Eduardo Carceller García

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Eduardo Carceller García
Información personal
Nacimiento 7 de mayo de 1845 Ver y modificar los datos en Wikidata
Valencia (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 20 de agosto de 1925 Ver y modificar los datos en Wikidata (80 años)
Pamplona (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Pintor y profesor de enseñanza secundaria Ver y modificar los datos en Wikidata

Eduardo Carceller García (Valencia, 1844 - Pamplona, 20 de agosto de 1925) fue un pintor español de origen valenciano pero también considerado como artista navarro al desarrollar ampliamente su obra, de estilo realista y romántico, en Navarra durante cincuenta años donde además, por su labor docente, formó a muchos artistas en esta región. Fue el primer director de la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona (1874-1895).

Biografía

Eduardo Carceller García nace en Valencia el año 1844. Desarrolla su formación en la Escuela de San Carlos de Valencia, donde será alumno del navarro Salustiano Asenjo. Permanece en esa escuela en el periodo 1857-62. En esta época obtiene diversos galardones en exposiciones celebradas en Valencia. Tras esta primera etapa formativa se traslada a Madrid, en donde estudia BBAA, entre los años 1863-69. Según hemos podido leer, en estos años fue discípulo de Federico de Madrazo. En esta época acude con un par de obras a la Exposición Nacional de Bellas Artes del año 1867, obteniendo una Mención honorífica de 3ª clase en “Pintura de Historia”. Aunque es un artista valenciano por nacimiento no cabe duda que fue un navarro de adopción ya que desarrolló toda su carrera docente y artística en Navarra, donde permaneció ininterrumpidamente durante 55 años.

En el año 1870 el periplo vital de Eduardo Carceller da un giro brusco al establecerse en Navarra, tomando posesión de la plaza de profesor de la Academia de Dibujo de Tudela. Carceller permaneció en Tudela por espacio de cuatro años en que, a buen seguro, contribuyó al desarrollo cultural y pictórico de la ciudad ribera. El año 1874 abandona Tudela definitivamente para instalarse en la capital Navarra. Obtiene la plaza de profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, permaneciendo en dicha escuela hasta el año 1895, un largo espacio de tiempo de más de veinte años. Sucedió en el cargo al primer profesor de dicha escuela, Mariano Sanz y Tarazona. A través de Artes y Oficios, Carceller comienza a tener un papel relevante en el panorama cultural de la ciudad y en la formación de una destacada generación de artistas navarros. Hay que señalar que Carceller, en Artes y Oficios, fue profesor de importantes artistas de esta tierra como Enrique Zubiri, que acabará sustituyéndole en el puesto el año 1895, Javier Ciga, Natalio Hualde, Justo Cañas, etc.

El artista contrajo matrimonio con Serafina Blasco en 1877. No obstante, estuvo casado en primeras nupcias con una mujer tudelana, apellidada Bona. Tras el fallecimiento de su segunda mujer contrajo nuevamente matrimonio, en 1910, con la señorita Petra Oraá. La década de los años ochenta y noventa trae el aumento de la fama del profesor Carceller dentro de la sociedad pamplonesa y de su ambiente cultural. Expone su obra en los escaparates pamploneses, es jurado en diversos certámenes de arte, pinta cuadros regularmente. En 1895 el artista abandona su puesto docente en Artes y Oficios para continuar su carrera docente en el Instituto Provincial. También es ésta un momento de reconocimientos a su persona. Fue nombrado correspondiente de la Real Academia de BBAA de San Fernando en 1910, lo que supuso para Carceller un auténtico orgullo personal y artístico. Por esta época puede datarse también la participación de Eduardo Carceller en la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra. Ejerció en la misma el cargo de Administrador del boletín y fue designado para catalogar la sección de Pintura del Museo. El 27 septiembre de 1918, Eduardo Carceller se jubila en su plaza del Instituto Provincial, tras 23 años ininterrumpidos de servicio en el mismo y con 74 años de edad. Con ello se cierra una etapa de magisterio artístico en Navarra de prácticamente 48 años. El día 20 de agosto de 1925 la prensa local recogía la noticia de su fallecimiento.

Obras

Respecto de las técnicas artísticas que practicó el autor, la inmensa mayoría de su producción está realizada al óleo; se trata de una obra de ejecución cuidada y con esmero y, en prácticamente todas las ocasiones, ejecutada sobre lienzo. En todos estos aspectos, Eduardo Carceller aparece como un artista cuidadoso y pulcro, poniendo especial cuidado en sus realizaciones. El formato habitual es medio y no desdeña, sobre todo en retratos, el formato oval tan característico en la pintura decimonónica. Así hace, por ejemplo, en los retratos de Pedro Ciga y su mujer, en el de Ramón Yanguas o en el de la señora Bescansa. Además del óleo cultivó con asiduidad la acuarela. Con la acuarela plasma tanto figuras como paisaje, aunque es verdad que no hemos catalogado ninguna de ellas físicamente y solo las conocemos a través de las reproducciones fotográficas de la revista La Avalancha. La caracterización estética de la obra del pintor Eduardo Carceller es relativamente sencilla. Se trata de un artista pegado siempre a la tradición figurativa y a la mejor pintura española de corte realista. Dada su formación académica decimonónica y su amplia labor, ligada siempre a la docencia del arte, su pintura no se desvinculó nunca de los rígidos convencionalismos academicistas impuestos por su momento histórico.

