Concilio de Barcelona (599)
El II concilio de Barcelona se celebró en la iglesia de la Santa Cruz de esta ciudad el 1 de noviembre del año 599, durante el reinado de Recaredo.
Fue de carácter provincial, convocado por orden del papa Gregorio Magno, que envió como su legado a España y Francia al abad Ciriaco con la misión de combatir la simonía.[1][2] Estuvo presidido por el obispo metropolitano de Tarragona Asiático, y contó con la presencia de otros once prelados de la provincia eclesiástica, a saber: Ugnas de Barcelona, Simplicio de Urgel, Aquilino de Ausona, Julián de Tortosa, Munio de Calahorra, Galano de Ampurias, Froisclo de Tortosa,[3] Juan de Gerona, Máximo de Zaragoza, Amelio de Lérida e Ilergio de Egara.
Las actas del concilio no fueron incluidas en la Colección canónica Hispana; el conocimiento que de las mismas ha llegado hasta nosotros proviene de su inclusión en el Códice emilianense.[4] Según éste, en el concilio se decretaron cuatro cánones relativos a cuestiones de disciplina eclesiástica: se prohibió que el obispo recibiera ofrendas a cambio de la provisión de cargos eclesiásticos o de la administración del crisma, se dispuso la obligatoriedad de que los religiosos ascendiesen en el escalafón eclesiástico gradualmente, sin posibilidad de ser nombrados por el rey o el clero, y se decretó que los que violasen el voto de castidad fuesen excomulgados.[5][6]
Referencias
[editar]- ↑ Narcís Feliu de la Penya: Anales de Cataluña, tomo I, p. 184.
- ↑ César Baronio: Annali ecclesiastici, anno 599, 22.
- ↑ La razón de que Julián y Froisclo firmen a la vez como obispos de Tortosa es que el segundo había sido obispo arriano hasta que en el III Concilio de Toledo de 589 abjuró, reservándosele la sede.
- ↑ Mª Adelaida Andrés Sanz,Carmen Codoñer Merino: La Hispania visigótica y mozárabe, p. 319.
- ↑ Enrique Flórez, Manuel Risco: España sagrada, tomo XXIX, pp. 282-284.
- ↑ Juan Tejada y Ramiro reproduce los cánones en Colección de cánones de la Iglesia española, tomo II, pp. 690-692.