Diferencia entre revisiones de «Arancedo»

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Durante la [[Edad Media]] la población de Arancedo, se concentra en torno a la existencia de un puesto de Azores al que aluden reiteradamente las crónicas. La primera referencia documental al actual núcleo urbano de Arancedo se remonta al año [[976]], en el testamento en que el [[Conde Froilán Velaz]] y la Condesa Gislavara hacen donación del monasterio de Santa María de [[Cartavio]] a la Iglesia de [[San Salvador]] de [[Oviedo]]. En dicho documento se comprende dentro de las pertenencias del monasterio, un núcleo urbano, al que se da ya la consideración de villa, y en el que se contiene una referencia a la existencia de aztoreras o puestos de azores, que como es conocido para los naturales del lugar, son todavía al día de hoy las rapaces más abundantes del pueblo. Con posterioridad, en el año [[1090]] encontramos una nueva referencia al núcleo poblacional de Arancedo en la disputa e inventario por unos siervos entre Santa María de Cartavio, ''Suarón'' y ''Alvam'', en el se hace asignación de los pobladores de Arancedo al [[monasterio de Cartavio]], conteniéndose nuevamente una referencia expresa al puesto de Azores:''et dixerunt pro illo monte Arancedo cum suis aztoribus quod est cartaviensis''.<ref>''«Liber testamentorum ovetensis, Divisio inter Sanctam Mariam et Suaronem et Aluam»'', 71vb11-72rB5</ref>
Durante la [[Edad Media]] la población de Arancedo, se concentra en torno a la existencia de un puesto de Azores al que aluden reiteradamente las crónicas. La primera referencia documental al actual núcleo urbano de Arancedo se remonta al año [[976]], en el testamento en que el [[Conde Froilán Velaz]] y la Condesa Gislavara hacen donación del monasterio de Santa María de [[Cartavio]] a la Iglesia de [[San Salvador]] de [[Oviedo]]. En dicho documento se comprende dentro de las pertenencias del monasterio, un núcleo urbano, al que se da ya la consideración de villa, y en el que se contiene una referencia a la existencia de aztoreras o puestos de azores, que como es conocido para los naturales del lugar, son todavía al día de hoy las rapaces más abundantes del pueblo. Con posterioridad, en el año [[1090]] encontramos una nueva referencia al núcleo poblacional de Arancedo en la disputa e inventario por unos siervos entre Santa María de Cartavio, ''Suarón'' y ''Alvam'', en el se hace asignación de los pobladores de Arancedo al [[monasterio de Cartavio]], conteniéndose nuevamente una referencia expresa al puesto de Azores:''et dixerunt pro illo monte Arancedo cum suis aztoribus quod est cartaviensis''.<ref>''«Liber testamentorum ovetensis, Divisio inter Sanctam Mariam et Suaronem et Aluam»'', 71vb11-72rB5</ref>


La asignación de la aldea al [[monasterio de Cartavio]], no debió de ser completa. En un documento del cartulario de [[Villanueva de Oscos]] del año [[1153]], [[28 agosto]], se refiere a un donación otorgada por Honega Ramírez, en el que dona al abad D. Guillermo y al [[monasterio de Villanueva de Oscos]] la mitad de una heredad, llamada Villar de Piantés en [[Miudes]] pero cuyos linderos comprenden gran parte de la actual parroquía de Arancedo.
La asignación de la aldea al [[monasterio de Cartavio]], no debió de ser completa. En un documento del cartulario de [[Villanueva de Oscos]] del año [[1153]], [[28 agosto]], se refiere a un donación otorgada por Honega Ramírez, en el que dona al abad D. Guillermo y al [[monasterio de Villanueva de Oscos]] la mitad de una heredad, llamada Villar de Piantés en [[Miudes]] pero cuyos linderos comprenden gran parte de la actual parroquía de Arancedo.<ref>Vid. [http://tematico.asturias.es/cultura/ridea/ConsultaBoletines/PDFs/102-06.PDF Floriano Llorente, Pedro. ''Colección diplomática de Villanueva de Oscos'', Boletín de Estudios Asturianos, RIDEA, 1981 nº 102 ] </ref>


