Diferencia entre revisiones de «Santa Cruz de la Sierra (España)»

Contenido eliminado Contenido añadido
Alelapenya (discusión · contribs.)
Deshecha la edición 38986476 de 88.27.121.130 (disc.)
Línea 145: Línea 145:


- Casa del Conde, del s.000, relacionada estrechamente con la colonización de América, actualmente conservada y restaurada en gran parte, se ha convertido en una hermosa casa rural, como centro del turismo cultural extremeño.
- Casa del Conde, del s.000, relacionada estrechamente con la colonización de América, actualmente conservada y restaurada en gran parte, se ha convertido en una hermosa casa rural, como centro del turismo cultural extremeño.

- Un lugareño fundó la ciudad del mismo nombre en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.


== Notas ==
== Notas ==

Revisión del 11:28 23 jul 2010

Santa Cruz de la Sierra
municipio de España

Escudo

País  España
• Com. autónoma  Extremadura
• Provincia  Cáceres
• Comarca Tierra de Trujillo
• Partido judicial Partido Judicial de Trujillo
Ubicación 39°20′10″N 5°50′45″O / 39.336111111111, -5.8458333333333
• Altitud 604 m
Superficie 44,6 km²
Población 319 hab. (2023)
Código postal 10...
Alcalde María Belén Corredera Miura

Santa Cruz de la Sierra es un municipio de en la provincia de Cáceres, Partido Judicial de Trujillo, Comunidad Autónoma de Extremadura.

Geografía

El término municipal se asienta sobre que conforma un relieve en el que dominan las formas aplanadas, salvo en el sector emplazado sobre la sierra de Santa Cruz, donde la altitud supera los 700 msnm y las pendientes superan el valor del 20 por 100. El clima es tipo mediterráneo y son sus características esenciales la irregularidad pluviométrica y el contraste térmico estacional. Las precipitaciones alcanzan un registro medio anual de 760 mm que se recogen principalmente en invierno (291 mm), en tanto que en verano apenas se reciben 28 mm . Los cursos de agua más importantes son el arroyo Búrdalo y el Jumaro.

Arqueología

Son muy numerosos los restos arqueológicos encontrados en el término de esta localidad pertenecientes al Neolítico y a la época romana. También del período visigodo hay algunos restos, como una pilastra de mármol que en la actualidad se conserva en el templo parroquial.

Por esta villa legendaria han pasado las civilizaciones precélticas, celtíberas, lusitanas, vetonas, árabes y romanas. Cuna de ilustres personajes como Nuflo de Chaves fundador de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia (localidad con la cual se encuentra hermanada en la actualidad). También pasó por ella Don Juan Sanchez, duque de Estrada, el padre Diego Samaniego, jesuita.

Patrimonio arquitectónico

En lo alto del pico de Santa Cruz se conservan restos de un castillo árabe, viviendas y cementerio.

En la misma localidad se halla un arruinado convento agustino del siglo XVII, con la iglesia de mampostería de cruz latina, celdas, claustro y numerosas dependencias. Se conservan restos de pintura mural, con motivos vegetales, geométricos y animados. De los retablos e imágenes que tuviera, sólo se conserva una pequeña imagen en granito de San Agustín, de hacia 1700.

En un lateral de la plaza, se alza el templo parroquial de la Vera Cruz, con aparejo de mampostería y sillería granítica. En la fachada de occidente se abre una portada apuntada muy decorada. El costado sur está precedido de un pórtico de siete arcos de medio punto sobre pilares de sencilla molduración que apoyan en un zócalo liso. Se accede al interior por una portada de medio punto, flanqueada por columnas compuestas sobre plinto; con sencillo entablamento y frontón recto. La torre, con remate piramidal, se alza a los pies del templo. En interior consta de nave única, con cubierta de madera remozada a dos aguas; capilla mayor ochavada con dos tramos de bóvedas de terceletes, en donde se lee la fecha "Año de 1503". A los pies se levanta el coro, con arcos de medio punto enmarcando el central, escarzano; actúan de soporte columnas con capiteles con volutas invertidas y telas colgantes. El templo puede datarse en los inicios del s. XVI. La puerta de la epístola y el pórtico que la precede pueden situarse en los inicios del s. XVII. Se conservan en el templo piezas muebles de cierta calidad artística: el púlpito de granito y la pila bautismal, de principios del XVI, donde aún se observan elementos decorativos góticos. Otras piezas destacables son el retablo mayor del s. XVII y varias imágenes barrocas como la de Santa Rita y la de Nuestra Señora de la Consolación.

