Vuelo 110 de TACA

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Vuelo 110 de TACA

Ilustración del N75356 antes de entrar en la tormenta.
Suceso Accidente aéreo
Fecha 24 de mayo de 1988
Causa Apagado simultáneo de los dos motores debido al mal tiempo seguido de un aterrizaje de emergencia
Lugar Nueva Orleans, Luisiana, Bandera de Estados Unidos Estados Unidos
Coordenadas 30°00′43″N 89°55′11″O / 30.0119, -89.9196
Origen Aeropuerto Internacional Goldson, Ciudad de Belice, Belice
Destino Aeropuerto Internacional Louis Armstrong, Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos
Fallecidos 0
Heridos 7
Implicado
Tipo Boeing 737-3T0
Operador TACA
Registro N75356
Pasajeros 38
Tripulación 7
Supervivientes 45 (todos)

El Vuelo 110 de TACA fue un vuelo regular comercial internacional operado por TACA Airlines, viajando de Belice a Nueva Orleans. El 24 de mayo de 1988, el vuelo perdió potencia en ambos motores pero los pilotos lograron efectuar un aterrizaje de emergencia satisfactorio en un prado, sin provocar más que heridas menores. El capitán del vuelo era Carlos Dárdano, salvadoreño, quien solo gozaba de la visión de un ojo, pues el otro lo había perdido como consecuencia de una bala, volando un avión, siete años antes, durante una guerra civil en su país.[1]​ Dárdano contaba con impresionantes 13 410 horas de vuelo, mientras que su copiloto Dionisio López no le iba muy en zaga con 12 000 horas. Arturo Soley, un instructor de vuelo, estaba también en el cockpit.

Historial del avión

Este avión fue el 1.505º Boeing 737 manufacturado, y fue operado por otra compañía antes de que TACA lo comprase en mayo de 1988. En octubre de 2010, un total de seis entidades (incluyendo TACA) habían operado con el avión, siendo la más reciente Southwest Airlines:[2]

Entrega
fecha
Propietaria u
operador
Registro
2/3/1988 Polaris N75356
10/5/1988 TACA
30/10/1989 Aviateca
16/04/1991 America West Airlines N319AW
01/07/1993 Morris Air N764MA
01/01/1995 Southwest Airlines N697SW
Fuente: AirFleets.net[2]

Accidente

Daño de granizo en el morro del avión.
Daño en la turbina del motor del avión.
Daño en la turbina del motor del avión.

El avión, un Boeing 737-3T0 (registro N75356, número de serie 23838), efectuó su primer vuelo el 26 de enero de 1988, y entró en servicio con TACA dos meses más tarde.[2]​ Este día, el vuelo discurría normalmente, despegando del Aeropuerto Internacional Philip S. W. Goldson de la Ciudad de Belice y sobrevolaba el Golfo de México frente a la costa de Luisiana con destino al Aeropuerto Internacional Louis Armstrong en Nueva Orleans.

La investigación de la Oficina Nacional de la Seguridad en el Transporte (NTSB) reveló que durante el descenso desde FL 350 (35 000 pies (10 668 m)) preparándose para su aterrizaje, los pilotos notificaron zonas de ligeras a moderadas precipitaciones en su procedimiento de llegada, representadas por colores verdes y amarillos en su radar meteorológico, así como "algunas zonas rojas aisladas" indicativas de zonas de fuertes precipitaciones a ambos lados de su patrón de vuelo programado.[3]

