Tras conocer la marcha de los cruzados, los búlgaros se retiraron a mejores posiciones en el área de Boruy (Stara Zagora). En la noche se enviaron a los bizantinos capturados y el botín al norte de los montes Balcanes y se acercaron en formación de batalla al campamento latino, que no estaba fortificado. Acometieron al enemigo de madrugada. Los cruzados debían contener el feroz embate búlgaro para dar tiempo a los demás para prepararse para la batalla. Si bien la mayoría de los latinos llegaron a formar, sus escuadrones sufrieron copiosas bajas infligidas por los numerosos y experimentados arqueros búlgaros. La caballería búlgara consiguió llegar hasta donde se contemplaban las bridas latinas y atacaron a sus principales fuerzas. En la batalla que siguió, los cruzados perdieron muchos hombres y el mismísimo emperador Enrique quedó enredado y escapó a duras penas; un caballero logró cortar la cuerda con su espada y protegió a Enrique con su cuerpo de las flechas búlgaras. Al final, los cruzados obligaron a la caballería búlgara retroceder y luego el ejército latino comenzó a retirarse a Plovdiv en formación de batalla.
Referencias
Йордан Андреев, Милчо Лалков, Българските ханове и царе, Велико Търново, 1996.