En el año [[1056]] tuvo lugar un pleito entre la iglesia ovetense con la nobleza de la comarca sobre el [[Monasterio de Cartavio]] y el [[castillo del Aguilar]], que resultará determinante para la historia de Arancedo. En dicho pleito el [[obispo don Froilán]] alegaba que tanto el monasterio como el castillo eran propios de la Iglesia de Salvador de Oviedo, y que como tales venían siendo poseídos por la sede ovetense pacíficamente desde tiempos del Conde don Froilán Velaz y después de su muerte, por los obispos de Oviedo, Don Bermudo y don Gudesteo, y que habiendo fallecido Adegani, prelado de la misma sede, se apoderó violentamente de las dichas posesiones doña Eldonza y que por tanto las tenía sin ningún derecho. Afirmaba lo contrario doña Eldonza, mandó el Rey don [[Bermudo III de León|Bermudo]] que se hiciesen averiguaciones acerca de las personas a quienes tocaba el dominio del monasterio y castillo. Se averiguó que el obispo decía verdad en todo lo que aseguró del derecho que tenía su catedral. Entonces mandó el Rey al juez designado para el caso, Anaya Anáyaz, que decidiese este pleito. El juez determinó que las partes litigantes se presentasen con las escrituras y testigos. La condesa y Munio Peláez confesaron que no tenían escritura alguna en su favor pero presentaron dos testigos llamados Menendo Arias y Álvaro Garcesa. El [[obispo Froilán de Oviedo|obispo don Froilán]] no sólo se presentó con dos testigos nombrados y abonados, que fueron Fernando, el Tesorero de la Catedral de Oviedo y Aureolo, primi-clero de la misma iglesia, sino también hizo presentes dos escrituras que comprobaban el derecho de su sede. La primera fue el testamento del Conde Froilán Velaz y de la Condesa Gislavara su mujer, los cuales, en el año [[976]] concedieron al obispo de Oviedo don Bermudo y a su iglesia, el monasterio de Santa María fundado entre los ríos [[Navia]] y [[Porcía]] en el lugar que se decía [[Cartavio]] que estaba a la ribera del mar. Ofrecieron también por el mismo testamento después de otras posesiones y villas, el castillo sobre el que versaba el pleito. ''«Concedimos, -dicen-, adhuc suprafate sedi illum castellum de Aquilares iuxta ipsum praedictum [[monasterio de Cartavio]] in ora mariis situum cum ómnibus bonis suis intus foris»''. La segunda escritura fue el testamento que el [[Ramiro III de León|rey don Ramiro]], precediendo el consentimiento de su madre doña Ximena, hace con su mujer doña Urraca en favor del [[monasterio de Cartavio]], el cual testamento se halla con este título «commissum de Cartavio quod fecit Ramirus rex», y que consta datado en la era de 1.016, año 978. Examinados los testigos y reconocidos los instrumentos presentados por don [[obispo Froilán de Oviedo|Froilán]], no tuvo dificultad el Juez Anaya Anáyaz en sentenciar el pleito en favor del Obispo y de su iglesia, a cuya sentencia se ajustó luego la condesa doña Eldonza y Munio Peláez confesando ingenuamente en presencia del Rey y de la Reina y de los otros caballeros de la corte, que sin derecho alguno y con toda violencia habían retenido el expresado Monasterio. Éste junto con el [[castillo de Aguilar]] fue puesto en poder de la catedral de Oviedo por medio de dos ministros uno llamado Marcito, que hacía las veces doña Eldonza y de Munio Peláez, y otro llamado Millán que fue nombrado por el Rey para este caso. <ref>Vid. ESPAÑA SAGRADA, Publisher varies: vols. 1-3, impr. de la Real academia de la historia. trat. LXXXIV, Cap. II pág. 78</ref>
En el año [[1056]] tuvo lugar un pleito entre la iglesia ovetense con la nobleza de la comarca sobre el [[Monasterio de Cartavio]] y el [[castillo del Aguilar]], que resultará determinante para la historia de Arancedo. En dicho pleito el [[obispo don Froilán]] alegaba que tanto el monasterio como el castillo eran propios de la Iglesia de Salvador de Oviedo, y que como tales venían siendo poseídos por la sede ovetense pacíficamente desde tiempos del Conde don Froilán Velaz y después de su muerte, por los obispos de Oviedo, Don Bermudo y don Gudesteo, y que habiendo fallecido Adegani, prelado de la misma sede, se apoderó violentamente de las dichas posesiones doña Eldonza y que por tanto las tenía sin ningún derecho. Afirmaba lo contrario doña Eldonza, mandó el Rey don [[Bermudo III de León|Bermudo]] que se hiciesen averiguaciones acerca de las personas a quienes tocaba el dominio del monasterio y castillo. Se averiguó que el obispo decía verdad en todo lo que aseguró del derecho que tenía su catedral. Entonces mandó el Rey al juez designado para el caso, Anaya Anáyaz, que decidiese este pleito. El juez determinó que las partes litigantes se presentasen con las escrituras y testigos. La condesa y Munio Peláez confesaron que no tenían escritura alguna en su favor pero presentaron dos testigos llamados Menendo Arias y Álvaro Garcesa. El [[obispo Froilán de Oviedo|obispo don Froilán]] no sólo se presentó con dos testigos nombrados y abonados, que fueron Fernando, el Tesorero de la Catedral de Oviedo y Aureolo, primi-clero de la misma iglesia, sino también hizo presentes dos escrituras que comprobaban el derecho de su sede. La primera fue el testamento del Conde Froilán Velaz y de la Condesa Gislavara su mujer, los cuales, en el año [[976]] concedieron al obispo de Oviedo don Bermudo y a su iglesia, el monasterio de Santa María fundado entre los ríos [[Navia]] y [[Porcía]] en el lugar que se decía [[Cartavio]] que estaba a la ribera del mar. Ofrecieron también por el mismo testamento después de otras posesiones y villas, el castillo sobre el que versaba el pleito. ''«Concedimos, -dicen-, adhuc suprafate sedi illum castellum de Aquilares iuxta ipsum praedictum [[monasterio de Cartavio]] in ora mariis situum cum ómnibus bonis suis intus foris»''. La segunda escritura fue el testamento que el [[Ramiro III de León|rey don Ramiro]], precediendo el consentimiento de su madre doña Ximena, hace con su mujer doña Urraca en favor del [[monasterio de Cartavio]], el cual testamento se halla con este título «commissum de Cartavio quod fecit Ramirus rex», y que consta datado en la era de 1.016, año 978. Examinados los testigos y reconocidos los instrumentos presentados por don [[obispo Froilán de Oviedo|Froilán]], no tuvo dificultad el Juez Anaya Anáyaz en sentenciar el pleito en favor del Obispo y de su iglesia, a cuya sentencia se ajustó luego la condesa doña Eldonza y Munio Peláez confesando ingenuamente en presencia del Rey y de la Reina y de los otros caballeros de la corte, que sin derecho alguno y con toda violencia habían retenido el expresado Monasterio. Éste junto con el [[castillo de Aguilar]] fue puesto en poder de la catedral de Oviedo por medio de dos ministros uno llamado Marcito, que hacía las veces doña Eldonza y de Munio Peláez, y otro llamado Millán que fue nombrado por el Rey para este caso. <ref>Vid. ESPAÑA SAGRADA, Publisher varies: vols. 1-3, impr. de la Real academia de la historia. trat. LXXXIV, Cap. II pág. 78</ref>


