Sancho de Castilla (1363-1371)

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Sancho de Castilla (c. 1363-Toro, 1370) fue un noble castellano, hijo natural del rey Pedro I de Castilla en Isabel de Sandoval.

Biografía

Nacido hacia el año 1363, fue uno de los dos hijos habidos de la relación extramatrimonial del rey Pedro I de Castilla con la dama Isabel de Sandoval, aya del niño Alfonso (hijo del rey en María de Padilla), de quienes también nació Diego de Castilla. Ambos hijos fueron llevados por su padre a Carmona cuando partió hacia la batalla de Montiel,[1]​ quedando al cuidado de Martín López de Córdoba, mayordomo mayor del rey y maestre de la Orden de Calatrava. Tras la derrota de su padre, se capituló con Enrique II de Castilla la entrega de Carmona, y prometió no ir contra los dos niños, pero incumplió su palabra y los hizo presos:[2]​ Diego fue enviado al castillo de Curiel y Sancho a Toro, donde murió en 1370, a la edad de siete años.[1]

En agosto de 1410, la reina viuda Catalina de Lancáster escribió a Teresa de Ayala, priora en el monasterio de Santo Domingo el Real en Toledo quien había sido amante del rey Pedro I, para que se encargara del traslado de los restos de Sancho. Primero, pedía que lo llevasen a la iglesia de San Lázaro en Toledo y desde ahí, que «lo saquen públicamente, como pertenesce à su estado», y colocaran su sepulcro dentro del convento. Más tarde, en ese mismo mes, volvió a escribir a la priora Teresa para agradecer sus gestiones e interesarse por como era la estatua de su tío Sancho.[3]

Las sospechas sobre su muerte por envenenamiento fueron refutadas en 2006 por el estudio de su momia, que se encuentra en el monasterio de Santo Domingo el Real de la ciudad de Toledo, y que indican como causa más probable para su fallecimiento un proceso infeccioso pulmonar agudo: los estudios del pulmón indicaron que el niño sufrió una exposición crónica al humo, probablemente procedente de chimenea u hogar, y una frecuente presencia de macrófagos alveolares y hematíes con un proceso inflamatorio y hemorrágico al no detectarse la presencia de tóxicos como arsénico o cianuro el niño habría fallecido por muerte natural y no envenenado, como se sospechaba, en el año 1370.[4]

Referencias

  1. a b Salazar de Mendoza, Pedro (1770). Monarquía de España, vol. 1. Madrid: Joaquín Ibarra, impresor real. p. 196. 
  2. Valladares de Sotomayor, Antonio (1790). Semanario erudito, que comprehende varias obras inéditas... (vol. 27). Madrid: Antonio Espinosa. pp. 276-277. 
  3. Cañas Gálvez, Francisco de Paula (2010). Colección diplomática de Santo Domingo el Real de Toledo, Documentos reales I, 1249-1473. Madrid: Sílex Ediciones, S.L. pp. 148-150. ISBN 978-84-7737-248-6. 
  4. Valerio, María (2006). «El Infante Sancho no murió envenenado». El Mundo (21 de diciembre). 

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