Pintura histórica

La práctica de la pintura de historia debe corresponder a las primeras épocas de la pintura del artista. Podemos suponer que, una vez instalado en Navarra, Eduardo Carceller comenzó a realizar otro tipo de obras. En esta temática, los títulos conocidos son Cervantes en la cárcel de Argamasilla, Arresto del Duque de Alba y Tributo del rey moro de Zaragoza a Sancho el de Peñalén.

Retrato

Pero, sin duda, el retrato constituye el grueso de la producción de este artista. Podemos afirmar que Eduardo Carceller acabó siendo el retratista oficial de la sociedad pamplonesa entre 1880 y 1920. En esta disciplina tan solo contará con la competencia de dos de sus discípulos, de Enrique Zubiri y, en los últimos tiempos de su vida, la de Javier Ciga. Tenemos catalogados un par de docenas de retratos de este artista. Podemos citar los de Alfonso XII, del Ayuntamiento de Estella (1876) o del Museo de Navarra, los de Ramón Yanguas (1880), Pedro Ciga y Dorotea Fernández, obras de 1885, del Museo de Navarra, o la Sra. Bescansa (1884). Estamos ante retratos que se inscriben dentro de la más pura línea estilística española del género, ejecutados con perfección técnica, seriedad y profundidad. Otros buenos ejemplos son el Obispo Oliver (1890), del Museo de la Catedral, el Conde de Oliveto, Don Joaquín Jarauta (1896), conservado en la Casa de Misericordia de Pamplona o el Don Gonzalo Zúñiga (1896), que conservan sus herederos en tierra Estella.

Religiosas

Respecto de las obras de temática religiosa hemos catalogado varios títulos como San Antonio de Padua (1907), San Francisco Javier (1885), de regular factura y un interesante Santo Cristo de Aibar.

Todas estas obras las podemos encuadrar en una pintura de carácter religioso y piadoso, según los cánones de la práctica de este tipo de pintura dentro del siglo XIX. Además de los cuadros citados, la prensa da noticias de dos acuarelas con temas religiosos, San Francisco Javier de 1895, y la Dolorosa de 1903. La que representa al santo patrón de Navarra aparece reproducida en la revista La Avalancha. Hay también un cuadro de dimensiones mayores, pintado para

Costumbristas

Practicó también el costumbrismo; el Museo de Navarra conserva los mejores ejemplos de dicha temática con los títulos Rapapobres (1870) y Monaguillo de Tudela (1871).

Sin duda estamos ante un cuadro para acreditar al autor, de un naturalismo que raya en el realismo. La otra obra conservada también en el Museo de Navarra, Monaguillo de Tudela, tiene características similares. El resto de las composiciones que podemos incluir en esta temática son un par de representaciones de gitanas, una de ellas a la acuarela, fechada en 1884, y la otra al óleo, de 1897, pintada en la superficie de una pandereta. La primera obra que hemos encontrado referenciada de Eduardo Carceller llevaba por título Costumbres y suponemos se trataba de una escena costumbrista valenciana, fechada en el año 1857 y realizada en plena adolescencia del artista. Existe también otra obra mencionada por la prensa navarra, bajo el título de Fenómeno y regalada al Instituto Provincial de Pamplona en 1910.

Emulando a los Grandes Maestros

Otra parte notable de la producción artística de Eduardo Carceller se realizó en forma de copias de las obras de maestros consagrados. Hemos anotado hasta docena y media de cuadros de este estilo. Por los títulos y maestros que se citan es indudable que el artista predilecto de Carceller era Bartolomé Esteban Murillo. Este es, en definitiva, el periplo vital y estético de Eduardo Carceller. Sería deseable organizar una buena exposición de su obra para que el mundo del arte navarro pudiera visualizarlo de la mejor manera posible.

Paisaje

Se trata, sin duda, de una temática claramente minoritaria dentro de la producción del autor. Parece ser que Eduardo Carceller se incorpora a esta práctica en los años postreros del siglo XIX, animado tal vez por los progresos que dicha temática lograba en esa época. Hemos podido localizar tres obras paisajísticas realizadas a la acuarela. De dos de ellas poseemos fotografía al ser publicadas en su momento por la revista La Avalancha, en el año 1895. Una de ellas representa una vista de las torres de San Cernin, mientras que la otra, que parece más afortunada, presenta una vista de la iglesia y camino de la localidad de Huarte (fig. 12), fechada en julio de 1889. Estamos ante una composición sencilla y equilibrada, ejecutada con gusto estético. En ambos ejemplos, la revista indica que las obras están «tomadas del natural».

Referencias

Bibliografía