El pleito documentado en el [[Liber Testamentorum|Liber Testamentorum Ovetensis]], entra en contradicción con lo que sabemos de Arancedo por el [[Libro Registro de Corias]]. Este documento pone el origen de los dominios de [[Corias]] sobre el Monasterio de [[Miudes]] y el lugar de Arancedo en la donación otorgada en el año 1042 por el Conde Piniolo Jiménez y la condesa Eldoncia del monasterio miutense edificado junto al río Armazá. Lo cierto es que tras el pleito del año 1056, en el que doña Eldoncia se allana a las pretensiones del Obispo, no resulta claro la titularidad de aquellos lugares. Los documentos posteriores que se refieren a la mandación cartaviense, significan que lo que gozan los obispos es de un préstamo o prestimonio que era un modo de concesión temporal de los beneficios a cambio de una merced y ciertamente el documento que sirve al pleito del año [[1056]], aún puesto en duda por los estudiosos se refiere a un comiso o encomienda del Monasterio de Miudes por parte del Rey Ramiro, no a una donación. Por otra parte sabemos que el [[Monasterio de Corias]] fue perceptor de parte de los diezmos de la Iglesia de [[Miude]]s y después de la de Arancedo hasta bien entrado el siglo XIX, lo que se corresponde con la existencia de un prestimonio sobre estos lugares. Sin embargo no resulta clara en modo alguno la cuestión.
El dominio de los obispos sobre el Monasterio no fue de forma directa, sino que estos delegaron el ejercicio de sus funciones en el [[Monasterio de Corias]] superior del monasterio miudense, bajo la forma de préstamo que era un modo de concesión temporal de los beneficios a cambio de una merced y del reconocimiento de la relación de señorío en favor del obispo. El libro Registro de [[Corias]] un documento fechado hacia el año 1.206, contiene una delimitación de los linderos de la aldea de Arancedo y del monasterio de Santa María de [[Miudes]]:

El libro Registro de [[Corias]], fechado hacia el año 1.206, contiene una delimitación de los linderos de la aldea de Arancedo y del monasterio de Santa María de [[Miudes]]:


{{cita|''Estos sont elos terminos de Arancedo, pela era de Tenule ye pela abdelera, ye pello, lago de sapera ye pel pedranfisno de Penora, ye pello Orrio de Candenosa, ye pel pico de Terluas, ye pel cerro de Quadramon, ye pela Perna de Branna, ye pel cerro de Veral, ye pel rego de las Covellas, ye pel lago de Grandellana, ye pela Ponte de leverte y pela Torueriza de Armezana, que foe de la Condessa, y entra a derecto al mar.'' <ref>Vid. García Leal ''El Registro de Corias'', Editorial RIDEA, Oviedo, 2000, pag. 127.</ref>}}
{{cita|''Estos sont elos terminos de Arancedo, pela era de Tenule ye pela abdelera, ye pello, lago de sapera ye pel pedranfisno de Penora, ye pello Orrio de Candenosa, ye pel pico de Terluas, ye pel cerro de Quadramon, ye pela Perna de Branna, ye pel cerro de Veral, ye pel rego de las Covellas, ye pel lago de Grandellana, ye pela Ponte de leverte y pela Torueriza de Armezana, que foe de la Condessa, y entra a derecto al mar.'' <ref>Vid. García Leal ''El Registro de Corias'', Editorial RIDEA, Oviedo, 2000, pag. 127.</ref>}}


El propio cartulario de Villanueva de Oscos se refiere a un documento fechado en 1.302 que contiene un repartimiento entre los hijos y herederos de Munio Arias y de su cónyuge Urraca, Fernán Monniz y Alfonso Arias e Mayor Núnnez con el otorgamiento de su Marido Diego Pérez y María Arias con otorgamiento su marido Lope e... Monniz se reparten entre los mismos las heredades que tenían en la Andina y en el Valle de Miudes.
El propio cartulario de Villanueva de Oscos se refiere a un documento fechado en 1.302 que contiene un repartimiento entre los hijos y herederos de Munio Arias y de su cónyuge Urraca, Fernán Monniz y Alfonso Arias e Mayor Núnnez con el otorgamiento de su Marido Diego Pérez y María Arias con otorgamiento su marido Lope e... Monniz se reparten entre los mismos las heredades que tenían en los Oscos, la Andina y en el Valle de Miudes.


