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Revisión del 10:47 20 jul 2010

Ernesto Luis de Hesse-Darmstadt
Gran Duque de Hesse y del Rin
Ejercicio
Predecesor Luis IV
Sucesor Abolición del Gran Ducado de Hesse
Información personal
Nombre completo Ernst Ludwig Karl Albert Wilhelm
Nacimiento 25 de noviembre de 1868
Fallecimiento 9 de octubre de 1937
Familia
Casa real Casa de Hesse-Darmstadt
Padre Luis IV de Hesse-Darmstadt, Gran Duque de Hesse
Madre Princesa Alicia del Reino Unido
Hijos véase Descendencia

Ernesto Luis de Hesse-Darmstadt ( en alemán Ernst Ludwig Karl Albrecht Wilhelm 25 de noviembre de 18689 de octubre de 1937) fue el último Gran Duque de Hesse de 1892 a 1918. Sus padres fueron Luis de Hesse-Darmstadt —que más tarde sería el Gran Duque de Hesse— y la princesa Alicia del Reino Unido, segunda hija de la reina Victoria y el príncipe Alberto.

Primeros años

Tuvo seis hermanos, Victoria, Ella, Irene, Federico, Alix, y Marie. Se crió en el Neues Palais de su padre en Darmstadt, de acuerdo a las normas de educación británicas y supervisado por su niñera inglesa. En el ámbito familiar era llamado coloquialmente Ernie.

Cuando Ernie tenía cinco años, su hermano Federico, «Frittie», murió después de caer por una ventana a unos seis metros de altura, mientras jugaba con su hermano. Frittie padecía hemofilia y al parecer este padecimiento agravó las consecuencias de la caída. Debido a su sensibilidad, este evento lo afecto profundamente. Frittie fue enterrado en el mausoleo familiar en Rosenhšhe. Esta experiencia fue difícil para el joven Ernie, que pudo haberse culpado, en parte, por la muerte de su hermano pequeño.[1]

En noviembre de 1878, su hermana Victoria enfermó de difteria, pocos días después, todos los niños, excepto Ella —que fue enviada a vivir fuera de palacio—, estaban enfermos, así como también el Gran Duque. La princesa Alicia se mantuvo al cuidado de su familia. El 15 de noviembre falleció Marie, la menor de las niñas, hecho que Alicia ocultó a su familia durante varias semanas. Cuando Ernie preguntó por su hermana, su madre sollozando le informó de su muerte y para consolarlo, lo abrazó y lo besó. Unos díasdespués Alicia enfermó, y el 14 de diciembre, el decimoséptimo aniversario de la muerte de su padre, murió a la edad de treinta y cinco. En su discurso de condolencia a la Cámara de los Lores, el Primer Ministro Benjamin Disraeli dijo:

Fue su destino informar a su hijo, tan joven, de la muerte de su hermana, con quien estaba unido con devoción. El niño estaba tan abrumado por la desgracia, que la perturbada madre, para consolarlo, lo estrechó entre sus brazos y de ese modo recibió el beso de la muerte.

La Reina Victoria se hizo cargo de los niños, mimó y protegió a Ernie —que se sentía responsable de la muerte de su madre—, como nunca hizo con sus propios hijos. Supervisó su educación y crianza, dando así libertad a Luis para cumplir con sus deberes como Gran Duque reinante. Los niños pasaron mucho tiempo en Gran Bretaña con su abuela, sobre todo cuando eran muy jóvenes y tambíen en la residencia de caza de su padre en Wolfsgarten, fuera de Darmstadt. En la década de 1880 las dos hermanas mayores de Ernie, Victoria e Isabel contrajeron matrimonio, la primera con el príncipe Luis de Battenberg, futuro marqués de Milford Haven y la segunda con el Gran Duque Sergio Alexandrovich, hijo del zar Alejandro II de Rusia y la zarina María Alexandrovna.

Mimado y consentido por toda su familia, Ernesto Luis creció en un ambiente dominado por las mujeres, desarrollando un personalidad muy sensible y conradictoria, que llegó a ser fuente de muchas especulaciones y nunca logró superar la pérdida de su madre. Ernie no tenía ningún interés en una carrera militar, por el contrario, prosiguió sus estudios en la Universidad de Leipzig, asistió a clases con estudiantes ordinarios y sobresalió en literatura, historia y arte. En esta época en Leipzig, tuvo contacto por primera vez con el movimiento Arts and Crafts. Fue muy aficionado a la vida social, por lo que descuidaba sus estudios y causaba la desesperación de su abuela.


