Galicanismo

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El galicanismo es la tendencia autonomista de la religión católica en Francia con respecto a la jurisdicción de Roma y el papa. El nombre proviene de Galia como se conocía en la antigüedad al territorio de la actual Francia.

Historia

Retrato de Bossuet por Hyacinthe Rigaud.

Esta concepción ideológica tiene su origen en el derecho consuetudinario francés del siglo XV, afianzado luego en el gobierno absolutista de Luis XIV y en las ideas de Bossuet.[1]​ Su origen absolutista (todos los poderes supeditados al rey para asegurar el bienestar de sus súbditos) ponía al clero católico en sumisión ante la autoridad del Estado, y no ante la autoridad del papa.

La concepción galicana se resumió en la Declaratio cleri gallicani de 1682, cuyo redactor se cree fue Bossuet, resumiéndose en cuatro puntos:

  1. En las cosas temporales, los reyes son independientes de la Santa Sede.
  2. Conciliarismo: el Concilio está por encima del papa.
  3. El papa debe respetar las reglas, costumbres y leyes del reino de Francia.
  4. Aunque el papa tiene la parte principal en las cuestiones de fe, y sus decretos se aplican a todas las iglesias y a cada iglesia en particular, sin embargo su juicio no es irreformable, pues al menos está pendiente del consentimiento de la iglesia.

Asimismo se establecieron ciertas «libertades galicanas» que llevaba a aceptar una orden del papa solo si era reconocida o firmada por el rey y el parlamento francés. Luis XIV reunió al clero el 19 de mayo de 1692 y declaró solemnemente estas «libertades galicanas». Con la llegada de la revolución francesa, estas posiciones quedaron establecidas oficialmente: el 12 de julio de 1790 la Asamblea Constitucional aprobó la Constitución Civil del Clero.

La Iglesia emitió condenas moderadas con el fin de no originar un cisma, como sucedió en Inglaterra con Enrique VIII; desde Alejandro VIII en 1690 hasta el Concilio Vaticano I. En este último, las ideas galicanas fueron condenadas de forma definitiva, en la Constitución dogmática Pastor Aeternus, aunque pocos años antes los mismos obispos franceses habían rechazado tal doctrina.[2]

Véase también

Referencias

  1. Hervé Masson (1989). Manual de Herejías (Dictionnaire des hérésies dans l'Église catholique). Madrid: Rialp. p. 151. ISBN 8432125172. : «A lo largo de los tres siglos que precedieron a la Revolución francesa, todos los reyes habían defendido con firmeza las prerrogativas del galicanismo. [...] El origen [...] se remontaría al Concilio de Constanzaconcilio (acéfalo) de Constanza (1415) y a la proclamación, en tiempos de Carlos VII, de la pragmática sanción. La doctrina galicana fue finalmente ratificada y considerada oficial por la Asamblea del clero de Francia de 1682».
  2. Hervé Masson (1989). Manual de Herejías (Dictionnaire des hérésies dans l'Église catholique). Madrid: Rialp. p. 152. ISBN 8432125172. : «Durante el Segundo Imperio y a instancias del papa Pío IX (en su encíclica de 21 de marzo de 1853), los obispos franceses, reunidos en Amiens, reprobaron el galicanismo como contrario a la doctrina católica o, al menos, como opuesto al espíritu de la Iglesia e irrespetuoso con la Santa Sede; y, en cierto modo, porque contiene en germen un principio de presbiterianismo».