Historia

La Contribución de Santa Cruz de la Sierra a las 29 personas de esta pequeña villa (Según Navarro del Castillo), se integraban en el proceso americano para contribuir la otra Santa Cruz de la Sierra en Bolivia tras una expedición que partió desde Asunción (Paraguay). Después de infinidad Ñuflo de Chaves moría por los defensores originarios de El Chaco en 1568.

En 1594[1]​ pertenecía a la Tierra de Trujillo en la Provincia de Trujillo

A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, desde 1834 quedó integrado en el Partido Judicial de Trujillo.[2]​ En el censo de 1842 contaba con 120 hogares y 657 vecinos.[3]

Santa Cruz de la Sierra

Después de Trujillo, la villa por excelencia, desde el punto de vista histórico, es Santa Cruz; aún así se puede asegurar que, en los tiempos prehistóricos, fue mayor su importancia en la de Trujillo, que es, en aquella fecha, de una existencia muy dudosa mientras que Santa Cruz es un libro abierto para el estudio de aquellas edades, que tanto interés despiertan hoy entre los hombres consagrados a esta ciencia.

El famoso cerro de San Pablo es un grandioso museo, donde se conserva para los estudiosos todo lo que puede interesar de aquella civilización que tuvieron los celtíberos de nuestra región, como si a este punto se hubiera hecho centro o núcleo de una gran familia de aquellas con que se las tuvo que ver muy seriamente el pueblo romano, como antes el cartaginés y el fenicio. No es de este lugar hacer una descripción minuciosa de todo lo que ahí curioso y antiguo en este empinado cerro, en sus alrededores, pues esto merece un tratado especial más amplio y una pluma más inteligente era, de simple aficionado. Baste decir que abundan los sepulcros, las vías, en los recintos sagrados, las construcciones, las cuevas, las fortificaciones y defensas, hasta la escritura ibérica. Todo esto fue utilizado posteriormente por romano, que nos dejaron el pueblo sembrado de lápidas, inscripciones, objetos, como pesos y medidas, vestigios de sus industrias, caminos, cultivos de árboles y flores casi en mayor número y de más importancia que los restos de la época romana de Trujillo. Entre las lápidas sobresale que perpetúa la memoria del célebre Viriato que se presume, por esto, con fundamento que tuvo en este pueblo sepulcro. En el último período de la época árabe tuvo Santa Cruz gran importancia militar, como lo acreditan fortificaciones que se descubren aún de lo más alto del picacho, donde hubo un buen castillo con sus aljibes y fosos bien detallados, bodegas y subterráneos bastante capaces para sostener una lucha prolongada.

Cuando en 1232 se conquistó Trujillo, bajo la dirección del maestre de Alcántara, Don Arias Pérez, aunque el avance fue muy considerable, como hemos visto, que llegó hasta el Guadiana por algunos sitios, todavía la fortaleza de Santa Cruz siguió resistiendo en poder de los moros, hasta el punto que don Arias tuvo que desistir de sitiarla y reducirla, muriendo a poco de la conquista de Medellín que fue, dos años más tarde, sin lograr que Santa Cruz cayese en poder de sus caballeros. Esta empresa realizó su sucesor, Don Pedro Yáñez, por cuenta de la orden de Alcántara, el día 28 de agosto de 1234, con ayuda de los caballeros de Santiago de la parte de Mérida y de los elementos de Trujillo y otras villas; así lo asegura el mejor historiador de Alcántara, Torres tapia.

Agregada Santa Cruz a Trujillo, desde aquella fecha, y con ella a la corona por la permuta que hizo con don Arias el Rey San Fernando algunos meses antes (24 de abril de 1234) por Mugacela y sus términos, continuó siempre en la jurisdicción de la ciudad, como lugar importante, por su posición y por su vecindario, llegando en los siglos XIV, XV, Y XVI a alto grado, por lo que resta de muchas construcciones de esa época, y sobre todo por su magnífica iglesia parroquial, donde hay estilos de todas las épocas, verdaderos primores de arte, éntrelos muchos objetos que encierra. Es una Iglesia que empezó a trazarse a semejanza de Santa María de Trujillo pero que no ha podido renovarse y embellecerse como aquella, aunque a trechos presenta bellezas góticas, como su gran portada del poniente y su magnífico púlpito; obras planteen estas, como el precioso arranque y ménsula de la escalera del coro, varias imágenes y pila bautismal. En esta iglesia hay una pequeña columnita con relieves bien definidos de aquella época visigoda. Es el único objeto curioso que he podido hallar por estos territorios, de aquella civilización que tan escasas huellas nos han dejado.