Durante el tiempo de sometimiento al Obispo ovetense Arancedo, estuvo adscrita al partido de El Franco, origen del actual Concejo si bien con una extensión sensiblemente mayor. En 1.583, Arancedo juntamente con el resto del concejo logra desvincularse de los obispos ovetense integrándose entonces en la Parroquía de [[Miudes]], con quien concurría a la designación de los cargos concejiles.
Durante el tiempo de sometimiento al Obispo ovetense Arancedo, estuvo adscrita al partido de El Franco, origen del actual Concejo si bien con una extensión sensiblemente mayor. En 1.583, Arancedo juntamente con el resto del concejo logra desvincularse de los obispos ovetenses, integrándose entonces en la Parroquía de [[Miudes]], con quien concurría a la designación de los cargos concejiles.


Pese a la sólida tradición que ostentaba la aldea no logró alcanzar la condición de parroquía quedando en este tiempo comprendida dentro de la de [[Miudes]]. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, en el año 1796, la parroquia de Sta. María de [[Miudes]] se escindió en tres por orden del [[Juan de Llano Ponte|Obispo D. Juan de Llano Ponte]], en virtud de Real Cédula de dicho año, formándose [[Miudes]], Arancedo y [[La Braña]].
Pese a la sólida tradición que ostentaba la aldea no logró alcanzar la condición de parroquía quedando en este tiempo comprendida dentro de la de [[Miudes]]. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, en el año 1796, la parroquia de Sta. María de [[Miudes]] se escindió en tres por orden del [[Juan de Llano Ponte|Obispo D. Juan de Llano Ponte]], en virtud de Real Cédula de dicho año, formándose [[Miudes]], Arancedo y [[La Braña]].
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== Véase también ==
== Véase también ==
* [[Tierra de Ribadeo]]
* [[Comarca del Eo-Navia]]
* [[Comarca del Eo-Navia]]
* Respecto del [http://castropol.blogia.com/temas/regimiento-de-castropol.php Regimiento del Eo], que comandó don José Rosendo Castrillón, véase el siguiente block publicado en la página web del [[Castropol|Concejo de Castropol]], en el que se relatan algunos de sus principales hechos de armas.
* Respecto del [http://castropol.blogia.com/temas/regimiento-de-castropol.php Regimiento del Eo], que comandó don José Rosendo Castrillón, véase el siguiente block publicado en la página web del [[Castropol|Concejo de Castropol]], en el que se relatan algunos de sus principales hechos de armas.

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Plantilla:Infobox Parroquia ast


Datos geográficos y sociológicos

Arancedo, lugar y parroquia del Concejo de El Franco, Asturias (España), es una aldea situada en el Nordeste de dicho Concejo. Tiene una altitud de 160 m. sobre el nivel del mar, una extensión de 10,43 Km2 y dista de la capital del concejo, La Caridad, unos 4 kms., por la carretera que va de Viavélez a Rozadas, (comarcal FR-1).

Según García García el nombre podría proceder de la palabra vasca, «aranz» (espino), y «cedo», (monte de).[1]Aguirre, autor del Diccionario Geográfico y Estadístico de Asturias (La Habana 1897), describe sus linderos señalando «limita por el Norte con el campo de la Mula y el río de Perdigueiros, Miudes; por el Este con la cordillera que forman los picos de la Cruz de Abredo, el Cuadramón, Pena, Carrobos de Pena, la Pumarega, Montes de las Antiguas, Penas de mendo, Brial Carvajal y otros que le separan de Cartavio; por el sur con el alto pico de Savinto que lo separa de Boal y por el Oeste con los montes Bodie y Prendones».-

Dado el poblamiento disperso de la población, existe aparte del núcleo de Arancedo, varios lugares o agrupaciones de caseríos. Marcelino Fernández Fernández recoge para el año 1887, las siguientes entidades de población: Acernada, (10 edificios), Andina de Abajo, (15), Andina de Arriba (16), Arancedo (20), El Balcón (6), Las Barrosas (5), Braña mayor (6), Cabanella (6), Cabarcón (7), Carbayo (7), El Castro (6), Couz (4), Figueirola (9), Follaranca (7), Grobas (5), Gudín (7), El Pozón (5), Lebredo (20), Preguntoiro (3), Pumarinos (7), Río Cabo (4), La Venta (4), otros edificios diseminados (22). El total de la población para el 31 de diciembre de 1.887 ascendía a 568 vecinos de hecho y 569 de derecho, registrándose 197 edificios 57 de ellos de un piso y 140 de dos pisos.[2]

La ganadería lechera es la principal fuente de riqueza en la actualidad, en otros tiempos se producía maíz, patatas, centeno, habas y trigo; había 6 molinos para moler la producción de maíz y trigo, que el diccionario de Madoz cifraba en 2500 fanegas de maíz y 900 de trigo. Otra fuente de riqueza era la forestal, pues abundan los bosques en los que se dan pinos, robles, castaños, eucaliptos, vidureiros etc.

