A lo largo de su carrera, Moser-Pröll se proclamó campeona de la Copa del Mundo en seis ocasiones, cinco de ellas consecutivas (1971-75). Tiene 62 victorias individuales en la Copa del Mundo, tercera por detrás de Mikaela Shiffrin y Lindsey Vonn en el apartado femenino. En porcentaje de victorias (carreras ganadas de las inscritas), su porcentaje del 35,4%[1] es el segundo después de Mikaela Shiffrin, que ha ganado el 37,5%[2] de sus carreras. Ganó cinco títulos de Campeona del Mundo (3 de descenso, 2 de combinada) y una medalla de oro olímpica. De todas las esquiadoras, es la que ha ganado más carreras de una sola disciplina de forma consecutiva (11 carreras de descenso: las ocho de la temporada de la Copa del Mundo 1972-73, más las tres primeras de la temporada siguiente).
El camino hasta su primera y única medalla de oro olímpica fue bastante largo: En los Juegos Olímpicos de Invierno de 1972 de Sapporo, Japón, fue considerada la clara favorita para el descenso y el eslalon gigante, pero en ambas pruebas terminó segunda por detrás de Marie-Theres Nadig, de Suiza. Tras ganar un quinto título consecutivo en la general y en descenso, interrumpió su carrera deportiva para cuidar de su padre enfermo,[3] aquejado de cáncer de pulmón. Se perdió toda la 1975-76 temporada de la Copa del Mundo, incluyendo los 1976 Juegos Olímpicos de Invierno en Innsbruck, en su país natal, Austria.[4] Tras la muerte de su padre en junio de 1976, reanudó la competición de esquí y enseguida se situó entre las mejores, con el segundo puesto en la clasificación general de la Copa del Mundo durante dos temporadas (1977, 1977-78), y ganó el título general por sexta vez en la 1979. En las Olimpiadas de Invierno de 1980 en Lake Placid, EE.UU., terminó su extraordinaria carrera ganando la medalla de oro en descenso - con su rival de 1972 Marie-Theres Nadig de nuevo en el podio, como medallista de bronce.[5]