Celedonio Pereda

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Celedonio Vicente Pereda Ayarragaray (Buenos Aires, 4 de octubre de 1923-24 de febrero de 1983) fue un estanciero y dirigente patronal rural argentino, cabeza del grupo empresario de base rural de la Familia Pereda, que fuera uno de los principales grupos económicos de la Argentina.[1]​ Presidió la Sociedad Rural Argentina entre 1972 y 1978 y fue uno de los líderes de la Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias (APEGE), que fue una de las principales organizaciones que impulsaron la dictadura cívico-militar que tomó el poder el 24 de marzo de 1976.[2]​ No debe ser confundido con su hermano, Vicente Celedonio Pereda Ayarragaray (nacido en 1927), ni con su padre, Celedonio Vicente Pereda Girado (1888-1970).

Biografía[editar]

Celedonio Vicente Pereda Ayarragaray nació en Buenos Aires el 4 de octubre de 1923. Su padre fue Celedonio Vicente Pereda Girado (1888-1970), un rico estanciero argentino fundador del grupo económico de la Familia Pereda,[1]​ y su madre fue María Adela Ayarragaray Piñeyro. En la década de 1950 se casó con Matilde Born, perteneciente al grupo Bunge y Born.

A la muerte de su padre en 1970, pasó a liderar el grupo económico de la Familia Pereda. En 1972, accedió a la presidencia de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, el 14 de agosto de 1975, en representación de la SRA, fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias (APEGE) con el fin de «corregir el rumbo» contra «la insistencia oficial en actualizar las mismas argucias y recetas que han motivado reducción del nivel de vida de la población».[3]

Vicente Muleiro dice:

En el 76 los civiles van más allá: arman ―al solo fin dictatorial― la Asamblea Gremial Empresaria (APEGE), donde confluyen los grandes grupos empresarios y la Sociedad Rural. Ahí juegan fuerte Jorge Aguado, Jorge Zorreguieta, Armando Braun, Celedonio Pereda y Osvaldo Cornide, entre otros.
Vicente Muleiro, en 1976: el golpe civil[4]

En octubre de 1975 la Sociedad Rural Argentina y otras organizaciones rurales patronales, decretaron un "durísimo paro agrario nacional" contra el gobierno, que duró once días. El paro produjo una reducción considerable del área sembrada y desabastecimiento de varios productos rurales.[5]

En febrero de 1976 la APEGE lanzó un plan de lucha y declaró un lockout general para el 16 de febrero, que ha sido generalizadamente considerado como uno de los antecedentes directos del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.[6]​ Los empresarios convocaron «al País» a adherir al lockout con el lema «Porque todos los argentinos son víctimas de un proceso que conduce inexorablemente a la disgregación y el caos».[3]​ Uno de los principales cuestionamientos de Asamblea empresarial se enfocó contra el «constante aumento del poder sindical», «la desmedida influencia de una conducción sindical no representativa» «(pseudorigentes)» y lo que consideraba una «entrega el país al sindicalismo continuando su camino hacia el marxismo».[3]

El paro patronal fue severamente criticado por diversas organizaciones como las Juventudes Políticas, e incluso algunas organizaciones empresarias, denunciando sus fines golpistas.[3]​ En el movimiento obrero varios sindicatos la cuestionaron, como la Uocra, que publicó un comunicado llamando a los trabajadores «a no prestarse al juego que, sustentado por un espíritu sectario, diversos sectores empresarios instrumentaron con el propósito de sacudir los cimientos de la República, a través de una rotura del orden constitucional».[3]​ Las 62 Organizaciones, por su parte publicaron una solicitada en los diarios con el título en mayúsculas de «NO AL LOCK-OUT PATRONAL»:

Cabe destacar que, en esta emergencia, no son las entidades más o menos tradicionales de la industria y el comercio las que lanzan la consigna del llamado “paro.” Asociaciones como la Confederación General Económica, CGE, y Confederación de la Industria Argentina, CINA, acaban de aclarar categóricamente que no se sumarán al inminente “lock out”. Las que lo auspician son recientes, de escasa o discutible representatividad. Son las “formaciones especiales” del gorilismo de extracción patronal. (…) En esas huestes que arden en deseos de ensayar el drástico recurso obrero de la huelga, casi nunca empleado sino cuando no cabe otro, predominan los fabricantes de vacas, actividad que –por respetable que puedan ser en general –suelen confiar a la naturaleza, tan pródiga en nuestra tierra. Ese dato define, mejor que cualquier otro, la composición social del comando huelguístico de la oligarquía (…) Figuran también en esas filas los desubicados de siempre. ¿Qué esperan los almaceneros, por ejemplo, de la Sociedad Rural? ¿Qué vincula a la Cámara de la Construcción con los distribuidores de carne, frutas u hortalizas? Creemos saber que los une, en realidad: un común comando que parece haber llegado a creer que una dictadura resolvería sus problemas.

Una vez instalada la dictadura, la Sociedad Rural Argentina, bajo la gestión de Celestino Pereda, aportó al gobierno de la dictadura a uno de sus principales dirigentes, Jorge Zorreguieta, quien se desempeñó simultáneamente como subsecretario de Agricultura de la Nación (1976-1979) y presidente de la Junta Nacional de Granos.[7]

Murió el 24 de febrero de 1983.

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. a b «Evolución patrimonial y rentabilidad de un grupo empresarial rural: los Pereda (1888-1945)». História Econômica & História de Empresas (Brasil: Associação Brasileira de Pesquisadores em História Econômica) 22: 143-171. 2019. ISSN 1519-3314. 
  2. Muleiro, Vicente (8 de marzo de 2001). «La conspiración civil. El golpe con traje y corbata». Clarín. Archivado desde el original el 12 de agosto de 2017. Consultado el 4 de marzo de 2017. 
  3. a b c d e Bustingorry, Horacio Raúl (2007). «Historia de Apege. La huelga patronal del 16 de febrero de 1976». XI Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia (San Miguel de Tucumán.: Departamento de Historia. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Tucumán). 
  4. «1976: el golpe civil». Fondo de Cultura Económica. 
  5. «Cronología: la protesta agraria en nuestra historia». La Nación. 2 de octubre de 2008. Archivado desde el original el 27 de junio de 2015. Consultado el 3 de febrero de 2015. «1975- Paro agrario contra el gobierno peronista. En octubre de 1975, cuando los precios de exportación no cubrían ni los gastos de producción y la inflación hacía que un par de zapatos costaran lo mismo que dos vacas, estalló un durísimo paro agrario nacional contra el gobierno de María Estela Martínez de Perón. Las entidades agrarias decretaron 11 días de paro sin enviar hacienda al Mercado de Liniers. En ese momento, el área cultivada de maíz de la campaña 1975-1976 alcanzó a 3.705.000 hectáreas, una importante reducción del 4% en relación al año anterior. Este movimiento, junto al plan de lucha de la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias), en febrero de 1976, contribuirían a debilitar aún más el gobierno peronista.» 
  6. «Cronología: la protesta agraria en nuestra historia». La Nación. 2 de octubre de 2008. Archivado desde el original el 27 de junio de 2015. Consultado el 3 de febrero de 2015. 
  7. «Los gauchos de Martínez de Hoz». Clarín. 18 de marzo de 2001. Archivado desde el original el 24 de septiembre de 2006. Consultado el 2 de febrero de 2021.