España). ISBN 84-88464-06-1. 
  14. «Historia de un partido-comunidad». Madrid, España: Diario El Mundo. 2003. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  15. «El prisma nacionalista». Madrid, España: Diario El País. 2000. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  16. «Los nuevos horizontes del nacionalismo catalán». España: La factoría. 2000. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  17. Historia de ERC en su página web oficial (en catalán)
  18. «El PSC califica de «estúpidos» algunos actos de las juventudes de ERC y dice que deberían «aprender un poco»». Madrid, España: Diario 20 minutos. 2005. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  19. «Queman más fotos del Rey y ahorcan un muñeco con su efigie en Barcelona». Madrid, España: Diario El Mundo. 2007. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  20. «Albert Boadella (entrevista)». Madrid, España: Diario El Mundo. 2005. Consultado el 2007.  Parámetro desconocido |Autor= ignorado (se sugiere |autor=) (ayuda)
  21. Per un nou partit polític a Catalunya (primer manifiesto de la Associació Ciutadans de Catalunya), en la página web oficial de esta plataforma (en catalán)

Véase también