En la conquista este pueblo recibió nombre de Santa Cruz, ya ellos alude una bellísima cruz gótica que se levantó en su casa Concejo, existe hoy, casi intacta, a las espaldas de la iglesia; se ignora el nombre que le darían los árabes, aunque en tiempos de los romanos -aseguran algunos- se llamó Sambris. Yo no he podido comprobar esto por ningún documento ni tradición más o menos antigua.

En este pueblo murió el favorito de Enrique IV, don Juan Pacheco, marqués de villana, cuando se disponía a posesionarse de la fortaleza de Trujillo que la había donado el Rey en una casa parador, situada al borde del camino real, en el extremo norte del pueblo, hoy en ruinas, formando sus padres dones las tapias de un huerto, parece que tuvo lugar este acontecimiento, el cual hoy es aislado y sin importancia, pero que debió ser muy trágico y comentado en aquella época, por lo elevado del personaje y su influencia en todo el reino.

De esta época es la leyenda de los Monroy, todo ella verídica y curiosa. Eran dos hermanos, caballeros de corte este apellido, que vivían en este pueblo, donde tenían magnífica casa y posesiones, quienes por pecados públicos tuvieron que ir en peregrinación a Roma a impetrar del Santo padre la absolución. Al emprender el viaje dejaron sus bienes y hacienda para que los administrase sus mujeres, y cuando volvieron, se encontraron pobres y casi desposeídos de ellos por ineptitud o abandono de sus consortes. Entonces escribieron, en el frontispicio de su casa y por debajo de sus blasones, esta descripción:

                                 Hacienda no baste dejar    
                                 En mujer, que no hay razón,
                                 Por dejar las se perdieron
                                 Estos qué Señores fueron
                                 De Belvis y de Monroy.

En una ventana de otra casa hay una gran piedra en la que están grabadas toscamente dos figuras de peregrinos que se supone sean éstos dos hermanos, en confirmación de la tradición y leyenda popular.

En el año 1627 compró este pueblo don Juan de Chaves y Mendoza al mismo tiempo que La Calzada (Herguijuela) y lo hizo villa en señorío, fundando con el título de conde de la Calzada y Santa Cruz. Desde entonces comenzó para este polo su época de decadencia, pues con estos señores no pudieron vivir otros muchos en vasallaje y fueron desapareciendo con sus bienes, y lo mismo el pueblo vio desmembrarse lentamente sus propios por vejaciones, imposiciones y abusos de algunos de estos señores. Un nieto del primer señor, llamado don Joaquín de Chaves, levantó el hermoso convento de los Agustinos, cuyas ruinas son hoy todavía vivo testimonio de su magnificencia. Los frailes hicieron con el patrimonio de estos señores y del pueblo (aunque a remolque) grandes obras de utilidad pública, pero también suya, prevaleciendo se de su influencia y preponderancia. Con todo, esta institución influyó mucho la cultura y las artes de esta villa, que posteriormente no ha prosperado. Este convento no queda nada más que las paredes del recinto de una magnífica iglesia que se venderá a tierra muy pronto, por falta de reparación, y será una verdadera desgracia, pues es un estilo puro del renacimiento y del proporciones tan acabadas y perfecta de pocos templos pueden compararse que pequeño a ella. En la parroquia ahí, procedente de este templo, una preciosa imagen de Nuestra Señora de la Consolación y Correa, y el retablo que es muy artístico, con algunas imágenes.

Hoy, esta villa de verdores primaverales, de encantos naturales muy atrayentes, de perspectivas muy agradables, es un pequeño poblado que vive entre grandes recuerdos históricos, que lo hace ser visitado con frecuencia por curiosos, pero sin porvenir, por lo reducido ha quedado su patrimonio.

