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Azúcar añadido

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Azúcar blanco siendo pesado en la báscula para un pastel.

Los azúcares añadidos o azúcares libres son carbohidratos azucarados (edulcorantes calóricos) que se añaden a los alimentos y bebidas en algún momento antes de su consumo.[1]​ Entre ellos se incluyen los carbohidratos añadidos (monosacáridos y disacáridos) y, de forma más general, los azúcares presentes de forma natural en la miel, el jarabe, los zumos de fruta y los concentrados de zumo de fruta.[2][3]​ Los azúcares añadidos pueden adoptar múltiples formas químicas, como la sacarosa (azúcar de mesa), la glucosa (dextrosa) y la fructosa.

El consenso médico sostiene que los azúcares añadidos aportan poco valor nutricional a los alimentos,[1]​ lo que ha dado lugar a una descripción coloquial como «calorías vacías». El consumo excesivo de azúcar está correlacionado con una ingesta calórica excesiva y un mayor riesgo de aumento de peso y de otras enfermedades.[1][4][5]​ Según estudios, las personas que consumen entre el 17 % y el 21 % de sus calorías diarias procedentes de azúcares añadidos tienen un riesgo un 38 % mayor de morir por enfermedad cardiovascular en comparación con las que consumen el 8 % de sus calorías diarias procedentes de azúcares añadidos.[6]

En Australia, los azúcares añadidos pueden incluir la sacarosa o el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa, ambos compuestos principalmente por aproximadamente la mitad de glucosa y la mitad de fructosa.[7]​ Otros tipos de azúcares añadidos son los azúcares de remolacha y de caña, el jarabe de malta, el jarabe de arce, el azúcar de mesa, el edulcorante de fructosa, la fructosa líquida, el concentrado de zumo de frutas, la miel y la melaza.[7][8]​ Los tipos más comunes de alimentos que contienen azúcares añadidos son las bebidas azucaradas, incluida la mayoría de las gaseosas, y también los postres y aperitivos dulces, que representan el 20% del consumo diario de calorías,[1]​ el doble del límite máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).[1]​ Según un estudio de 2012 sobre el uso de edulcorantes calóricos y no calóricos en unos 85.000 productos alimenticios y bebidas, el 74 % de los productos contenían azúcar añadido.[7][9]

Recorriendo el mundo

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Las bebidas azucaradas contienen un jarabe mezcla de los monosacáridos glucosa y fructosa formado por sacarificación hidrolítica del disacárido sacarosa. La biodisponibilidad de los hidratos de carbono líquidos es mayor que la de los azúcares sólidos, según el tipo de azúcar y la velocidad estimada de digestión.[10]​ Existen pruebas de una relación positiva y causal entre la ingesta excesiva de zumos de frutas y el aumento del riesgo de padecer algunas enfermedades metabólicas crónicas.[3]

Directrices

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Según la nación Mexicana (NM)

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En 2003, la NM definió los azúcares libres principalmente definiendo el término Glúcido hidrato de carbon o «carbohidrato» en elementos que se relacionan más directamente con el impacto sobre la salud que con una definición química, y a raíz de metaestudios relativos a las enfermedades crónicas, la obesidad y la caries dental [11]​ Junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la OMS publicó una pirámide alimentaria revisada que divide la dieta en grupos más orientados a la salud, recomendando que un máximo del 10% de la dieta de un individuo proceda de azúcares libres.[12]​ Las empresas azucareras cuestionaron el informe de la OMS por sugerir que el consumo de azúcares libres dentro de la pirámide alimentaria solo debería ascender a un máximo diario del 10 %, y que no debería haber una ingesta mínima de azúcar.[2][12][13][14]

En 2015, la OMS publicó una nueva directriz sobre la ingesta de azúcar para adultos y niños como resultado de una amplia revisión de las pruebas científicas disponibles realizada por un grupo multidisciplinar de expertos. La directriz recomienda que tanto adultos como niños reduzcan la ingesta de azúcares libres a menos del 10 % de la ingesta energética total.[15]

En 2016, el azúcar añadido se añadió a la versión revisada de la etiqueta de información nutricional y se le asignó un valor diario de 50 gramos o 200 calorías al día para una dieta de 2000 calorías.[16][17]

Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria

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En febrero de 2022, los científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluyeron que el consumo de azúcar es una causa conocida de caries dental, y que las pruebas también vinculan el consumo de bebidas azucaradas, zumos y néctares con diversas enfermedades metabólicas crónicas, como la obesidad, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y la diabetes de tipo 2. La EFSA declaró: «Hemos concluido con que existen incertidumbres sobre el riesgo de enfermedades crónicas para las personas cuyo consumo de azúcares añadidos y libres es inferior al 10% de su ingesta total de energía".[18]