Gran Duque de Hesse

El 13 de marzo de 1892, Luis IV de Hesse-Darmstadt murió y Ernesto Luis lo sucedió como Gran Duque. Ernesto Luis llegó al trono derrochando energía, todo indicaba que su mandato sería muy diferente al de su padre, según Meriel Buchanan —hija del embajador británico—: «Quería movimiento, color y alegría sobre él. Su discurso rápido, sus gestos rápidos, sus ojos de color azul brillante, que en ocasiones podían empañarse por la melancolía, todo expresaba su temperamento voluble» y «[...] no tenía ningún uso para las caras lúgubres, los modales rígidos y la voz baja». Cuando el luto oficial hubo terminado llenó el palacio de música y risas, planeo bailes e invitó a los artistas de moda —cantantes, compositores y actores— a realizar presentaciones en el Teatro de la Corte.

Lo único que parecía faltar en la vida de Ernesto era una esposa, aunque las mujeres de la corte de Hesse intentaron atraer su atención, finalmente la reina Victoria tomó el asunto en sus manos y buscó comprometerlo con su prima, la princesa Victoria Melita, hija del príncipe Alfredo, duque de Edimburgo —cuarto hijo de la reina Victoria y el príncipe Alberto—, y de María Alexandrovna, hija del zar Alejandro II de Rusia. En octubre de 1891, muchos miembros de la familia llegaron a Balmoral para las vacaciones de otoño. Ernie y Victoria Melita —llamada Duckie en el amiente familiar— parecían disfrutar la mutua compañía y llegaron a establecer una vuena amistad, aunque la reina y el duque de Edimburgo tenían la esperanza de que fuera el inicio de una relación más profunda. Ernesto no deseaba casarse y evadía las presiones de su abuela en relación con cortejar a Duckie Ernie. La Reina escribió a su nieta Victoria, hermana mayor de Ernie, ordenándole lo hiciera viajar a Inglaterra para pedir la mano de Duckie, estaba segura, escribió la Reina, que Ernie «no dejaría pasar la oportunidad de contraer un excelente matrimonio». Sin embargo, Ernie era homosexual y definitivamente no quería casarse. Disfrutaba su reinado como Gran Duque y la nueva libertad de su posición le brindaba, la que no quería coartar con un matrimonio no deseado. Ernie le escribió a su hermana que «estaba preocupado de resultar ser un marido inadecuada».

La princesa Victoria de Hesse-Darmstadt, apoyada por su tía Victoria Adelaida, hija mayor de la Reina y emperatriz de Alemania, trató de convencer a su abuela alegando motivos de consanguinidad y el inminente problema de la hemofilia familiar. Pero la Reina Victoria amenazó a Ernie para que viajara a Coburgo a comprometerse.

El matrimonio se llevó a cabo el 19 de abril de 1894. Aunque el inició de la relación no estuvo favorecido, ambos esposos hicieron un esfuerzo por hacerla funcionar. Ernie fue un esposo atento y Ducky se desenvolvió en la vida social del ducado de una forma ejemplar. Pero los dos eran muy jóvenes y pronto cada uno hizo su propia vida. Victoria Melita de diecisiete años, prefería montar a caballo y pasear por el campo, que cumplir con sus responsabilidades como esposa del Gran Duque. Ernie, que estaba profundamente involucrado en el desarrollo de las Artes en Hesse, comenzó a resentir el egoísmo de su esposa.

La Gran Duquesa quedó embarazada rápidamente y el 11 de marzo de 1895 tuvo una hija, a quien Ernie nombró Elisabeth en abierto desafío a reina Victoria, que había solicitado se le llamara Alice. Victoria Melita no tenía mucho instinto maternal, pero Ernie adoraba a su hija y pasaba la mayor parte de su tiempo libre jugando con ella, bañarla y llevarla para paseos en el jardín del Palacio Neues. Cuanto más tiempo pasaba con Elisabeth, menos tiempo que parecía tener para su esposa y la princesita involuntariamente fue el motivo del distanciamiento de sus padres. Dos años después, el matrimonio estaba casi terminado, la pareja vivía vidas separadas y estaba llena de amargura y odio. Ernie no podía entender a su voluble esposa, ni abandonar sus propias inclinaciones, mientras que la voluntariosa Ducky se inclinaba a ser posesiva e intensamente obstinada. Ernie regresó a sus proyectos artísticos y a su pequeña hija, cuyo amor era incondicional, Ducky comenzó a pasar el mayor tiempo posible lejos de Darmstadt. Fue durante uno de sus viajes que se reavivó un viejo romance con su primo de Rusia, el Gran Duque Cyril Vladimirovich, quien eventualmente se convertiría en su segundo marido.