El vuelo entró en la zona de nubes a FL300 (30 000 pies (9144,0 m)), la tripulación seleccionó "empuje continuo" y encendieron el motor anti-hielo para proteger sus motores turbofán de los efectos de la precipitación y la helada, cualquiera de los cuales pueden causar un incendio, y provocar la pérdida de potencia. En lugar de volar una ruta entre las precipitaciones expuestas en el radar, se toparon con fuertes precipitaciones, granizo, y turbulencias. Pasando a través de 16 500 pies (5029,2 m), ambos motores se apagaron, dejando al avión planeando y sin motores o potencia eléctrica alguna. Se apeló a la Unidad de Potencia Auxiliar (APU) cuando el avión pasaba a 10 500 pies (3200,4 m), restaurando la potencia eléctrica. Los intentos de inicio de motor por "efecto molino de viento" (windmilling- usar el flujo de aire provocado por el descenso del avión) resultaron infructuosos, pero los pilotos no tuvieron problemas en arrancarlos con la potencia de la APU. Sin embargo, ningún motor lograba acelerar hasta velocidad de ralentí, ni mucho menos lograr un mínimo de empuje. Los intentos de adelantar las palancas de gases solo provocaron que los motores se recalentasen, por lo que procedieron a su apagado para evitar un fallo catastrófico. Así, sin contar con motores y sostenidos solo por la APU, la tripulación de vuelo comenzó los preparativos para un aterrizaje de emergencia. Después de salir de la capa de nubes, pudieron identificar un pequeño terreno y pudieron realizar un aterrizaje seguro en dicho lugar, un campo de hierba en la MAF (Michoud Assemby Facility) de New Orleans, propiedad de la NASA en Michoud al este de Nueva Orleans. No hubo heridos..[3][4]

Los investigadores de la NTSB determinaron que el avión había volado de forma inadvertida en una tormenta de nivel 4 y la ingestión de agua había provocado la congestión de ambos motores al haber superado la capacidad estándar determinada por la Administración Federal de Aviación (FAA). El avión sufrió daños en los álabes por el granizo, y su motor del lado derecho (número 2) quedó dañado por el sobrecalentamiento.[3]

Al principio, se planeó retirar las alas y transportar el avión a una instalación de reparación en barcaza, pero los ingenieros y pilotos de pruebas de Boeing decidieron efectuar un cambio de motor en el lugar y despegar desde la carretera pavimentada adyacente que daba acceso a la instalación.[3]​ El 737 despegó de Moisant para efectuar sus reparaciones; y posteriormente regresó al servicio activo.

Una desgracia con suerte

La investigación concluyó que los motores habían fallado "como resultado de un encuentro en vuelo con una zona de fuertes precipitaciones y granizo. Una causa que contribuyó al incidente fue el diseño inadecuado de los motores y que los certificados de ingestión de agua de la FAA no hacían mención a las tasas de agua previstas en tormentas con precipitaciones moderadas o fuertes."[3]​ Las pruebas de certificación realizadas en el motor CFM56 se realizaron con una cantidad de agua sustancialmente mayor a la requerida por las reglamentaciones. Aunque estas pruebas demostraron un margen del 400%, posteriormente se descubrió que eran incorrectas debido a los métodos de prueba que implican baja velocidad del avión y altas velocidades de rotación del motor que tendían a proteger el núcleo (es decir, centrifugar el agua lejos del núcleo).

El incidente del TACA 110 (y la gran habilidad de su tripulación) sirvió para un rediseño de los motores y el desarrollo de sistemas FADEC (Full Authority Digital Electronic Controlled), de esta forma se prevé que similares condiciones meteorológicas no producirán una salida de servicio de los impulsores. [4]

Véase también

Referencias

  1. Tener sólo un ojo no es limitación para aterrizar un avión sin motores Elfaro.net
  2. a b c «Southwest Airlines N697SW». AirFleets.net. Consultado el 7 de octubre de 2010. 
  3. a b c d e NTSB (25 de marzo de 1991). «NTSB Report FTW88IA109». Consultado el 7 de octubre de 2010. 
  4. a b «Lecciones Aprendidas de Accidentes de Aviación Civil (en inglés) - FAA Agencia Federal de Aviación, USA». Archivado desde el original el 1 de noviembre de 2016. Consultado el 16 de abril de 2018. 

Enlaces externos