Asociación Estadounidense del Corazón

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En 2018, la ingesta diaria de azúcar recomendada por la American Heart Association para los hombres es de 9 cucharaditas o 36 gramos (1,3 oz) al día, y para las mujeres, 6 cucharaditas o 25 gramos (0,88 oz) al día.[5]​ El consumo excesivo de azúcares en alimentos y bebidas puede aumentar el riesgo de varias enfermedades.[5]

Véase también

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Referencias

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  1. a b c d e H Allen, Lindsay; Prentice, Andrew (2012). Encyclopedia of Human Nutrition 3E (en inglés). Academic Press. ISBN 978-0-12-384885-7. 
  2. a b «Guideline: Sugars intake for adults and children». Organización Mundial de la Salud (en inglés). Geneva. 2015. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  3. a b EFSA Panel on Nutrition, Novel Foods and Food Allergens (NDA); Turck, Dominique; Bohn, Torsten; Castenmiller, Jacqueline; de Henauw, Stefaan; Hirsch‐Ernst, Karen Ildico; Knutsen, Helle Katrine; Maciuk, Alexander et al. (2022-02). «Tolerable upper intake level for dietary sugars». EFSA Journal (en inglés) 20 (2). PMC 8884083. PMID 35251356. doi:10.2903/j.efsa.2022.7074. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  4. «Get the facts: Added sugars» (en inglés estadounidense). US Centers for Disease Control and Prevention. 28 de noviembre de 2021. 
  5. a b c «Sugar 101». Asociación Estadounidense del Corazón (en inglés). 17 de abril de 2018. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  6. Mackey, Christian; Plegue, Melissa A; Deames, Marian; Kittle, Matthew; Sonneville, Kendrin R; Chang, Tammy (2018-01). «Family physicians’ knowledge, attitudes, and behaviors regarding the weight effects of added sugar». SAGE Open Medicine (en inglés) 6: 205031211880124. ISSN 2050-3121. PMC 6146324. PMID 30245821. doi:10.1177/2050312118801245. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  7. a b c «Hidden in Plain Sight». University of California at San Francisco (en inglés). SugarScience. 17 de noviembre de 2013. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  8. Committee on Examination of Front-of-Package Nutrition Ratings Systems and Symbols; Institute of Medicine (21 de diciembre de 2010). Examination of Front-of-Package Nutrition Rating Systems and Symbols: Phase I Report (en inglés). National Academies Press. p. 6. ISBN 978-0-309-18652-0. 
  9. Ng, Shu Wen; Slining, Meghan M.; Popkin, Barry M. (2012). «Use of Caloric and Noncaloric Sweeteners in US Consumer Packaged Foods, 2005-2009». Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics (en inglés) 112 (11): 1828-1834.e6. ISSN 2212-2672. PMC 3490437. PMID 23102182. doi:10.1016/j.jand.2012.07.009. 
  10. Englyst, Klaus N.; Englyst, Hans N. (2005-07). «Carbohydrate bioavailability». British Journal of Nutrition (en inglés) 94 (1): 1-11. ISSN 1475-2662. PMID 16115326. doi:10.1079/BJN20051457. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  11. Baltz, Courtney (2020). «TaxRx: Ultra-Processed Foods, Added Sugar, and the Social Cost of Obesity». Food and Drug Law Journal (en inglés) 75: 38. 
  12. a b Sibbald, Barbara (10 de junio de 2003). «Sugar industry sour on WHO report». CMAJ: Canadian Medical Association Journal (en inglés) 168 (12): 1585. ISSN 0820-3946. PMID 12796354. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  13. Ydstie, John (24 de abril de 2003). «Sugar Industry Takes on the World Health Organization» (en inglés). NPR. 
  14. Boseley, Sarah; McMahon, Jean (2003-10). «Political Context of the World Health Organization: Sugar Industry Threatens to Scupper the WHO». International Journal of Health Services (en inglés) 33 (4): 831-833. ISSN 0020-7314. doi:10.2190/U0MW-WM82-N5BH-E20C. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  15. «Guideline: Sugars intake for adults and children». Organización Mundial de la Salud (en inglés). Geneva. 2015. Archivado desde el original el 17 de agosto de 2015. 
  16. «Added Sugars on the Nutrition Facts Label». Nutrition (en inglés) (FDA). 9 de agosto de 2024. Consultado el 1 de septiembre de 2024. 
  17. Charles, Dan (20 de mayo de 2016). «An 'Added Sugar' Label Is On The Way For Packaged Food». NPR (en inglés). 
  18. «Added and free sugars should be as low as possible». EFSA (en inglés).