Tiempo atmosférico

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 04:19 8 nov 2014 por Fev (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Tormenta cerca de Garajau, Madeira

El tiempo atmosférico o tiempo meteorológico (para diferenciarlo del tiempo cronológico) es el conjunto de todos los fenómenos atmosféricos que ocurren en la atmósfera en un lugar o área de la superficie terrestre y en un momento o lapso de tiempo determinados. La medición de los valores de dichos fenómenos atmosféricos se lleva a cabo en las estaciones meteorológicas, las cuales miden distintos parámetros como son, entre otros, la temperatura atmosférica, la presión, humedad relativa, vientos y precipitaciones. Estos y otros fenómenos relacionados integran el campo de estudio de la Meteorología.

Normalmente la palabra "tiempo" refleja la actividad de estos fenómenos durante un período de uno o varios días. El promedio del tiempo para un período más largo (treinta años o más) se conoce como clima. Esta escala más larga del tiempo se estudia con la climatología. Tanto la meteorología como la climatología estudian los flujos de energía en el seno de la atmósfera, desde luego, a distintas escalas temporales: la meteorología a corto plazo y la climatología a largo plazo. Estos flujos de energía se manifiestan en una serie de datos meteorológicos obtenidos en los observatorios

Actualmente hay mucho interés por la información meteorológica y por sus aplicaciones, en especial por la utilidad que se deriva de la previsión del tiempo atmosférico, que en décadas recientes ha avanzado de manera extraordinaria, tanto por el desarrollo de nuevas tecnologías como por la divulgación de dicha información, que cada vez se hace más extendida y asequible para todos.

Tiempo atmosférico y clima

Mientras que la meteorología es una ciencia que estudia los fenómenos atmosféricos a escalas (temporal y espacial) relativamente reducidas, la climatología estudia los mismos fenómenos a una escala mucho mayor. Por ejemplo, mientras que la meteorología recaba información cuantitativa de los tipos de tiempo atmosférico de una estación meteorológica dada y su área de influencia, en el caso de la climatología se estudian los tipos de clima que integran la información meteorológica promedio de áreas mucho más grandes y que se deben obtener de cierta cantidad de años, por lo general, 30 o más [[1]​].

Una buena diferenciación entre tiempo meteorológico y clima la ha establecido la NASA cuando señala que tiempo meteorológico y clima operan en escalas temporales distintas:

In the United States, the cold spell generated public debate about whether such events disprove global warming or if, in fact, they are exacerbated or caused by it. However, most climate scientists and meteorologists are wary of drawing such connections between climate and weather, which operate on different time scale.
En los Estados Unidos, la ola de frío (se refiere a la de comienzos del año 2014) ha generado un debate público sobre sobre el tiempo meteorológico y sobre si esos eventos meteorológicos de intenso frío echan por tierra la idea del calentamiento global o si, en efecto, la han exacerbado o incluso causado por dicha idea. Sin embargo, la mayoría de científicos del clima y meteorólogos son muy cuidadosos al inferir esas conexiones entre tiempo y clima, las cuales operan en distintas escalas temporales. Tomado de un comentario a los mapas elaborados por la NASA en un artículo de la serie Earth Observatory ([1]).

Origen y flujo de la energía atmosférica

Una imagen de satélite de la NASA de la desembocadura del Amazonas nos muestra algunos de los flujos de energía en la atmósfera: los rayos solares calientan la superficie terrestre, las tierras en primer lugar (con mayor rapidez) y las aguas después (más lentamente). El calentamiento de las tierras calienta a su vez el aire superficial, que se eleva, enfriándose y condensándose la humedad atmosférica que se convierte en agua líquida que forma las nubes. Mientras tanto, el agua de los grandes ríos amazónicos está absorbiendo la radiación solar más lentamente por lo que no hay evaporación de sus aguas y, por lo tanto, tampoco hay calentamiento del aire en esas áreas, no hay convección ni condensación en ellas.

