Masacre de Tacueyó

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Masacre de Tacueyó

Lugar Tacueyó, Toribío (Cauca)
Bandera de Colombia Colombia
Blanco Infiltrados del Ejército o la CIA
Fecha Noviembre de 1985 - Enero de 1986
Tipo de ataque Masacre
Arma Armas cortopunsantes, Armas cortas y largas - Tortura.
Muertos ~164
Perpetrador Columna Unitaria M19 - Ricardo Franco
Motivación Asesinar presuntos infiltrados

La Masacre de Tacueyó fue una matanza ocurrida entre noviembre de 1985 y enero de 1986 en el corregimiento de Tacueyó, municipio de Toribío en el departamento del Cauca, y perpetradas por un ala disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), denominada “Columna Unitaria M19 - Ricardo Franco”. La masacre fue descubierta el 13 de diciembre de 1985 y fue ejecutada por los guerrilleros Hernando Pizarro Leongómez y José Fedor Rey (alias Javier Delgado) alegando que los 164 guerrilleros asesinados de su propio grupo, según ellos, eran infiltrados o informantes del Ejército Nacional de Colombia o la CIA.[1]

Antecedentes

El Frente Ricardo Franco se había escindido de la guerrilla de las FARC en 1982 y estuvo al mando de "Javier Delgado" y Hernando Pizarro. En ese entonces era un grupo guerrillero más poderoso y con armas mejores que sus homónimos (FARC, M-19, EPL, etc.). Según el testimonio de Manuel Manrique, sobreviviente de la Masacre contó que durante la toma a un pueblo se habían infiltrado militares y policías. Delgado al enterarse los interrogó y ordenó asesinar a los infilitrados pero más tarde sospechó que hubo mas "sapos" (informantes), los cuales eran jóvenes campesinos, universitarios entre otros que al actuar sospechosamente ante sus superiores o compañeros eran considerados infiltrados.

Torturas y Masacres

La mayoría de los asesinados por Rey y Leongómez, eran campesinos jóvenes analfabetas que tenían poco tiempo de haber ingresado al grupo guerrillero "Frente Ricardo Franco". Entre los cadáveres también se encontraron estudiantes universitarios que presuntamente fueron llamados por Rey Álvarez para que atendieran campamentos para ser asesinados por "traición" o "espionaje" en contra del grupo guerrillero.[2]

Inclusive Delgado afirmaba ante los demás grupos insurgentes que había asesinado a los militares que asesinaron a Carlos Toledo Plata del M-19, a los que mataron a Iván Marino Ospina, a los que le lanzaron la granada a Antonio Navarro Wolf, entre otros y les pedía a sus homónimos de las demás guerrillas del país que buscaran infiltrados que muy probablemente estaban también en sus respectivas filas.[3]

Torturaron a todas sus víctimas con métodos inusuales y barbáricos que no se habían visto desde las épocas de La Violencia partidista. Las autoridades colombianas encontraron cuerpos a los que les habían abierto el pecho, que determinaron aún estaban con vida, para sacarles el corazón, algunos tenían marcas de estar amarrados. Unos 3 cadáveres de mujeres embarazadas les fueron abiertos los vientres y los fetos sustraídos. Varios cadáveres presentaban signos de haber sido enterrados con vida y casi en su mayoría tenían mutilaciones.[2]

A pesar de la inocencia de la mayoría de las víctimas, varios se acusaban el uno al otro de simpatizar con el ejército, con la policía y/o los organismos de inteligencia colombianos a tal punto de que el Ricardo Franco se quedaba sin hombres.

Medios de comunicación

A los medios de comunicación llegaron informes sobre la masacre que se estaba llevando a cabo en Tacueyó. El 15 de diciembre de 1985, un grupo de periodistas se transladaron a la zona y pidieron entrevistar a los jefes guerrilleros. En los medios televisivos, radiales e impresos quedó constancia de la crueldad con que el par de guerrilleros sometía a sus propio grupo. Un niño de 15 años, llamado Manuel Manrique, fue uno de los pocos sobrevivientes de la masacre. 20 años después de esta, fue entrevistado por la Revista Semana, donde relató su espeluznante vivencia en aquellos campos de tortura:[2]

Delgado empezó a cambiar. No dormía, se la pasaba caminando de día y de noche, se mantenía aislado. Creo que fumaba mucha marihuana. Hernando, que era hermano de Carlos Pizarro, también metía mucha droga. Él y Miguel, un costeño alto y delgado el hijuepuerca, eran los que más torturaban...
Manuel Manrique, víctima y testigo.

Condenas

El Juzgado 1o. Superior de Santander, en el departamento del Cauca, ordenó la captura de Rey Álvarez el 24 de noviembre de 1986. Las autoridades colombianas no pudieron encontrarlo para arrestarlo entonces, se le emplazó y fue cuando el Juzgado 8.º de Instrucción Criminal con sede en Caloto, (departamento del Cauca), lo declaró persona ausente y le designó un abogado. El 6 de mayo de 1994, la Fiscalía Regional de la ciudad de Cali ordenó su detención preventiva y arresto por rebelión y homicidio agravado.[1]

Consecuencias

La Masacre de Tacueyó generó reacciones de distintas partes del país; la prensa que documentó el hecho, lo calificó como "brutal", "salvaje" y "psicópata" y repudió completamente el hecho. Mientras tanto la Coordinadora Guerrillera Simon Bolivar expulsó al Ricardo Franco por darle una "mala imagen" al movimiento guerrillero, el M-19 decidió romper alianza con el grupo y las FARC pusieron precio a las cabezas de Delgado y Pizarro. Se supo posteriormente que Delgado había tenido enormes diferencias con los demás comandantes de la Coordinadora Guerrillera y para asumir mas respeto había ordenado la matanza de los supuestos infiltrados.

Véase también

Referencias