Historia

La historia de Arancedo se remonta a la época castreña donde consta documentado el Castro de la Corona, poblado quizás por los cibarcos, etnia del que hayan quedado algún topónimo como el barrio de Caborcos. Dicho Castro de la Corona fue objeto de un sistemático estudio por Fernández Vuelta a mediados de los años cincuenta del pasado siglo, si bien las excavaciones nunca llegaron a terminarse en su totalidad. En el curso de dichas excavaciones se encontraron monedas del emperador César Augusto que son descritas por el propio José María Fernández Vuelta, en el nº 10 del Boletín de Estudios Asturianos.[3]Madoz hace referencia en su diccionario estadístico-histórico a la explotación de minerales por tribus prerromanas en la Andía, Barganaz y el Pico del Veiral, y Schulz, Descripción geológica de la Provincia de Oviedo, habla de remotas explotaciones mineras en la Andía, A Braña y otros lugares. Lo cierto es que entre el Río Mazo y el río Meiro hay diversos vestigios de explotaciones auríferas de las que la mas conocida es el ya indicado de La Andina. Hubo también minas en las que se extraía mineral de hierro, y aprovechando la zona caliza del entorno del «Valle Felíz» se elaboraba cal en unos hornos rudimentarios llamados "caleiros" de los que quedan todavía al menos dos ruinas, el de Nogueiro y el del Cóuz.-

Durante la Edad Media la población de Arancedo, se concentra en torno a la existencia de un puesto de Azores al que aluden reiteradamente las crónicas. La primera referencia documental al actual núcleo urbano de Arancedo se remonta al año 976, en el testamento en que el Conde Froilán Velaz y la Condesa Gislavara hacen donación del monasterio de Santa María de Cartavio a la Iglesia de San Salvador de Oviedo. En dicho documento se comprende dentro de las pertenencias del monasterio, un núcleo urbano, al que se da ya la consideración de villa, y en el que se contiene una referencia a la existencia de aztoreras o puestos de azores, que como es conocido para los naturales del lugar, son todavía al día de hoy las rapaces más abundantes del pueblo. Con posterioridad, en el año 1090 encontramos una nueva referencia al núcleo poblacional de Arancedo en la disputa e inventario por unos siervos entre Santa María de Cartavio, Suarón y Alvam, en el se hace asignación de los pobladores de Arancedo al monasterio de Cartavio, conteniéndose nuevamente una referencia expresa al puesto de Azores:et dixerunt pro illo monte Arancedo cum suis aztoribus quod est cartaviensis.[4]

La asignación de la aldea al monasterio de Cartavio, no debió de ser completa. En un documento del cartulario de Villanueva de Oscos del año 1153, 28 agosto, se refiere a un donación otorgada por Honega Ramírez, en el que dona al abad D. Guillermo y al monasterio de Villanueva de Oscos la mitad de una heredad, llamada Villar de Piantés en Miudes pero cuyos linderos comprenden gran parte de la actual parroquía de Arancedo.[5]

En el año 1056 tuvo lugar un pleito entre la iglesia ovetense con la nobleza de la comarca sobre el Monasterio de Cartavio y el castillo del Aguilar, que resultará determinante para la historia de Arancedo. En dicho pleito el obispo don Froilán alegaba que tanto el monasterio como el castillo eran propios de la Iglesia de Salvador de Oviedo, y que como tales venían siendo poseídos por la sede ovetense pacíficamente desde tiempos del Conde don Froilán Velaz y después de su muerte, por los obispos de Oviedo, Don Bermudo y don Gudesteo, y que habiendo fallecido Adegani, prelado de la misma sede, se apoderó violentamente de las dichas posesiones doña Eldonza y que por tanto las tenía sin ningún derecho. Afirmaba lo contrario doña Eldonza, mandó el Rey don Bermudo que se hiciesen averiguaciones acerca de las personas a quienes tocaba el dominio del monasterio y castillo. Se averiguó que el obispo decía verdad en todo lo que aseguró del derecho que tenía su catedral. Entonces mandó el Rey al juez designado para el caso, Anaya Anáyaz, que decidiese este pleito. El juez determinó que las partes litigantes se presentasen con las escrituras y testigos. La condesa y Munio Peláez confesaron que no tenían escritura alguna en su favor pero presentaron dos testigos llamados Menendo Arias y Álvaro Garcesa. El obispo don Froilán no sólo se presentó con dos testigos nombrados y abonados, que fueron Fernando, el Tesorero de la Catedral de Oviedo y Aureolo, primi-clero de la misma iglesia, sino también hizo presentes dos escrituras que comprobaban el derecho de su sede. La primera fue el testamento del Conde Froilán Velaz y de la Condesa Gislavara su mujer, los cuales, en el año 976 concedieron al obispo de Oviedo don Bermudo y a su iglesia, el monasterio de Santa María fundado entre los ríos Navia y Porcía en el lugar que se decía Cartavio que estaba a la ribera del mar. Ofrecieron también por el mismo testamento después de otras posesiones y villas, el castillo sobre el que versaba el pleito. «Concedimos, -dicen-, adhuc suprafate sedi illum castellum de Aquilares iuxta ipsum praedictum monasterio de Cartavio in ora mariis situum cum ómnibus bonis suis intus foris». La segunda escritura fue el testamento que el rey don Ramiro, precediendo el consentimiento de su madre doña Ximena, hace con su mujer doña Urraca en favor del monasterio de Cartavio, el cual testamento se halla con este título «commissum de Cartavio quod fecit Ramirus rex», y que consta datado en la era de 1.016, año 978. Examinados los testigos y reconocidos los instrumentos presentados por don Froilán, no tuvo dificultad el Juez Anaya Anáyaz en sentenciar el pleito en favor del Obispo y de su iglesia, a cuya sentencia se ajustó luego la condesa doña Eldonza y Munio Peláez confesando ingenuamente en presencia del Rey y de la Reina y de los otros caballeros de la corte, que sin derecho alguno y con toda violencia habían retenido el expresado Monasterio. Éste junto con el castillo de Aguilar fue puesto en poder de la catedral de Oviedo por medio de dos ministros uno llamado Marcito, que hacía las veces doña Eldonza y de Munio Peláez, y otro llamado Millán que fue nombrado por el Rey para este caso. [6]