La insolación

Casi la totalidad de la energía solar que genera todos los cambios atmosféricos procede de la radiación solar, es decir, de la insolación. Pero los rayos solares no calientan directamente al aire atmosférico por la propiedad del aire en su conjunto de la diatermancia que explica que la atmósfera se deja atravesar por los rayos solares sin prácticamente calentarse. Así el calentamiento de la atmósfera por la radiación solar es indirecto: los rayos solares calientan primero la litósfera (de manera rápida) y la hidrósfera (más lentamente que la litosfera). Cuando tanto la litósfera como la hidrósfera se han calentado, van cediendo ese calor a la atmósfera, la primera rápidamente y la segunda más lentamente, todo ello de acuerdo a lo explicado sobre el calentamiento de la litosfera y la hidrosfera en el artículo ya citado (diatermancia). La imagen del delta del río Amazonas que aquí se presenta está tomada durante la mañana. Si la comparásemos con una imagen similar durante el anochecer ese mismo día (ello se hace posible, no en una imagen del espectro visible, sino en una imagen infrarroja) veríamos que la situación se invierte, apareciendo mayor condensación sobre los ríos que sobre las tierras.

Otras fuentes de energía atmosférica

Erupción del Volcán Mayón en la isla de Luzón, Filipinas, en 1984. Puede verse a la izquierda una nube formada por vapor de agua muy caliente de la erupción al enfriarse con la temperatura ambiente.
Fuente hidrotermal submarina, cuya energía produce el ambiente que posibilita la existencia de fauna abisal en sus alrededores a pesar de la enorme presión que existe por la gran profundidad del fondo oceánico

Además de la radiación solar existen tres fuentes menores de energía térmica que pueden calentar la atmósfera:

  • La energía geotérmica de los puntos calientes en el fondo oceánico. Esta energía pasa al agua oceánica que se calienta o llega incluso a hervir, evaporándose con lo que absorbe calor que, al condensarse pasa al aire atmosférico.
  • Las erupciones volcánicas también pueden llegar a calentar la atmósfera de manera directa, sin que la radiación solar intervenga.
  • La transpiración de plantas y animales así como la respiración de los seres vivos. Esta última fuente de calor es muy importante, como nos muestran las fotografías infrarrojas de la las zonas de vegetación presentes en la superficie terrestre. Sin embargo, estas tres fuentes de calor resultan insignificantes cuando las comparamos con la energía solar recibida en la superficie terrestre. Si aquí se señalan es para aclarar la idea inicial de este tema de que la casi totalidad de la energía que se almacena en la atmósfera procede de la radiación solar. Y de las tres fuentes de calentamiento distinto a la radiación solar, la formada por la transpiración de la vegetación es la más importante por su estabilidad en el tiempo y por usar el CO2 como materia prima, además de la liberación de oxígeno libre, sin lo cual la vida de los animales se haría imposible

Fenómenos meteorológicos

Huracán Luis en 1995.

El tiempo cambia movido por las diferencias de energía solar percibida en cada área diferenciada de acuerdo con una escala de tiempo que va desde menos de un día (diferencias de radiación entre el día y la noche) hasta períodos estacionales a lo largo del año. Las estaciones meteorológicas miden las distintas variables locales del tiempo como la temperatura, la presión atmosférica, la humedad, la nubosidad, el viento y el monto pluviométrico de las lluvias o precipitaciones. Conocidas estas variables directas, se pueden averiguar otras derivadas, como la presión de vapor de condensación, la temperatura de sensación o la temperatura de bochorno.

Mediante redes de estaciones meteorológicas locales, estaciones en barcos y satélites meteorológicos, la meteorología intenta averiguar las variables meteorológicas en los vértices de una malla tridimensional del menor tamaño posible. A partir de estas condiciones iniciales y aplicando las leyes de la física, se intenta predecir la evolución del tiempo a 12 horas, 24, 48, 72 y 96 horas. Para ello hay que usar potentes ordenadores que se encargan de realizar los cálculos usando un modelo predictivo de tipo empírico.

Pronóstico meteorológico

Imágenes de satélite

Véase también

Referencias

  1. F. J. Monkhouse. Diccionario de términos geográficos. Barcelona: Oikos Tau ediciones, 1978, p. 94

Enlaces externos