Acrópolis ibérica de Santa Cruz

I

Al que promete dedicar mis ratos de ocio el paso del hombre primitivo por ello y su tierra se revela por huellas han dejado tras sí en el de roca l Berrocal y sus inmediaciones; esta huellas aparecen en los menhires o hitos, en la que la montada, o caballeras, en sencillos túmulos o trilitos, y en piedras bamboleantes y el equilibrio. Poco conocida y menos estudiada, la región del Berrocal precisa tiempo, constancia y observación de detalle para ir descifrando la lectura de sus monumentos, donde el hombre primitivo nos ha dejado señalada su historia.

II

Una observación importantísima para estos estudios. Cuando se trata de interpretar los monumentos prehistóricos (dólmenes, piedras bamboleantes, etc.) no es raro el observar el gesto de incredulidad y escepticismo, pagó entre gentes cultas y de estudio, por considerarlos como producto de agentes naturales, sin intervención de la industria del hombre. Cierto que, en muchos casos, esos monumentos son el resultado de agentes físicos (trastornos y convulsiones geológicas de aquellas edades tan remotas) y algún sabio geólogo hablando de monumentos de esta clase, en la próxima Sierra de Montánchez, los presenta como ejemplo de las acciones químicas del aire húmedo produce por virtud del vapor de agua, anhídrido carbónico y oxígeno que contiene, descomponiendo el granito, abriendo erosiones y dando por resultado las piedras caballeros y las de equilibrio inestable; pero si la ciencia y te voy esta explicación ante las piedras, que por su forma y disposición parece colocadas de intento, ¿cómo no admitir que de inculto hombre primitivo debió considerar tal gravitación como milagro debido a un poder sobrenatural?. La superstición e ignorancia de aquellas gentes considerarían las formas caprichosas de las moles como imágenes monstruosas de sus absurdas divinidades, y secretos misteriosos del futuro que tanto han interesado al hombre de todas las edades. Sin duda, él hombre primitivo aprovecharía, en muchos casos, esos mismos monumentos naturales para precisar mejor sus contornos y detallar con exactitud las líneas, de conformidad con las absurdas ideas extravagantes concesiones que abrigaba su cerebro. Así, es frecuente hallar asociados en un mismo monumento los productos del arte con las obras caprichosas de la naturaleza. Esta es la opción corriente entre los arqueólogos, y de este modo explica él Sr. Mélida el uso de ciertos monumentos; verbigracia, las piedras oscilantes, como signos adivinatorios o sibilas primitivas.

III

A la altura en que se encuentra hoy estos estudios, no es difícil precisar la época y el carácter de los monumentos primitivos. En nuestra península, donde tanto abunda, no fueron obra de los turistas o casos superior del pueblo celta, como se venía creyendo hasta hace pocos años, sin resultado, del arte de varias generaciones de una raza. Anterior a esos monumentos megalíticos existen en nuestra península otros que revelan una civilización hasta hace poco desconocida y casi increíble por el realismo que refleja en las artes del dibujo; tales son las pinturas rupestres de las cuevas y abrigos de la época paleolítica, cuyo estudio tanto interesaba hoy a los arqueólogos y que hacen de nuestro España el museo más completo que se conoce en Europa del hombre cuaternario pleistocénico. A esta era, que acaso terminará su formación con el diluvio bíblico, sigue cronológicamente la era geológica moderna; en su comienzo se encuentran los monumentos neolíticos de qué nos vamos a ocupar. No creo haya en la tierra de Trujillo huellas del hombre paleolítico; por lo menos hasta ahora nada se ha descubierto pero indique; tal vez pudieran encontrarse en las vertientes de las Villuercas y los valles formados por sus ríos.

IV

He aquí la cronología, admitida por los arqueólogos españoles, de aquellos antiguos pueblos. Los primeros pobladores de España serían los íberos, venidos del Asia por el estrecho de Gibraltar (quizá istmo en aquellas edades) en el siglo XIV antes de J. C. debieron llegar las colonias fenicias de Sidón; en el siglo XII las De Tiro fundado Cádiz, y por Entonces los pelascos o pueblos afines antehelenos con sus construcciones ciclópeas; en los siglos VIII y VI colonias griegas focenses; en el mismo siglo VI y III los cartagineses, primeros dominadores descendientes de los fenicios establecidos en Ibiza desde el siglo VIII. En él VI llegaron los celtas por el norte, fusionándose en parte con los íberos, formando así el pueblo celtíbero, y en él III los romanos que al fin dominaron y organizaron la Iberia. Como se ve por el cuadro anterior, desde los tiempos más remotos, la península sirvió de escenario a toda clase de razas, y necesariamente habían de dejar en ella señales de su estancia, usos y costumbres.