El pleito documentado en el Liber Testamentorum Ovetensis, entra en contradicción con lo que sabemos de Arancedo por el Libro Registro de Corias. Este documento pone el origen de los dominios de Corias sobre el Monasterio de Miudes y el lugar de Arancedo en la donación otorgada en el año 1042 por el Conde Piniolo Jiménez y la condesa Eldoncia del monasterio miutense edificado junto al río Armazá. Lo cierto es que tras el pleito del año 1056, en el que doña Eldoncia se allana a las pretensiones del Obispo, no resulta claro la titularidad de aquellos lugares. Los documentos posteriores que se refieren a la mandación cartaviense, significan que lo que gozan los obispos es de un préstamo o prestimonio que era un modo de concesión temporal de los beneficios a cambio de una merced y ciertamente el documento que sirve al pleito del año 1056, aún puesto en duda por los estudiosos se refiere a un comiso o encomienda del Monasterio de Miudes por parte del Rey Ramiro, no a una donación. Por otra parte sabemos que el Monasterio de Corias fue perceptor de parte de los diezmos de la Iglesia de Miudes y después de la de Arancedo hasta bien entrado el siglo XIX, lo que se corresponde con la existencia de un prestimonio sobre estos lugares. Sin embargo no resulta clara en modo alguno la cuestión.

El libro Registro de Corias, fechado hacia el año 1.206, contiene una delimitación de los linderos de la aldea de Arancedo y del monasterio de Santa María de Miudes:

Estos sont elos terminos de Arancedo, pela era de Tenule ye pela abdelera, ye pello, lago de sapera ye pel pedranfisno de Penora, ye pello Orrio de Candenosa, ye pel pico de Terluas, ye pel cerro de Quadramon, ye pela Perna de Branna, ye pel cerro de Veral, ye pel rego de las Covellas, ye pel lago de Grandellana, ye pela Ponte de leverte y pela Torueriza de Armezana, que foe de la Condessa, y entra a derecto al mar. [7]

El propio cartulario de Villanueva de Oscos se refiere a un documento fechado en 1.302 que contiene un repartimiento entre los hijos y herederos de Munio Arias y de su cónyuge Urraca, Fernán Monniz y Alfonso Arias e Mayor Núnnez con el otorgamiento de su Marido Diego Pérez y María Arias con otorgamiento su marido Lope e... Monniz se reparten entre los mismos las heredades que tenían en los Oscos, la Andina y en el Valle de Miudes.

Durante el tiempo de sometimiento al Obispo ovetense Arancedo, estuvo adscrita al partido de El Franco, origen del actual Concejo si bien con una extensión sensiblemente mayor. En 1.583, Arancedo juntamente con el resto del concejo logra desvincularse de los obispos ovetenses, integrándose entonces en la Parroquía de Miudes, con quien concurría a la designación de los cargos concejiles.

Pese a la sólida tradición que ostentaba la aldea no logró alcanzar la condición de parroquía quedando en este tiempo comprendida dentro de la de Miudes. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, en el año 1796, la parroquia de Sta. María de Miudes se escindió en tres por orden del Obispo D. Juan de Llano Ponte, en virtud de Real Cédula de dicho año, formándose Miudes, Arancedo y La Braña.

Según Madoz, «hubo dos escuelas particulares a las que asistían unos setenta niños y niñas y si bien unos y otras abandonan la escuela cuando la edad les permite ayudar a sus padres en las labores del campo, son pocos los que no saben leer, escribir y tienen algunos conocimiento de aritmética, porque si no los adquieren en la niñez los consiguen ya de adultos aprovechando las largas noches de invierno».-

El primer párroco tomó posesión de la capilla de San Cipriano el 1 de octubre de 1796. La primitiva capilla, habilitada entonces provisionalmente para la celebración de los oficios divinos, es descrita por Madoz señalando: «mas parece la choza de un miserable vecino, que lugar destinado a dar culto a la Divinidad; es una capilla de teja vana, amenazando ruina, con dos altares de piedra sin mérito artístico, y sirven de torre dos maderos clavados en la tierra y arrimados a la capilla». Para la construcción de una buena iglesia, fue designada por mucho tiempo la tercera parte de los diezmos, la cual ascendía, según quinquenio a 16.000 reales y por consiguiente se han reunido considerables fondos e invertido en construir una casa rectoral bastante cómoda.-El cura percibía el cuarto del diezmo y cedía la sexta parte para gastos de fábrica; eran también partícipes de la renta decimal el extinguido Monasterio de Corias; el párroco percibía además por primicia una medida de trigo por cada matrimonio o viudo, y la mitad por cada viuda; los derechos de estola ascendían a unos 500 reales.-

