Francisco de Argañaraz y Murguía

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Francisco de Argañaraz y Murguía
Información personal
Nacimiento 1563
Amézqueta, Guipúzcoa
Fallecimiento 1602
San Salvador de Jujuy
Nacionalidad Española
Información profesional
Ocupación Militar, funcionario público
Obras notables Fundador de San Salvador de Jujuy
Firma

Francisco de Argañaraz y Murguía, también citado como Francisco de Argañarás y Murguía (Amézqueta, Guipúzcoa, 1563 - San Salvador de Jujuy, Virreinato del Perú, 1602) fue un conquistador español, que en 1593 fundó la ciudad de San Salvador de Jujuy en la Gobernación del Tucumán, en lo que actualmente es la Argentina.

Biografía

Hijo de Martín Ochoa de Argañarás, un hidalgo que había servido al emperador Carlos V y que formó parte de la expedición conquistadora de la Florida, era de familia hidalga.[1]

Partió hacia América en 1584, acompañando a Juan Ramírez de Velasco, que había sido nombrado Gobernador de la provincia del Tucumán. Se estableció en Santiago del Estero, capital de la provincia, de cuyo cabildo fue regidor. Se casó con Bernardina Mejía Mirabal, hija del prestigioso conquistador Hernán Mejía Miraval, y participó en numerosos choques contra los indígenas.[1]

Existían para ese entonces siete ciudades en la provincia —Santiago del Estero, San Miguel de Tucumán, Londres, Córdoba, Esteco, Salta y La Rioja— en las cuales se concentraba la totalidad de la población española. Sin embargo, dos zonas permanecían deshabitadas por españoles debido a la hostilidad de los indígenas que las habitaban: los valles Calchaquíes y la Quebrada de Humahuaca. En esta última, que servía de vía de comunicación con el Perú, en dos oportunidades habían fracasado las fundaciones de ciudades: Nieva (1561), que duró menos de dos años, y San Francisco de Álava (1563), que no llegó a cumplir un año.[2]

Ramírez de Velasco volvió a intentarlo, pero el capitán Pedrero de Trejo —a quien encargó el plan— no convenció a los pobladores de Santiago del Estero seguirlo. De modo que encargó la misión a Argañaraz. Éste reunió gente suficiente en Salta y partió con cien españoles y numerosos indígenas hacia el valle de Jujuy, donde debió derrotar repetidas veces a los jujuyes, ocloyas y omaguacas antes de fundar, el 19 de abril de 1593, la ciudad de San Salvador de Jujuy.[1]

Al año siguiente se produjo la sublevación de los omaguacas del cacique Vitilpoco, al que Argañaraz arrestó en una sorpresa nocturna en Purmamarca.[3]​ Logró el bautismo del cacique y el compromiso de mantener la paz, de modo que lo puso en libertad.[1]

La ciudad se pobló rápidamente, impulsada por el comercio entre el Tucumán y Potosí y por la paz que Vitilpoco mantuvo con los españoles. Argañaraz fue nombrado teniente de gobernador de la ciudad y le dio por jurisdicción los límites aproximados de la actual provincia de Jujuy, más el este y noreste de la actual provincia de Salta.[4]

Argañaraz planeó hacer una campaña hacia las selváticas regiones ubicadas al este, en el valle de San Francisco, para enfrentar a los chiriguanos, pero un complicado pleito de jurisdicciones lo impidió:[5]​ en 1594 se presentó en Jujuy el capitán Juan Ochoa de Zárate, con poderes otorgados por la Real Audiencia de Charcas para asumir el gobierno de la ciudad y ponerla en dependencia de la ciudad de Tarija. El cabildo de Jujuy optó por desobedecer a la Audiencia, mientras Argañaraz se trasladaba a Charcas, donde logró hacerse reconocer como teniente de gobernador. Ochoa de Zárate debió contentarse con la encomienda otorgada a su favor de los ocloyas y omaguacas.[6]​ Por su parte, los pueblos de Casabindo, Cochinoca —estos dos en la Puna— y Palpalá quedaron bajo jurisdicción de los vecinos de Jujuy.[7]

Instalado en la ciudad que había fundado, Argañaraz enfermó y falleció en el año 1602, dejando una cuantiosa herencia a repartir entre sus siete hijos; había aconsejado a su esposa vender sus bienes tras su muerte y regresar a España, pero sus hijos permanecieron en el norte de la actual Argentina, con numerosa descendencia hasta la actualidad.[1]

Referencias

  1. a b c d e Bustos Argañaraz, Prudencio (2013). Historias que nos contaron mal. Córdoba: Ed. del Boulevard. pp. 25-28. 
  2. Bidondo, Emilio A. (1980). Historia de Jujuy. Plus Ultra. pp. 49-62. 
  3. Bidondo (1980): 79-80.
  4. Bidondo (1980): 76-77.
  5. Bidondo (1980): 105.
  6. Bidondo (1980): 81-93.
  7. Bidondo (1980): 86 y 98-100.