V

Dos caminos conducen a la cima desde el llano: Uno (el camino de los moros) arranca de la parte este del pueblo, sube en plano inclinado, por el lado norte de la montaña en dirección este-oeste y, a los dos tercios de su altura, cambia bruscamente formando ángulo agudo para entrar por él "cancho de la misa" en la primera planicie, la más interesante de la Sierra; a qué interrumpiendo por desprendimiento de rocas y trabajos de las aguas, su trazado se observa con toda precisión desde el pueblo sobre el fondo oscuro de la montaña. Al formar el ángulo para escalar la altura, atraviesa por un desfiladero natural, sabiamente aprovechado por el pueblo que, en el transcurso de los siglos, habitó en la Sierra para su defensa. Aquella era la puerta de la casa y había necesidad de tenerla bien guardada.

El otro camino, menos conocido, arranca de los montículos que forman la base de la Sierra en su lado este hacia el sitio " la majada del cabrero" y su exposición escalonada, formando zig-zag, hasta el pico más elevado de la Sierra; pues se encuentra borrado por estar ciego de malezas y cortado casi en su totalidad, pero con los restos que quedan, debió ser mucho tránsito y buena traza. Por él, con bastante facilidad, se pondrían en comunicación las gentes de la altura con el llano; uno y otro se hallaban empedrados formando calzada y eran los únicos puntos accesibles de la montaña.

Subiendo desde Santa Cruz por la derecha del derruido monasterio de los Agustinos, encontramos " el camino de los moros" en el desfiladero ya mencionado; siguiendo la calzada, en cuyo flanco izquierdo pueden estudiarse las construcciones ciclópeas en amalgama con los árabes sirviendo de cortinas y muros de contención del sendero, pasamos por " el cancho de la misa" y él menhir situado frente a él, que sirven de centinela a la entrada de lo que yo llamaría al campo sagrado, o sea, la primera planicie de la Sierra, entre pico central y el risco de Santa Cruz, arranca la más interesante y la menos profanaba por sucesivas civilizaciones, que forma hoy lo que pudiéramos llamar acrópolis ibérica.

VI

Se daba el nombre de acrópolis en las ciudades de Grecia a la parte más alta y mejor defendida de la población (lo que son nuestras ciudades); allí se reunían los monumentos principales, templos, palacios, etc. Después, por extensión, se aplicó el nombre a la parte elevada de todas las antiguas ciudades. La acrópolis de Santa Cruz debía estar en el pico central, bajo las ruinas de la antigua fortaleza árabe, y cuyos escombros cubren hoy el suelo de todo el risco. Allí, a sus pies, formando semicírculo, se extendía a todo el poblado; más abajo, la necrópolis, y en sus flancos, los grandes monumentos megalíticos (dólmenes y menhires) que ahora siguen.

VII

Poco antes de llegar a la primera estribación, frente al " cancho de la misa" y algo más elevado, se destaca enhiesta sobre el horizonte la estela de un menhir; forma parte del monumento que constituye el cancho de la misa.

Cuatro piedra lo forma: las tres del dolmen y el menhir; mejor dicho, el monumento lo constituye una variedad del dolmen, él trilito (de tres piedras) y, unido a él, la estela del menhir; pero el artista rudimentario no pudo idear forma más sencilla para la solución del asunto. Aprovechando la proximidad de dos moles rocosas que no acaban de ponerse en contacto cruzó sobre ellas otra piedra tosca y sin pulir a manera de puente y junto a uno de los sus extremos, sirviéndole de basamento la misma roca, eleva su índice la estela devastada y pulimentada, y para mayor fijeza, se sirve de la cabeza de puente del trilito para estribo del menhir.