La parroquía aún cuando englobada en la Miudes, tuvo su relevancia en la vida del concejo como resulta del número de Alcaldes que como veremos a continuación son originarios de Arancedo. Hay constancia además que en 1836 y 1839 las sesiones del Ayuntamiento de El Franco se celebraron en Arancedo.

Conforme al censo de 14 de febrero de 1868 concurrían como votantes del concejo: Domingo Ron y Cancio (Las Barrosas), Fernando López y Martínez de la Torre (Arancedo), Francisco Carvajal Gayol (Boimouro), José Infanzón Campo-Osorio (Boimouro), Gabriel Gudín González (La Espieira), José María Gudín y Requejo (El Candal), Salvador Gudín y Gudín (El Castro), Antonio Valledor Alonso (El Llombo), Domingo Rodríguez González (Preguntoiro), Eduardo Carbajal y Trelles (Lleira), Pedro Fernández Gudín como Maestro, José Campa parroco de Arancedo, José García Lebredo Coadjutor.

Fiestas

Personajes ilustres de Arancedo

  • José Rosendo Castrillón y Villamil. Natural del lugar de Caborcos en la parroquia de Arancedo en el Concejo de El Franco, 1775.[8]​Hizo estudios en el Colegio-seminario de San Juan de Prendonés. Fue licenciado en Leyes y Canones en la Universidad de Oviedo, y recibido como Abogado en 1801 ante la Audiencia de aquella ciudad. Ejerció su profesión de abogado en la Provincias de Oviedo, Lugo y Mondoñedo. Al tiempo de producirse el pronunciamiento de la Junta de Asturias. D. José Rosendo organizó a las gentes de Castropol y de toda la región del Eo, y con las fuerzas a su mando se apoderó de los almacenes que tenía el enemigo en los puntos de Santé y Balboa. Habiendo entrado las fuerzas francesas en territorio asturiano organizó diversas celadas que retrasaron su marcha. A principios de 1810 pasó en clase de sargento mayor con todos los escopeteros del partido a la ciudad de Oviedo, donde por el buen orden y disposición de esta fuerza mereció los mayores elogios de los Generales Arce, Ponte y Peó, dando a este cuerpo de paisanos propiamente la consideración de Regimiento. A las órdenes del General Ponte, él y los suyos fueron los únicos que formó en Batalla a la altura de Escampero. Desbordada la situación en Asturias, paso su regimiento a Andalucía. Don José fue entonces comisionado por la Junta General del Principado para solicitar auxilios ante la Regencia del Reino que se encontraba en Cádiz. Fue nombrado vocal de la junta depositaria de la soberanía en 1.808 y 1.809, siendo también elegido de la que se formó en 1.810 de la que fue designado secretario y en la que fue comisionado para solicitar recursos en Inglaterra. Encargado por la Junta Suprema para la formación de un plan de elección, presentó una propuesta para facilitar las elecciones de diputados a Cortés que fue aprobada por la misma Junta. Fue también nombrado elector por la parroquia y luego por el concejo de Castropol. La junta electoral del Principado le nombró para el cargo de revisor de poderes, y después para uno de los jueces que sentenciaron dudas que ocurrieron en orden a la interpretación de aquellos. Diputado en la celebres Cortes de Cádiz por el partido de Castropol, fue el primero de los Alcaldes Constitucionales de aquella población tras la promulgación de la Constitución de 1.812, cargo del que se excusó en diversas ocasiones. Fue padre de Antonio Cuervo autor del celebre poema de la Searila.
  • Enrique V. Iglesias García. Hijo de Manuel Iglesias e Isabel García. Emigró a Uruguay con sus padres en 1934 y Enrique. Secretario Ejecutivo de la CEPAL (1972-1985), Canciller de la República Oriental del Uruguay (1985-1988), Presidente del BID (1988-2005), Secretario General de la Secretaría General Iberoamericana desde 2005. Durante su mandato en el BID Durante los primeros dos mandatos de Iglesias como presidente, el BID concluyó las negociaciones Séptima (1989) y Octava (1994) Reposición General de Recursos que permitieron al organismo ayudar a sus países miembros prestatarios a iniciar una era de reformas, apertura e integración, así como llevar adelante un programa de modernización de la propia institución. Durante ese período, también, comenzó sus operaciones la Corporación Interamericana de Inversiones, filial del BID para el apoyo directo a Pyme de la región. Iglesias fue un fuerte promotor del libre comercio y del multilateralismo, habiendo tenido una participación decisiva en la creación de préstamos al desarrollo. Ha recibido doctorados "honoris causa" de la Universidad de Carlton, Ottawa (1991), de la Universidad Autónoma de Guadalajara, México (1994), del Conjunto Universitario Cándido Méndes de Río de Janeiro (1994),, de la Southeastern University de Louisiana, Estados Unidos (2000) y de la Universidad de Ciencias Economicas y Empresariales de Oviedo, (2002). Ha recibido los premios Premio Principe de Asturias a la cooperación internacional (1982) * Premio Príncipe de Asturias, España, Premio Pablo Picaso de la UNESCO por sus actividades a favor de la cultura y del desarrollo, (1997). Premio Notre Dame para el Servicio Público Distinguido en Latinoamérica, Notre Dame University, Atlanta, Georgia (EUA); Orden de Artes y Letras de la República Francesa 1999; Orden Internacional de Mérito 2000, Ciudad de Nueva Orleans, Luisiana (EUA) Ostenta también los siguiente reconocimientos: Hijo Predilecto de Asturias (España) Hijo Predilecto de Oviedo, (España); Orden de Rio Branco, Brasil Gran Cruz, Brasil; Gran Cruz Plana, Consejo del Orden Nacional de Juan Mora Fernández, Costa Rica; Orden de la Legión de Honor, Francia; Gran Cruz de Isabel la Católica, España.