En 1901, la reina Victoria murió, un mes después de los funerales, Ducky dejó Darmstadt, aparentemente de vacaciones y cuando regresó, fue sólo por unos días. Aunque le dijo a Ernie que iba a visitar a su madre en Coburg, ni el Gran Duque, ni los sirvientes que empacaron más de una docena de baúles llenos de sus pertenencias de Wolfsgarten y el neues Palais, albergaban ilusiones de que regresara. Desde Coburgo, informó a Ernie que tenía intención de pedir el divorcio. Ernie mismo estaba contento, no importa cuán infeliz parecía la situación, continuar con el matrimonio, tanto para el bien de su propia reputación y de su amada hija. Ducky, sin embargo, no iba a ser disuadido. La noticia del divorcio de Hesse escandalizó a las Cortes de Europa. Era inaudito que un soberano se divorciara legalmente. La familia estaba furiosa con los rumores sobre el escandaloso caso, el zar Nicolás II de Rusia y su madre, María Fiódorovna Románova, estuvieron de acuerdo en decir: «es preferible perder a alguien cercano, que la vergüenza pública de un divorcio». Los tribunales de Hesse disolvieron el matrimonio en diciembre de 1901. Elisabeth se quedó en Darmstadt con su padre, que ahora tenía más tiempo para estar con ella.

En el otoño de 1903, a raíz de la boda en Darmstadt de la princesa Alicia de Battenberg y el príncipe Andrés de Grecia, Ernie y Elisabeth viajaron a Polonia para pasar una temporada con sus familiares pabellón de caza de Skernevetski de la familia inperial rusa. Los adultos cazaban durante el día e iban al teatro de noche, Elisabeth y los cuatro grandes duquesas pasaban el tiempo jugando. La noche del 15 de noviembre, la princesa y sus primos se fueron a la cama en medio de risas, tras disfrutar la fiesta de cumpleaños de la Gran Duquesa Olga Nikolaievna. A la mañana siguiente, Elisabeth se quejó de dolor de garganta y el médico de la corte de Rusia consideró que se debía a demasiada excitación. Por la noche parecían suficientemente recuperada y su padre se unió a Nicolás y Alejandra en una representación teatral como estaba previsto. En su ausencia, el médico de la corte, incapaz de librarse de la inquietud, llamó a un especialista de Varsovia, que llegó poco después que los adultos regresaron de su salida nocturna. Cuando entraron a verla, Elisabeth parecía de buen humor, pero de pronto cayó en la inconsciencia. Fue reanimada con inyecciones de cafeína y el alcanfor, pero estaba en agonía, con agudos dolores en el pecho y dificultad para respirar. Por la mañana temprano, el médico estaba seguro de que tenía una forma virulenta de la fiebre tifoidea, a pesar de que volaron los rumores alrededor del pabellón de caza de que había comido un plato envenenado destinado al Zar.

Elisabeth pidió a su tía, la zarina Alejandra, que enviara un telegrama a su mamá, porque creía que estaba muriendo. La zarina envió un cable a su excuñada, quien al recibirlo se dispuso de inmediato a dirigirse a la estación de trenes de Coburgo. Antes de que pudiera salir, sin embargo, llegó un segundo telegrama, con la trágica noticia de que la princesa Elisabeth había muerto a las 7 de la mañana. En su último acto juntos como padres, Ernie y Ducky colocaron el cuerpo de su hija en un ataúd de plata para el viaje de regreso a Darmstadt. Más de treinta años después, el padre todavía con el corazón roto declaró que las horas en la comitiva fúnebre quedaron grabadas en su memoria. Elisabeth fue enterrada en Rosenhöhe, su tumba todavía se puede visitar hoy, a medio camino por un sendero tranquilo y arbolado, custodiada por un ángel perfecto de estilo Art Nouveau, a la vista del propio lugar de descanso de Ernie.



Referencias

  1. Wilson, Penny. «Ernst Ludwig, Grand Duke of Hesse» (en inglés). Alexander Palace Time Machine. Consultado el 18 de julio de 2010.