Compárese este monumento con otro semejante, el que se encuentra al este del tipo central, en la cresta de la Sierra y sitio conocido por " el risco de los Casares". El monumento es análogo, pero con estas diferencias. En él dolmen de los Casares, la piedra horizontal del trilito está labrada y desbastada, y el menhir es tosco y sin pulimento; es una aguja desprendida de la roca y colocada en alto. En él dolmen de la misa, por el contrario, el menhir es tallado y el trilito tosco; en aquel, la piedra del dolmen es mayor que la del menhir (mide 2,25 m. por 1,50 m., y se haya a 2,25 m. del suelo) y está algo separada del menhir; si bien forma parte del mismo monumento, en este, él menhir es mayor que el dolmen, unido a él, y todo el monumento a poca altura del suelo. Por lo demás, en uno y otro sean utilizado los bancos rocosos de la Sierra para mostrar sobre ellos la piedra horizontal, y en ambos, el artista tuvo cuidado de calzar la piedra en uno de sus extremos para salvar el desnivel de la roca. Nada se observa a simple vista alrededor del primero; en el plano sobre el que se alza el segundo, se descubren vestigios de otros monumentos. Otra diferencia de gran importancia, como después diremos, es la forma delmenhir; en los Casares figuran aguja natural de la roca; en la misa figuraba un hacha primitiva tallada de intento por la artista sobre el granito.

VIII

Contemporáneo de ellos, sin duda, es el menhir (la silla del fraile) próximo al pico meridional de la Sierra, bajando por el risco de los Casares, y a pocos pasos de la cueva del fraile, de la que haremos mención.

Es un soberbio menhir de varios metros de altura, formado por dos cuerpos: el primero, que sirve de base o pedestal, es una hermosa roca de forma cónica truncada, moldeada por la intemperie en el transcurso de los siglos, y ocupa los dos tercios de altura; sobre ella descansa otra piedra de formas extraña y caprichosa, cuya figura, vista desde uno de sus frentes, semeja las setas u hongos, pero rodeando su contorno; se aprecia una gran desgaste en el arranque del fuste, que le da apariencia de silla de montar; de donde ha tomado nombre vulgar (la silla del fraile).

IX

El carácter monumental y religioso de los dólmenes descritos nos ofrece duda alguna; los mismos. Donde se levantaron, a derecha e izquierda de la acrópolis, en lo más alto de la montaña, sus menhires denunciaban el campo sagrado de la tribu.

Una observación, por lo que pudiera servir para la historia del arte indígena, es el palacio Real de Cuosos, llamado antes El Laberinto, descubierto por el inglés Evans en la isla de Creta, fue conocido con el nombre de Él Palacio del Hacha, se observa en todas partes, esculpida en relieve o en el bulto, una doble hacha, a la cual -según todas la probabilidades- se le rendía culto. Como la cuna de la civilización estuvo en las ciudades y antiquísimas de Asiría y Egipto, y en las prehelénicas de los tiempos legendarios de Grecia... ¿No pudiera ser el menhir del ancho de misa copia imperfecta del culto del " hacha", traído del sur de nuestra península con las tribus afines a los helenos, al invadir nuestro suelo en los últimos tiempos de la prehistoria?.

La " silla del fraile" revela uno de sus monumentos naturales en los que puede, muy bien, intervenir la mano del hombre como algo a sus ideas y sentimientos; al casino fuera, no hay que olvidar -como dice Menéndez Pelayo-que la litolatría (culto a la piedra) fue uno de los cultos del hombre primitivo; y si hoy, al bajar la pendiente del poblado de los Casares, en dirección a la cueva del fraile, y encontrarse con aquel gigante que, medio culto, defiende el paso del desfiladero, se siente el ánimo como acobardado, en mezcla de curiosidad y asombro. ¿Qué pensaría el hombre rudo de aquellas edades?, ¿vería quizás en aquella figura alguna semejanza monstruosos ídolos?.

Tal vez el arqueólogo erudito encontraría alguna relación entre la Siria del fraile y el culto fálico defendiendo por el abate Brenil. Sea de ello lo que fuere, para mí no ofrece duda que esa piedra tuvo que ser objeto de culto da el pueblo.

X

Los monumentos indicados señalan el paso del arte neolítico de por Santa Cruz. ¿Y el paleolítico, no llegó a poner la planta en la Sierra?. No podría asegurarlo. Para ello se requiere estudio más detenido y observación detallada y minuciosa de toda la montaña. Es un trabajo de tiempo y paciencia que nadie ha llevado a cabo hasta la fecha.