Alcaldes del Concejo naturales de la Parroquia de Arancedo

  • Tomas Sebastián F. Castrillón (1839-1848)
  • José Gayol Villamil (1841-1842)
  • José María Gudín y Requeijo (1852-1854)
  • Salvador Gudín y Gudín (1859-1863)
  • José María Gudín y Requeijo (1866-1867)
  • Salvador Gudín y Gudín (1867-1868)

Iglesia y capillas

Aparte de la Iglesia parroquial existen también tres capillas, la de la casa de Espiéira, la de la casa de La Torre y la de la casa de Lleirá

Lugares de interés

  • Cuevas de la Andina, (Andía). Declarado monumento de interés natural por Decreto 44/2002 de 4 de abril. Tienen un gran interés tanto paisajístico como geomorfológico. Las cuevas se sitúan en un valle formado por una depresión kárstica. En este valle, se observa un promontorio de material calcáreo, con un estrecho pasillo rocoso, y pináculos inaccesibles. El valor geomorfológico que tiene se debe a que el material de la roca no es fácil de encontrar en la zona, ya que se trata de mármoles del Cámbrico inferior, de la Formación Vegadeo. Marcelino Fernández se refiere ya en 1.898, a su existencia en los siguientes términos: «A la parroquía de Miudes perteneció como queda indicado la de Arancedo, donde se halla las antiquísimas labores mineras de la Andina o Andía como dicen los naturales, centro de industría greco-celtíbera y después romana. A ella corresponden los famosos pozos de Beiral con sus encantos y fabulosa riqueza, y a ella en fin, pertenecen en el día muchos criaderos de hierro y manganeso que tiene registrados el Excmo. Sr. Marqués de Hoyos y cuya explotación creo que ha de comenzar muy pronto»[9]
  • Castro de la Corona. Al que nos hemos referido antes y que al día de hoy se encuentra totalmente cubierto de broza y no resulta visible.

Véase también

Referencias

  1. Vid. García García, El habla del Franco, pág. 16.
  2. Vid. Marcelino Fernández Fernández, El Franco y su Concejo, Luarca, 1898, pág. 199 a 201.
  3. Vid. Fernández Vuelta, José María El Castro de Arancedo, Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, RIDEA, 1950, nº 10
  4. «Liber testamentorum ovetensis, Divisio inter Sanctam Mariam et Suaronem et Aluam», 71vb11-72rB5
  5. Vid. Floriano Llorente, Pedro. Colección diplomática de Villanueva de Oscos, Boletín de Estudios Asturianos, RIDEA, 1981 nº 102
  6. Vid. ESPAÑA SAGRADA, Publisher varies: vols. 1-3, impr. de la Real academia de la historia. trat. LXXXIV, Cap. II pág. 78
  7. Vid. García Leal El Registro de Corias, Editorial RIDEA, Oviedo, 2000, pag. 127.
  8. Erróneamente se suele tener a don José Rosendo como natural de Arboces. Este error obedece a que su familia era originaria de dicho lugar del concejo de El Franco. Sin embargo, consta documentado con toda clariad de un padrón de Castropol de 1786, que los padres de don José Rosendo, Rosendo Cuervo Castrillón y María Teresa Pérez Trelles, constaban como vecinos de Cabarcos Arancedo, parroquia de Miudes de la que dependía Arancedo. En dicho documento se indica que tienen por sus hijos legítimos a don José Rosendo y don Eugenio Manuel, constando las actas de bautismo de aquellos en los libros de Bautismo de la parroquía de Miudes. Por otra parte en el acta de bautizo de su hijo Antonio Balentín, se indica: «Fue puesto por nombre Antonio Baléntín hijo de Joséf Rosendo Cuervo Castrillón y Villamil, natural del lugar y parroquía de Arancedo parroquía del Franco» (libro de bautizados F 771 y 772 vuelto) Fdo. Justo rodil y Cancio. Antonio Cuervo, Loco de Amor Martínez Fernández, Jesús. Boletín de Estudios Asturianos, RIDEA, 1962, nº 45
  9. Vid. Marcelino Fernández Fernández, El Franco y su Concejo, Luarca, 1898, pág. 56

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