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Diferencia entre revisiones de «Pueblo de indios»

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* [http://www.corazones.org/lugares/latino_a/paraguay/reducciones/a_reducciones.htm ''Las reducciones jesuíticas: testimonio de amor cristiano y evangelización. 1606-1767'']
* [http://www.corazones.org/lugares/latino_a/paraguay/reducciones/a_reducciones.htm ''Las reducciones jesuíticas: testimonio de amor cristiano y evangelización. 1606-1767'']
* [http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/11328312/articulos/RCHA9595110241A.PDF Abdón YARANGA VALDERRAMA: Las «reducciones», uno de los instrumentos del etnocidio. Universidad de París VIII] (PDF)
* [http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/11328312/articulos/RCHA9595110241A.PDF Abdón YARANGA VALDERRAMA: Las «reducciones», uno de los instrumentos del etnocidio. Universidad de París VIII] (PDF)
* [http://www.chiquitania.com/ La gran Chiquitania]: El último paraíso (Inglés).


[[Categoría:Colonización española de América]]
[[Categoría:Colonización española de América]]

Revisión del 08:37 3 may 2011

Ruinas de la reducción jesuítica de San Ignacio Miní en la provincia de Misiones, Argentina.

Las reducciones de indios eran núcleos de población en la que se debían reasentar los indígenas en la América española, separados de las ciudades donde vivían los españoles.

Etimología

La palabra Reducciones viene del latín “reducti” que significa “llevados”. Los indígenas, convertidos, eran entonces "llevados" a la fe cristiana.

Historia

Ya desde los inicios de la presencia española en América, la Corona se había interesado por la constitución de pueblos indígenas según los términos españoles. La evolución de esto se ve plasmada en los diferentes documentos que la Corona va emitiendo: Instrucciones a Ovando (1501); las Leyes de Burgos (1512) y las Leyes Nuevas (1542). En las "Instrucciones..." (a Nicolás Ovando), la Corona ordenaba que los llamados 'indios' vivieran en los pueblos de los españoles (favoreciendo lo más posible la asimilación de la población indígena en detrimento de esta). Las Leyes de Burgos, primer código de los españoles en las Indias, encargaban a los encomenderos el adoctrinamiento de los indígenas que tuvieran encomendados, y a los indígenas les ordenaba vivir cerca de los poblados de los españoles, porque con la conversación continua que con ellos tendrán, como con ir a la iglesia los días de fiesta a oír misa y los oficios divinos, y ver cómo los españoles lo hacen, más pronto lo aprenderán.

Sin embargo, los abusos de los encomenderos y, sobre todo, el carácter "evangelizador" del Estado castellano, que fundaba sus derechos sobre las tierras y personas de las Indias en el encargo papal de evangelizar a los indígenas, le hizo organizar los esfuerzos necesarios para facilitar el trabajo de los misioneros, para lo que era imprescindible la concentración de los indígenas en pueblos y ciudades al estilo castellano, si bien separados de los españoles. Al mismo tiempo, para que la Corona pudiese ofrecer a los nativos protección y servicios, era preciso que la recaudación de los impuestos fuese eficaz, lo que no se podría realizar si la población vivía dispersa. De esta forma, puede deducirse que el sistema de reducciones no sólo tenía propósitos misioneros y evangelizadores, sino que también tuvo unos fines de carácter demográfico, económico y político.

La organización efectiva de las reducciones data de 1531, según las instrucciones comunicadas a la segunda Audiencia de Nueva España. En cada reducción de indios debía haber una iglesia, atendida por un cura doctrinero (para adoctrinar a los indígenas en la religión católica; he aquí el propósito evangelizador). El sostenimiento del sacerdote corría a cuenta de los tributos que los nativos estaban obligados a pagar (y aquí el propósito político y tributario). El régimen de vida en las reducciones era comunitario y los bienes de las reducciones (incluidas las tierras) pertenecían a la reducción, sin que pudiesen ser enajenados.

La mayoría de las reducciones fueron incorporadas a la corona española, aunque también se dieron a particulares en concepto de encomiendas. El conjunto de reducciones incorporadas a la corona recibió el nombre de corregimiento, a cuyo mando estaba un corregidor. Sin embargo, esto trajo consigo el aumento de la corrupción, puesto que el cargo de corregidor era comprado y no conllevaba sueldo, lo que provocó todo tipo de extorsiones.

Los franciscanos y, fundamentalmente, los jesuitas organizaron también reducciones, siendo estas últimas las que alcanzaron mayor desarrollo, organización y relevancia, especialmente en Paraguay.

En cualquier caso, es preciso tener presente que la aplicación del sistema de reducciones no fue el mismo en Nueva España que el Virreinato del Perú (que incluía el propio Perú o Paraguay). Merece especial atención la obra del oidor Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán, fundador de los llamados pueblos-hospitales. O el virrey del Perú Francisco de Toledo, organizador y promotor del sistema de reducciones en el Virreinato del Perú. Toledo fue también el responsable de que los jesuitas aceptaran trabajar en el sistema de reducciones.

Véase también

Enlaces externos