Caballería ligera
El término caballería ligera hace referencia a las tropas montadas que estaban débilmente protegidas y armadas y que destacaban por su velocidad, en contraposición con la caballería pesada, la cual estaba generalmente fuertemente armada y protegida pero no tan veloces. Las tropas de caballería ligera se empleaban para misiones de reconocimiento, escaramuzas y asaltos y solían estar armadas con lanzas, espadas, arcos y posteriormente pistolas.
Se usó pocas veces en la Antigua Grecia y en tiempos de la República y el Imperio romano, a pesar de que sí se empleaban soldados auxiliares montados. Por el contrario, las hordas de guerreros procedentes del interior de Asia utilizaban muy a menudo este tipo de fuerzas. Los hunos, turcos, mongoles y húngaros se convirtieron en unos temibles adversarios para los soldados procedentes de Europa.
Con el declive del feudalismo y la caballería en Europa, la caballería ligera empezó a emplearse de forma masiva en los ejércitos de las principales potencias de Occidente. Muchos de los caballeros ligeros europeos se equiparon con armas de fuego, a diferencia de sus predecesores, los cuales se armaban con arcos. Los ejemplos más significativos de la caballería ligera europea son los húsares, los cazadores a caballo, los ulanos y los dragones.
Tácito describe a este tipo de fuerza en su obra Anales.[1]
Franz von Suppé, compositor austrohúngaro, creó una opereta con el nombre de Caballería Ligera (Leichte Kavallerie) estrenada el 21 de marzo de 1866 en el Carltheater de Viena.