Por lo que pudiera esclarecer el asunto, haré mención de los signos criollitos observados en las rocas.

Llaman los arqueólogos escritura ogmica o de cazoleta a los hoyitos semiesférico que con frecuencia se encuentra en los monumentos de esa edad. En amalgama con la pintura rupestre de las cuevas y abrigos, se notan también algunos signos extraños y variados, clasificados por los peritos en "tectiformes", "nabiformes", "escaleriformes", etc., según el dibujo que presenta unos y otros sean del todo en descifrados, y ni siquiera consta que sean verdaderamente alfabéticos, pues mientras unos los considera como instrumentos de caza, otros los tiene como emblemas y símbolo, y no falta quien crea ver en ellos la asignatura o marca de fábrica del artífice. En general se consideran como caracteres de la escritura prehistórica de los pueblos de la península. Téngase en cuenta que los hoyitos en cuestión, abiertos en la piedra, tiene gran parecido con los que se usaron los chicos en sus juegos infantiles, y pueden verse en los poblados sobre las piedras del sendero y multitud de roca de las inmediaciones, ya solos ya agrupados con otros signos en forma de cruces o "claviformes", abiertos en granito.

Próximo al poblado de Santa Cruz, entre las ruinas y la fortaleza árabe, se encuentra un peñón de grandes dimensiones, en uno de cuyos lados se descubren trazados geométricos imitando romboides; la inclinación del amo le hace creer que aquel dibujo caprichoso es obra del agua a resbalar por la superficie durante el transcurso de tantos siglos. ¿Más, porque no pensar que el dibujo puede ser trazado por el primitivo, continuando la acción del agua el trabajo que el arte empezara?. Y otro tanto pudiera creerse descanso de la misa, nombre harto significativo. Situado a la orilla del camino para servir de refugio contra el lentisco, se serviría del muro como lienzo para adiestrarse en el trazado de líneas cuyas huellas parecen descubrirse bajo desgaste de la roca; tal era su taller de aprendizaje, como sabemos por otros muchos abrigos y refugios estudiados en nuestro suelo.

XI

También se encuentran cuevas en la montaña, sólo puede conocer la del fraile. Formada por una sola roca, más que cueva semeja una trampa gigantesca, que sirve de albergue en los días crudos del invierno a pastores y ganaderos.

Nada digno de notarse se encuentra en ella a primera vista; trozos de empedrado cubren el suelo, sin duda obra de pastores en previsión de filtración de aguas. Para conocer si pudo albergar al primitivo, sería preciso rebajar la línea de tierra y levantar el enrollado del pavimento. De otra nos dieron noticia y la buscamos con verdadero interés y, en nombre con que se la conoce por la gente del campo era para detectarlo, " la cueva de los huesarran-chos". Pero todo nuestro afán resultó infructuoso y estéril. Se hace necesario, sin duda, investigación más concienzuda y minuciosa. Nada, hasta el presente, se ha descubierto que demuestre la existencia de pinturas. Pero eso no significa que en fecha próxima no podrán hallarse en algún peñón o abrigo del monte; la Sierra está desconocida. Sólo uno que otro pastor ha penetrado en sus barrancos, ganaderos y profanos, para quienes nos ofrecen interés estos asuntos, ya cuyas miradas pasan desapercibidos detalles de importancia que no escapa al observador y perito en estos estudios.

Por otra parte, su contorno comprende algunos kilómetros de terreno Fragoso y difícil, cortado por símas y barrancos, moles de granito y maleza, de lo hacen intransitable y aumentan las dificultades de su estudio, en excursiones rápidas y de pasatiempo.

Patrimonio Histórico Cultural

- Iglesia del Convento de los Agustinos, de estilo Barroco del s.XVII, hoy solo se conservan sus ruinas y algunas pinturas deterioradas por el paso del tiempo.

- Iglesia Parroquial católica de la Vera Cruz de estilo gótico del s.XVI, declarada Monumento Provincial de interés Histórico-Artístico, en buen estado de conservación por la colaboración del pueblo y la cofradía de Santa Rita, últimamente se han restaurado tres altares y algunas imágenes.

- Casa del Conde, del s.000, relacionada estrechamente con la colonización de América, actualmente conservada y restaurada en gran parte, se ha convertido en una hermosa casa rural, como centro del turismo cultural extremeño.

Notas